Fe y Obras

Nace la Madre

 

 

07.09.2017 | por Eleuterio Fernández Guzmán


 

 

Es seguro que Dios podía haber hecho, al respecto de la historia de la humanidad, lo que hubiera querido. Y es que como lo más puede lo menos, no es absurdo creer que lo podía haber hecho. Es más, no lo hizo porque no quiso. Y pensó hacerlo como lo hizo.

Casi podemos imaginarnos al Hijo diciéndole al Padre que había encontrado una mujer que, por su piedad y su fe, podía ser su Madre.

Es posible que a esta altura de estas letras alguno pueda pensar que eso es un disloque, algo sin sentido: ¿Cómo es posible que Jesucristo diga a Dios que ha encontrado una Madre si, entonces, ya había nacido?

Bueno, lo bien cierto es que las cosas de Dios no las entendemos muchas veces. Son puros y reales misterios que sólo llegaremos a entender cuando estemos en el Cielo. Seguro es que, a esta altura del siglo, muchas almas ya lo habrán comprendido. A nosotros, sin embargo, nos toca esperar.

Sigamos, pues, con eso.

Digamos que imaginamos que Jesucristo le dice a Dios que ha encontrado una mujer que podría ser su Madre.

¿Por qué eso?

No podemos creer que Dios quisiera, para Madre suya, a nadie que no tuviera una fe arraigada, mucho, en su corazón o que no viese al Todopoderoso como Creador de todo, incluida ella misma, como es lógico pensar.

Tampoco podemos creer que Dios quisiese por Madre a quien no fuese piadosa de verdad.

María, aquella joven de Nazaret, cumplía las dos condiciones dichas y pensadas por Jesucristo. Y, por eso, la había escogido Jesús.

Pero, ¿Vamos a ver? A lo mejor aquí puede haber un error: ¿No hablamos del nacimiento de la Virgen María? Entonces ¿A qué viene que ya se adelante Jesucristo a los acontecimientos que se han de producir unos años después?

Pues se adelanta porque lo sabe todo. Siendo Dios hecho hombre vive, por así decirlo, en una línea temporal superior a la humana. Por eso puede ver todo lo que ha pasado, todo lo que pasa en este preciso momento y todo lo que va a pasar en el futuro. Y nosotros, los hombres, sólo vemos lo que nos pasa ahora mismo y no podemos ver lo que pasó (aunque lo podamos recordar, no lo podemos vivir como presente) ni, tampoco, lo que nos ha de pasar.

 

EXCURSUS

Tengo que confesar, para que nadie pueda pensar que esto es algo original pensado por quien esto escribe, que la idea de que Dios ocupa una línea temporal superior, por encima, a la del ser humano, es de C.S. Lewis, autor inglés. La expresa en su libro “Mero cristianismo” advirtiendo que tal idea no está en las Sagradas Escrituras (al menos dicha así, como tal) y que se puede seguir siendo cristiano sin creer en ella.

Nosotros, por nuestra parte, sí creemos en la misma porque nos parece más que factible que así sea además de servir para explicar muchas cosas que contienen las citadas Sagradas Escrituras.

 

FIN DEL EXCURSUS

Para Dios, sin embargo, todo es presente, Su presente. Y eso, es claro, no lo entendemos pero es la única forma de creer, con fe, que Dios lo puede todo porque todo lo sabe. Es, al menos, una forma que nos da esperanza porque el Todopoderoso, que lo sabe todo, todo nos lo puede revelar y en todo nos puede ayudar.

¡Ah!, y por cierto, el Mesías cree, como no puede ser de otra manera, que María ha de nacer sin pecado, sin el original.

Y sobre eso, Dios, también piensa lo mismo.

Y nace María, su Madre y la nuestra.

 

Eleuterio Fernández Guzmán
eleu@telefonica.net