Fe y Obras

Masonería e Iglesia católica: las cosas claras

 

 

22.09.2017 | por Eleuterio Fernández Guzmán


 

 

Muchas veces se escucha hablar de la masonería como si fuera una especie de fantasma que la Iglesia católica saca a pasear. Es decir, se suele creer (muchos lo creen) que la Esposa de Cristo dice esto o lo otro haciendo uso del muñeco de la masonería. Diera la impresión que la masonería es una especie de asociación benéfica o algo por el estilo. Incluso se dice que el Código de Derecho Canónico de 1983 eliminó la condena expresa que contenía el de 1917 prohibiendo, por decirlo así, que un católico pudiera ser, a la vez, masón.

Pues no es así, como se dice o, al menos, no es como parece.

El Canon 2.355 del Código de Derecho Canónico (C.I.C.) promulgado por el Papa Benedicto XV en 1917 decía que "Los que dan su nombre a la secta masónica o a otras asociaciones del mismo género que maquinan contra la Iglesia o contra las potestades civiles legítimas, incurren ipso facto en excomunión simplemente reservada a la Santa Sede".

El Canon 1.374 del Código de Derecho Canónico de 1983 dice que "Quien se inscribe en una asociación que maquina contra la Iglesia debe ser castigado con una pena justa; quien promueve o dirige esa asociación, ha de ser castigado con entredicho".

Por tanto, puede parecer que, al no nombrar a la masonería de forma expresa, haya desaparecido la prohibición de pertenencia a la misma para un católico.

Sin embargo, para evitar confusiones interesadas, la Declaración sobre las Asociaciones Masónicas, Quaesitum est. de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, de fecha 26 de noviembre, 1983 vino a dejar las cosas en su sitio:

“Se ha cuestionado sobre si ha habido algún cambio en la decisión de la Iglesia en respecto a las asociaciones masónicas ya que el Código de Ley Canónica, a diferencia del anterior, no las menciona expresamente. Esta sagrada congregación está en posición de responder que esta circunstancia se debe al criterio editorial que se siguió también en el caso de otras asociaciones que tampoco se mencionaron en cuanto que están contenidas en categorías más amplias.

Por lo tanto, el juicio negativo de la Iglesia sobre las asociaciones masónicas se mantiene sin cambios ya que sus principios siempre se han considerado irreconciliables con la doctrina de la Iglesia ("earum principia semper iconciliabilia habita sunt cum Ecclesiae doctrina") y por lo tanto se continúa prohibiendo ser miembro de ellas”.

Es decir, no es compatible ser católico y masón. Y no se puede ser, se sea laico, sacerdote, obispo o lo que se sea. Pero nadie y ninguno puede ser, a la vez, católico y masón.

Así de simple.

 

Eleuterio Fernández Guzmán
eleu@telefonica.net