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Otra vez el lábaro
Gervasio Portilla | 15.03.2016
Ya tenemos el lábaro aprobado en el Parlamento; sin unanimidad, lo que evidentemente sólo demuestra el poco arraigo que tiene.
Hay que respetar las leyes y decretos y poco más podemos decir al respecto.
Pero si podemos decir, que si el problema de Cantabria es la existencia o no del lábaro es que no nos habíamos dado cuenta y tenemos la renta per cápita de Suiza.
Como diría Cruz y Raya; respetos al máximo para los que les gusta el símbolo del lábaro; el mismo respeto que se debe de tener para defender la bandera oficial de Cantabria más antigua y no inventada recientemente.
En esta tierra nuestra bella y maravillosa, tenemos un problema vivimos ensimismados en que todo lo nuestro es lo mejor y eso nos hace mirar poco hacía fuera y abrir expectativas realmente productivas y que aporten bienestar a todos; no creo que el lábaro nos dé de comer no nos solucionará nada, eso sí; perder el tiempo de forma absurda en discusiones propiciadas por unos pocos que tanto insistir lo han conseguido y han hecho que al final, la Cámara lo haya tenido en cuenta; más parece por cansancio que por convencimiento.
Estoy seguro que los inolvidables por tantas cosas buenas: Joaquín González Echegaray y José Luis Casado Soto, hubieran visto que sus serios trabajos, para demostrar que el lábaro era un estandarte romano que nada tiene que ver con Cantabria no han servido de nada, se hubieran disgustado; bueno; si han servido, para saber con respeto a todo el que piense distinto, que el lábaro es un invento reciente.
Gervasio Portilla García,
Diácono permanente y periodista