REFLEXIONES DESDE EL CORAZÓN
DESPROPÓSITO HISTÓRICO
Gervasio Portilla | 31.01.2023
El despropósito histórico, de la no presencia de Cantabria en el Corredor del Atlántico, cuando formó parte de las Comunidades fundadoras, es un auténtico desastre para nuestra Comunidad.
Nadie sabe los motivos reales, por los que los dirigentes de esta Comunidad, sin consultar con la sociedad, sobre todo con los sectores productivos afectados, tomaron la decisión unilateral de salirse, de lo que sin duda, es un proyecto ilusionante y con futuro económico.
Días pasados en Santiago de Compostela, los presidente Asturias, Castilla y León y Galicia , expusieron en un acto que reunió al mundo económico y empresarial de las tres regiones para explicar lo que significa este proyecto en el que Cantabria no quiso estar.
En las cifras barajadas, se calcula que se pueden movilizar un a media de 6.000 empleos directos e indirectos en la fase de construcción y generar posteriormente unos ahorros de 1.300 millones de euros.
Sólo personas, que no tienen ni idea de logística, pueden dejar pasar un proyecto transformador del Corredor del Atlántico, o por el contrario intereses desconocidos por la ciudadanía.
La salida natural de Cantabria al Valle del Ebro, ha sido algo reivindicado desde el proyecto Santander-Mediterráneo, boicoteado por intereses ajenos, hoy, si cabe es aún más importante, dado que Zaragoza, se esta constituyendo como el gran dentro logístico de la península y una comunicación sin pasar por el País Vasco, es la única forma de competir económicamente.
Me pregunto, si la sociedad de Cantabria, está tan dormida y no pedirá cuentas de tanta desidia y tanta incompetencia.
La quimera del tren a Bilbao, no es una solución logística porque por medio esta un competidor que captaría todo el tráfico del Valle del Ebro y el Mediterráneo en su propio beneficio, en definitiva un mal negocio para nuestra tierra.
Igual todavía, con un nuevo Gobierno se esta a tiempo, de corregir este “desaguisado” y que Cantabria se sume al proyecto Atlántico.
Gervasio Portilla García,
Diácono permanente y periodista