REFLEXIONES DESDE EL CORAZÓN
DESPROPORCIONADO
Gervasio Portilla | 07.03.2021
Acabo de leer una entrevista en el digital El Español, al que fuera narcotraficante, Laureano Oubiña.
Oubiña, hoy se dedica a la venta de ropa en los mercadillos después de haber cumplido nada menos que 32 años de prisión.
Es verdad, que Oubiña fue condenado con penas muy altas por su tráfico de narcóticos, no se trata de disculpar nada, pero si parece que no es proporcional la pena con que se condena a unos políticos que vulneraron la Constitución conociendo su responsabilidad y creando un situación muy grave en el país, con estos 32 años de cárcel.
Tampoco es proporcional el tiempo que han pasado en la cárcel algunos terroristas de ETA con delitos de sangre con los 32 años que dice Laureano Oubiña, ha pasado privado de libertad.
Cuando al justicia no se entiende en algunos casos, es que algo no funciona.
No parece lógico que algunas penas parezcan excesivas y otras por el contrario muy leves.
El código penal debiera de revisarse en cuanto a la aplicación de penas y por supuesto los llamados permisos penitenciarios, que ahora parecen estar muy de moda.
Gervasio Portilla García,
Diácono permanente y periodista