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Servicio diario -
31 de mayo de 2006


Santa Sede
«¡Que la humanidad de hoy no se olvide de Auschwitz!», clama el Papa al regresar de Polonia
Los movimientos, «signo luminoso de la belleza de Cristo y de su Iglesia»; afirma el Papa
Benedicto XVI exige paz para Timor Oriental
Las nuevas generaciones, centro del Congreso Eclesial de Roma que abrirá Benedicto XVI

Mundo
Indonesia: «Ayudar a quien ayuda», lema que impulsa a la Iglesia tras el terremoto en Java
En proceso de beatificación por martirio dos franciscanos polacos muertos en Perú
Novedades en el V Encuentro Mundial de las Familias respecto a ediciones anteriores

Entrevista
El arzobispo de Tarrgona analiza el impacto que tendrá la visita del Papa a Valencia
La relación entre movimientos y parroquias

Audiencia del miércoles
Benedicto XVI hace un balance de su viaje a Polonia

Nuevos movimientos
Movimiento Apostólico de Schoenstatt
Movimiento Apostólico «Regnum Christi»

Documentación
Abogados de la Ciudad de Buenos Aires: «El aborto es una forma de homicidio»

 




 


Santa Sede



«¡Que la humanidad de hoy no se olvide de Auschwitz!», clama el Papa al regresar de Polonia
Hace un balance de su segunda visita apostólica internacional durante la audiencia general

CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 31 mayo 2006 (ZENIT.org).- «¡Que la humanidad de hoy no se olvide de Auschwitz y de las demás "fábricas de la muerte" en las que el régimen nazi trató de eliminar a Dios para tomar su puesto!», exclamó Benedicto XVI este miércoles al hacer un balance de su viaje apostólico a Polonia.

Como solía hacer Juan Pablo II, el Papa dedicó la intervención durante la audiencia general de este miércoles, a repasar los momentos más significativos de su segunda peregrinación internacional, que tuvo como meta las tierras de Karol Wojtyla, del 25 al 28 de mayo.

Concluyó su balance, junto a 35.000 peregrinos convocados en la plaza de San Pedro en una mañana de sol, evocando la emocionante visita al campo de concentración de Auschwitz-Birkenau, que tuvo lugar el domingo, poco antes de tomar el avión de regreso a Roma.

Recordando aquella tragedia, el pontífice explicó: «Hitler hizo exterminar a seis millones de judíos. En Auschwitz-Birkenau murieron también unos 150.000 polacos y decenas de miles de hombres y mujeres de otras nacionalidades».

Según el Papa, «ante el horror de Auschwitz no hay otra respuesta que la Cruz de Cristo: el Amor que desciende hasta el abismo del mal para salvar al hombre en su raíz, donde su libertad puede rebelarse contra Dios».

Y exclamó: «¡Que la humanidad de hoy no se olvide de Auschwitz y de las demás «fábricas de la muerte» en las que el régimen nazi trató de eliminar a Dios para tomar su puesto!».

«¡Que los hombres vuelvan a reconocer que Dios es Padre de todos y que nos llama a todos en Cristo a construir juntos un mundo de justicia, de verdad y de paz!», insistió.

El resto de su intervención recogió notas de viaje de Benedicto XVI por tierras polacas para alentar en la fe al pueblo en el que nació Karol Wojtyla.

Evocó su visita a la capital, Varsovia, sus momentos de oración en los santuarios amados por Juan Pablo II, el santuario nacional polaco de Jasna Góra en Czestochowa, el de la Virgen de Kalwaria Zebrzidowska y el de la Divina Misericordia, así como su visita a Wadowice, ciudad natal de su predecesor, y a Cracovia.

En la ciudad de la que Karol Wojtyla fue arzobispo, el pontífice culminó su viaje con una misa en la que dejó el mensaje central que quiso transmitir a los polacos: «¡Permaneced firmes en la fe!».

«Esta ha sido la consigna que he dejado a los hijos de la querida Polonia, alentándoles a perseverar en la fidelidad a Cristo y a la Iglesia para que no falte nunca a Europa y al mundo la contribución de su testimonio evangélico», reconoció.

«Todos los cristianos tienen que sentirse comprometidos a dar este testimonio para evitar que la humanidad del tercer milenio pueda conocer de nuevo horrores semejantes a los que son evocados trágicamente por el campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau», concluyó.
ZS06053105

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Los movimientos, «signo luminoso de la belleza de Cristo y de su Iglesia»; afirma el Papa
Les pide obediencia a los obispos

CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 31 mayo 2006 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha escrito un mensaje para manifestar el reconocimiento de la Iglesia a los nuevos movimientos y comunidades eclesiales y pedirles obediencia y comunión con el Papa y los obispos.

«Los movimientos eclesiales y las nuevas comunidades hoy son un signo luminoso de la belleza de Cristo y de su Iglesia, su esposa», afirma el pontífice en la misiva, que fue leída en el segundo Congreso Mundial de los Movimientos Eclesiales y de las Nuevas Comunidades.

El encuentro que se celebra del 31 de mayo al 2 de junio es organizado por el Consejo Pontificio para los Laicos, en Rocca di Papa, cerca de Roma, con el lema «La belleza de ser cristianos y la alegría de comunicarlo».

La iniciativa congrega a 300 representantes de más de cien realidades católicas, procedentes de todo el mundo, en preparación del encuentro con el Papa del 3 de junio, en la plaza de san Pedro, con motivo de la vigilia de Pentecostés, en la que se espera la participación de unas 300.0000 personas.

«Llevad la luz de Cristo a todos los ambientes sociales y culturales en los que vivís», exhorta el Papa a los miembros de estos movimientos, en el mensaje que fue leído por el obispo Josef Clemens, secretario del Consejo Pontificio para los Laicos y antiguo secretario del cardenal Joseph Ratzinger.

«¡Iluminad la oscuridad de un mundo confundido por los mensajes contradictorios de las ideologías!», añade.

«¡Qué mal produce en la vida del ser humano y de las naciones el deseo de poder, de poseer, del placer! Llevad a este mundo turbado el testimonio de la libertad con la que Cristo nos ha liberado», insiste.

«Donde la caridad se manifiesta como pasión por la vida y por el destino de los demás, irradiándose en los afectos y en el trabajo y convirtiéndose en una fuerza constructora de un orden social más justo, se construye la civilización capaz de afrontar el avance de la barbarie. Sed constructores de un mundo mejor, según el "orden del amor" ("ordo amoris") en el que se manifiesta la belleza de la vida humana"»

«Pertenecéis a la estructura viva de la Iglesia», asegura el Papa a los movimientos y nuevas comunidades.

«Ella os da las gracias por vuestro compromiso misionero, por la labor de formación amplia en las familias cristianas, por la promoción de las vocaciones al sacerdocio ministerial y a la vida consagrada».

Al mismo tiempo les agradece « vuestra disponibilidad para acoger las indicaciones operativas, no sólo del Sucesor de Pedro, sino también de los obispos de las diversas iglesias locales que, junto al Papa, son custodios de la verdad y de la caridad en la unidad».

«Confío en vuestra inmediata obediencia», concluye. « Los movimientos deben afrontar todos los problemas con sentimientos de comunión profunda, en espíritu de adhesión a los pastores legítimos».
ZS06053107

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Benedicto XVI exige paz para Timor Oriental


CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 31 mayo 2006 (ZENIT.org).- Benedicto XVI alzó su voz este miércoles para exigir paz en Timor Oriental, uno de los pocos países católicos del continente asiático.

«Mi pensamiento se dirige ahora a la querida nación de Timor Oriental, en estos días en los la tensión y violencia han provocado víctimas y destrucción», reconoció este miércoles al final de la audiencia general celebrada en la plaza de San Pedro del Vaticano.

«Alentando a la Iglesia local y a las organizaciones católicas a proseguir, junto a las demás organizaciones internacionales, en la tarea de su compromiso de asistencia a la personas desplazadas», afirmó.

El Papa invitó a los 35.000 peregrinos presentes «a rezar a la Virgen Santa para que sostenga con su maternal protección los esfuerzos de cuantos están contribuyendo a la pacificación de los espíritus y a la vuelta de la normalidad».

Los graves disturbios de los últimos diez días entre soldados rebeldes y militares leales al gobierno causaron 23 muertos y decenas de heridos, así como decenas de miles desplazados.

La violencia estalló tras el despido de 600 soldados de los 1.400 con los que contaba el Ejército.

Con cerca de un millón de habitantes, este país consiguió su total independencia de Indonesia en 2002. La economía se encuentra en una grave crisis. Se calcula que el desempleo alcanza el 50%. El 90% de la población es católico.
ZS06053106

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Las nuevas generaciones, centro del Congreso Eclesial de Roma que abrirá Benedicto XVI
Se celebrará en la Basílica de San Juan de Letrán del 5 al 8 de junio

ROMA, miércoles, 31 mayo 2006 (ZENIT.org).- Cuando Benedicto XVI abra el próximo lunes el Congreso Eclesial de la diócesis de Roma, se emprenderán tres días de intensa reflexión orientada a la elaboración del programa pastoral del año que viene.

«El gozo de la fe y la educación de las nuevas generaciones» será el eje del encuentro.

Están invitados todos los párrocos , sacerdotes, religiosos y religiosas y, «sobre todo --confirma una nota del Vicariato de Roma-- los fieles laicos y los jóvenes de las parroquias, asociaciones y movimientos de la Iglesia en Roma».

La Basílica de San Juan de Letrán será la sede del Congreso Eclesial, cuyo centro «serán las nuevas generaciones, a las que la Iglesia en Roma dedicará una especial atención en continuidad con el tema de la familia afrontado los años anteriores».

Y es que «este año se intenta recuperar el impulso educativo de las comunidades cristianas para hacer llegar a todos, también a los jóvenes que no pertenezcan a grupos parroquiales, la invitación a la fe a través del anuncio misionero del Evangelio y a un testimonio concreto del gozo vivido por los creyentes», explica la nota.

«Con gran alegría recibimos al Papa»; «ya se ha convertido en una tradición» su presencia «en el Congreso Eclesial diocesano, porque también el año pasado Benedicto XVI, elegido Papa hacía pocos meses, quiso acudir a presidir el Congreso y a abrirlo», expresó el secretario general del Vicariato, monseñor Mauro Parmeggiani, en «Radio Vaticana».

«El tema de este año habla sobre todo del gozo de la fe», un «tema muy querido al Papa --constató--: la alegría que procede de la adhesión a Cristo, a Aquél que da estabilidad al hombre, a Quien da gozo al hombre».

Y «dentro de esta acción pastoral, que debe permanecer misionera e inspirada culturalmente para estar presente en la cultura de los hombres de hoy, queremos “poner la lente de aumento” en la realidad de las nuevas generaciones, que necesitan en esta sociedad de la educación en el gozo de la fe», precisó.

El sábado pasado, Benedicto XVI quiso recalcar ante una muchedumbre de jóvenes reunidos en Cracovia (Polonia) que los sucesores de Pedro y la Iglesia están siempre de parte de las nuevas generaciones.

«Esto lo enseñó Juan Pablo II y lo enseña de manera fortísima Benedicto XVI --subrayó monseñor Parmeggiani--, quien ya ha iniciado con los jóvenes un diálogo, primero en Colonia con todos los jóvenes del mundo, y después en Roma, en el último encuentro que tuvo con los jóvenes en la Plaza de San Pedro» (Zenit, 6 abril 2006).

«No se echó atrás, y respondió con gran sencillez y franqueza a las preguntas que le plantearon los propios jóvenes. Ya existe por lo tanto un clima de diálogo y de simpatía con los jóvenes, quienes le aprecian por sus fuertes palabras y sus elevados estímulos», añadió.

En su opinión, «los jóvenes, también los aparentemente más lejanos o superficiales, en realidad aman entender y encontrar personas que les ayuden a comprender la realidad en la que viven y en la que buscan sentido».

Tras la intervención del Papa del próximo lunes, este prelado presentará la síntesis de las contribuciones que se han preparado para el Congreso Eclesial durante el año.

El resumen de los trabajos y la intervención del cardenal Camillo Ruini --vicario general del Papa para la diócesis de Roma--, quien trazará las líneas programáticas para el año pastoral 2006-2007, cerrarán el encuentro el jueves siguiente.

Más información en www.diocesidiroma.it .
ZS06053102

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Mundo



Indonesia: «Ayudar a quien ayuda», lema que impulsa a la Iglesia tras el terremoto en Java
Se acerca a 6.000 la cifra de muertos y a 10.000 la de heridos

YOGYAKARTA, miércoles, 31 mayo 2006 (ZENIT.org).- Antes los enormes daños del terremoto que sacudió el sábado la isla indonesia de Java, y vista la dilación en las ayudas gubernamentales e internacionales, la Iglesia en el país asiático ha elegido «Ayudar a quien ayuda» como lema de sus operaciones de socorro.

Las ha emprendido el Centro de crisis de la Conferencia Episcopal indonesia (KWI) --cuya sede se ha establecido por ahora en la ciudad de Yogyakarta-- que dirige el padre Ignatius Ismartono, según confirmó el martes la agencia del Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras «AsiaNews».

Indonesia se encuentra en el «Cinturón de Fuego» del Pacífico, zona de actividad sísmica importante y de volcanes activos. El terremoto del sábado es el mayor desastre que sufre el país, después del «tsunami» hace año y medio.

El Ministerio de Asuntos Sociales en Yakarta ya habla de más de 5.800 muertos. Los heridos superan los 9.700. Se presume la cifra de desplazados en más de 600.000. El distrito más afectado ha sido el de Bantul, donde el 80% de las casas ha quedado reducido a escombros.

El padre Ismartono ha confirmado a la agencia del PIME la reacción de «grandísima generosidad» del extranjero ante la catástrofe, pero sobre todo de las parroquias y de las familias indonesias.

«Muchísimas personas están mostrando su solidaridad con la recogida de ayudas en las parroquias del país, pero también proponiéndose como voluntarios»; «tenemos intención --dijo en nombre de la KWI-- de concentrarnos en la potenciación de esta red de estructuras y personal local, que se ha activado inmediatamente después de la tragedia».

«“Ayudar a quien ayuda es nuestro intento y el modo más veloz de intervenir”», aseguró.

En Yogyakarta, el sacerdote jesuita se está reuniendo con los responsables de las distintas agencias católicas internacionales, a fin de valorar cómo contribuir a las ayudas.

La KWI ha lanzado una petición de oración «por los golpeados por esta tragedia y por los que trabajan en el socorro», y ha abierto una recogida de fondos para ayudar a las estructuras locales a afrontar la emergencia.

Desde todo el mundo se puede colaborar haciendo llegar donativos en dólares estadounidenses a la siguiente cuenta (datos facilitados por «AsiaNews»):

KWI-PKR: ABN AMRO Bank - Jln. Ir. H. Juanda 23, Jakarta - INDONESIA
Acc.(US$) No: 174 - 25544802 USD
Swift Code: abnaidja


A la emergencia sanitaria y alimentaria --también falta agua potable y se eleva el riesgo de epidemias-- se suma la escasez de material ortopédico para atender a los heridos. Indonesia y la Organización Mundial de la Salud han pedido a los donantes internacionales que envíen suministros de este tipo para 5.000 pacientes.

El gobierno indonesio ha declarado el estado de emergencia; se prolongará tres meses.

«L’Osservatore Romano» se hacía eco también el martes de la «angustiosa rapidez» con la que iba creciendo el número de víctimas por el terremoto, así como de la dilación en la llegada de ayuda, circunstancia que pone en jaque la vida de los supervivientes amenazados por posibles epidemias.

«Las autoridades locales --se lee en sus páginas-- denuncian retrasos en las ayudas, a pesar de la petición oficial lanzada por el gobierno y la movilización de la comunidad internacional».

El coordinador de asistencia de la ONU, Jan Egeland, declaró que ayudar a las víctimas del terremoto de Java será una empresa enorme, y definió el fenómeno natural como «un desastre de primera importancia», según recoge el diario de la Santa Sede.

Además ha vuelto a aumentar la actividad del volcán Merapi --a unos 70 kilómetros del epicentro del terremoto--.

Indonesia es el mayor país musulmán del mundo: el 88% de sus 245 millones de habitantes pertenecen a ese credo. Los católicos representan el 3%.
ZS06053103

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En proceso de beatificación por martirio dos franciscanos polacos muertos en Perú
«Sendero Luminoso» acabó con las vidas de los sacerdotes hace quince años

CRACOVIA/PARIACOTO, miércoles, 31 mayo 2006 (ZENIT.org).- Franciscanos de Cracovia (Polonia) en misión en los Andes peruanos, el padre Michael (Miguel) Tomaszek y el padre Zbigniew Strzalkowski tenían, respectivamente, 30 y 32 años cuando fueron asesinados por el grupo terrorista «Sendero Luminoso».

Antes de cuatro años, el 5 de junio de 1995, por explícita petición del entonces obispo local (de Chimbote), monseñor Luis Armando Bambarén Gastelumendi, S.J., y con el apoyo de la Conferencia Episcopal Peruana, la Congregación vaticana para las Causas de los Santos autorizó la apertura del proceso de beatificación como mártires de la fe.

Al año siguiente se desarrollaron investigaciones en Cracovia a fin de hallar testimonios y documentación sobre la infancia, formación y primeros años de estos siervos de Dios polacos.

Actualmente la investigación diocesana se encamina a su término, apunta la oficina de comunicación de la Orden de los Frailes Menores Conventuales (www.ofm-conv.org).

Tras completar sus estudios teológicos en el Seminario Mayor de Cracovia, y mostrando un óptimo dominio del español, los dos religiosos partieron en misión hacia los Andes peruanos junto al padre Jaroslaw Wysoczanski, dedicándose a la «difícil tarea» --observa la Orden-- de la atención de la pobre parroquia de Pariacoto y de muchos otros pueblos de la zona.

El país donde desarrollaban su misión estaba a la cabeza de los productores mundiales de coca, destinada a ser transformada en cocaína «aportando míseras rentas a los campesinos y enormes ganancias a los grandes traficantes».

«Precisamente --describe la Orden-- las zonas andinas del norte, donde estaban nuestros hermanos, son pasos privilegiados para este comercio»; a inicio de los años '90 dominaba esta región el grupo terrorista «Sendero Luminoso», «que, contando con el terror y la difusión de ideologías revolucionarias, logra garantizar el éxito a este tipo de comercio».

Del 1 de enero al 22 de agosto de 1991 se alcanzó la cifra «récord» de 1.638 muertos por violencia en un país que ya registraba el 53% de los desaparecidos en todo el mundo.

En este entorno «se vio como un peligro» la actividad de la Iglesia, con la puesta en marcha de una catequesis más incisiva y la apertura de centros estables de animación cristiana. De forma que se incrementó la violencia contra los misioneros extranjeros y laicos.

Uno de los muchos panfletos de «Sendero Luminoso» decía: «Con la Biblia y la cruz pretendían ser una barrera al avance de la subversión...».

Imbuidos de una mezcla de maoísmo y nacionalismo, lleno de odio hacia los «explotadores», los terrositas además estaban dispuestos a matar también a los pobres campesinos que se opusieran a su planes o consideraran sospechosos de colaborar con el gobierno o el ejército.

El padre Zbigniew y el padre Miguel llegaron a Pariacoto en 1990. Junto al padre Jaroslaw dejaron la impronta del carisma franciscano, hecho de humildad, pobreza, oración, afabilidad, capacidad de comprometerse para el bien y tenacidad en la vida comunitaria.

La tarde del 9 de agosto de 1991 el padre Zbigniew y el padre Miguel celebraron su última Misa. Los guerrilleros llamaron al convento. Los religiosos (el padre Jaroslaw estaba en Europa en ese momento) fueron arrastrados fuera, cargados en la camioneta de la comunidad y, en el centro del pueblo, sometidos a un «proceso» sumario; los dos sacerdotes presentaron claramente la responsabilidad de desarrollar su misión evangelizadora.

Se emprendió el camino de la montaña y, empujados del vehículo, se les hizo tumbarse en el camino con las manos atadas y un cartón al cuello que decía: «Así mueren los lames del imperialismo». Fueron fusilados.

«Hallaron la muerte en el lugar elegido para encontrar a jóvenes y laicos, transformado en la tierra de su martirio», escribe la Orden.

«Resuenan las palabras confidenciales pronunciadas por el obispo tras el funeral --añade--: “Conozco a los indios, conozco su fiereza, cómo saben esconder sus sentimientos, incluso en los lutos más íntimos de sus familias... Pues bien, Padre, ¡yo aquel día vi a todo un pueblo llorar!”».
ZS06053101

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Novedades en el V Encuentro Mundial de las Familias respecto a ediciones anteriores
Para la ocasión, el Papa viajará a la ciudad española de Valencia

VALENCIA, miércoles, 31 mayo 2006 (ZENIT.org).- Por primera vez en la historia de los Encuentros Mundiales de las Familias (EMF), el que se celebrará en julio en Valencia (España) incluye una feria internacional dedicada íntegramente a las familias y la convocatoria de un Rosario de las Familias.

El martes pasado, las autoridades y miembros de la Fundación V Encuentro Mundial de las Familias comparecieron ante la prensa para dar a conocer el contenido de la gran cita, que supondrá además el primer viaje de Benedicto XVI a España .

Cientos de miles de familias acudirán al evento, cuyos actos tendrán lugar del 1 al 9 de julio.

«Estamos en la última etapa previa al inicio del V EMF», anunció el arzobispo anfitrión, monseñor Agustín García-Gasco.

Creado por Juan Pablo II, el EMF es una gran convocatoria que cada tres años hace el Papa para celebrar el don divino de la familia.

Reúne a cientos de miles de familias de los cinco continentes para rezar, dialogar, aprender, compartir y profundizar en la comprensión del papel de la familia cristiana como Iglesia doméstica y unidad básica de la evangelización.

El Pontificio Consejo para la Familia está al frente de la organización del acontecimiento mundial, con la colaboración de la diócesis que en cada ocasión sea sede de la gran celebración de las familias.

«La Transmisión de la Fe en la Familia» es el tema del próximo EMF.

El programa incluye, por primera vez en la historia de este evento, la celebración de una feria internacional dedicada íntegramente a las familias, y la convocatoria de un Rosario de las Familias que tendrá lugar la noche del 7 de julio en la Playa de la Malvarrosa y en el entorno del Paseo Marítimo, confirma la organización.

El V EMF 2006 comenzará el sábado 1 de julio con la Feria Internacional de la Familia, que se celebrará hasta el 7 de julio en Feria Valencia; reunirá a empresas, asociaciones y organizaciones no gubernamentales (ONG), además de acoger un amplio programa de actividades lúdicas y la celebración de diversos actos.

También en el recinto ferial se celebrará el Congreso Internacional Teológico Pastoral del 4 al 7 de julio. Será un foro de reflexión sobre la familia. Contará con la participación de una treintena cardenales de más de 25 países como los EE. UU., China, Australia, La India o Camerún, y destacados representantes de las Iglesias Ortodoxas griegas, rusas y rumanas. Simultáneamente se celebrará el Congreso de los Hijos y el Congreso de los Abuelos.

El viernes 7 de julio, durante el Rosario de las Familias, más de 40 niños valencianos escenificarán los misterios del Rosario; ésta será la primera celebración multitudinaria del Encuentro. Las actividades comenzarán en la playa a las 20.30 horas y el Rosario escenificado a las 22.00 horas.

El sábado 8 de julio, presidido por el Santo Padre, se celebrará el Encuentro Festivo y Testimonial a las 21 horas, en el altar situado en el Puente de Monteolivete.

La Eucaristía conclusiva será presidida por Benedicto XVI el domingo 9 de julio, a las 9.30 horas. Durante la celebración el Papa bendecirá de modo especial a los matrimonios que han cumplido sus bodas de oro como reconocimiento de su testimonio ejemplar.

Más información y formalización de inscripciones en la página plurilingüe www.wmf2006.org .
ZS06053108

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Entrevista



El arzobispo de Tarrgona analiza el impacto que tendrá la visita del Papa a Valencia
Entrevista con monseñor Jaime Pujol Balcells

TARRAGONA, miércoles, 31 mayo 2006 (ZENIT.org).- El arzobispo de Tarragona, monseñor Jaime Pujol Balcells, confiesa su preocupación en esta entrevista por las leyes que en España están dejando «sin protección a los más necesitados».

Para este doctor en Ciencias de la Educación y en Teología, es necesario «superar algunos planteamientos rancios» y trabajar para buscar «verdaderas soluciones» a los problemas.

Monseñor Pujol (Guissona, 1944) comenta con Zenit el impacto que podría tener la visita del Papa a Valencia, que tendrá lugar en julio con motivo del Encuentro Mundial de las Familias, y se detiene a explicar más concretamente algunos elementos de la fe en Cataluña.

--España está en el centro de la atención mundial a causa de algunas nuevas leyes. ¿Qué valoración hace de la España actual, especialmente en lo que concierne a la atención de las personas más vulnerables como ancianos, indigentes, personas diversamente hábiles, enfermos y/o no nacidos?

--Monseñor Pujol: Una doble valoración. Por una parte, la extensión del estado del bienestar y de las estructuras de solidaridad y la conciencia social al respecto hacen que todas las personas necesitadas visibles, como los indigentes, los enfermos, los inmigrantes recién llegados, en principio no queden completamente abandonados.

En este terreno, gracias a Dios, hay además en nuestro país una gran riqueza de iniciativas sociales de fieles e instituciones de la Iglesia que hacen una importantísima labor caritativa, que es plenamente actual. Si la Iglesia abandonase esta tarea se produciría un verdadero desastre.

Por otra parte, algunas de las leyes que se están haciendo y el debate social que las acompaña, dejan sin protección a los que están precisamente más necesitados, aquellos que «no se ven» y que molestan a la mentalidad fuertemente individualista y hedonista que propugnan estas mismas leyes: los no nacidos, los nacidos defectuosamente, los inválidos, los ancianos en su enfermedad terminal...

Pienso que se trata de algo extraño a nuestra tradición moral, que se le impone desde fuera, aunque también tenga sus raíces históricas.

Tengo confianza en que finalmente lograremos superar estos rancios planteamientos, que van unidos a enfrentamientos que ya están superados, y que entre todos podremos plantearnos con serenidad y realismo cuáles son las verdaderas soluciones a los problemas que aquejan a nuestros hermanos más necesitados. Y que, sobre todo, no crearemos nuevos problemas y lacras sociales, como hacen estas leyes.

--Cataluña ha sido durante un tiempo tierra de santos y evangelizadores. ¿Y hoy?

--Monseñor Pujol: Cataluña tiene unas profundas raíces cristianas. Como tantos otros pueblos europeos, puede decirse que nació «en manos de la Iglesia».

Generación tras generación, ha ido dando frutos de santidad y de evangelización en todo el mundo.

Juan Pablo II, por ejemplo, ha canonizado a nueve catalanes y ha beatificado a varias docenas, la mayoría de ellos del siglo XX o de finales del XIX.

Para mí, al regresar a Cataluña como arzobispo después de estar unos años fuera, ha sido una sorpresa descubrir tanta gente que de manera abnegada y silenciosa saca adelante multitud de iniciativas de amor al prójimo, con un sentido profundamente cristiano.

Por otra parte, Dios sigue llamando a los jóvenes, y nuestra ilusión es llenar los seminarios, los noviciados religiosos y todas las labores laicales. Tenemos esperanza.

Precisamente hace pocos días todos los obispos de Cataluña nos reuníamos en Montserrat para pedírselo con renovada fe a la Virgen, en el 125 aniversario de su patronazgo sobre todas nuestras diócesis.

Pienso que, no sólo en Cataluña, en todas partes, necesitamos los cristianos convencernos de la completa actualidad del mensaje cristiano, de Jesucristo.

El hombre actual, como el de todos los tiempos, está huérfano sin Dios, que es su padre. Y hoy más que nunca se palpa esta necesidad.

Tal vez los cristianos hemos de empezar por convencernos de una vez nosotros mismos con una vida de relación más honda con Dios, a través de la oración y los sacramentos, que luego se manifieste en obras más consecuentes.

Hoy más que nunca se necesitan santos, como usted dice, que son los verdaderos evangelizadores.

--¿Cómo afectaría a los católicos el nuevo Estatuto de Autonomía de Cataluña?

--Monseñor Pujol: Los obispos de las diócesis catalanas, como todos los obispos y todos los pastores, queremos ser muy respetuosos con el libre debate político de los ciudadanos. No podemos ni queremos ser hombres de parte, de partido. Representamos a Jesucristo, y hemos de estar abiertos a todos, también en sus distintas sensibilidades legítimas.

Dicho esto, los obispos de Cataluña hemos alertado ya de cómo el Título Primero del Estatuto «trata la dimensión ética de la vida, el matrimonio y la familia, la dignidad de la persona humana, la libertad de enseñanza propia de una sociedad democrática y pluralista y el respeto por los más débiles, sobre todo los no-nacidos y los enfermos terminales».

Un estatuto legisla, y algunos puntos del Título Primero son muy negativos para nuestra sociedad, puesto que, como he dicho, diluye la familia y no protege lo suficiente la vida.

Además, para el propósito básico del Estatuto, este Título Primero y los cambios que propone son completamente innecesarios y presentan una comprometedora disyuntiva en los ideales morales más sentidos.

En este sentido, si para todo el mundo es un deber el discernimiento en conciencia en asuntos tan importantes que afectan derechos fundamentales, para un católico todavía lo es más, y por esto los obispos con sede en Cataluña hemos pedido que cada cual haga un discernimiento muy serio antes de votar.

--Pronto vendrá el Papa a Valencia. ¿Qué España se encontrará Benedicto XVI en julio en el Encuentro Mundial de las Familias?

--Monseñor Pujol: Encontrará una fe vivida por muchas personas en una sociedad de hondas raíces cristianas que vive un momento delicado en su historia colectiva.

Me refiero sobre todo al secularismo, al laicismo que parece querer imponerse y que actualmente pretende romper por principio con toda norma moral, incluso a costa de los pilares e instituciones más básicos que nos protegen a todos, como son el amor a la vida, el matrimonio, la familia y la misma libertad religiosa.

No es un fenómeno exclusivo de España, aunque tiene sus matices propios en nuestro país.

Pienso que es muy importante este viaje del Papa Benedicto XVI y que vale la pena prestar una gran atención a su mensaje

Ha de suponer --así se lo pido a Dios-- un punto de inflexión para todos los creyentes y para todos los españoles de buena voluntad que quieran escucharle.

Animo vivamente a todos a prepararse para este gran encuentro con el Vicario de Cristo, que será un momento de gracia. Conviene pensar que su visita de Pastor universal se dirige a cada uno.

Por eso, la mejor preparación es la que haga cada uno en su propio corazón. Ojalá lo encuentre muy bien dispuesto, y nos acompañen en eso nuestros familiares, amigos, colegas.

Junto a los preparativos organizativos, pues, animo a todos los fieles a volver a las fuentes de la gracia.

Los cristianos tenemos la maravilla del sacramento de la Confesión, de la Reconciliación con Dios.

Acudir a confesarse con el sacerdote e invitar a hacerlo a los que nos rodean, ésta sí puede ser una manera muy buena de prepararse.

Ojalá el Papa Benedicto XVI encuentre esto en España: una renovada disposición de seguir a Jesucristo en nuestro tiempo.
ZS06053111

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La relación entre movimientos y parroquias
Entrevista con el padre Segura, rector del Centro de Estudios Superiores de la Legión de Cristo en Roma

ROMA, miércoles, 31 mayo 2006 (ZENIT.org).- ¿Cómo es o cómo debería ser la relación entre los nuevos movimientos o comunidades eclesiales y las parroquias?

A esta pregunta, cuya respuesta ha dado en el pasado lugar a debates, responde el padre Miguel Segura, rector del Centro de Estudios Superiores de la Legión de Cristo en Roma.


--Muchos de sus seminaristas colaboran en parroquias de Roma y de otras diócesis, ¿qué aportación al binomio «parroquia-movimientos» podemos esperar de este encuentro promovido por el Santo Padre Benedicto XVI?

--Padre Segura: La Iglesia entera ha estado reflexionado ya durante varios años en esta pregunta que usted me hace. Tenemos varios discursos del Papa Juan Pablo II sobre esta relación entre los movimientos y las parroquias. El Papa Benedicto XVI también ofreció múltiples reflexiones sobre este punto antes de su elección al pontificado. Más recientemente el Consejo Pontificio para los Laicos ha seguido profundizando el tema. Las respuestas se van dando tanto en el ámbito teológico-canónico como en la vida de cada día.

Creo que la aportación que podemos esperar ahora es el crecimiento en este mutuo entendimiento y aceptación, en seguir aprendiendo cómo todos juntos hacemos Iglesia. Se trata de una realidad vivida en primera persona por muchos párrocos y cristianos pertenecientes a diversos movimientos. Esta colaboración crece y se multiplica, ofreciéndonos, por un lado, una gama muy amplia de experiencias positivas y, por otro, una serie de dificultades normales para toda realidad en crecimiento. En ocasiones las dificultades, los temores y los riesgos se convierten en el único punto de vista desde el que se afronta la relación entre las parroquias y los movimientos, opacando la evidencia de todo lo positivo que tantos párrocos y obispos están viviendo.

Como digo, creo que una de las aportaciones fundamentales del encuentro de los movimientos con el Santo Padre y el Segundo Congreso Mundial de los Movimientos Eclesiales y de las Nuevas Comunidades, será el darnos la perspectiva justa para afrontar la relación entre estas dos realidades.
--¿Ha encontrado párrocos interesados en pertenecer a movimientos?

--Padre Segura: Por supuesto. Como se ha comentado en las reuniones del ARCER (Asociación de rectores de los colegios eclesiásticos romanos) un porcentaje elevado de las vocaciones diocesanas presentes actualmente en los colegios romanos provienen de los nuevos movimientos. A partir de esto, muchos párrocos están invitando a los movimientos a participar desde dentro en la vida parroquial. Por otro lado, conozco personalmente numerosos sacerdotes diocesanos, entre ellos párrocos, que se adhieren a la espiritualidad de algún movimiento para fortalecer su amistad personal con Jesucristo y para potenciar su acción apostólica con la amplia gama de iniciativas que aportan los movimientos en la realización de los planes de pastoral de cada diócesis.

--Pero al adherirse a un movimiento particular, ¿no se corre el riesgo de que «tome partido» una persona que debería mantenerse «super partes»?

--Padre Segura: Puede darse en algún párroco algo de partidismo, pero considero que no debemos generalizar. Tantos casos demuestran lo contrario. Todos formamos un solo cuerpo en Cristo, bajo la guía del Espíritu Santo. Los párrocos buscan los medios más adecuados para su propia vida espiritual y para realizar su ministerio. Y, si se sienten llamados por Dios a vivir su propia vocación y misión según un carisma aprobado por la Iglesia, no puede ser más que para bien suyo personal y de los fieles que Dios le ha confiado. Los movimientos no son ni deben ser grupos cerrados ni iglesias paralelas; no son más que caminos o vehículos para acercar personas a Cristo y la parroquia es el puente. Es verdad que en ese puente puede haber problemas de tráfico y una solución posible sería prohibir la circulación, pero otra sería ensanchar el puente y organizar el tráfico. Por eso se habla con frecuencia de la parroquia como la «comunidad de comunidades». Si la meta de la parroquia es acercar a todos los hombres a Cristo y hacerles partícipes de su amistad, la solución parece evidente. Por otro lado, el testimonio luminoso de tantos párrocos nos enseña que no son meros administradores o guardianes de ese puente, sino pastores que infunden en la vida parroquial un clima constructivo de caridad y de comunión eclesial. Y todos los fieles, pertenezcan o no a movimientos o asociaciones laicales, deben colaborar con su párroco con una auténtica actitud de servicio, fomentando la unidad al realizar la misión común de ir por todo el mundo a predicar el evangelio.

--¿Qué frutos positivos ve en la colaboración entre movimientos y parroquias?

--Padre Segura: Volvamos a la experiencia. De hecho son muy numerosas las parroquias que acogen en su interior a los nuevos movimientos y en lo personal me ha tocado ser testigo de los frutos positivos que producen: vivencia más consciente del propio bautismo, impulso misionero, aumento de vocaciones al sacerdocio y vida consagrada. Los miembros de los movimientos no son más que cristianos bautizados que desean compartir su experiencia de fe en Cristo. Dependiendo de su espiritualidad enfatizan uno u otro aspecto, todos ellos importantes. Unos fomentan la profundización de la fe, otros su vivencia a través de la caridad, otros su anuncio por la proclamación de la palabra o por el ejemplo. Muchos párrocos han sabido aprovechar este torrente de «fe vivida» para revitalizar sus parroquias y multiplicar sus propios esfuerzos de evangelización. Cada movimiento es una gran fuente de recursos para la parroquia, principalmente cuando hablamos de voluntarios, catequistas, animadores parroquiales, recursos formativos y programas de apostolado.

--¿A qué temores y riesgos se refiere cuando habla de las dificultades entre movimientos y parroquia?

--Padre Segura: En ocasiones se percibe en algunos párrocos desconfianzas y reticencias hacia los nuevos movimientos, pero debo reconocer que actualmente ese fenómeno está disminuyendo. Y es que, de manera errónea, han visto a los movimientos como alternativas a la parroquia, casi como si la parroquia estuviese destinada a ser reemplazada por ellos. También es cierto que en otras ocasiones a algunos miembros de los movimientos les ha faltado una mayor humildad y disponibilidad para integrase en la organización parroquial. Pero estoy convencido de que posibles conflictos deben resolverse con humildad, en dependencia del Ordinario del lugar, y a la luz de la caridad evangélica y del mandato de Cristo que nos envía a evangelizar. Como el Santo Padre acaba de decir en su mensaje a los participantes en el congreso mundial de movimientos eclesiales reunidos en Rocca di Papa: «Todo problema deben afrontarlo los Movimientos con sentimientos de profunda comunión, en espíritu de adhesión a los Pastores legítimos». Siendo tantas y tan apremiantes las necesidades de la sociedad y de la Iglesia, nada debería pesar más en la balanza que la misión común que Dios nos ha confiado. En este sentido son muy iluminadoras las palabras de la conferencia «Los movimientos eclesiales y su colocación teológica», dictada por el entonces cardenal Joseph Ratzinger, que a mi modo de ver ya ha dado mucho fruto, aunque hay que seguir meditándola y aplicándola.

--¿No existe el peligro de una separación dentro de la parroquia? Unos se mueven según un carisma, otros según otro… ¿No llevará a una fragmentación?

--Padre Segura: Considero que los carismas en sí no son fuentes de disgregación. Todos ellos provienen del mismo Espíritu Santo que guía a la Iglesia. Él ha querido suscitar dentro de la Iglesia, y según las necesidades de cada época, órdenes, congregaciones, institutos seculares y movimientos laicales, haciendo de todos ellos ramas y flores del mismo y único árbol que es la Iglesia. Creo que no hay que preocuparse porque cada flor tenga un color diferente, si todas ellas, con sincero espíritu de comunión, contribuyen a la belleza del árbol. Así cada movimiento contribuye con su parte al gran conjunto del trabajo parroquial.

--El encuentro con Benedicto XVI del próximo sábado, ¿potenciará la colaboración entre movimientos y parroquia?

--Padre Segura: Estoy convencido. Los movimientos no son un problema, sino un don para la parroquia y para toda la Iglesia. Este evento será para los movimientos una gran ocasión de encontrarse con el Papa, y de manifestar su adhesión a él y a los demás obispos. Pondrá en mayor evidencia que la Iglesia de Cristo es una comunión, en la que la diversidad de dones enriquece la unidad de vida y de misión. También para las parroquias será de beneficio, pues el mensaje del Santo Padre impulsará, sin duda alguna, a los movimientos y nuevas realidades eclesiales a intensificar, en las parroquias en que estén presentes, la vida cristiana y el celo evangelizador. Jesucristo comparó el Reino de Dios a diversas realidades en crecimiento: la levadura, una semilla, un grano de mostaza que se convierte en arbusto y en árbol frondoso. En ocasiones la semilla o el embrión no revelan con nitidez todo lo que serán al alcanzar la madurez, y esto puede provocar una comprensible inquietud; pero en el caso de los movimientos aprobados por la Iglesia tenemos la garantía de que conocemos al sembrador. La realidad que el Espíritu Santo siembra en estos momentos en la Iglesia y en las parroquias no puede ser nociva si lleva su firma.
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Audiencia del miércoles



Benedicto XVI hace un balance de su viaje a Polonia
Intervención en la audiencia general

CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 31 mayo 2006 (ZENIT.org).- Publicamos la intervención de Benedicto XVI durante la audiencia general de este miércoles dedicada a comentar su segundo viaje apostólico internacional que tuvo por destino Polonia, la tierra natal de Juan Pablo II, del 25 al 28 de mayo.

 

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Queridos hermanos y hermanas:

Hoy quiero recorrer junto a vosotros las etapas del viaje apostólico que pude realizar en los días pasados a Polonia. Doy las gracias al episcopado polaco, en particular a los arzobispos metropolitanos de Varsovia y de Cracovia, por el celo y el cuidado con que han preparado esta visita. Vuelvo a expresar mi reconocimiento al presidente de la República y a las diferentes autoridades del país, así como a todos los que han cooperado en el éxito de este acontecimiento. Sobre todo quiero dar gracias de corazón a los católicos y a todo el pueblo polaco, pues he sentido su abrazo lleno de calor humano y espiritual. Y muchos de vosotros lo han visto por televisión. Era una verdadera expresión de la catolicidad, del amor a la Iglesia, que se expresa en el amor por el sucesor de Pedro.

Después de la llegada al aeropuerto de Varsovia, el lugar de mi primera cita reservada a los sacerdotes fue la catedral de esa importante ciudad en el día en el que se celebraba el quincuagésimo aniversario de la ordenación sacerdotal del cardenal Józef Glemp, pastor de esa archidiócesis. De este modo, mi peregrinación comenzó con el signo del sacerdocio y continuó después con la solicitud ecuménica testimoniada en la iglesia luterana de la Santísima Trinidad. En esa ocasión, junto a los representantes de las diferentes iglesias y comunidades eclesiales que viven en Polonia, confirmé el firme propósito de considerar el compromiso por la reconstrucción de la plena y visible unidad entre los cristianos como una auténtica prioridad de mi ministerio. Después llegó la solemne celebración eucarística en la plaza Pilsudski, llena de gente, en el centro de Varsovia. Este lugar, en el que celebramos solemnemente con alegría la Eucaristía, alcanzó un valor simbólico, pues había acogido acontecimientos históricos como las santas misas celebradas por Juan Pablo II y la de los funerales del cardenal primado Stefan Wyszynski, así como algunas de las masivas celebraciones de sufragio en los días posteriores a la muerte de mi venerado predecesor.

En el programa no podía faltar la visita a los santuarios que han marcado la vida como sacerdote y obispo de Karol Wojtyla; sobre todo tres: el de Czestochowa, el de Kalwaria Zebrzidowska y el de la Divina Misericordia. No podré olvidar la visita al famoso santuario mariano de Jasna Góra. En ese Claro Monte, corazón de la nación polaca, como si fuera un cenáculo, numerosísimos fieles, en especial religiosos, religiosas, seminaristas y representantes de los movimientos eclesiales, se reunieron en torno al sucesor de Pedro para ponerse, junto a mí, en escucha de María. Inspirándome en la estupenda meditación mariana que Juan Pablo II regaló a la Iglesia en la encíclica «Redemptoris Mater», quise volver a proponer la fe como actitud fundamental del espíritu, que no es algo meramente intelectual o sentimental. La fe auténtica involucra a toda la persona: sus pensamientos, afectos, intenciones, relaciones, corporeidad, actividad, trabajo cotidiano. Al visitar después el maravilloso santuario de Kalwaria Zebrzydowska, cercano a Cracovia, le pedí a la Virgen de los dolores que apoye la fe de la comunidad eclesial en los momentos de dificultad y de prueba; la etapa sucesiva en el Santuario de la Divina Misericordia, en Lagiewniki, me permitió subrayar que sólo la Divina Misericordia ilumina el misterio del hombre. En el convento cercano a este santuario, al contemplar las llagas luminosas de Cristo resucitado, sor Faustina Kowalska recibió un mensaje de confianza para la humanidad, el mensaje de la Misericordia Divina, al que Juan Pablo II hizo eco y del que se convirtió en su intérprete. Es un mensaje realmente central para nuestro tiempo: la Misericordia como fuerza de Dios, como límite divino contra el mal del mundo.

Quise visitar otros «santuarios» simbólicos: me refiero a Wadowice, localidad que se ha hecho famosa porque allí nació y fue bautizado Karol Wojtyla. La visita me dio la oportunidad de dar las gracias al Señor por el don de este incansable servidor del Evangelio. Las raíces de su fe robusta, de su humanidad tan sensible y abierta, de su amor por la belleza y la verdad, de su devoción a la Virgen, de su amor por la Iglesia y sobre todo de su vocación a la santidad se encuentran en esta pequeña ciudad en la que recibió su primera educación y formación. Otro lugar amado por Juan Pablo II es la Catedral de Wawel, en Cracovia, lugar simbólico para la nación polaca: en la cripta de esa catedral Karol Wojtyla celebró su primera misa.

Otra bellísima experiencia ha sido el encuentro con los jóvenes, que tuvo lugar en Cracovia, en el gran parque de Blonie. A los numerosos jóvenes entregué simbólicamente la «Llama de la misericordia» para que sean en el mundo heraldos del Amor y de la Divina Misericordia. Con ellos medité en el pasaje evangélico de la casa construida sobre la roca (Cf. Mateo 7, 24-27), leído también hoy, al inicio de esta audiencia. Me detuve a reflexionar también sobre la Palabra de Dios el domingo por la mañana, solemnidad de la Ascensión, durante la celebración conclusiva de mi visita. Fue un encuentro litúrgico animado por una extraordinaria participación de fieles en el mismo parque en el que, en la noche anterior, se había desarrollado la cita con los jóvenes. Aproveché la oportunidad para renovar ante el pueblo polaco el anuncio estupendo de la verdad cristiana sobre el hombre, creado y redimido en Cristo; esa verdad que en tantas ocasiones proclamó Juan Pablo II con vigor para alentar a todos a permanecer firmes en la fe, en la esperanza y en el amor. «¡Permaneced firmes en la fe!». Esta ha sido la consigna que he dejado a los hijos de la querida Polonia, alentándoles a perseverar en la fidelidad a Cristo y a la Iglesia para que no falte nunca a Europa y al mundo la contribución de su testimonio evangélico. Todos los cristianos tienen que sentirse comprometidos a dar este testimonio para evitar que la humanidad del tercer milenio pueda conocer de nuevo horrores semejantes a los que son evocados trágicamente por el campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau.

Precisamente quise detenerme en ese lugar tristemente conocido en todo el mundo antes de regresar a Roma. En el campo de Auschwitz-Birkenau, al igual que en otros campos semejantes, Hitler hizo exterminar a seis millones de judíos. En Auschwitz-Birkenau murieron también unos 150.000 polacos y decenas de miles de hombres y mujeres de otras nacionalidades. Ante el horror de Auschwitz no hay otra respuesta que la Cruz de Cristo: el Amor que desciende hasta el abismo del mal para salvar al hombre en su raíz, donde su libertad puede rebelarse contra Dios. ¡Que la humanidad de hoy no se olvide de Auschwitz y de las demás «fábricas de la muerte» en las que el régimen nazi trató de eliminar a Dios para tomar su puesto! ¡Que los hombres vuelvan a reconocer que Dios es Padre de todos y que nos llama a todos en Cristo a construir juntos un mundo de justicia, de verdad y de paz! Queremos pedirle esto al Señor por intercesión de María, a quien hoy, al concluir el mes de mayo, contemplamos visitando con diligencia y amor a su anciana pariente Isabel.

[Traducción del original italiano realizada por Zenit. Al final de de la audiencia, el Santo Padre saludó a los peregrinos en varios idiomas. Estas fueron sus palabras en español]

Queridos hermanos y hermanas:
Deseo compartir hoy algunos aspectos de mi reciente viaje a Polonia, en el que he visitado algunos lugares tan significativos para el querido Papa Juan Pablo II, encontrando siempre una multitud entusiasta de los hijos de esa noble Nación.

Han sido jornadas densas de encuentros, celebraciones multitudinarias, visitas a diversos santuarios marianos y lugares que son como hitos en la historia espiritual de Karol Wojtyła, y también en el alma de tantos polacos.

En Auschwitz salta a la vista la magnitud del horror al que se puede llegar cuando se trata de eliminar a Dios para ocupar su puesto. Por eso he alentado a todos los polacos a permanecer firmes en la fe, fieles a Cristo y a la Iglesia, para que no falte su testimonio evangélico en Europa y en el mundo. Un testimonio que todos han de dar para evitar que en la humanidad del tercer milenio se llegue a las atrocidades de los campos de concentración.

Saludo cordialmente a los visitantes de lengua española, en particular a los grupos del Movimiento de Vida Cristiana, del Regnum Christi, de Schönschtatt y la Asociación Providencia, así como de la Parroquia de San Pelayo, acompañados del Cardenal Eduardo Martínez Somalo, y a los demás grupos y personas de Latinoamérica y España. Invito a todos a terminar el mes de mayo invocando con devoción a la Santísima Virgen María.
¡Muchas gracias!

[© Copyright 2006 - Libreria Editrice Vaticana]
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Nuevos movimientos



Movimiento Apostólico de Schoenstatt


CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 31 mayo 2006 (ZENIT.org).- Publicamos la descripción que presenta el «Repertorio» de «Asociaciones Internacionales de Fieles», editado por el Consejo Pontificio para los Laicos, del Movimiento Apostólico de Schoenstatt.

 

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DENOMINACIÓN OFICIAL: MOVIMIENTO APOSTÓLICO DE SCHOENSTATT

DENOMINACIÓN HABITUAL: Schoenstatt-Bewegung

FUNDACIÓN: 1914

HISTORIA: El Movimiento Apostólico de Schoenstatt nació de la intuición del joven sacerdote palotino Josef Kentenich (1885-1968), a quien en 1912 se le confió la atención pastoral de una casa para estudiantes precisamente en Schoenstatt, localidad situada cerca de Coblenza (Alemania), de donde viene el nombre de la obra. Llevando a cabo la tarea encomendada el padre Kentenich rápidamente se dio cuenta de la necesidad de conjugar la verdad de la fe con las exigencias de los tiempos y la necesidad, para los jóvenes que se le habían confiado, de un nuevo tipo de educación que naciera de lo íntimo de la persona haciéndola libre y capaz de opciones responsables. El acto de fundación del Movimiento es la Alianza de amor, que el 18 de octubre de 1918 el padre Kentenich y sus estudiantes sellaron con María y con Dios uno y trino en el Santuario –del que hoy existen 180 réplicas en el mundo– dedicado a la Mater ter admirabilis. En ese Santuario los estudiantes confiaron la propia vida a Nuestra Señora pidiéndole que hiciera de la Capilla un hogar en el que obtener la gracia de la acogida, la gracia de la transformación interior, la gracia del envío y de la fecundidad apostólica. Esta experiencia llegaría a ser el núcleo de la espiritualidad del Movimiento y la Capilla la meta de peregrinaciones marianas para millones de personas procedentes de todo el mundo. La Obra, aprobada por la autoridad eclesiástica en 1964, hoy está formada por 20 ramas que con formas distintas de compromiso reúnen en todos los continentes a hombres, mujeres, familias, jóvenes, sacerdotes, laicos consagrados.

IDENTIDAD: En fidelidad a las enseñanzas del Fundador, el Movimiento Apostólico de Schoenstatt busca la formación de personas y comunidades cristianas capaces de adherirse libremente al designio de Dios en el mundo en el que viven. El proceso formativo propuesto por el Movimiento nace de su espiritualidad y se funda en la autoeducación, en la fe en la Providencia, en la santificación la vida cotidiana, en la prontitud y libre disponibilidad para ser instrumento de Dios. Finalidad peculiar del Movimiento es la renovación espiritual de los cristianos, objetivo al que se tiende mediante la promoción de actividades educativas y religiosas y de proyectos sociales, realizados también en colaboración con otros movimientos eclesiales.

ESTRUCTURA: El Movimiento Apostólico de Schoenstatt, cuyo centro espiritual y unificador está representado por María, el Fundador y el lugar de la fundación con el Santuario de gracias, institucionalmente está dividido: Movimiento de los peregrinos, Ligas apostólicas sin obligación de comunidad; Federaciones (o Uniones) apostólicas con una forma obligatoria no jurídica de comunidad; Institutos seculares, con obligación jurídica de comunidad, que constituyen el núcleo del Movimiento y cuyos miembros viven la radicalidad de los consejos evangélicos sin emitir votos. Cada una de estas ramas jurídicamente es autónoma. El servicio de coordinación le corresponde al Praesidium generale, constituido por los máximos representantes de los Institutos y de las Federaciones además de un representante de las Ligas Apostólicas.

DIFUSIÓN: El Movimiento Apostólico de Schoenstatt cuenta con unos 96.000 miembros, de los cuales 4.400 pertenecen a los Institutos y 2.000 a las Federaciones, y está presente en 42 países distribuidos del siguiente modo: África (6), Asia (5), Europa (17), Norteamérica (5), Sudamérica (9). Unas 10.000 personas al día van en peregrinación a uno de los Santuarios del Movimiento esparcidos por el mundo.

OBRAS: Los Institutos seculares del Movimiento dirigen escuelas, residencias, hospitales e instituciones caritativas.

PUBLICACIONES: Regnum, revista cuatrimestral; Basis, mensual; Pater Josef Kentenich, boletín cuatrimestral.

PÁGINA WEB: http://www.schoenstatt.de

SEDE CENTRAL: Apostolische Schoenstatt-Bewegung
Berg Sion, 1 - 56179 Vallendar (Alemania)
Tel. [+49]261.65040 Fax 261.650444
E-mail: webmaster@schoenstatt.de


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Movimiento Apostólico «Regnum Christi»


CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 31 mayo 2006 (ZENIT.org).- Publicamos la descripción que presenta el «Repertorio» de «Asociaciones Internacionales de Fieles», editado por el Consejo Pontificio para los Laicos, del Movimiento Apostólico «Regnum Christi».

 

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DENOMINACIÓN OFICIAL: MOVIMIENTO APOSTÓLICO «REGNUM CHRISTI»

FUNDACIÓN: 1959

HISTORIA: «Regnum Christi» nació en México por iniciativa del padre Marcial Maciel, fundador de la Congregación de los Legionarios de Cristo, de la que comparten la espiritualidad centrada en el amor personal a Jesucristo.

IDENTIDAD: «Regnum Christi» es un movimiento de laicos cristianos –hombres y mujeres– de todas las edades que, en fidelidad al Sucesor de Pedro y motivados por el amor a Dios y al prójimo, desean hacer del Evangelio una realidad en la propia vida y en la sociedad, respondiendo a la llamada universal a la santidad y al apostolado. El movimiento quiere despertar en sus miembros la conciencia de la propia vocación bautismal, ofreciéndoles medios para vivir el Evangelio en las circunstancias cotidianas de la vida personal, familiar y profesional, formándoles y organizándoles para que vivan y realicen en sí mismos y en la sociedad la civilización del amor y la justicia; ayudándoles a concebir la misión apostólica como participación a la misión redentora de Jesucristo. Bajo la guía espiritual de los Legionarios de Cristo, que les ofrecen la atención sacramental y una orientación moral mediante cursos de formación cristiana y apostólica (escuelas de fe), los miembros de «Regnum Christi» llegan a ser apóstoles dispuestos a consagrar una parte o la totalidad de su tiempo a la tarea de anunciar y dilatar el reino de Cristo, conscientes de la vital necesidad de su inserción en la Iglesia universal y en la Iglesia particular a la que pertenecen. Con el fin de perseverar en una vida cristiana auténtica, los laicos de «Regnum Christi», que nutren una devoción filial por la Virgen María, modelo excelso de la nueva humanidad, se comprometen en la oración diaria, la frecuente participación a los sacramentos, la lectura semanal del Evangelio en grupo, la periódica evaluación de los progresos de la propia actividad apostólica. En colaboración con los Legionarios de Cristo, los miembros del Movimiento prestan su labor sobre todo en las siguientes áreas de apostolado: misión, promoción humana y cristiana de grupos socialmente más necesitados, difusión de la doctrina católica, formación de la juventud e instituciones educativas y de enseñanza, promoción de la familia, medios de comunicación social, colaboración con los sacerdotes diocesanos.

DIFUSIÓN: «Regnum Christi» cuenta con más de 47.000 miembros y está presente en 34 países distribuidos del siguiente modo: África (1), Asia (1), Europa (14), Norteamérica (7), Oceanía (3), Oriente Medio (1), Sudamérica (7).

PÁGINA WEB: http://www.regnumchristi.org

SEDE CENTRAL: Movimento Apostolico «Regnum Christi»
c/o Legionari di Cristo
Via Aurelia, 677
I - 00165 Roma (Italia)
Tel. [+39]06.664991 Fax 06.66499372
E-mail: lcrc@legionaries.org

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Documentación



Abogados de la Ciudad de Buenos Aires: «El aborto es una forma de homicidio»
Declaración pública

BUENOS AIRES, miércoles, 31 mayo 2006 (ZENIT.org).- Respecto a la intención de que la legislación de Argentina despenalice el aborto, el Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires (www.colabogados.org.ar) recuerda que tal práctica «es una forma de homicidio».

En una Declaración Pública, fechada el pasado 19 de mayo, dicha entidad profesional alerta de la contradicción entre esta posible despenalización y los preceptos constitucionales argentinos, el Código Civil del país, la Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José de Costa Rica) y la Convención sobre los Derechos del Niño (Naciones Unidas).

«No se trata de una cuestión religiosa», sino «de defender el derecho a la vida», recalca el Colegio.

El documento ha tenido eco en la Congregación vaticana para la Evangelización de los Pueblos, cuya web (www.evangelizatio.org) lo ha difundido también.

 

* * *



 

Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires
Declaración Pública (19/05/2006)

El aborto es una forma de homicidio



El Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires se ve en la obligación de alertar a la ciudadanía y, especialmente a los hombres de Derecho, sobre la intención de introducir en la legislación penal del país la despenalización del aborto en contra de claros preceptos constitucionales y de principios recogidos en nuestra tradición jurídica respecto a los derechos del hombre antes de su concepción, desde su incorporación en el Código Civil.

El artículo 63 del citado cuerpo legal dispone que “Son personas por nacer las que no habiendo nacido, están concebidas en el seno materno” y el artículo 70 del mismo ordenamiento dice que “Desde la concepción en el seno materno comienza la existencia de las personas (...)”.

Asimismo, la Convención Americana sobre Derechos Humanos (pacto de San José de Costa Rica), incorporada a nuestra Constitución Nacional en el año 1994 (art. 22 CN), en su artículo 4º dispone que “Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará protegido por la ley y, en general, a partir del momento de la concepción” y la Convención sobre los Derechos del Niño, de la Asamblea de las Naciones Unidas, también incorporada en el año 1994 a nuestra Carta Magna, dice en su artículo 1º que “(...) El niño, por su falta de madurez física y mental necesita protección legal, tanto antes como después del nacimiento (...)” La ley ratificatoria del tratado formuló una reserva diciendo que la Argentina “(...) declara que el mismo debe interpretarse en el sentido de que se entiende por niño todo ser humano desde el momento de su concepción y hasta los 18 años de edad”.

Nuestra entidad quiere dejar claramente expuesta su postura en el sentido que el aborto es una forma de homicidio, ya que implica interrumpir voluntariamente la vida de una persona con el agravante que tal atentado se realiza cuando la víctima no tiene capacidad de defenderse.

No existe, como suele decirse, una alternativa entre dos valores: la libertad de la madre y la vida del feto, porque el concepto de valor no es absoluto y se enmarca en una comparación dinámica con diferentes conductas. Frente al respeto del derecho esencial a la vida, la libertad de quien resuelve atentar contra ella no puede calificarse como valor.

Además de los conceptos esenciales formulados precedentemente, el texto legal difundido públicamente en el cual se introduce esta reforma, tiene claros defectos de técnica jurídica pues, de acuerdo al principio de legalidad, los tipos penales deben ser precisos y no pueden remitir la punibilidad de las conductas a la discrecionalidad o arbitrariedad de quien debe juzgarlos.

Ciertamente el legislador puede introducir excusas absolutorias que, en determinadas circunstancias perfectamente definidas, despenalice conductas porque se protegen sentimientos o emociones atendibles, como ocurre en el texto que hoy tiene el Código Penal vigente, pero ello debe surgir de una expresión clara en la ley y no de una remisión abierta a la voluntad de los jueces.

Al difundir este proyecto se introduce a la sociedad argentina en un debate donde es preciso aclarar, desde el principio, sus fundamentales parámetros: No se trata de una cuestión religiosa ni una discusión entre el progresismo y el conservadorismo. Se trata, nada más ni nada menos, de defender el derecho a la vida. Tampoco es bueno tomar ejemplos de otros países porque la modernidad y el desarrollo no se logran imitando todo, aún los malos ejemplos. Una sociedad que no respeta la vida en cualquiera de sus formas es víctima del peor subdesarrollo, el moral, a pesar que pueda aparecer como rica en bienes materiales.



Enrique del Carril
Presidente

Guillermo Lipera
Secretario
ZS06053109

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