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Obispos EEUU: unidos al Papa y a la entera Iglesia en la lucha contra la llaga de los abusos

 

Al término de la plenaria de los obispos estadounidenses, el card. DiNardo expresó su esperanza de que la Iglesia pueda continuar y actuar unida con fuerza en el contrastar con decisión la llaga de los abusos

 

 

15 noviembre 2018, 10:58 | Sergio Centofanti – Ciudad del Vaticano


 

 

Concluyó ayer en Baltimore la plenaria de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos (Usccb) que tuvo como centro de los trabajos la cuestión de los abusos sexuales cometidos por exponentes de la Iglesia. La asamblea concluyó con una declaración en nombre de la esperanza del card. Daniel DiNardo, arzobispo de Galveston-Houston y presidente de la Usccb.

 

Amor, lealtad y obediencia de los obispos de los Estados Unidos al Papa Francisco

"Mi esperanza -dijo- está fundada ante todo en Cristo, que desea que la Iglesia se purifique y que nuestros esfuerzos den fruto. El cardenal volvió a expresar al Papa, en nombre de todos los obispos, "amor, obediencia y lealtad", "en estos días difíciles". "Estoy seguro de que, bajo la guía del Papa Francisco, el encuentro que la Iglesia mundial tendrá el próximo mes de febrero nos ayudará a erradicar el mal del abuso sexual de nuestra Iglesia. Hará que nuestros esfuerzos locales sean más globales y la perspectiva global nos ayudará en esto".

 

Con vistas a la cumbre de febrero en el Vaticano

En este sentido, se ha aclarado la petición de la Santa Sede a los obispos de los Estados Unidos de postergar la votación sobre los principios de la responsabilidad episcopal y sobre una comisión especial para recibir las denuncias contra los obispos sobre casos de abusos, precisamente con vistas a la convocatoria del Papa a los presidentes de las Conferencias Episcopales de todos los continentes que se reunirán en el Vaticano los días 21 al 24 de febrero del año próximo, a fin de abordar colectivamente esta cuestión. 

 

"Estamos en el justo camino"

El Cardenal DiNardo agradeció a los numerosos sobrevivientes de los abusos y a los expertos que dieron "buenos consejos y orientación" durante la plenaria, recordando los tres objetivos fijados: hacer todo lo posible para llegar al fondo del asunto McCarrick; facilitar la denuncia de los abusos y de la mala conducta de parte de los obispos; desarrollar formas para establecer la responsabilidad de los obispos, que sean verdaderamente independientes,  debidamente autorizados y cuenten con una implicación sustancial de los laicos. "Ahora -especificó- estamos en el justo camino para alcanzar estos objetivos. Ésta es la dirección que ustedes y los sobrevivientes de los abusos en todo nuestro país me dieron para la reunión de febrero en Roma".

 

Acciones fuertes en el menor tiempo posible

"Dejamos este lugar -dijo el prelado- comprometidos a tomar las medidas más enérgicas posibles en el menor tiempo posible. Lo haremos en comunión con la Iglesia universal. Avanzar junto con la Iglesia en todo el mundo hará que la Iglesia en los Estados Unidos sea más fuerte y que toda la Iglesia sea más fuerte.

 

La verdadera reforma es la santidad

"Pero nuestra esperanza de una verdadera y profunda reforma" -especificó el presidente de la Usccb - radica, más allá de la eficacia de las estructuras, en "la santidad: la profunda convicción de las verdades evangélicas y la voluntad de ser transformados por estas verdades en todos los aspectos de la vida". DiNardo citó las palabras pronunciadas el lunes pasado por el Nuncio Apostólico en los Estados Unidos, Christophe Pierre: "Si la Iglesia debe reformarse a sí misma y reformar sus estructuras, entonces la reforma debe surgir de su misión de dar a conocer a Cristo, Hijo del Dios vivo". "Ningún sistema de gobierno o de vigilancia, por excelente y necesario que sea - subrayó el presidente de los obispos de los Estados Unidos - es suficiente por sí solo para hacernos, débiles como somos todos nosotros, capaces de vivir la alta vocación que hemos recibido en Cristo. Debemos renovar nuestro compromiso con la santidad y la misión de la Iglesia.

 

Unidos al Papa y a toda la Iglesia

A continuación, el DiNardo concluyó: "Confío en que, en unidad con el Santo Padre y en diálogo con la Iglesia universal en febrero, avanzaremos. Todavía queda mucho por hacer, pero lo que hemos hecho es un signo de esperanza.