Colaboraciones
Sinceridad
11 noviembre, 2024 | Javier Úbeda Ibáñez
La sinceridad juega un papel decisivo en el proceso de aproximarse a la realidad y permanecer en ella. Es una actitud muy unida a la humildad. Quien es sincero no se engaña, reconoce las cosas como son y las acepta. Luego expresa la verdad que ha descubierto, con palabras y con obras, de manera fiel, sin alterarla. La persona sincera distingue entre la realidad de las cosas y sus apariencias, entre el conocimiento verdadero y las impresiones que la realidad produce en su sensibilidad, entre lo que realmente ocurre y lo que le gustaría que ocurriera.
La sinceridad conduce necesariamente a la coherencia y a la autenticidad, a la unidad de vida: no basta con conocer teórica o intelectualmente la verdad, sino que es preciso vivirla. Quien no vive como piensa, no es sincero y no puede estar en la realidad. Cuando se trata de actuar, la sinceridad también juega un papel fundamental. Por ejemplo, en las tareas que exigen organización, si hay sinceridad se parte de la realidad, se visualizan los problemas con objetividad, se valoran los medios con que se puede contar, y posteriormente se formaliza el plan de acción. En cambio, cuando falta sinceridad, es muy fácil engañarse y elaborar soluciones idealizadas, esquemas organizativos irreales, sin contar con las circunstancias objetivas. La sinceridad, también en el orden práctico, nos mantiene en la realidad.