COMPARTIENDO DIÁLOGOS CONMIGO MISMO

POR EL CAMINO DE LA ASCESIS

 

Víctor Corcoba Herrero/ Escritor | 25.01.2014


Ha llegado el momento de la firme convicción
de que el amor todo lo mueve y de que somos
más que un cuerpo, un andante pulso en busca
de aire, donde poder sentirse libre como las olas.

Somos andariegos latidos en un mar de sombras
y de luces, buscamos la armonía como un sueño,
necesitamos recrearnos en el verso que palpita;
crecernos y creernos que cuanto nos rodea, vive.

Buscamos la poesía que no hallamos en el diario
del camino, perseguimos el silencio que no es,
y, sin embargo, huimos de nuestra propia mística,
como si el espíritu  no conviviera con nosotros.

Ceded a la soledad,  tomadla como compañía,
vivid los abecedarios del alma,  retened el tiempo
con el sigilo preciso para  reencontrar la paz
consigo mismo, en armónico orden con la vida.

Estamos llamados cada día a dejarnos moldear
por las profundidades interiores de cada uno,
por el aliento celeste que agita nuestros pasos
para cruzar el umbral de lo visible e invisible.

Hacia esas cimas del gozo más sublime vamos,
renunciemos  a ser objeto, anunciemos darnos
y no quedarnos con nada, tan sólo con el yo,
para ser consuelo en el tránsito de las almas.

 

Víctor Corcoba Herrero
corcoba@telefonica.net
25 de enero de 201
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