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Ante el fallecimiento de 25 ancianos, las monjas "no han huido"

 

 

31/03/20


 

 

 

Ya dijimos en estas páginas que la población más vulnerable y más afectada por la maldita pandemia del coronavirus, son los ancianos, muchos de ellos residentes en centro de mayores, gestionados algunos por organizaciones religiosas.

Hace poco fue noticia una de estas residencias, "Santísima Virgen y San Celedonio", tutelada por una fundación del arzobispado de Madrid. En ella han fallecido 25 personas por coronavirus, lo que supone de impotencia y soledad para todos: para las familias que no pueden despedirse en muchos casos de sus seres queridos; para el personal de estos centros que se esmeran por cuidarles con toda la dignidad pero que en este momento de estado de alarma, ven limitadas sus capacidades de cuidados, y por último, para nuestros mayores, muchos de ellos muriendo solos.

Ahora, para más inri, el último decreto del gobierno limita a un máximo de tres familiares o allegados la comitiva para el enterramiento o cremación de la persona fallecida. ¡Cuánto dolor!

Decía que hace poco fue noticia la residencia Santísima Virgen y San Celedonio porque habían fallecido 25 ancianos y ante este alarmante suceso, el capellán del centro, sin verificación alguna, dijo que las monjas habían huido tras la muerte de estos ancianos.

Esta noticia se publicó en determinados medios de comunicación y las redes sociales vertieron todo tipo de improperios contra las pobres religiosas. Pues no: las monjas no han huido: "Se encuentran a sólo 200 metros de ellos, en el edificio contiguo a la residencia, aisladas porque varias han dado positivo en coronavirus y no quieren contagiar a los residentes", cuenta Teresa Gómez en OK Diario, por cierto, ex periodista de El Confidencial Digital.

Lo que está haciendo la Iglesia en este estado de alarma (como por su puesto muchísima otras personas) es digno de admiración, como no podía ser de otra manera. Antes de verter porquería contra la Iglesia, hay que verificar las fuentes. Nos podemos llevar muchas sorpresas. Todo mi apoyo a todas las religiosas y religiosos que, como tanta otra gente, están dando su vida por los demás en esta crisis sin precedente del coronavirus.

 

Zenón de Elea.