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Red Iberoamericana de

Estudio de las Sectas

 

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Nº 707

28 de nov. 2019

 

BOLETÍN MONOGRÁFICO: PSEUDOTERAPIAS Y PSEUDOCIENCIAS

 

1. España: concierto de cuencos tibetanos… ¿para la esclerosis múltiple?.

2. “Hay profesionales de la salud que creen en el poder sanador de las pseudoterapias”.

3. La necesidad de abordar las pseudoterapias desde la educación y la seguridad.

4. España: un Colegio de Médicos advierte sobre un taller de Flores de Bach en un espacio público.

5. Argentina: promocionan las “medicinas ancestrales” incluyendo pseudoterapias New Age.

6. La homeopatía deja de definirse como “sistema curativo” en la Real Academia Española.

7. Los médicos advierten sobre los riesgos de los tratamientos alternativos para el cáncer.

8. “Las pseudociencias generan miedos con un objetivo lucrativo”.

9. El Colegio de Médicos de Valencia continúa promocionando las pseudoterapias.

10. Australia: un niño diabético muere por ser tratado con una pseudoterapia oriental.

 

 

1. España: concierto de cuencos tibetanos… ¿para la esclerosis múltiple?

FUENTE: InfoCatólica

 

 

“¿Por qué Zamora parece últimamente un nido de pseudoterapias?”. Así arranca un tuit publicado el pasado 19 de noviembre, por la asociación Alternativa Racional a las Pseudociencias (ARP). ¿A qué se referían? Basta con seguir leyendo para saberlo: “¿Qué hacen los cuencos tibetanos con la #esclerosismúltiple? ¿Acaso pretenden curarla con ondas sonoras? No todo vale con las enfermedades incurables y la desesperación de los pacientes”.

Pseudoterapias fraudulentas

Y es que la Asociación Zamorana de Esclerosis Múltiple (AZDEM), que lleva más de dos décadas haciendo un trabajo inestimable a favor de las personas que sufren esta enfermedad y sus familias, organizó para el pasado 21 de noviembre un “concierto de relajación de cuencos tibetanos” en la misma sede de la asociación. Asegurando, en un tuit que ha desaparecido, que ya hubo un evento semejante en mayo.

Lo que a primera vista no es más que una actividad relajante como ayuda a los enfermos de esclerosis múltiple ha despertado las sospechas tanto de la ARP como de otras personas preocupadas por el problema de las pseudoterapias. Así, el psicólogo zaragozano Carlos Sanz ha afirmado en Twitter: “Hace falta valor para frivolizar con la #esclerosismultiple dando pie a cuentos como las ‘vibraciones positivas’, los cuencos tibetanos y ese tipo de pseudoterapias fraudulentas de la new age”.

También el zamorano Luis Santamaría, integrante de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), ha retuiteado lo publicado por la ARP, señalando en Facebook que el fenómeno de las pseudoterapias en su provincia es “cada vez más preocupante”. Preguntado por los riesgos que puede tener una simple actividad de relajación, Santamaría ha explicado en la misma red social: “en el cartel publicitario de la actividad se puede leer perfectamente ‘Terapia manual y sonoterapia’ como profesión del ‘impartidor’ de estas ‘vibraciones positivas’. Al menos podremos avisar de los riesgos potenciales, ¿no?”.

¿Cuencos? Alquimia, chamanes… y ADN

Como señala el investigador de la RIES, en el cartel anunciador de la actividad se presenta al que va a “impartir” el concierto, Paris Nogales, con la aclaración de “Terapia manual y sonoterapia”. ¿A qué se refiere? Haciendo una sencilla búsqueda en Internet, nos encontramos con lo que se explica de la “terapia con cuencos tibetanos” que hace Nogales. Veamos el texto completo:

TALLER INTENSIVO DE TERAPIA CON CUENCOS TIBETANOS. Impartido por Paris Nogales

Los cuencos cantores aparecieron originariamente en el Tíbet, en la Edad del Bronce, hace tres mil años. Más tarde se expandió su uso a todo Oriente. Se fabrican en una alquímica aleación de siete metales (relacionados con los astros), y se usaban por chamanes en ceremonias de meditación y curación.

Extendidos ya por todo Occidente, son utilizados para combatir la principal causa de enfermedad del siglo XXI: el estrés. Esta es una brecha importante en la muralla de nuestra salud. Las frecuencias específicas de estos instrumentos tienen la posibilidad de llevar a cabo una gran cantidad de cambios en nuestro organismo:

- Respecto al sistema nervioso: sincronizan los hemisferios del cerebro, llevando al paciente a un profundo estado de relajación. Propician una mayor creatividad y capacidad mental, y asientan los conocimientos adquiridos.

También estimulan la segregación de neuropéctidos y hormonas, que se encargan de la comunicación celular. Incrementan la reparación y mejora el funcionamiento de todas las células del organismo; por lo tanto, retrasan el envejecimiento y potencian el sistema inmunitario. Regulan el flujo sacrocraneal que fluye por la columna vertebral, combatiendo las contracciones, neuralgias y cefaleas.

- En nuestros órganos: la vibración armónica de los cuencos relaja el sistema fascial, que recubre órganos y músculos, liberando la tensión que ejercen sobre ellos. Deshace los bloqueos emocionales asociados al órgano afectado, vejiga y órganos sexuales (depresión), tristeza (pulmones)…

- En nuestro ADN: recientes estudios demuestran que practicar cantos armónicos o recibir las vibraciones de estos maravillosos instrumentos, activa los pequeños paquetes de información almacenados en el ADN, que ayudarán a las células del organismo a ser más eficientes ante cualquier problema.

En resumen: devuelven el equilibrio original a nuestra esencia vital.

Se podrían desarrollar más sus efectos y virtudes, aunque lo más cierto de todo es que el que escucha y siente de cerca la vibración de estos instrumentos lo recordará siempre en su corazón. Toda terapia de sonido se basa en el principio de resonancia, por el cual una vibración de más alta frecuencia y armónica contagia a otra más baja, disonante no saludable.

EN ESTE TALLER APRENDEREMOS: - Ejercicios taoístas para potenciar el cuerpo energético. - Entrenamiento de la voz con cantos armónicos. - Entrenamiento de la sensibilidad del terapeuta: “Chikung del sonido”. - Autoterapia y terapia con cuencos tibetanos: teoría y práctica. Y terminaremos con un concierto de cuencos tibetanos, gong y tan drum.

Sin fundamento científico alguno

¿Simplemente relajación? ¿Solamente música? Hemos pedido a Emilio J. Cazorla, vicepresidente de la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (APETP), autor del libro Las pseudoterapias y profesor de música especializado en trompeta, un comentario detallado de lo que promete esta “terapia con cuencos tibetanos”. A continuación, sus palabras.

Así en rápido, en la segunda línea de la descripción ya están insinuando una capacidad de curación de los cuencos, lo cual supone publicidad engañosa, al igual que en el resto del texto, lo cual tira por tierra el “solo relajación”.

Es cierto que el estrés supone un factor pernicioso para la salud. Sin embargo, por evidentemente relajante que pueda ser una sesión musical de cualquier tipo, las afirmaciones que se hacen sobre las frecuencias específicas de los cuencos tibetanos distan de tener fundamento científico: no solo las frecuencias de los cuencos no tienen nada de particular, sino que afirmaciones como “sincronizar los hemisferios del cerebro” no tienen siquiera sentido a nivel neurológico. Una música puede ser intelectualmente estimulante, pero la afirmación “asienta los conocimientos adquiridos” muestra una vaguedad que deja entrever, de paso, que el oyente va a ser sometido a un adoctrinamiento que va más allá de la mera escucha de un concierto.

Las afirmaciones que se hacen sobre la segregación de hormonas son de nuevo terriblemente imprecisas articulando tecnicismos, intentando atribuir a la música de cuencos propiedades extralimitadas de lo que supone los beneficios evidentes de la relajación debida a la escucha de cualquier música agradable o práctica de una actividad placentera en general.

El peligro del origen emocional de la enfermedad

Más preocupantes son las afirmaciones que atribuyen a “bloqueos emocionales asociados a órganos afectados”, discurso que entronca con las sectas basadas en el denominado “origen emocional de la enfermedad”, que llevan al extremo la conocida psicosomática para atribuir a toda enfermedad una causa emocional; a nivel musical y biológico no tiene sentido decir que una fascia se relaja por la vibración armónica de un instrumento; las fascias tienen diversos tamaños y formas dentro de un mismo cuerpo, de forma que incluso si tuviera algún viso de verosimilitud el que una fascia se relajara por alguna resonancia en concreto –algo que tampoco es cierto–, su variedad de formas y tamaños comprometería enormemente las frecuencias a las que estas mostrarían algún tipo de resonancia.

Finalmente, la frase “activa los pequeños paquetes de información almacenados en el ADN” vuelve a no tener sentido biológico alguno, además de que es falso que cantar o recibir vibración alguna tenga ningún efecto sobre una molécula de tamaño infinitamente menor e infinitamente más a resguardo de lo que ninguna onda de presión sonora (que es lo que es el sonido) sería capaz de afectar, por fortuna para la estabilidad de nuestros cuerpos.

Los cambios en el ADN solo pueden producirse a nivel bioquímico por la aplicación de sustancias reactivas o partículas de alta energía (radiación luminosa o radiactividad) que modifiquen sus características atómicas, en ningún caso inapreciables cambios de presión del medio, que sería lo más que podría provocar el sonido (entendido a frecuencias y escalas de potencia emitibles por un cuenco, a diferencia de aparataje específico como el de las máquinas de ultrasonidos para destruir tejidos a nivel celular –mucho más grande que el tamaño del ADN– con presiones y frecuencias mucho más elevadas).

En resumen: bajo una parafernalia de términos a caballo entre el New Age y la biología, se pretende que un sonido puede restaurar la salud a un individuo, lo cual no tiene fundamento.

Propiedades exageradas y hasta inventadas

A nivel ya no biológico, sino musical, ni siquiera tiene sentido hablar de frecuencias “disonantes no saludables”. Las disonancias no tienen relación alguna con la salubridad, siendo una mera interpretación auditiva que hace nuestro cerebro de frecuencias que no tienen algún mínimo común múltiplo, y que tienen su perfecta cabida en música (siendo de habitual uso) para generar contrastes y tensiones en melodías o armonías, proporcionándoles riqueza auditiva sin, afortunadamente, repercusiones fisiológicas nocivas.

Con todo, se está usando la excusa del nada desdeñable bienestar asociado a la relajación de una música agradable para el individuo (lo cual, por cierto, siempre es totalmente subjetivo y dependiente del individuo) para inocular doctrinas deletéreas mediante el gancho de unas propiedades exageradas (cuando no inventadas) del sonido de un instrumento en particular.

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2. “Hay profesionales de la salud que creen en el poder sanador de las pseudoterapias”.

FUENTE: Campusa

 

 

Recogemos a continuación el artículo que ha escrito Guillermo Quindós Andrés, catedrático de Microbiología Médica de la Universidad del País Vasco e investigador principal del Grupo ‘Candidiasis y otras infecciones humanas asociadas a biopelículas microbianas’. Ha sido publicado en el portal Campusa de la propia institución universitaria.

La medicina es una ciencia y, como tal, se basa en evidencias, datos y pruebas. Ha dejado atrás siglos de oscurantismo, creencias e ineficacia para convertirse en una herramienta imprescindible en la mejora de la salud. Estos grandes avances científicos han permitido formar a profesionales con conocimientos y recursos suficientes para curar, prevenir y prolongar la esperanza y calidad de vida de muchas personas con enfermedades, como la diabetes o el cáncer, que en otros tiempos habrían causado su muerte temprana. La aplicación del pensamiento científico racional a la medicina ha contribuido en gran medida a estos logros.

Por desgracia, todavía hay enfermedades para las que no hay tratamientos eficaces que disminuyan el dolor y el sufrimiento. Como contrapartida, la medicina se ha convertido en un negocio para muchos, no siempre lícito, en el que se desenvuelven con soltura las denominadas «medicinas alternativas y complementarias». Existen decenas de estas “medicinas” que encajan en la definición de pseudoterapias del Observatorio contra las Pseudociencias, Pseudoterapias, Intrusismo y Sectas Sanitarias de la Organización Médica Colegial de España: pseudoterapia es una “propuesta de cura de enfermedades, alivio de síntomas o mejora de salud, basada en criterios sin el respaldo de la evidencia” científica. Su número va en aumento debido a las grandes ganancias económicas que generan a sus practicantes.

El problema de las pseudoterapias es significativo. En la novena Encuesta de Percepción Social de la Ciencia realizada por la Federación Española de la Ciencia y la Tecnología (FECYT), en 2018, se comprobó que uno de cada cinco encuestados había utilizado pseudoterapias como la homeopatía o la acupuntura: un 5,2 % en sustitución a la medicina y un 14,4 % como tratamiento complementario. Además, uno de cada cuatro (25,4%) confiaba en la homeopatía y el 16 % en el reiki. Las mujeres (24,7 %) usaban pseudoterapias con más frecuencia que los hombres (14,2 %). Uno de cada cinco encuestados creía que la homeopatía y la acupuntura tienen un carácter científico, creencia que era menor entre personas de mayor nivel educativo.

Un peligro añadido de las pseudoterapias es que, en ocasiones, promueven opiniones contrarias o adversas a herramientas de gran importancia en la salud personal y comunitaria, como las vacunas. Así, aunque la amplia mayoría de la población, en base a los datos de esta encuesta, confía en la utilidad de las vacunas infantiles, se estima que en España alrededor de 1.250.000 personas (3,3 % de la población) cree que su utilidad es poca o ninguna, y casi el doble que los riesgos superan a los beneficios.

El éxito de muchas pseudoterapias se basa en que ofrecen al paciente un entorno relajante, con atención personalizada que genera un efecto placebo. Aunque hacen creer que son curativas, ninguna ha pasado por filtros científicos rigurosos, como ensayos clínicos, que demuestren su eficacia. Las pseudoterapias se aprovechan de que somos proclives a establecer falsas relaciones entre causas y efectos, lo cual desencadena sesgos cognitivos. Entre estos sesgos están el desconocimiento habitual del curso natural de las enfermedades leves, la existencia de enfermedades episódicas o cíclicas con remisiones espontáneas o de enfermedades raras sin remedio conocido. A lo que podemos añadir que en muchas pseudoterapias se establecen falsos diagnósticos, se sobrediagnostican enfermedades o se crean enfermedades inexistentes.

Las pseudoterapias presentan como certezas, con una palabrería cautivadora y difusa, recubierta de paternalismo, ideas desfasadas, incorrectas o sin pruebas científicas. Se apoyan en dogmas superados hace décadas por la ciencia. Muchas requieren que la persona enferma tenga fe en su pseudoterapeuta, convirtiéndose en una especie de creencia religiosa. Es más, hay quien percibe una especie de conspiración universal para ocultar la eficacia terapéutica del agua con memoria (homeopatía), de las agujas (acupuntura) o de la imposición de manos (reiki). Tampoco se percibe que detrás de los que venden, por ejemplo, preparados homeopáticos están empresas multinacionales que ganan miles de millones de euros. Si hubiera alguna evidencia de la utilidad de alguna de estas pseudoterapias, sin duda ya sería parte de la medicina porque la medicina mantiene un equilibrio complicado entre el escrutinio escéptico de todas las hipótesis terapéuticas y una gran apertura crítica a las nuevas ideas.

El auge de las pseudoterapias tiene múltiples culpables, destacando las celebridades y gurús que las publicitan, los medios de comunicación que exageran sus virtudes, la propia comunidad científica médica e incluso algunas universidades, por no remarcar el carácter acientífico de aquellas. Los medios de comunicación suelen generar una visión positiva y simplista de las pseudoterapias y las combinan con noticias sensacionalistas que magnifican los riesgos de la medicina “convencional”. Un ejemplo de parodia científica que puso en evidencia la credulidad de muchos medios de comunicación fue la historia del misterioso asesino químico denominado «monóxido de dihidrógeno», un nombre pomposo para el agua. Este hecho demuestra que se puede dar información precisa pero sensacionalista sobre cualquier cosa, incluida el agua, y conseguir que un amplio sector de la población se alarme.

En las consultas médicas se debería dedicar más tiempo, tiempo del que no se dispone en estos momentos, a los pacientes con tos, dolores de espalda y otras afecciones leves, para las que existen pocos tratamientos exitosos. Muchas de estas dolencias desaparecerán en el transcurso de pocas semanas. Por esta falta de tiempo, algunos médicos no ven mal que sus pacientes usen remedios que compran en farmacias o en tiendas o que acudan a pseudoterapeutas.

Otros profesionales de la salud realmente creen en el poder sanador de estas pseudoterapias. Ambas actitudes pueden conllevar consecuencias negativas, como que se medicalicen problemas leves de salud, no se diagnostiquen enfermedades graves, se inventen otras inexistentes, se apliquen tratamientos nocivos o innecesarios, y se estafe a los enfermos. Además, hay pseudoterapeutas que dan consejos inadecuados o se entrometen en los tratamientos médicos correctos que recibe el paciente.

Por otra parte, algunas universidades han devaluado sus enseñanzas científicas propiciando cursos y másteres de distintos tipos de pseudoterapias bajo el epígrafe de “medicinas alternativas”, cuando la calidad académica no debería sacrificarse por motivos económicos. Como nos propone Edzard Ernst, reputado luchador contra las pseudoterapias, debemos reflexionar seriamente sobre la ausencia del pensamiento crítico en los estudios médicos que impartimos porque no todos nuestros licenciados o egresados comprenden las bases científicas de las enfermedades, sus causas y su desarrollo o patogenia; bases que establecen las pautas para realizar un diagnóstico correcto y su tratamiento eficaz.

Las personas que necesitan recibir un tratamiento médico desean un trato honesto. Cuando se prescribe un tratamiento médico probado, el paciente experimenta un beneficio clínico que se ve reforzado por el efecto placebo que causan las expectativas de que el tratamiento va a ser efectivo. Un médico nunca debería recomendar una pseudoterapia porque estaría engañando a quien acude en demanda de su ayuda profesional. Recordando el adagio médico atribuido a Hipócrates, «lo primero es no hacer daño» (Primum non nocere), por eso debemos ser conscientes de que las pseudoterapias pueden causar un quebranto importante de la salud, daños irreversibles e incluso, la muerte de los enfermos.

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3. La necesidad de abordar las pseudoterapias desde la educación y la seguridad.

FUENTE: El Día

 

 

La médico especialista en psiquiatría Natacha Sujanani (n. 1978) abrió recientemente un nuevo periodo en su carrera profesional. Después de permanecer una década vinculada al Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria (Santa Cruz de Tenerife, España), ahora se enfrenta a un nuevo reto profesional, como gerente del mismo centro sanitario, en el que está “aprendiendo mucho” sobre los entresijos de gestión del centro hospitalario, que le recuerda, por su funcionamiento, a “una gran empresa”. Lo cuenta Verónica Pavés en El Día. Extractamos a continuación su entrevista.

Nos recibe en el despacho al que desde 2015 había acudido en diversas ocasiones para reivindicar los derechos del colectivo médico, como vicesecretaria general del Sindicato Médico de Santa Cruz de Tenerife. La diferencia es que ahora lo hace con una nueva responsabilidad. Entre montañas de papeles y algún que otro ornamento traído desde su propia casa, Sujanani muestra su compromiso con el cargo y su empeño por abrir una nueva etapa basada en la potenciación del pensamiento crítico, enfocada a evitar el consumo imprudente de pseudoterapias, y en la mejora de la sostenibilidad del sistema.

- Ha manifestado en diversas ocasiones su posicionamiento en contra de las pseudoterapias, ¿cree que desde los hospitales se debería fomentar el pensamiento crítico para evitar su consumo?

- Por supuesto. Probablemente haya que hacerlo a nivel social y educativo, pero en un hospital de tercer nivel también. Aquí transmitimos continuamente tanto a los profesionales como a los usuarios que todas las intervenciones que hacemos están avaladas científicamente. En caso de que se use una terapia fuera de etiqueta, le explicamos al paciente de que aún no hay evidencia científica que lo avale. A través del Comité Ético Asistencial se han estado aportando ciertas ideas de abordaje, porque por desgracia aquí hay muchos de los pacientes que ingresan consumen a la vez pseudoterapias.

- ¿Muchas personas hospitalizadas suelen consumir estos productos?

- Sí. No puedo decir el número pero sí que nos gustaría, a través del Comité Ético Asistencial, hacer un registro de cuántas personas ingresadas están consumiendo este tipo de productos. Porque el problema es que muchas veces tampoco lo dicen. No lo dicen porque no tienen la conciencia de que les pueda afectar porque “como es natural, no pasa nada”. Pero sí pasa. Si bien en el caso de la homeopatía no porque es un producto que no hace absolutamente nada, sí que pueden existir efectos adversos en el caso de determinados productos.

El ejemplo es la hierba de San Juan, un producto usado para la depresión en el que hemos constatado un efecto en cuanto a la recaptación de la serotonina, lo que puede provocar un brote maníaco si el paciente tiene predisposición a ello. En este sentido queremos empezar a trabajar, pero siempre teniendo en cuenta que no se puede incidir en la población con un efecto punitivo. Tenemos que abordarlo desde un punto de vista educativo y de seguridad, y tratar de hacerles conscientes de que cuando entran o ingresan en un hospital por cualquier patología tienen que decirle a su médico u enfermero todo lo que estén tomando.

- ¿Qué le parece que Francia haya decidido retirar la financiación a la homeopatía?

- Me parece un avance espectacular y por otra parte muy cantado. No se sostiene por ningún lado que un país del primer mundo a vanguardia financie un producto escandalosamente caro que no sirve absolutamente para nada porque así lo ha demostrado la ciencia. Espero que todos cojamos recortes y no solo deje de estar financiada sino que también se advierta a la población de los peligros que pueden derivar del consumo de este tipo de pseudoterapias.

- El problema es que muchos médicos colegiados aún recomiendan el tratamiento con este tipo de productos.

- Es una labor que debe surgir de la Organización Médica Colegial (OMC). Ya está dando pasos en este aspecto y creo que habrá una regulación a corto-medio plazo. Además, la política de nuestro Ministerio de Sanidad está muy en esa línea, y yo creo que la OMC tendrá que exigir lo que se nos exige a todos los médicos que es cumplir nuestro código deontológico, ni más ni menos.

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4. España: un Colegio de Médicos advierte sobre un taller de Flores de Bach en un espacio público.

FUENTE: Consalud.es

 

 

El Colegio de Médicos de Las Palmas (España) ha advertido al ayuntamiento de la ciudad de que uno de los talleres que tienen publicitados en la Universidad Popular de Las Palmas de Gran Canaria está ligado a las pseudociencias, sin fundamento científico alguno. En concreto, a las Flores de Bach, según informa el medio digital ConSalud.es.

Para la organización profesional, dar voz a este tipo de actividades supone un fraude a la población que al final cae en redes de intereses económicos de pseudo-sanadores sin escrúpulos que se lucran con el dolor, la angustia y la ignorancia de los enfermos. Por eso añaden en Twitter, dirigiéndose al Ayuntamiento: “sugerimos que lo consideren”.

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5. Argentina: promocionan las “medicinas ancestrales” incluyendo pseudoterapias New Age.

FUENTE: Diario Uno

 

 

Hay algunos buscan el equilibrio emocional, la sanación integral, aun en épocas tan convulsionadas como esta. Hay una fuerte tendencia a buscar caminos alternativos para lograr esto, más naturales, más profundos, y Mendoza (Argentina) no es ajena a esta tendencia, tal como escribe Enrique Pfaab en Diario Uno. Más aún, quizás sea una de los territorios más activos.

Ninguna de estas corrientes es nueva, al contrario. La mayoría son antiquísimas y han resurgido con gran fuerza. Desde la canalización, pasando por el reiki, hasta la regresión y la sanación de males físicos a través de yerbas, las mismas que utilizaban los pueblos originarios [esta afirmación del periodista es falsa en muchos de los casos]. Sin ir más lejos, el 3 de noviembre en la zona de Colonia Suiza, estaba programada una recorrida para reconocer plantas autóctonas medicinales o sanadoras, conocer sus propiedades, sus usos y también sembrar en la misma zona más de estas variedades. Incluso ese día estuvo presente una anciana mapuche que, en la zona de Valparaíso, en Chile, ha logrado que las yerbas medicinales estén disponibles en un hospital oficial.

Anabel Peralta es mendocina, tiene 43 años y una historia muy especial. Hubo una búsqueda de sus orígenes familiares y “esa búsqueda es también parte de esta otra”, dice. Cuenta que utiliza muchas prácticas y se define como reikista desde el año 2012, sahumadora desde diciembre del 2017, guardiana del útero desde esa misma época, canalizadora, tarotista y alquimista. “Toda mi historia es parte de lo mismo. Es parte también de la búsqueda de toda esta medicina, de todas las técnicas en las que trabajo, de la búsqueda de esas raíces. Cuando uno se abre a la búsqueda, aparecen las respuestas”, dice.

Recuerda que “hace unos 15 años comencé un camino de iniciación de reiki y todo se fue abriendo, comenzando una profundización, pero todo eso quedó un tiempo guardado en un cajón. Finalmente tuve un proceso físico, un cáncer, y decidí tratarlo de una manera no convencional, de tratarlo de otra forma. Allí aparece el biomagnetismo, reiki japonés, y ahí comencé una transformación más profunda, entendiendo que Somos mucho más que un cuerpo físico”.

Así dice que fue incorporando diferentes técnicas y actividades, más herramientas, “para ir entendiendo por que suceden estas cosas”. Sostiene que “la espiritualidad es un estado de plenitud” y que, para cuidar el cuerpo físico “es necesario que se activen otros procesos para la integración de todo lo que somos”. Así fue como en “en 2017 fui iniciada como sahumadora según la tradición azteca. Fue un despertar de la memoria, de algo que estaba en mí, y comencé a conectar con la medicina de las plantas”.

Así fue como “conocí a una abuela mapuche (Sylvia Caneo) que me inició, a través de su cultura, en el reconocimiento de las plantas autóctonas”. Cuenta que también comenzó a interiorizarse de las plantas naturales mendocinas, para “recobrar nuestra historia y nuestras costumbres”, a través de una guía de campo de Raúl Mauro Ávalos, “que habla de las plantas del monje argentino”.

Así fue que, primero ella y Sylvia y después en grupo, comenzaron a recorrer Mendoza e para identificar cada planta, distinguir sus propiedades y también analizar las épocas de siembra ya que “es importante aprender y tomar consciencia de la recolección, pero también mantener el equilibrio”. Cuenta que los usos son múltiples y a través de distintas formas. “El sahumado es una técnica, pero también las infusiones, los vapores… Hay muchas plantas medicinales en la zona”.

Además Anabel Peralta, junto a Sylvia Caneo y otras mujeres, “hace un año y medio creamos un espacio, al que llamamos El Despertar de Curanderas. Nos reunimos durante 4 días a trabajar sobre los conocimientos y la medicina ancestral, para mantenerla vida”. Por eso dice que “es muy importante que Sylvia Caneo haya sido reconocida como herbolaria por el sistema de salud de Chile y tenga su propio espacio en un hospital”.

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6. La homeopatía deja de definirse como “sistema curativo” en la Real Academia Española.

FUENTE: El País

 

 

La homeopatía ha sido un “sistema curativo” durante 167 años, al menos en el idioma español. Desde que se consignara por primera vez esta voz llegada del alemán en la edición de 1852, la Real Academia Española siempre ha considerado en su definición que esta pseudoterapia curaba. Hasta hoy. En su nueva definición, la homeopatía pasa de ser un sistema curativo a una simple “práctica” que “supuestamente” produce unos síntomas. Lo cuenta Javier Salas en el diario español El País.

La definición actual completa es: “Práctica que consiste en administrar a alguien, en dosis mínimas, las mismas sustancias que, en mayores cantidades, producirían supuestamente en la persona sana síntomas iguales o parecidos a los que se trata de combatir”. La anterior era mucho más discutible desde el punto de vista científico: “Sistema curativo que aplica a las enfermedades, en dosis mínimas, las mismas sustancias que, en mayores cantidades, producirían síntomas iguales o parecidos a los que se trata de combatir”. La RAE había cambiado en 2014 para retirar la coletilla excluyente “en el hombre”.

El proceso para modificar esta definición se inició en 2017 en la Comisión de Vocabulario Científico y Técnico de la RAE. La nueva propuesta ha tardado tanto en llegar al Diccionario porque debía aprobarse en las restantes academias de la lengua española (ASALE) y posteriormente por la comisión delegada del pleno.

De este modo, la homeopatía pierde la segunda de las tres patas que mantenían su respaldo social. Ahora ha perdido el respaldo lingüístico: homeopatía, en español, no significa un remedio que cura. Antes, el consenso científico-médico ya le había retirado su apoyo hace tiempo, con manifestaciones cada vez más tajantes por parte de las sociedades científicas. Hace dos años la Real Academia de Farmacia aseguró no solo que no funciona, sino que “la homeopatía puede poner en riesgo la salud”. En España, ninguna universidad pública enseña homeopatía en una asignatura desde el pasado año. El último respaldo que le queda es el legal, ya que la normativa europea determina que debe venderse como medicamento, aunque el Gobierno español pretende que esto cambie. En Francia, ya está en proceso que se retire su financiación pública.

Esta definición, unido al hecho de que se vende en farmacias, ha podido contribuir a la confusión que reina en España sobre la verdadera utilidad sanitaria de la homeopatía. En la encuesta de la Fecyt, el 53 % de los españoles se identificaba mucho, bastante o algo con la afirmación de que los productos homeopáticos funcionan (aunque sólo el 7 % estaba muy convencido de que funciona). Con este cambio en el español puede que la situación se aclare un poco más. Hasta ahora lo decían los científicos, desde ahora, la homeopatía ya no cura ni en el habla.

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7. Los médicos advierten sobre los riesgos de los tratamientos alternativos para el cáncer.

FUENTE: BBC

 

 

Es común que cuando el ser humano contrae una enfermedad busque todas las alternativas posibles para sanar. Ello incluye visitas al doctor, tratamiento médico y en muchas ocasiones remedios naturales o medicina alternativa, pero utilizar todas estas alternativas al mismo tiempo puede tener consecuencias negativas para la salud. Como informa la BBC, los pacientes con cáncer deben notificar a sus doctores si están tomando algún producto a base de hierbas, ya que algunos de los ingredientes podrían interferir en el proceso de curación del tratamiento médico. Por ejemplo, el ajo, el jengibre y las píldoras de extracto de ginkgo biloba pueden retrasar la recuperación de las heridas en la piel cuando se propaga el cáncer de seno.

La cirujana Maria Joao Cardoso dice que no hay evidencia de que las terapias herbales o con cremas funciones, aquí que “por si las dudas es mejor no tomar nada de eso”. “Los médicos deben preguntar a sus pacientes qué más están tomando cuando reciben tratamiento para el cáncer”, dijo a la BBC Cardoso, cirujana en jefe del Centro de Cáncer Champalimaud en Lisboa, Portugal. La doctora añade que es importante que los pacientes siempre consulten con su doctor antes de probar con un tratamiento complementario a las terapias que están recibiendo, sobre todo si se trata de cáncer que se esparce en la piel. Esto sucede en uno de cada cinco casos de cáncer de seno, y menos en otros tipos de cáncer, dice Cardoso.

El riesgo es que muchos productos pueden interferir con las terapias hormonales o los tratamientos de quimioterapias. Algunos productos basados en hierbas interfieren y prolongan el tiempo de coagulación de la sangre, lo que puede causar que las heridas tarden más en cicatrizar y que queden cicatrices más marcadas. La cirujana enlista estos productos a base de hierbas como ejemplos de aquellos que ralentizan el proceso de coagulación de la sangre: chiretta verde, matricaria, ajo, ginkgo biloba, ginseng, espino, castaña de Indias y cúrcuma.

Restricciones médicas

Cardoso menciona que no es sorprendente que los pacientes y sus familias busquen tratamientos complementarios o alternativos que pudieran marcar la diferencia. Pero ella enfatiza que la gente debería saber que “podrían terminar haciendo más daño que bien”. “Es importante recordar el objetivo más alto en medicina: no hacer daño”, dijo.

Incluso los cítricos en los zumos de toronja y naranja pueden interferir en los tratamientos convencionales contra el cáncer. En su sitio web, la organización benéfica Cancer Research en Reino Unido dice que algunas terapias complementarias podrían hacer que los tratamientos convencionales dejen de funcionar como deberían.

También dice que es importante evitar algunos alimentos y bebidas como la toronja y las naranjas durante el tratamiento del cáncer, ya que pueden afectar la eficacia de los medicamentos contra el cáncer en el cuerpo. La organización dice: “Hable con su médico sobre cualquier terapia complementaria que esté pensando usar. Dígale antes de comenzar a recibir terapia complementaria, especialmente si está en medio de un tratamiento de cáncer”.

Grete Brauten-Smith, enfermera clínica en la asociación benéfica Breast Cancer Now, dijo: “Hay una gran cantidad de información no probada disponible en línea y poca investigación confiable sobre estos productos (alternativos). Una discusión con un profesional de la salud puede garantizar que un paciente tenga la información precisa que necesita para hacer una elección informada”. Sin embargo, en la Quinta Conferencia Internacional de Consenso sobre el Cáncer de Mama Avanzado, Cardoso dijo que las terapias como el yoga, la atención plena (mindfulness), el reiki y la acupuntura podrían tener un impacto positivo en la calidad de vida de las pacientes.

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8. “Las pseudociencias generan miedos con un objetivo lucrativo”.

FUENTE: El Periódico de Extremadura

 

 

Elena Campos fue alumna del IES Gabriel y Galán de Plasencia (Badajoz, España) y el pasado 22 de noviembre regresó al centro para hablar sobre investigación, pseudociencias y pseudoterapias, avalada por su trabajo en el centro de biología molecular Severo Ochoa, adscrito al CSIC, y como presidenta de la Asociación de ámbito nacional para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas. Recogemos la entrevista que le ha hecho Raquel Rodríguez Muñoz para El Periódico de Extremadura.

- ¿Qué se siente al volver a su instituto y estar al otro lado?

- Lo estoy saboreando. Es muy bonito volver a tus orígenes, a la casa donde creciste, te formaste y tuviste modelos a seguir. Es un honor y, aparte, creo que hay que devolver lo que se te da.

- ¿Charlas como la suya son necesarias para atraer a los jóvenes a la ciencia?

- Es uno de los objetivos. Ojalá pudiera ser un referente para potenciar vocaciones científicas entre mis paisanos. No tanto para que se dediquen a la investigación, sino para que despierten en curiosidad y espíritu crítico.

- ¿Hay menos mujeres científicas que hombres?

- Accedemos a la carrera al 50 % o más, pero acabamos reducidas a menos de un 30 % a medida que se asciende. En el CSIC, se ha acentuado el desequilibrio a favor del varón a medida que se asciende y parecería que este techo de cristal coincidiría con la etapa de maternidad. Hay que implementar medidas que frenen esta pérdida de talento femenino y eviten obligar a elegir entre la familia o escalar profesionalmente. La sociedad debe exigirse a sí misma igualdad real y las mujeres debemos hacernos valer.

- ¿Qué diferencia la ciencia de la pseudociencia?

- La ciencia intenta llegar a lo que más se aproxime a la realidad a través del método de ensayo-error, de manera muy protocolizada para que las conclusiones sean objetivas, robustas y aplicables en cualquier parte del mundo. La pseudociencia se aprovecha de la terminología científica para hacerse pasar por ciencia, pero sin demostrar absolutamente nada. Además, genera miedos con un objetivo lucrativo.

- ¿Por ejemplo?

- El miedo a las antenas wifi. Te digo que son peligrosas por las radiaciones electromagnéticas y te vendo un parche antirradiación. La mayor fuente de radiación electromágnetica es el sol y se sabe que produce cáncer, pero nadie ha conseguido demostrar los efectos perniciosos para la salud de las antenas y hay gente que no sale de casa por eso. Con los móviles pasa lo mismo. Es más peligroso el calor que producen, que es mínimo, que la radiación.

- ¿Por qué son peligrosas?

- Porque engañan a la gente. Se aprovechan de personas desesperadas o que desconfían del sistema y generan enfermos dependientes de su gurú. De hecho, muchas se utilizan como gancho para movimientos sectarios. En España, existen la bioneuroemoción, la nueva medicina germánica, la biodescodificación... Todas niegan la existencia de una enfermedad física y dicen que es una manifestación de un conflicto emocional y lo primero que te piden es que te alejes de tus seres queridos porque son quienes pueden habértelo provocado. Rechazan la quimioterapia y pueden llevar a la gente a la muerte.

- ¿Y las pseudoterapias?

- Empiezan comercializando su producto. Lo disfrazan de ciencia sin haber pasado por las fases previas. No se ha demostrado que funcionen. La homeopatía, la acupuntura, la quiropráctica, el reiki... Hay que distinguir el efecto terapéutico por encima de la fe. Lo que pedimos desde la asociación es que pasen por los mismos filtros de calidad que los medicamentos porque, si no, es injusto y peligroso. Las venden como terapia alternativa y pueden llevarte a rechazar una oportunidad terapéutica. Con un resfriado no pasa nada, pero en un enfermo oncológico o con depresión, pueden llevar a que te suicides o a la extensión del cáncer.

- ¿Con el rechazo a las vacunas pasa lo mismo?

- Como dice Médicos sin Fronteras, «hay algo que da más miedo que las vacunas, no tenerlas». No solo es cuestión de uno mismo porque los no vacunados son transmisores de enfermedades. Las vacunas son los medicamentos más seguros que salen al mercado, aunque no hay nada inocuo porque, si bebes agua por encima de cierto volumen, puede ser letal.

- ¿Qué propone para reducir la desinformación y el que la gente recurra a las pseudociencias o pseudoterapias?

- Mayor responsabilidad de las autoridades sanitarias para hacer cumplir las leyes que existen; que los colegios velen por la buena praxis de los colegiados; que los jueces se formen en empatía; fijarse siempre en que los centros tengan un número de registro sanitario visible y el personal esté colegiado; ser más críticos y pensar en que, si algo suena raro, posiblemente lo sea y no acudir a internet porque es la mayor fuente de bulos.

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9. El Colegio de Médicos de Valencia continúa promocionando las pseudoterapias.

FUENTE: Eldiario.es

 

 

El Colegio de Médicos de Valencia (España) mantiene una sección, con estructura propia, para la difusión y el impulso de las pseudociencias. La bautizan como área de “Medicina Integrativa” y entre uno de sus cuatro objetivos se enmarca “la difusión de la homeopatía, la acupuntura y la medicina naturista dentro del marco colegial”. Estas disciplinas, que no tienen base científica, están desapareciendo de los colegios más importantes y el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos ha pedido que sean desterradas por “contrarias a la deontología y ética médica”.

Según recuerda Sergi Pitarch en Eldiario.es, el Colegio de Médicos de Madrid excluyó la homeopatía y la acupuntura de la lista oficial de especialidades médicas y el de Barcelona prohíbe que se difundan este tipo de pseudociencias entre los colegiados. Mientras, el Colegio Oficial de Médicos de Valencia ofrece a sus miembros formación y vídeos en estas materias, que están presentes en esta institución desde 1990.

La sección de Medicina Integrativa tiene junta directiva propia con siete miembros y está liderada por el doctor Rafael Torres. Torres a su vez es vocal de la junta directiva de la presidenta Mercedes Hurtado. Su apoyo y el de los homeópatas fue clave en la victoria de Hurtado en las pasadas elecciones al colegio. De hecho, sus rivales para optar a la presidencia repudiaban las pseudociencias, lo que movilizó y mucho a sus partidarios.

La Organización Médica Colegial (OMC) de España y el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos rechazan “por inaceptables y contrarias a la deontología médica todas las prácticas invalidadas científicamente y consideran las mismas ajenas a la ciencia y profesión médica”. “Entre esas prácticas se encuentra la homeopatía, la cual no ha podido demostrar hasta la fecha ninguna evidencia científica de eficacia médica fuera del efecto placebo”, añaden.

En el último Congreso de Deontología Médica se anunció que en el contenido del futuro Código Deontológico, actualmente en revisión, se negará una vez más la naturaleza médica de esas prácticas y procedimientos entre los que se destaca, entre otras, la homeopatía, reconociéndola “sin fundamento, con altos riesgos y costes, así como generadora de confusión para muchos pacientes al ser calificada por algunos como 'medicina alternativa'“.

La OMC ha creado un observatorio contra las pseudociencias, pseudoterapias, intrusismo y sectas sanitarias. Su misión es garantizar que en la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud (SNS) no se utilicen falsas terapias, productos milagro ni técnicas pseudocientíficas engañosas o que no tengan un sustrato científico experimental y de efectividad reconocido y probado. Es uno de los objetivos que se ha marcado la Corporación, dado que se observa cómo están instalándose en hospitales y centros sanitarios tanto públicos como privados, con la permisividad sorprendente de responsables gerenciales.

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10. Australia: un niño diabético muere por ser tratado con una pseudoterapia oriental.

FUENTE: Magnet

 

 

“La medicina es veneno, la medicina occidental no puede curarte”. Así de tajante fue Hong Chi Xiao, pseudoterapeuta australiano, a la hora de diagnosticar el problema de salud de un niño, según aseguró la madre durante el juicio que investigaba la muerte del pequeño. Los padres y la abuela se han librado de su acusación por homicidio involuntario, pero no el curandero, que acaba de recibir una condena por ese mismo cargo. Lo leemos en el portal Magnet, en un reciente artículo firmado por Esther Miguel Trula.

Paida lajin: así se llama el supuesto método de curación que aplicó Xiao, una terapia basada en palmadas y golpes con la mano abierta sobre la piel del paciente mientras éste debe adoptar varias posiciones para estirar los músculos. Según se recoge en el juicio, el niño de seis años se quejó a sus padres del hartazgo de tener que recibir cuatro inyecciones de insulina cada día, y los adultos decidieron internar al menor en uno de los talleres de curación del “doctor” en Sidney.

La agonía: allí le retiraron la medicación y empezaron a golpear su cuerpo durante varias sesiones. Al cuarto día, y a pesar de ver que no podía hablar ni abrir los ojos, los participantes siguieron abofeteándole para mantenerle despierto y seguir con la terapia. Al día siguiente el menor comenzó a vomitar una sustancia de color negro y convulsionó. Se estaba muriendo de cetoacidosis diabética, una acumulación en el organismo de ácidos por falta de insulina. El grupo dejó al niño acostado en una habitación de hotel y al poco tiempo falleció.

Una terapia ya célebre en las crónicas de sucesos: el mismo matasanos, que ahora vive en California, está pendiente de la resolución de otro juicio abierto en 2016 por la muerte de una mujer británica. Según cuenta su hijo, y provocado por el miedo a las agujas, su madre llevaba 11 años buscando terapias alternativas para tratar su diabetes. Sin ser paida lajin, también otros terapeutas han sido condenados recientemente por homicidio involuntario, uno en Estados Unidos por la muerte de un niño de 13 años al que se le sustituyó la insulina por friegas con aceite de lavanda y otro caso de menor italiano, cuyos padres consintieron que se tratase la otitis de su hijo con homeopatía.

La medicina tradicional china (MTC) es el último arma de “poder suave” de China: así de tajante titulaba el South China Morning Post, diario hongkonés en lengua inglesa propiedad de Alibaba Group, un artículo vanagloriándose de las buenas cifras de esta industria. Según las cifras del subjefe de la Comisión de Salud china, la industria farmacéutica enmarcada en la MTC ha crecido un 20 % en los últimos cinco años, y su última valoración la ubicó en más de 100.000 millones de euros, un tercio de toda la producción nacional de medicamentos. Su influencia y su éxito, dicen, no para de crecer en todo el mundo.

En pos de la identidad nacional: más grave aún si cabe es que este crecimiento de la industria de la MTC está en consonancia con los planes gubernamentales, como expresaba recientemente Xi Jinping tras su decisión de aminorar los requisitos de licencias y la apertura de hospitales enmarcados en estas prácticas. El país ha decidido que la competición por la medicina tradicional, asociada a occidente, es demasiado cara, y fomentar el uso de terapias alternativas facilita una pujante industria que abarata el gasto sanitario por ciudadano y permite ahondar en la pretendida unidad étnica que usan como relato vertebrador del país.

Oficializando la práctica: a principios de año la OMS decidió incluir remedios ancestrales y acientíficos propios de la jerga de la MTC en su nueva clasificación de enfermedades, para horror de múltiples voces científicas. Muchos responsabilizan de este gesto a la ex directora de la OMS Margaret Chan, quien dirigió la OMS hasta 2017 y tenía estrechos vínculos con China.

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La RIES es una red de expertos y estudiosos católicos sobre el fenómeno sectario y la nueva religiosidad, presentes en España y Latinoamérica, y abarcando las zonas lusoparlantes. Pretende ofrecer, también con este boletín informativo, un servicio a la Iglesia y a toda la sociedad. La RIES no se responsabiliza de las noticias procedentes de otras fuentes, que se citan en el momento debido. La RIES autoriza la reproducción de este material, citando su procedencia.