REFLEXIONES DESDE EL CORAZÓN

 

QUE NO PEREZCA LA ESPERANZA

 

 

Gervasio Portilla | 31.12.2021


 

 

 

En el inicio del nuevo año, quisiera desde esta líneas enviar un mensaje de esperanza a la sociedad en su conjunto y al mismo tiempo pedir, que busquemos diferentes fuentes de información sobre la pandemia COVID-19, es decir, que no se informen sólo por las televisiones y que por otro lado mediten y piensen, cuando les ordenen algo al respecto.

No esta mal cuestionarse las ordenes cuando estas son sospechosas, no se trata de desobedecer, sino de cuestionarse intelectualmente, para tener una opinión propia y no forzada por ningún interés.

Este proceso, lo llamaría “búsqueda de la verdad” sin prejuicios forjados por otros intereses.

Con esta premisa y elevando la vista hacia lo espiritual, seguro que recorreremos con más facilidad el próximo año.

La historia nos dice, que  antes o después la verdad resplandece, por lo tanto este hecho debiera de ser un aditivo más para no perder la esperanza, ante las posible dificultades que se generen por parte de un poder que quiere controlar todo.

Refugiarse en la oración, es también un asidero firme, pues la confianza en Dios, no defrauda y nos ayuda en nuestro peregrinar de cada día.

En definitiva, empezamos el año con optimismo y siempre razonando y buscando el “sentido común” que parece que escasea y que además nos lo quieren quitar.

Acabo este humilde consejo, de la mejor manera, con este texto del Evangelio de San Juan que seguro les ilumina:

 

«En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios.

Él estaba en el principio junto a Dios.

Por medio de él se hizo todo, y sin él no se hizo nada de cuanto se ha hecho.

En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.

Y la luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no lo recibió.

(...)

Vino a su casa, y los suyos no lo recibieron.

Pero a cuantos lo recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre.»

 

No perdamos la esperanza.

 

 

Gervasio Portilla García,
Diácono permanente y periodista