Fe y Obras

Dios no se va de vacaciones

 

 

30.06.2016 | por Eleuterio Fernández Guzmán


 

Cuando llega un tiempo como es el de descanso, podemos creer que el Creador también se marcha, que nos olvida por un tiempo y deja de lado nuestros pecados y que, en fin, hace como si no existiéramos porque es hasta posible que esté algo cansado de nuestras infidelidades.

Sin embargo, por mucho que utilicemos eso como excusa para esconder al Padre debajo de cualquier celemín, lo bien cierto es que Dios, el Todopoderoso, nunca nos olvida. Por eso traemos aquí una oración que, ahora que (por lo general) empieza el tiempo de vacación, no nos olvidemos de lo que, verdaderamente importa; lo único que importa porque todo lo demás debe derivarse de eso: Jesús es Dios hecho hombre y así podemos dirigirnos a nuestro hermano:

“Señor Jesús, tú dijiste a tus discípulos
‘venid conmigo a un lugar apartado y descansad un poco,
te pedimos por nuestras vacaciones.

El afán de cada día multiplica nuestra vida
de quehaceres, urgencias, agobios, prisas e impaciencias.
Necesitamos el reposo y sosiego.
Necesitamos la paz y el diálogo.
Necesitamos el encuentro y la ternura.
Necesitamos la oxigenación del cuerpo y del alma.
Necesitamos descansar. Necesitamos las vacaciones.
Bendice, Señor, nuestras vacaciones.
Haz que sean tiempo fecundo para la vida de familia,
para el encuentro con nosotros mismos y con los demás,
para la brisa suave de la amistad y del diálogo,
para el ejercicio físico que siempre rejuvenece,
para la lectura que siempre enriquece
para las visitas culturales que siempre abren horizontes,
para la fiesta auténtica que llena el corazón del hombre.
Haz que nuestras vacaciones de verano sean un tiempo santo
para nuestra búsqueda constante de Ti,
para el reencuentro con nuestras raíces cristianas,
para los espacios de oración y reflexión,
para compartir la fe y el testimonio,
para la práctica de tu Ley y la de tu Iglesia,
para la escucha de tu Palabra,
para participar en la mesa de tu eucaristía.
Tú vienes siempre a nosotros.
Tus caminos buscan siempre los nuestros.
Haz que en las vacaciones de verano,
sepamos remar mar adentro y te encontremos a Ti,
el Pescador, el Pastor, el Salvador, el Hermano, el Amigo,
y encontremos a nuestros hermanos.
Juntos realizaremos la gran travesía de nuestras vidas.
En tu nombre, Señor,
también en vacaciones,
quiero estar dispuesto a remar mar adentro.
Ayúdame. Te necesito, también en este tiempo.
Amén.

(Conferencia Episcopal Española)

Dios quiera que así sea porque Él, que nos ha creado y mantiene en el mundo, nunca va a abandonar a su descendencia y ahora, y mañana y pasado mañana, está ahí. Está ahí.

Eleuterio Fernández Guzmán
eleu@telefonica.net