EL EVANGELIO DEL DOMINGO

 

 

por Gervasio Portilla García

03.06.2018


 

Solemnidad del Corpus Christi (B)

 

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS (14, 12-16. 22-26)

 

El primer día de Ácimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dijeron a Jesús sus discípulos:

̶ «¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?».

Él envió a dos discípulos diciéndoles:

̶ «Id a la ciudad, os saldrá al paso un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidlo, y en la casa adonde entre, decidle al dueño: "El Maestro pregunta: ¿Cuál es la habitación donde voy a comer la Pascua con mis discípulos?". Os enseñará una habitación grande en el piso de arriba, acondicionada y dispuesta. Preparádnosla allí».

Los discípulos se marcharon, llegaron a la ciudad, encontraron lo que les había dicho y prepararon la Pascua.

Mientras comían, tomó pan y, pronunciando la bendición, lo partió y se lo dio diciendo:

̶ «Tomad, esto es mi cuerpo».

Después tomó el cáliz, pronunció la acción de gracias, se lo dio y todos bebieron. Y les dijo:

̶ «Esta es mi sangre de alianza, que es derramada por muchos. En verdad os digo que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el Reino de Dios».

Después de cantar el himno, salieron para el monte de los Olivos.

 

Palabra del Señor


 

COMENTARIO

 

Es esta solemnidad del Corpus Christi, es una fiesta entrañable y luminosa, que nos recuerda y actualiza el gesto supremo de Jesús antes de su muerte.

En este marco festivo, es precisamente cuando llega el cumplimiento del drama de Jesús: los fariseos han decidido darle muerte y Judas aguarda el momento para traicionarlo.

Jesús, se encuentra casi abandonado y abatido.

Llegada la hora, se pone a la mesa con sus apóstoles, con sus cercanos, como lo había hecho en otras ocasiones; aunque la situación es distinta.

El rito de la Cena Pascual adquiere un nuevo significado; enraizada en la Pascua judía de la antigua alianza, la supera y la lleva a plenitud.

Jesús, a través de pan y del vino se ofrece anticipadamente. Pan y vino, Cuerpo y Sangre, significan toda la persona de Jesús que se entrega a la muerte por nosotros.

 

Hasta el próximo Domingo si Dios quiere. Paz y bien.