Tribunas

Un amor hasta el extremo

 

 

Juan José Corazón Corazón
Sacerdote, Doctor en Derecho Canónico, Doctor en Derecho


 

 

 

 

 

En la celebración del oficio del Jueves Santo, la Cena del Señor, el texto del Evangelio nos dice que “antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo”.

Cuando ya estaban todos juntos en la última Cena, se puso a lavar los pies a los que estaban con Él.

Pero también sabemos que, entonces, con un trozo de pan en sus manos, les dijo: “Esto es mi Cuerpo” y se le dio, para que lo comieran. Después, con la copa de vino también en la mano, pronunció las palabras: “Este es el Cáliz de mi Sangre… Haced esto en conmemoración mía” y se lo dio para que lo bebieran.

Y es que cuando se ama mucho y muchísimo a alguien, en muchas ocasiones los hombres decimos: ¡te comería! Así lo dice una madre o un padre a su hijo querido; así lo dice un novio a su novia y una novia a su novio; así se lo dicen un esposo y una esposa, bien enamorados, uno al otro.

Es la expresión de un… desearía que tú estés dentro de mí y yo dentro de ti, porque de lo que comemos, más o menos, nos vamos haciendo.

Ese Amor de Cristo hasta el extremo por cada uno de nosotros le llevó a darse como alimento, en forma de pan y de vino, para que se cumpliera con Él aquello de ¡te comería! Y así, instituyó el más excelso de los sacramentos: la Eucaristía.

 

Juan José Corazón Corazón