REFLEXIONES DESDE EL CORAZÓN

 

OPINIONES QUE PARECEN OCULTARSE

 

 

Gervasio Portilla | 29.11.2021


 

 

 

Siete minutos, ha sido el tiempo que ha necesitado el Dr. Scot Youngblood en demostrar ante un comité de San Diego Estados Unidos, lo irracional a su juicio, de una vacunación masiva contra el COVID-19.

Para demostrar su tesis, el médico se basó según publica el digital FRANCE SOIR, en los propios estudios de la farmacéutica PFIZER sobre su producto.

“La mejor manera de analizar cualquier problema médico es mediante un ensayo controlado aleatorio. Esto es lo que hizo Pfizer según la información de FRANCE SOIR, para evaluar la vacuna para obtener la EUA(autorización uso de emergencia). Había 44.000 pacientes, dos grandes grupos esencialmente iguales en todos los aspectos , excepto que un grupo recibe la vacuna y el otro recibe el placebo”, explica el Dt Youngblood.

Primera observación: los pacientes del grupo de placebo estaban sujetos a formas graves de COVID-19, a las que la cohorte de vacunados no se enfrento mucho. Pero lo que no sea mencionado es el aumento de eventos adversos de la vacuna. Los eventos adversos graves son el doble. Hablamos de infartos, accidentes cerebrovasculares, miopericarditis, síndromes de Guillan-Barré, etc.ˮ

Además el estudio revela que después de seis meses, hubo prácticamente el mismo número de muertes en los dos grupos: 15 en el grupo vacunado y 14 en el grupo placebo. Y eso plantea una gran pregunta: si la vacuna es tan eficaz para prevenir casos graves de COVID-19, ¿ por qué no ha salvado vidas durante el apogeo de la variante Alpha?”. La respuesta más probable es que los efectos secundarios de esta vacuna anulan los beneficios que proporcionó contra el COVID-19.

“Casi el 40 por ciento de las muertes ocurrieron 48 horas después de la inyección”.

Para el Dr. Scot Youngblood, el problema esta en la proteína Spike. “Es una toxina en sí misma. Se une los receptores ACE2 de su cuerpo, que son esenciales para regular la presión arterial, la coagulación y el sistema imunológicoˮ.

Las estadísticas hablan por si solas: hubo un promedio de 158 muertes asociadas con todas las vacunas en los Estados Unidos cada año. Desde la introducción de las vacunas COVID-19, ahora están en más de 17.000 muertes reportadas según el VAERS (Sistema para reportar los efectos adversos de las vacunas). “Casi el cuarenta por ciento de estas muertes ocurrieron 48 horas después de la inyección, no fue hasta el día 40 que las tasas de muertes volvieron a los valores iniciales.”

Ante estas alarmantes cifras el DR, Scot Youngblood cree que las autoridades han entrado en una especie de “ceguera intencionadaV. “En la Era de la variante Delta, las vacunas no reducen significativamente la transmisión ni detienen la infección.

Y, dado que usan proteínas Spike Alpha, obtendrá el cien por cien del riesgo, pero sólo el cuarenta -sesenta por cien del beneficio”.

El Dr. Youngblood, que no es contrario a las vacunas, dice que pueden existir beneficios en algunos casos, pero el análisis debiera de ser individualizado y la decisión de vacunarse debe de dejarse en manos de los pacientes. No existe a su juicio una justificación médica o científica para el requisito de la vacuna por parte los gobierno o de un empleador. Esta información publicada en France Soir, estaba acompañada de un video.

 

 

Gervasio Portilla García,
Diácono permanente y periodista