Papa Francisco | Polonia

 

Mensaje del Papa por los 100 años de independencia de Polonia

 

El 11 de noviembre de 1918 Polonia recuperó su independencia tras siglos de dominio extranjero. Una búsqueda de la libertad "que nace de una fe profunda en la ayuda de Dios".

 

 

09 noviembre 2018, 15:52 | Ciudad del Vaticano


 

 

El Papa Francisco ha enviado un mensaje a Mons. Stanisław Gądecki, presidente de la Conferencia Episcopal Polaca con motivo de los 100 años de independencia de este país.

 

Fin del período de dominación

"Hace cien años, el 11 de noviembre, Polonia recuperó su independencia. Con el final de la Primera Guerra Mundial terminó el período de dominación rusa, prusiana y austríaca sobre el pueblo, que, antes de la división, había contribuido a la creación de la historia de la Europa cristiana con toda la riqueza de su noble cultura y espiritualidad", afirma el Pontífice.

 

Recuperación de la soberanía

La recuperación de la soberanía se pagó con el sacrificio de muchos de los niños de Polonia, que estaban dispuestos a dedicar su libertad personal, sus bienes, e incluso sus vidas, por la patria perdida.

La búsqueda de la libertad "se basaba en la esperanza que brotaba de una fe profunda en la ayuda de Dios, que es Señor de la historia de los hombres y de las naciones. Esta fe fue también un apoyo cuando, después de la recuperación de la independencia, hubo que buscar la unidad a pesar de las diferencias, para reconstruir el país y defender sus fronteras", añade el Santo Padre citando las palabras de Juan Pablo II, el 11 de noviembre de 1998.

 

La Iglesia junto a Polonia

Además Francisco expresa su gratitud junto con la Iglesia en Polonia y todos los polacos: "Doy gracias a Dios que apoyó con su gracia y su poder a las generaciones venideras, y permitió hace cien años que su esperanza de libertad se hiciera realidad y que no la perdieran, a pesar de las sucesivas y dolorosas experiencias históricas ligadas a la Segunda Guerra Mundial, a la ocupación nazi y al régimen comunista".

"Retomando la oración de San Juan Pablo II, testimonio excepcional de este siglo, pido a Dios la gracia de la fe, de la esperanza y del amor para todos los polacos, para que, en la unidad y en la paz, puedan hacer buen uso de tan precioso don de la libertad. Que la protección de María, la Reina de Polonia de Jasna Góra, acompañe siempre a su patria y a todos los polacos! Que la Divina Providencia conceda paz y prosperidad a la nación polaca ahora y en el futuro! Que la bendición de Dios esté siempre con ustedes!", concluye el Pontífice.