REFLEXIONES DESDE EL CORAZÓN
LAS TENDENCIAS TOTALITARIAS LLEGAN A OCCIDENTE
Gervasio Portilla | 28.03.2021
El estado de derecho, es una garantía para el mantenimiento de la ley y el orden, sin pisotear los derechos fundamentales de los ciudadanos.
Europa, se ha caracterizado hasta ahora por tener en su diferentes democracias, unos estados de derecho escrupulosos con la ley y la garantía de los derechos de las personas.
Sin embargo, a raíz de la pandemia de coronavirus, muchos gobiernos, han tomado bajo el supuesto pretexto del bien común, decisiones que han vulnerado la ley, sin que los Tribunales de Justicia en todas las ocasiones repararan dichas vulneraciones.
Ahora, con motivo del conflicto bélico en Ucrania, los gobiernos occidentales han tomado decisiones que sin duda también vulneran nuestros derechos.
Se confiscan propiedades de los llamados oligarcas, sin ningún tipo de garantía ni ley al respecto, bajo el pretexto de que son rusos y pueden ayudar a Vladimir Putin.
Es curioso, que los mismos gobiernos que no pidieron explicaciones, sobre la procedencia de los bienes de estos oligarcas, de repente los bloqueen, sin ley alguna ni justiprecio.
En absoluto, se trata de defender a los oligarcas, al contrario, lo que se trata es de defender la ley para todos los ciudadanos, porque ahora les toca a estos personajes, pero en un futuro se pueden aducir otras causas y tocarnos al resto de personas.
No se puede dejar al capricho de los gobernantes, las decisiones que invaden derechos fundamentales y menos sin ninguna ley aprobada en las Cámaras.
Se entiende que occidente, se debe de regir por unos valores diferentes a los de cualquier estado totalitario, por lo tanto, debería ser ejemplar en la utilización de la ley.
Los medios de comunicación, deberían hacer notar, que en los estados llamados democráticos, nos regimos por leyes y no por los caprichos y coyunturas de políticos, dispuestos a socavar los derechos básicos en cualquier democracia.
La deriva de tintes totalitarios, como tendencia en Europa y Estados Unidos, es muy peligrosa porque además deja a los países que se llamaban del mundo libre sin argumentos, ni ejemplos para defender la libertad, que hasta ahora decían defender, a no ser que lo que se quiera es una lenta evolución al totalitarismo, con apariencia democrática.
Entonces debemos prepararnos para no consentirlo.
Gervasio Portilla García,
Diácono permanente y periodista