REFLEXIONES DESDE EL CORAZÓN

 

INMIGRACIÓN

 

 

Gervasio Portilla | 16.08.2018


 

 

Me preguntaba el otro día un amigo si habría algún a explicación para que los “cayucos” con inmigrantes no lleguen nunca a Gibraltar.

Desconozco las causas, pero me supongo que será por la dura ley británica de inmigración.

Hay que atender a todos los inmigrantes, no hay discusión sobre el fondo de la cuestión, no se puede dejar a nadie tirado en alta mar.

La protección de los derechos humanos, es  irrenunciable, por lo tanto, cualquier ser humano con un mínimo de sensibilidad así lo debiera entender.

Otra cuestión, es el control fronterizo que debe de garantizar la seguridad y debiera servir para ordenar la inmigración que no puede ser infinita.

Hay que trabajar en los países más pobres, con auténticos proyectos de desarrollo y controlar bien el dinero que se da a los diferentes gobiernos, para que se dediquen a su desarrollo.

Por otro lado, da pena como se utiliza por parte de unos y de otros la inmigración.

El Presidente Sánchez, en su día con el “Aquarius” y toda su publicidad y Pablo Casado, extendiendo la mano de inmigrantes en Algeciras o en Ceuta.

 

Gervasio Portilla García,
Diácono permanente y periodista