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Servicio diario -
28 de mayo de 2006


El Papa en Polonia
Benedicto XVI culmina su viaje a Polonia visitando Auschwitz
En nombre de Juan Pablo II, el Papa pide a los polacos mantenerse firmes en la fe
Un millón de chicos y chicas en Cracovia junto al Papa
Benedicto XVI, «como padre», pide a los jóvenes decir «no» a la droga
Benedicto XVI reza por la pronta beatificación de Juan Pablo II

Santa Sede
Dolor del Papa por el terremoto en la isla indonesia de Java

Mundo
Cáritas se moviliza para ayudar a las víctimas del terremoto en Indonesia
La experiencia del Espíritu Santo convoca en Buenos Aires un Encuentro Ecuménico
Satisfacción de obispos mexicanos ante la legalización de indocumentados en los Estados Unidos

Entrevista
El encuentro del Papa con los nuevos movimientos, un nuevo Pentecostés

Foro
Principios para un debate sobre política migratoria en los Estados Unidos

Nuevos movimientos
Juventud Estudiantil Católica Internacional

 




 


El Papa en Polonia



Benedicto XVI culmina su viaje a Polonia visitando Auschwitz


CRACOVIA, domingo, 28 mayo 2006 (ZENIT.org).- La figura blanca de Benedicto XVI atravesó este domingo, al concluir su visita a Polonia, la puerta del campo de concentración de Auschwitz y al igual que, los deportados pudo leer las palabras «Arbeit Mach Frei» («El trabajo hace libres»).

Como había confirmado el día anterior Joaquín Navarro-Valls a los periodistas, fue una visita incluida personalmente por el mismo Papa en este segundo viaje apostólico internacional, en el que ha seguido las huellas biográficas de Juan Pablo II.

Después de visitar en silencio los lugares del horror, después de haber rezado durante largo rato en el símbolo del Holocausto, después de haber hablado con supervivientes del campo de exterminio, el pontífice pronunció un discurso, con voz algo ronca por el cansancio de estos días, pero firme tanto por el tono como por la fuerza de sus contenidos.

«Tomar la palabra en este lugar de horror, de crímenes contra Dios y contra el hombre sin parangón en la historia, es casi imposible, y es particularmente difícil y oprimente para un cristiano, para un Papa que procede de Alemania», reconoció al comenzar su discurso.

«En un lugar como éste faltan las palabras, en el fondo, sólo hay espacio para un atónito silencio, un silencio que es un grito interior hacia Dios: ¿por qué te callaste? ¿Por qué has querido tolerar todo esto?», se preguntó.

«He venido hoy como hijo del pueblo alemán, y precisamente por este motivo debo decir y puedo decir» come Juan Pablo II: «No podía dejar de venir aquí. Tenía que venir».

«Era y es un deber ante la verdad y ante el derecho de quienes sufrieron, un deber ante Dios, el venir aquí como sucesor de Juan Pablo II y como hijo del pueblo alemán», afirmó, «hijo de ese pueblo del que tomó el poder un grupo de criminales con promesas mentirosas, en nombre de perspectivas de grandeza, de recuperación del honor de la nación o de su importancia, con previsiones de bienestar e incluso con la fuerza del terror y la amenaza».

De este modo, reconoció, «nuestro pueblo pudo ser usado y abusado como instrumento de su manía de destrucción y dominio».

«¿Dónde estaba Dios en esos días? ¿Por qué se calló?», siguió preguntándose el Papa.
«No podemos escrutar el secreto de Dios, sólo vemos fragmentos y nos equivocamos cuando nos queremos convertirnos en jueces de Dios y de la historia».

El Papa pidió adoptar la misma actitud con Dios que manifiesta el pueblo judío en los Salmos cuando implora: «¡Despierta! ¡No te olvides de tu criatura, el hombre!».

«Nuestro grito dirigido a Dios tiene que ser al mismo tiempo un grito que penetra en nuestro mismo corazón para que despierte en nosotros la presencia escondida de Dios, para que el poder que ha depositado en nuestros corazones no quede cubierto o sofocado en nosotros por el fango del egoísmo, por el miedo de los hombres, por la indiferencia y el oportunismo».

El obispo de Roma consideró que es particularmente necesario elevar este grito a Dios en nuestro momento actual, «en el que parecen surgir nuevamente en los corazones de los hombres todas las fuerzas oscuras: por una parte, el abuso del nombre de Dios para justificar una violencia ciega contra personas inocentes; y por otra, el cinismo que no reconoce a Dios y que escarnece la fe en Él»

«Gritamos a Dios para que lleve a los hombres a arrepentirse y a reconocer que la violencia no crea paz, sino que más bien suscita más violencia, un círculo de destrucción en el que a fin de cuentas todos pierden».

Después de haber dejado el campo de Birkenau, el Santo Padre se transfirió en coche al aeropuerto de Cracovia/Balice donde se celebró la ceremonia de despedida, con la participación del presidente de la República Lech Kaczyński.
ZS06052817

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En nombre de Juan Pablo II, el Papa pide a los polacos mantenerse firmes en la fe
En la multitudinaria misa de su último día en Polonia

CRACOVIA, domingo, 28 mayo 2006 (ZENIT.org).- En nombre del hombre más querido por el pueblo polaco, Juan Pablo II, Benedicto XVI exhortó este domingo a los católicos de ese país a ser fieles a su fe, durante el acto más multitudinario de su segundo viaje apostólico internacional.

Entre 900.000 y 1.500.000 personas, según diferentes fuentes, participaron en la Eucaristía de la Ascensión del Señor, que el Santo Padre presidió en el Parque de Blonie, lugar en el que también el Papa Karol Wojtyla celebraba ese Sacramento en sus viajes a su antigua archidiócesis.

Era el último día de la visita, que había comenzado el jueves anterior, y Benedicto XVI, «antes de regresar a Roma», quiso sintetizar el mensaje que le había traído a tierras polacas: «Permaneced firmes en la fe» (de hecho, ése ha sido el lema del viaje).

Y para que sus palabras alcanzaran un particular impacto entre el auditorio las propuso citando una homilía que Juan Pablo II había celebrado en ese mismo lugar el 10 de junio de 1979.

«¡Tenéis que ser firmes en esa fuerza que surge de la fe! ¡Tenéis que fortaleceros con la fuerza de la fe! ¡Tenéis que ser fieles! Hoy, más que en otra época, tenéis necesidad de esta fuerza», afirmó.

«También yo, Benedicto XVI, sucesor del Papa Juan Pablo II, os pido que miréis desde la tierra hacia el cielo, que fijéis la mirada en Aquél que desde hace dos mil años es seguido por las generaciones que se suceden en nuestra tierra, encontrando en Él el sentido definitivo de la existencia», indicó.

«Os pido que testimoniéis con valentía el Evangelio ante el mundo de hoy --recalcó--, llevando la esperanza a los pobres y a los que sufren, a los abandonados, a los desesperados, a quienes tienen sed de libertad, de verdad y de paz».

En particular, pidió «compartir con los demás pueblos de Europa y del mundo el tesoro de la fe, también en consideración de la memoria de vuestro compatriota que, como sucesor de san Pedro, ha hecho esto con extraordinaria fuerza y eficacia».

«Y acordaos también de mí en vuestras oraciones y en vuestros sacrificios, como os acordabais de mi gran predecesor, para que pueda cumplir la misión que me ha confiado Cristo », dijo antes de concluir.
ZS06052815

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Un millón de chicos y chicas en Cracovia junto al Papa
Benedicto XVI asegura a los jóvenes polacos que con Cristo pueden realizar sus sueños

CRACOVIA, domingo, 28 mayo 2006 (ZENIT.org).- Benedicto XVI exhortó este sábado por la tarde a un millón de jóvenes polacos a no «tener miedo de apostar por Cristo», pues él es la roca sobre la que pueden cumplir sus sueños.

El encuentro tuvo lugar en el parque Blonie donde Juan Pablo II reunía a muchedumbres de polacos cuando, como Papa, regresaba a la ciudad de la que había sido arzobispo.

En una velada que recordó el ambiente de las Jornadas Mundiales de la Juventud, el Santo Padre invitó a los chicos y chicas a construir sus vidas sobre la «roca» por excelencia, Jesús.

«El miedo del fracaso puede detener incluso los sueños más bellos --reconoció--. Puede paralizar la voluntad y hacernos incapaces de creer que se puede haber una casa construida sobre roca».

«¡No tengáis miedo de apostar por Cristo!», aseguró. «¡Encended en vosotros el deseo de construir vuestra vida con Él y por Él! ».

Las dificultades no faltarán, les dijo. «Jesús es ignorado y ridiculizado; es proclamado rey del pasado, pero no del hoy y mucho menos del mañana, es arrinconado en el trastero de cuestiones y personas de las que no se debería hablar en alto y en público».

«Si en la construcción de la casa de vuestra vida os encontráis con quienes desprecian el fundamento sobre el que vosotros estáis construyendo vuestras vidas, ¡no es desalentéis! Una fe firme debe atravesar pruebas», dijo a los jóvenes.

«Nuestra fe en Jesucristo, para que permanezca como tal, con frecuencia debe confrontarse con la falta de fe de los demás», afirmó.

En particular, el Papa exhortó: «no os dejéis engañar por quienes quieren contraponer a Cristo con la Iglesia».

Recordando que Cristo llamó a Pedro, «la piedra» sobre la que construir la Iglesia, dijo evocando a Juan Pablo II, sucesor del pescador de Galilea como obispo de Roma: «Vosotros, queridos jóvenes, habéis conocido bien al Pedro de nuestros tiempos».

«Por ello, no olvidéis que ni el Pedro que está observando nuestro encuentro desde la ventana de Dios Padre, ni este Pedro [él mismo, ndr.], que ahora está ante vosotros, ni ningún Pedro sucesivo, estará contra vosotros».

«Por el contrario, comprometerá su corazón y sus dos manos para ayudaros a construir la vida sobre Cristo y con Cristo», dijo al concluir arrancando aplausos. El Papa tampoco escondió su alegría.

Tras el encuentro, el Papa regresó al arzobispado de Cracovia. En la noche, al igual que había hecho el viernes, retomando una tradición de Juan Pablo II, se asomó al balcón para saludar a los jóvenes, reunidos en torno a la que había sido durante años la casa del cardenal Karol Wojtyla.
ZS06052814

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Benedicto XVI, «como padre», pide a los jóvenes decir «no» a la droga


CRACOVIA, domingo, 28 mayo 2006 (ZENIT.org).- Benedicto XVI, «como padre», pidió a los jóvenes que digan «no» a la droga, en su último día en tierras polacas.

Tras la multitudinaria celebración eucarística en el parque Blonie de Cracovia, el pontífice tomó la palabra para revelar que algunos jóvenes le habían regalado este sábado un libro en el que se puede leer esta declaración: «Yo no la tomo; estoy libre de la droga».

La declaración estaba acompañada por 30.000 firmas de jóvenes, recogidas en Polonia, gracias a una campaña en Internet.

«Os pido, como padre, sed fieles a esta declaración --dijo el Papa--. Está en juego vuestra vida y vuestra libertad. No os dejéis subyugar por las ilusiones de este mundo».
ZS06052816

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Benedicto XVI reza por la pronta beatificación de Juan Pablo II


CRACOVIA, domingo, 28 mayo 2006 (ZENIT.org).- Al recorrer este sábado algunos de los lugares más significativos para la vida de Karol Wojtyla, Benedicto XVI dejó espacio a las confidencias para confesar que también él reza por su pronta beatificación.

El Papa pronunció sus espontáneas palabras en el Santuario de la Virgen de Kalwaria, adonde acudía en peregrinación el pequeño Karol, acompañado por su padre.

Poco antes, el Papa había visitado la casa de la familia Wojtyla y se había encontrado en esa localidad, Wadowice, con personas que llenaron hasta los topes la plaza.

Entre otras aclamaciones, los peregrinos gritaban dos palabras que habían aprendido en italiano «Santo, subito» (Santo, pronto).

Era la misma aclamación que se escuchó en la plaza de San Pedro durante el funeral de Juan Pablo II presidido por el cardenal Joseph Ratzinger.

La presencia junto al Papa del cardenal Stanislaw Dziwisz, antiguo secretario de Juan Pablo II y actual arzobispo de Cracovia, hizo que los recuerdos fueran más intensos.

Hablando en italiano, el Papa dijo al final de su breve saludo en el santuario: «Qusiera decir yo también, como el querido cardenal Stanislaw: "espero que la Providencia conceda pronto la beatificación y la canonización de nuestro querido Papa Juan Pablo II».

También en Wadowice, al dirigirse a los miles de fieles, el Papa aseguró que había querido visitar ese lugar «para rezar, junto con vosotros, para que pronto sea elevado a la gloria de los altares».

Al explicar los motivos de su presencia en estos lugares, citando al poeta alemán Johann Wolfgang von Goethe, añadió: «Quien quiere comprender a un poeta, debería visitar su pueblo».

«Aquí, en Wadowice, "comenzó todo"», dijo citando una expresión del mismo Karol Wojtyla al visitar ese lugar el 16 de junio de 1999.
ZS06052813

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Santa Sede



Dolor del Papa por el terremoto en la isla indonesia de Java
Alienta las operaciones de ayuda y socorro

CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 28 mayo 2006 (ZENIT.org).- Benedicto XVI, profundamente apenado al conocer la triste noticia del devastador terremoto que ha asolado la isla de Java, ha enviado un mensaje de pesar a las autoridades eclesiales y civiles de Indonesia.

Un telegrama enviado en su nombre por el cardenal Secretario de Estado, Angelo Sodano, asegura que el Papa «reza por las víctimas y por las familias sumidas en luto, invocando la paz eterna sobre los fallecidos y el consuelo divino para todos los que sufren».

Asimismo el Santo Padre «alienta a los que trabajan en las operaciones de rescate y a todos los involucrados en ofrecer asistencia médica a las víctimas del desastre a perseverar en sus esfuerzos por ofrecer ayuda y apoyo».

Este domingo los equipos de rescate seguían buscando supervivientes tras el fuerte seísmo que ha causado la muerte más de 4.000 personas en la isla, según informan las agencias internacionales de noticias, mientras empezaban a escasear la comida y el agua potable en las áreas más afectadas.

Se trata del desastre más grande en ese país tras el tsunami de diciembre de 2004.
ZS06052802

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Mundo



Cáritas se moviliza para ayudar a las víctimas del terremoto en Indonesia


YAKARTA, domingo, 28 mayo 2006 (ZENIT.org).- Los siete hospitales católicos de la diócesis de Semarang, en el centro de la isla de Java, han abierto sus puertas para atender a los heridos del terremoto que este sábado sacudió la costa sur de esta isla de Indonesia y que ha causado miles de víctimas mortales en la ciudad de Bandung, próxima a la capital Yogyakarta.

Asimismo, desde estos hospitales se ha desplazado a la zona siniestrada un equipo integrado por 10 médicos y 100 enfermeras para atender en el terreno a los damnificados por el seísmo.

Esta previsto que otro equipo de 5 médicos y 25 enfermeras viaje en las próximas horas a la zona de Bandung para sumarse a las tareas de socorro.

En la zona siniestrada se encuentran ya prestando ayuda a las víctimas varios expertos de la red internacional de Cáritas que se habían desplazado hace semanas al centro de Java ante la alerta surgida tras la entrada en erupción del volcán Merapi, con objeto de participar en la asistencia humanitaria a las poblaciones desplazadas de las faldas del volcán.

Además, en el área de Pherdaki, situada al norte de Jogyakarta, varios trabajadores de la red Cáritas que vienen trabajando desde hace años en diversos programas de desarrollo impulsados por la Cáritas local, se han sumado también a las operaciones de socorro a las víctimas del terremoto.

El secretario general de Cáritas Internationalis, Duncan MacLaren, ha declarado que «las iglesias en la zona ya están albergando a los damnificados y tanto gente de Caritas Indonesia como de Holanda, Alemania y Estados Unidos» están acudiendo a la zona para ver cómo pueden prestar asistencia».

Cáritas Española ya ha puesto a disposición de la red internacional de Cáritas y de la Iglesia local una partida de urgencia de 300.000 euros para hacer frente a la primera fase de respuesta humanitaria a esta nueva emergencia. La Conferencia Episcopal Italiana ha destinado ya dos millones de euros.
ZS06052803

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La experiencia del Espíritu Santo convoca en Buenos Aires un Encuentro Ecuménico
En su tercera edición, a la que acudirá el predicador del Papa

BUENOS AIRES, domingo, 28 mayo 2006 (ZENIT.org).- «Que todos sean uno para que el mundo crea» es el lema con el que la Comunión Renovada de Evangélicos y Católicos en el Espíritu Santo (C.R.E.C.E.S.) celebrará en Buenos Aires, el 19 de junio, su III Encuentro Fraterno.

C.R.E.C.E.S. lleva casi tres años reuniendo a cristianos de distintas denominaciones que comparten la misma experiencia carismática del Bautismo en el Espíritu Santo, en encuentros mensuales de oración por la unidad de la Iglesia de Jesucristo.

Tal iniciativa --confirman los responsables a Zenit-- tiene «el apoyo y aliento» del cardenal Jorge Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina.

El III Encuentro Fraterno --convocado en el estadio «Luna Park»-- contará con la presencia del padre Raniero Cantalamessa ofmcap. (predicador de la Casa Pontificia) y del pastor Giovanni Traettino, obispo de la Iglesia Evangélica de la Reconciliación de Caserta.

Éste --junto a Matteo Calisi-- fundó y preside la Consulta Carismática Italiana («Italian Charismatic Consultation», ICC), un comité conjunto de carismáticos católicos y evangélicos pentecostales que iniciaron un diálogo en Italia.

[Calisi es presidente de la Fraternidad Internacional de Comunidades y Asociaciones Carismáticas de Alianza (www.catholicfraternity.net) y fundador y presidente de la «Comunidad de Jesús» (www.comunitadigesu.org) que, desde su nacimiento en Bari (Italia), lleva más de dos décadas promoviendo diversas iniciativas por la reconciliación de los cristianos].

El Ministerio de Alabanza del encuentro del próximo mes estará a cargo del Pastor Marcos Witt, con sus músicos, y la participación de BANUEV («Buenos Aires para la Nueva Evangelización»).

Celebrado el encuentro, el padre Cantalamessa predicará un retiro para los obispos de la Iglesia Católica en Argentina y luego otro para sacerdotes, organizado por el Equipo Nacional de la Renovación Carismática Católica, en la provincia de Córdoba.

Cuando se adoptó la denominación «C.R.E.C.E.S.» («Comunión Renovada de Evangélicos y Católicos en el Espíritu Santo»), se buscó evidenciar que no se trata sólo de un grupo. «El Señor ha creado una verdadera Comunión entre nosotros, Renovada por su Espíritu», explican sus responsables.

En el nombre se expresa también la común vivencia «carismática»: la del Bautismo en el Espíritu Santo, una experiencia de efusión que comparten hoy 600 millones de cristianos en todo el mundo, evangélicos de todas las denominaciones, ortodoxos y católicos.

Más información: www.creces.net
ZS06052820

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Satisfacción de obispos mexicanos ante la legalización de indocumentados en los Estados Unidos


MÉXICO, domingo, 28 mayo 2006 (ZENIT.org-El Observador).- Con gran esperanza ha recibido la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) el acuerdo al que llegó esta semana el Senado de Estados Unidos en torno a la legalización de más de siete millones de indocumentados, la mayor parte mexicanos, que trabajan en ese país.

La reforma migratoria --que además pretende otorgar 200 mil visas anuales temporales a trabajadores y otras 450 mil a sus familias-- fue saludada por los obispos mexicanos como el primer paso hacia una reforma integral de los inmigrantes en la Unión Americana.

La petición estaba en sintonía con las propuestas de la Conferencia de los Obispos Católicos de los Estados Unidos desde hace un año, cuando lanzó una campaña para presionar a los legisladores y abogar por el reconocimiento de los derechos humanos así como la contribución a la economía más grande del mundo.

«Sabemos que esta determinación deberá ser conciliada con la reforma aprobada por la Cámara de Representantes, que rechazó muchas de las propuestas que beneficiarían a millones de personas que se encuentran en situación irregular en el vecino país, por lo que reconocemos que todavía resta un largo camino», dijeron en un comunicado los obispos de México.

En efecto, todavía tiene que reunirse la Conferencia bicameral para que las enmiendas a la ley de inmigración propuestas por el Senado se armonicen con las duras propuestas de la Cámara de los Representantes, quienes en noviembre pasado votaron a favor de una iniciativa de ley (llamada «ley Sensenbrenner») en la que se criminalizaba la inmigración y la ayuda humanitaria a los ilegales de organizaciones tales como la Iglesia católica.

La propuesta del Senado legalizaría 80 por ciento de los cerca de 12 millones de indocumentados (entre diez y once millones de origen mexicano) que trabajan de forma ilegal en Estados Unidos. Según el senador demócrata Edward Kennedy, se trata de la reforma migratoria más ambiciosa e importante de la historia de Estados Unidos y, probablemente, del mundo.

El presidente de México, Vicente Fox, de gira por tres estados de la Unión Americana, festejó el anuncio del Senado y dijo al primer ministro del Reino Unido, Tony Blair, que este acuerdo podría ser el marco de un gran acuerdo migratoria europeo. Blair se encontraba de visita en la Casa Blanca, junto con el presidente de Estados Unidos, George W. Bush.

Este último, en un desayuno hace dos meses, con los obispos católicos de su país, reconoció el papel de la Iglesia católica en la defensa y la promoción de la dignidad de la persona humana de parte de la Iglesia católica en Estados Unidos, país que representa ya la tercera población católica más grande del mundo, con un fuerte componente hispano.

Por su parte, los obispos mexicanos instaron al gobierno que encabeza el presidente Fox a no «perder de vista nuestra responsabilidad por sacar adelante las reformas estructurales para que los mexicanos encuentren en nuestro país las condiciones básicas para vivir dignamente en cualquier profesión que elijan».

Dentro del proceso electoral hacia las elecciones presidenciales del próximo 2 de julio de 2006, dijeron los obispos agrupados en la CEM, «nuestros candidatos deben presentar planes concretos a corto, mediano y largo plazo para solucionar esta situación».

«Oramos para que los trabajos de los legisladores estadounidenses hagan eco de las voces que se han manifestado por una reforma migratoria más justa, que dé como resultado un sistema migratorio más ordenado y reconozca la realidad de la migración promoviendo la justa aplicación de la ley civil», concluyeron diciendo los obispos mexicanos en su comunicado.
ZS06052818

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Entrevista



El encuentro del Papa con los nuevos movimientos, un nuevo Pentecostés
Entrevista al arzobispo Stanislaw Rylko, presidente del Consejo Pontificio para los Laicos

CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 28 mayo 2006 (ZENIT.org).- El próximo día 3 de junio Benedicto XVI se encontrará con decenas de miles de miembros de los movimientos y nuevas comunidades eclesiales, para vivir con ellos un nuevo Pentecostés.

El arzobispo a quien el Papa ha confiado la organización del encuentro, monseñor Stanislaw Rylko, considera que esa noche la Plaza de San Pedro se transformará en «un cenáculo al aire libre donde, reunidos en torno al sucesor de Pedro, los movimientos invocarán juntos con él una renovada efusión del Espíritu».

En esta entrevista concedida a Zenit, el presidente del Consejo Pontificio para los Laicos revela algunos detalles sobre lo que el Papa se espera de este encuentro.

--¿Cuándo recibió de Benedicto XVI el encargo de organizar este segundo encuentro de nuevas realidades eclesiales? ¿Qué le dijo el Papa?

--Arzobispo Rylko: El Santo Padre Benedicto XVI expresó el deseo de encontrarse con los movimientos eclesiales y las nuevas comunidades durante la primera audiencia oficial que me concedió como presidente del Consejo Pontificio para los Laicos. Era el 14 de mayo de 2005. Por extraordinaria coincidencia, ¡en la víspera de Pentecostés! La invitación del Papa fue acogida con gran alegría, entusiasmo y gratitud por todos los movimientos. E inmediatamente, bajo la guía del Consejo vaticano, se inició el intenso camino de preparación espiritual para este importante acontecimiento.

--¿Cuáles son las esperanzas del Santo Padre para este encuentro de Pentecostés?

--Arzobispo Rylko: El Papa ha seguido muy de cerca los preparativos del acontecimiento. Lo confirman las palabras que pronunció tras el «Regina Coeli» del domingo 21 de mayo: «tengo presente en el corazón y en la oración la importante cita del sábado 3 de junio, víspera de Pentecostés, cuando tendré la alegría de encontrarme en la Plaza de San Pedro con numerosos miembros de más de un centenar de movimientos eclesiales y nuevas comunidades, procedentes de todo el mundo. Sé bien qué significa para la Iglesia su riqueza formativa educativa y misionera, tan apreciada, apoyada y alentada por el amado Papa Juan Pablo II».

Benedicto XVI sigue estas nuevas realidades asociativas ya desde hace muchos años y lo hace con la pasión del teólogo y del pastor. En el mundo postmoderno, profundamente secularizado, que determina en muchos una preocupante erosión de la fe, estos nuevos carismas aparecen como importantes signos de esperanza, «maneras fuertes de vivir la fe», lugares que favorecen el encuentro con Cristo que transforma radicalmente la vida de las personas, encendiendo en muchos un impresionante impulso evangelizador.
Estas realidades son fruto de continuas nuevas «irrupciones del Espíritu en la vida de la Iglesia», intervenciones que nadie sería capaz de planificar y proyectar nunca. Son dones gratuitos que el pueblo de Dios debe acoger con profundo reconocimiento. Y creo que, en el significativo contexto de la solemnidad de Pentecostés, el Papa no dejará de lanzar a toda la Iglesia una fuerte llamada a abrirse cada vez más a estos dones del Espíritu, animando a los movimientos a seguir sirviendo a la misión de la Iglesia con generosidad y pasión.

--¿Cuáles serán los principales momentos del encuentro?

--Arzobispo Rylko: El encuentro de los movimientos y de las nuevas comunidades con el Santo Padre será una bellísima epifanía de la Iglesia en toda la variedad y diversidad de estos dones carismáticos que la enriquecen y, al mismo tiempo, son un testimonio de profunda comunión eclesial. El encuentro tendrá la forma litúrgica de las primeras vísperas de la solemnidad de Pentecostés y, durante la celebración, que comenzará a las 18,00 horas, los participantes serán invitados a renovar la gracia del sacramento de la confirmación.

El momento central será obviamente el del discurso que el Santo Padre dirigirá a los presentes. Mientras esperan la llegada del Papa, a partir de las 16,00 horas, los participantes reunidos en la Plaza de San Pedro se recogerán en meditación, alternando cantos y oración, escucharán pasajes de los discursos de Juan Pablo II y Benedicto XVI sobre los movimientos, así como una serie de testimonios. Se prevé que participen un gran número de representantes de más de cien movimientos eclesiales y nuevas comunidades que llegarán a Roma de todos los continentes.

Para facilitar la comunicación, «Radio Vaticano» ofrecerá un servicio de traducción simultánea en francés, inglés, español e italiano. Al día siguiente, domingo de Pentecostés, para coronar todo lo vivido en la vigilia, el Papa celebrará la Eucaristía en la Plaza de San Pedro, a las 9,30 horas, e invita a todos a participar. Una última indicación: el día anterior al encuentro, el viernes 2 de junio, a partir de las 19,00 horas, en varias basílicas e iglesias romanas se celebrarán velas de oración, preparadas por los diversos movimientos para implicar en el acontecimiento a toda la Iglesia de Roma.

--Antes del encuentro del Papa con los movimientos, habrá otro acontecimiento importante: el II Congreso Mundial de los Movimientos Eclesiales y de las Nuevas Comunidades, organizado en Rocca di Papa, del 31 de mayo al 2 de junio, por el Consejo Pontificio para los Laicos. ¿En qué consiste?

--Arzobispo Rylko: En el Congreso participarán trescientas personas, entre ellas los delegados de un centenar de movimientos y nuevas comunidades, varias personalidades invitadas y delegados fraternos de otras Iglesias y Comuniones cristianas. El tema del Congreso «La belleza de ser cristianos y la alegría de comunicarlo» se inspira en las palabras pronunciadas por Benedicto XVI el día de la inauguración de su pontificado: «Nada hay más hermoso que haber sido alcanzados, sorprendidos, por el Evangelio, por Cristo. Nada más bello que conocerle y comunicar a los otros la amistad con él» (Homilía de inicio del ministerio petrino, 24 de abril de 2005). Pues bien, en el mundo secularizado de hoy, las nuevas realidades asociativas generadas por los dones del Espíritu Santo a la Iglesia dan testimonio de esta belleza en modo fuerte y persuasivo. Hoy, como nos recordaba Juan Pablo II, no basta hablar de Cristo, hay que hacerlo ver a los demás mediante una vida cristiana vivida con coherencia (Cf. Carta Apostólica «Novo Millennio Ineunte», nº 16). En este marco, los congresistas serán invitados a reflexionar juntos sobre la «madurez eclesial» de los movimientos, un camino señalado a movimientos y comunidades por el Papa Karol Wojtyla hace ocho años, durante el inolvidable encuentro del 30 de mayo de 1998. Será un congreso de diálogo, de testimonio, de profunda comunión eclesial y de escucha de lo que el Espíritu dice hoy a la Iglesia. Y estará totalmente centrado en Cristo, «el más bello de los hijos de los hombres» (Salmo 45 [44]).

--¿Cuáles son las dificultades más frecuentes en la inserción de las nuevas realidades eclesiales en la Iglesia?

--Arzobispo Rylko: El Papa Benedicto XVI, cuando era prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, subrayaba que cuando interviene el Espíritu deja siempre estupefactos con la inesperada novedad de sus dones. Por tanto no hay que sorprenderse si también los nuevos carismas causan a veces un cierto desconcierto en la consolidada praxis pastoral de diócesis y parroquias. Hay pastores y laicos a los que les cuesta captar el verdadero significado de estos dones. Y todavía hoy no faltan desconfianzas y resistencias. Además, los mismos movimientos y comunidades están expuestos a riesgos derivados de una condición que el cardenal Ratzinger definía por ciertos aspectos «adolescente», como por ejemplo, la exuberancia de neófitos, pronunciamientos unilaterales, el riesgo de ver la propia experiencia como algo absoluto. Para salir al paso de estos peligros por una parte y por la otra, Juan Pablo II dio una regla importante en la encíclica «Redemptoris Missio», en la que dirige a los movimientos la invitación a integrarse con una postura de humilde servicio en el tejido vivo de las Iglesias locales, y a los pastores les pide acogerles con paterna cordialidad (Cf. nº 72). Y el cardenal Ratzinger recomienda, a su vez, a movimientos y pastores, que se dejen siempre educar y purificar por el Espíritu (Cf. «Los movimientos eclesiales y su colocación teológica»). Lo importante es que los movimientos sean vistos en la Iglesia verdaderamente como un don del Espíritu y no sólo como un problema. Y la experiencia del Consejo Pontificio para los Laicos permite decir que en la Iglesia de hoy ha crecido mucho entre los pastores esta conciencia del don.

--Es significativo que la fecha elegida sea de nuevo Pentecostés. ¿Habrá un nuevo Pentecostés en 2006 para la Iglesia?

--Arzobispo Rylko: Estoy seguro de que el encuentro de los movimientos con Benedicto XVI será, como el del 30 de mayo de 1998 con el siervo de Dios Juan Pablo II, una importante piedra angular en la vida de estas asociaciones y un fuerte signo de esperanza para toda la Iglesia. El 3 de junio, la Plaza de San Pedro será como un cenáculo al aire libre en el que, reunidos en torno a la persona del sucesor de Pedro, los movimientos invocarán junto a él una renovada efusión del Espíritu sobre la Iglesia de nuestro tiempo, «para que llene los corazones de los fieles y se anuncie a todos el mensaje de amor de Cristo, Salvador del mundo», como dijo Benedicto XVI tras el «Regina Coeli» del domingo 21 de mayo.
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Foro



Principios para un debate sobre política migratoria en los Estados Unidos
Sugiere la presidenta de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales

NUEVA YORK, domingo, 28 mayo 2006 (ZENIT.org).-Parte de la solución de los problemas de la inmigración hacia Estados Unidos exigirá un renovado compromiso de solidaridad, afirma Mary Ann Glendon.

Glendon, presidenta de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales y profesora de Derecho de Harvard, escribe en la próxima edición de junio/julio de la revista «First Things» afirmando que semejante compromiso de solidaridad es necesario para maximizar las ventajas y minimizar las desventajas de la inmigración para todos los implicados.

Su comentario llega en pleno debate en los Estados Unidos en los que con frecuencia los medios de comunicación dan particular espacio a las voces más alarmistas.

Por su parte, Glendon observa que el mundo está experimentando una etapa de gran movimiento de población. En todo el mundo, hay 200 millones de emigrantes y refugiados.

Glendon afirma que, aunque hay un debate abierto, especialmente en los Estados Unidos sobre qué hacer ante el gran flujo de migrantes, ha sido silenciado durante mucho tiempo el debate respecto a la relación entre este fenómeno y el «invierno demográfico» que se está produciendo en Europa y Norteamérica.

La presidenta de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales indica que, a causa de la experimentación social, así como lo que ella llama la «cultura de la autosatisfacción» en estas regiones, «las personas tienen menos hijos y la estructura social básica de la familia está siendo gradualmente alterada».

El aspecto que a menudo se deja de lado es que las sociedades que aceptan menos niños tendrán que aceptar más inmigrantes.

«La cuestión no es quién realizará los trabajos que los estadounidenses no desean hacer --escribe Glendon--. La cuestión es quién llenará las filas de una fuerza laboral que la generación que se jubila dejó de reponer».

No obstante, Estados Unidos tiene varias ventajas para resolver su problema demográfico que Europa no tiene, según la doctora en Derecho.

Estados Unidos tiene una historia de pluralismo y experiencia en absorber y asimilar a millones de inmigrantes de todo el mundo. Además, la mayoría de los inmigrantes estadounidenses provienen de países cristianos, por lo que comparten una herencia cultural semejante a la de Estados Unidos.

Sin embargo, para que cualquier proceso de asimilación sea exitoso, los estadounidenses deberán evitar el que los inmigrantes queden encerrados en subgrupos culturales, como el «latino», aclara.
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Glendon concluye pidiendo a todos los participantes en el debate que reexaminen los cinco principios de la declaración conjunta de los obispos estadounidenses y mexicanos, titulada «Juntos en el camino de la esperanza ya no somos extranjeros».

Estos principios son:

1.- Las personas tienen derecho a encontrar oportunidades en su tierra natal.

2.- Cuando no hay oportunidades en la patria, las personas tienen derecho a emigrar para mantenerse a sí mismas y a sus familias.

3.- Los estados soberanos tienen el derecho de controlar sus fronteras, pero las naciones económicamente prósperas tienen la obligación de admitir flujos de migración.

4.- Debe protegerse a quienes buscan refugio y asilo.

5.- Deben respetarse la dignidad y los derechos humanos de los inmigrantes indocumentados.

A estos cinco principios, Glendon añade un sexto: «la necesidad de que una sociedad basada en el dominio de la ley, sumamente diversa, sea cuidadosa con los mensajes que envía a las personas que desean formar parte de esta sociedad».

Citando a Juan Pablo II, Glendon afirma que la solidaridad impone obligaciones a los desfavorecidos y a los aventajados. Mientras que los aventajados deberían preocuparse de las necesidades de los desfavorecidos, éstos no pueden ser recipientes pasivos de ayuda o socavar el tejido social, sino que deben contribuir todo lo que puedan al bien común.

Aunque estos principios podrían inquietar a algunos, Glendon afirma que son la base de soluciones válidas para una batalla política excesivamente dura.
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Nuevos movimientos



Juventud Estudiantil Católica Internacional


CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 28 mayo 2006 (ZENIT.org).- Publicamos la descripción que presenta el «Repertorio» de «Asociaciones Internacionales de Fieles», editado por el Consejo Pontificio para los Laicos, de la Juventud Estudiantil Católica Internacional.
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DENOMINACIÓN OFICIAL: JUVENTUD ESTUDIANTIL CATÓLICA INTERNACIONAL

SIGLA: JECI (Jeunesse Étudiante Catholique Internationale)

FUNDACIÓN: 1946

HISTORIA: La Juventud Estudiantil Católica Internacional nació en Europa como parte de los Movimientos de Acción Católica que empezaron a desarrollarse a partir de los años veinte. Su difusión, interrumpida por la segunda guerra mundial, se retomó con la constitución de Friburgo, Suiza, del Centre International de Documentation et d’Information, que en 1954 asumirá la denominación de Jeunesse Étudiante Catholique Internationale. Desde la definición inicial de la JECI, que se reconoce en la tradición de la Acción Católica especializada, emergen los trazos de un movimiento educativo y apostólico para la evangelización del mundo estudiantil secundario y universitario; la importancia del equipo de base como célula de comunidad estudiantil; el compromiso militante para la transformación del mundo. Se remonta a los años setenta la estrecha colaboración con el Movimiento Internacional de los Estudiantes Católicos, que ha llevado a la creación de la Coordinación Internacional JECI-MIEC y a la elaboración de un Proyecto pastoral común. Reconocida por la Santa Sede como organización internacional católica, la JECI es miembro de la Conferencia de las OIC. En cuanto ONG, tiene estatuto consultivo ante el ESOCOC y la UNESCO.

IDENTIDAD: La JECI se propone formar estudiantes para que sean protagonistas y agentes de cambio social, siguiendo las huellas de Jesucristo, Señor de la historia, y dando testimonio de los valores evangélicos. La pedagogía del movimiento, fundada sobre la llamada “revisión de vida”, lleva a adquirir conciencia de las situaciones, a analizar críticamente a la luz del Evangelio y de la fe, a comprometerse para conseguir la justicia y la paz, para el crecimiento integral de las personas y para un desarrollo sostenible. La JECI realiza sus propios objetivos colaborando con otras organizaciones que están presentes en el mismo ámbito; sosteniendo el nacimiento de movimientos estudiantiles con los mismos fines; promoviendo diálogo, intercambio de experiencias y ayuda recíproca entre sus movimientos miembro.

ESTRUCTURA: Órgano supremo de la JECI es el Consejo mundial, que se reúne cada cuatro años y está presidido por un Praesidium, constituido por el Secretariado general y por tres delegados de movimientos nacionales miembros o colaboradores. El Consejo mundial está asistido por el Secretariado general, compuesto por un equipo permanente constituido por el Secretario/a general, el Asistente eclesiástico y por otro miembros cuyo número lo decide el Consejo mundial. Existen Secretariados continentales operativos en África, Asia, Europa, Oceanía y Sudamérica. A la JECI se puede pertenecer como movimientos miembro (asociaciones de estudiantes católicos reconocidas por las respectivas Conferencias episcopales) y como movimientos colaboradores (asociaciones de estudiantes católicos existentes a nivel nacional o representativas de una etnia importante en un determinado país).

DIFUSIÓN: La JECI cuenta con 90 movimientos afiliados presentes en 104 países distribuidos del siguiente modo: África (39), Asia (18), Europa (19), Norteamérica (2), Oceanía (1), Oriente Medio (5), Sudamérica (20).

PUBLICACIONES: Newsletter, boletín trimestral en inglés, francés y español.

PÁGINA WEB http://www.jeci-miec.org

SEDE CENTRAL Jeunesse Étudiante Catholique Internationale
171, rue de Rennes - 75006 Paris (Francia)
Tel. [+33]1.45481472 - Fax 1.42840453
E-mail: jeciycs@wanadoo.fr
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