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INFORMACIÓN Y JUSTICIA

 

Gervasio Portilla | 07.03.2016


Se ha afincando en España, tanto a nivel nacional como regional la moda del periodista o comunicador, que al mismo tiempo actúa como si fuera juez.

Se estigmatiza antes de ser juzgado, a la persona que en su opinión, debe de ser condenada, sin esperar a que esa persona puede ser juzgada por quién debe de hacerlo realmente: los Tribunales de Justicia.

Si la sentencia, después no coincide con las expectativas creadas, entonces se critica al Juez y al sistema.

No estamos en contra del derecho a la crítica, por supuesto, pero una cosa es comentar o criticar una gestión, la que fuere y otra condenar “a galeras” sin juicio; por meras apariencias y sin pruebas definitivas a una persona o grupo.

En Estados Unidos, un país donde la crítica y la libertad está muy protegida, si un medio o un periodista o comunicador, dice algo que luego no puede demostrar las consecuencias económicas son tremendas para los que se han permitido destrozar la imagen de la persona o personas en cuestión; es decir, la justicia interviene de forma clara preservando la imagen y la fama de las personas.

En España, ha nacido una nueva profesión el comunicador-juez, que sabe de todo, que habla de todo y si lo que piensa no se ajusta a la realidad o a sus intereses, arremete contra todo el que se atreva a ir contra corriente; es el pensamiento único, de que las cosas deben de ser “blancas o negras” y no permiten que nadie busque matices o medias tintas.

 

Gervasio Portilla García,
Diácono permanente y periodista