REFLEXIONES DESDE EL CORAZÓN

 

“HOOLIGANS POLÍTICOS”

 

 

 

Gervasio Portilla | 08.05.2024


 

 

 

Siempre los partidos políticos de distinto signo, han tenido seguidores incondicionales o mejor dicho “hooligans”; son aquellos incapaces de hacer análisis desapasionados sobre cualquier asunto que afecte a su formación, en realidad, se comportan en el fondo como los “hooligans” de un equipo de fútbol, que nunca admiten la derrota de su equipo y sólo ven las faltas del contrario.

Este fenómeno que no es nuevo, está teniendo un desarrollo aún más preocupante, porque al tener una sociedad más manipulable y menos autónoma hay más personas con este tipo de comportamientos, muy perjudiciales para la democracia pero muy útiles para los partidos políticos, porque siempre tienen un grupo de “forofos” que sin crítica interna alguna están dispuestos a “tragar carros y carretas”.

El caso más evidente está ahora en lo que queda del Partido Socialista, como podemos ver día tras día, su líder apela siempre a los sentimientos de grupo, buscando adversarios o enemigos externos y llevando la emoción sentimental a una parte de sus bases, es verdad, cada vez menor, pero dispuesta a “tragar” con todo lo que diga su amado líder.

Este fenómeno sociológico es un drama para la vida social del país, porque se dividen familias, amigos, vecinos; mientras que el político de turno saca su interés particular.

Este es uno de los motivos entre otros, de gran parte de la clase dirigente para tener una sociedad poco formada, desconocedora de la historia, con menos acceso a una información plural, para que de forma autónoma pueda tener un criterio propio.

En realidad, los políticos de hoy y las poderosas élites globalistas, quieren personas que sean fáciles de engañar y manipular, quieren una masa manipulable y nada crítica.

Sólo con la formación integral del individuo, con el conocimiento de la historia y con acceso a una información plural y libre, se puede combatir este fenómeno que pretende tener una especie de masa obediente y dispuesta a comportarse como siervos y no como ciudadanos libres.

 

 

Gervasio Portilla García,
Diácono permanente y periodista