EL EVANGELIO DEL DOMINGO
por Gervasio Portilla García
16.08.2015
XX Domingo del Tiempo Ordinario (B)
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN (6, 51-58)
En aquel tiempo dijo Jesús a la gente:
- Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo: el que coma de este pan, vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne, para la vida del mundo.
Disputaban los judíos entre sí:
-¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?
Entonces Jesús les dijo:
- Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del Hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. El Padre que vive me ha enviado y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que come vivirá por mí. Este es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que coma este pan vivirá para siempre.
Palabra del Señor
COMENTARIO:
En el Evangelio de este Vigésimo Domingo del Tiempo Ordinario, se recoge que una vez más los judíos se enfrentan al misterio de la persona de Jesús.
Jesús, no
s lo explica en verdad, sencillamente afirma de forma categórica: "Quien como mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna".Comer el pan de la Eucaristía, significa entrar en comunión de vida con Jesús y sus preceptos.
Por lo tanto , no tiene sentido "comulgar", si nuestro corazón no quiere compartir lo que el Señor nos enseñó
, si nuestra conducta nada tiene que ver con su mensaje y preceptos.El riesgo de convertir la Eucaristía en rutina o sólo en un rito sin más
, es un grave riesgo que debemos apartar, el significado autentico de la comunión debe de ir mucho más lejos, es una adhesión total de corazón y de ánimo a lo que el Señor nos enseño y por lo tanto nada más superfluo que quedarse en el mero rito.Hasta el próximo Domingo si Dios quiere. Paz y bien.