EL EVANGELIO DEL DOMINGO

por Gervasio Portilla García

05.10.2014


XXVII Domingo del Tiempo Ordinario (A)

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO (21, 33-43)

En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:

- Escuchad otra parábola: Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó la casa del guarda, la arrendó a unos labradores y se marchó de viaje. Llegado el tiempo de la vendimia, envió sus criados a los labradores, para percibir los frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro, y a otro lo apedrearon. Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último les mandó a su hijo, diciéndose: "Tendrán respeto a mi hijo." Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron: "Éste es el heredero: venid, lo matamos y nos quedamos con su herencia." Y, agarrándolo, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron. Y ahora, cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?

Le contestaron:

- Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores, que le entreguen los frutos a sus tiempos.»

Y Jesús les dice:

- ¿No habéis leído nunca en la Escritura?: "La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente" Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos.

Palabra del Señor


COMENTARIO:

En este Vigésimo Séptimo Domingo del Tiempo Ordinario, el Evangelio de Mateo, recoge la parábola de los viñadores homicidas, esta parábola hay que situarla en el amplio contexto histórico.

El pueblo elegido, rechaza los planes salvadores de Dios, eliminando del medio a sus profetas y dando muerte al Mesías.

El Reino, será quitado a los israelitas y es entregado a los paganos.

Esta parábola, encierra una actualidad total, invitándonos a vivir en alerta permanente.

La sociedad llamada occidental, camina dentro del relativismo hacía su ocaso.

Un sociedad sin valores, es una sociedad muerta que viaja hacía su destrucción.

El hombre actual, parece como si perdiese el respeto al orden de la existencia, a las cosas que están sobre él, y por ello también a sí mismo.

Necesitamos en esta hora crítica, personas valientes que busquen la verdad y que rechacen el relativismo aunque sea contracorriente.

Hasta el próximo Domingo si Dios quiere. Paz y bien.