REFLEXIONES DESDE EL CORAZÓN
PROTECCIÓN FAMILIAR
Gervasio Portilla | 12.03.2018
La desaparición y el asesinato del niño Gabriel que ha conmovido a toda persona de bien, es una muestra de que el ser humano es capaz de lo mejor y de lo peor como ha ocurrido en este caso.
Vivimos en una sociedad violenta y sin valores, que contribuye notablemente a este tipo de episodios inexplicables para una mente humana bien formada, pero que en personas sin escrúpulos ni valores pueda dar origen a actuaciones de este tipo.
Las leyes son muy importantes y este tipo de personas debieran de envejecer en la cárcel con una prisión permanente revisable.
Si las leyes son muy importantes, la recuperación de valores parece a toda vista fundamental,
La tragedia vivida en Almería tiene otras lecturas a la que nos llevan las rupturas familiares y los fracasos matrimoniales, que algunos casos producen sufrimiento en los hijos y desestructuración del núcleo familiar.
La familia debiera de ser considerada por la sociedad como “un tesoro” y las instituciones públicas velar en su reconocimiento y protección; desgraciadamente no sucede así y más bien al contrario se trata de discutir y destruir la célula básica de cualquier convivencia y así nos va en esta sociedad.
Nadie aborda los orígenes de tanta violencia familiar y mientras se hacen campañas y se citan eslogan, pero no se va al fondo de la cuestión: la protección familiar.
Gervasio Portilla García,
Diácono permanente y periodista