REFLEXIONES DESDE EL CORAZÓN
LA «TELE» NOS ENGAÑA
ARTÍCULO DEL DR. LUIS DE BENITO BENITO EN SU BLOG
Gervasio Portilla | 24.06.2021
El título de este artículo es mentira. En primer lugar, podemos hacer extensivo el apócope de «tele» a los medios de comunicación, en general. En segundo lugar, podemos hacer que el pronombre no sea en plural «nos» sino singular (me o te). Y con ello nos daremos cuenta del tercer aspecto: engaña. La tele y los medios de comunicación no engañan: se engaña uno mismo cuando se nutre de noticias erróneas. O sea que el engaño es algo que sufre el que se cree el engaño porque en estos momentos el cometido de los medios de comunicación es decir lo que les dicen que tienen que decir. Son los que los pagan los que generan las noticias con la finalidad de que usted se las crea. Decir que la tele nos engaña sería como culpar al tigre por que te devore al acercarte: está en su naturaleza.
Ahí está precisamente uno de los grandes problemas de los medios de comunicación actualmente: la transmutación de su naturaleza. Los medios de comunicación deberían estar al servicio de la información y de la verdad. Con la devaluación de la verdad, lo que queda es el interés, la ganancia. Por eso, están monopolizados por los que ganan pingües beneficios con el desarrollo de una corriente de opinión, de una tendencia. No importa que lo que se diga sea verdad o mentira: es útil a una causa, la de generar miedo, porque con el miedo se puede dominar los impulsos sociales, crear «verdades» y señalar «culpables». Es momento de denunciar la cobardía.
El reto de los medios de comunicación parece que es hacer creíble lo inverosímil o lo absurdo. Conseguir que la opinión pública acepte unas creencias sin razonarlas es algo que les llena de enorme gozo: cuanto más aberrante es lo que se consigue infundir en el pensamiento social, más conciencia tienen de su éxito y de su poder de influencia. Empeñados en la cultura de la muerte, podrían abordar la campaña de que el tabaco es beneficioso o el alcohol saludable cuanto más altas sean las dosis… y si logran que la sociedad acepte como ciertos estos principios considerarían un triunfo su tarea que consiste en… influir.
Para conseguir que las ideas más aberrantes tomen cuerpo en la sociedad es necesario impedir que la gente, cada persona en particular, piense, razone. Si entre iguales podemos hablar, intercambiar opiniones y argumentos sin perder el respeto y la educación, saldremos de la tiranía del pensamiento único. Si apagas la tele, descubrirás el mundo y la vida.
PS: algunos medios de comunicación siguen abiertos a alternativas, no todo está monopolizado. Esta entrada está inspirada por y dedicada a quien fue mi profesor de dibujo don Fernando Alvear G.
Gervasio Portilla García,
Diácono permanente y periodista