Servicio diario - 28 de junio de 2018


 

Francisco a los cardenales: "Ninguno de nosotros debe sentirse `superior' a nadie"
Redacción

Consistorio Ordinario: El Papa Francisco crea 14 nuevos cardenales
Rosa Die Alcolea

Chile: El Papa acepta las renuncias de los obispos de Rancagua y Talca
Rosa Die Alcolea

Consistorio: Asignación de Diaconías y Títulos a los nuevos cardenales
Redacción

Encuentro del Papa con el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla
Redacción

Significado del título y vestimenta de cardenal, por P. Antonio Rivero
Antonio Rivero

El Vaticano y San Marino firman un acuerdo para la enseñanza de la religión
Rosa Die Alcolea

Montenegro: Apertura de una sede estable de la nunciatura apostólica
Rosa Die Alcolea

Mons. Ivan Jurkovič: "Todo ser humano tiene derecho a una educación"
Richard Maher

San Pedro y San Pablo, 29 de junio
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

28/06/2018-14:58
Redacción

Francisco a los cardenales: "Ninguno de nosotros debe sentirse 'superior' a nadie"

(ZENIT – 28 junio 2018).-El Señor nos recuerda una y otra vez –ha dicho el Papa en su homilía– que la única autoridad creíble es la que nace de “ponerse a los pies de los otros para servir a Cristo”, ha dicho el Papa en su homilía.

Este jueves, 28 de junio de 2018, el Papa Francisco ha consagrado a 14 nuevos cardenales en un Consistorio Ordinario Público, celebrado en la Basílica Vaticana a las 16 horas.

La Iglesia Católica cuenta ya con 226 cardenales. De ellos, 125 tienen menos de 80 años, son “papables” y ya no serán una mayoría de europeos (72 son extraeuropeos).

El Pontífice ha recordado a los neo cardenales: “La mayor condecoración que podemos obtener, la mayor promoción que se nos puede otorgar: servir a Cristo en el pueblo fiel de Dios, en el hambriento, en el olvidado, en el encarcelado, en el enfermo, en el tóxico-dependiente, en el abandonado, en personas concretas con sus historias y esperanzas, con sus ilusiones y desilusiones, sus dolores y heridas”.

Esta autoridad –ha continuado Francisco– es la que surge de no olvidarse que Jesús, antes de inclinar su cabeza en la cruz, no tuvo miedo ni reparo de inclinarse ante sus discípulos y lavarles los pies.

A continuación, ofrecemos el discurso completo del Santo Padre, pronunciado en el Consistorio de Creación de los nuevos cardenales.

***

 

Discurso del Papa Francisco

«Estaban subiendo por el camino hacia Jerusalén y Jesús iba delante de ellos» (Mc 10,32).[1] 

El comienzo de este paradigmático pasaje en Marcos siempre nos ayuda a ver cómo el Señor cuida de su pueblo con una pedagogía sin igual. De camino a Jerusalén, Jesús no deja de primerear a los suyos. 

Jerusalén es la hora de las grandes determinaciones y decisiones. Todos sabemos que los momentos importantes y cruciales en la vida dejan hablar al corazón y muestran las intenciones y las tensiones que nos habitan. Tales encrucijadas de la existencia nos interpelan y logran sacar a la luz búsquedas y deseos no siempre transparentes del corazón humano. Así lo revela, con toda simplicidad y realismo, el pasaje del Evangelio que acabamos de escuchar. Frente al tercer y más cruel anuncio de la pasión, el evangelista no teme desvelar ciertos secretos del corazón de los discípulos: búsqueda de los primeros puestos, celos, envidias, intrigas, arreglos y acomodos; una lógica que no solo carcome y corroe desde dentro las relaciones entre ellos, sino que además los encierra y enreda en discusiones inútiles y poco relevantes. Pero Jesús no se detiene en ello, sino que se adelanta, los primerea y enfáticamente les dice: «No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor» (Mc 10,43). Con esa actitud, el Señor busca recentrar la mirada y el corazón de sus discípulos, no permitiendo que las discusiones estériles y autorreferenciales ganen espacio en el seno de la comunidad. ¿De qué sirve ganar el mundo entero si se está corroído por dentro? ¿De qué sirve ganar el mundo entero si se vive atrapado en intrigas asfixiantes que secan y vuelven estéril el corazón y la misión? En esta situación —como alguien hacía notar— se podrían vislumbrar ya las intrigas palaciegas, también en las curias eclesiásticas. 

«No será así entre vosotros», respuesta del Señor que, en primer lugar, es una invitación y una apuesta a recuperar lo mejor que hay en los discípulos y así no dejarse derrotar y encerrar por lógicas mundanas que desvían la mirada de lo importante. «No será así entre vosotros» es la voz del Señor que salva a la comunidad de mirarse demasiado a sí misma en lugar de poner la mirada, los recursos, las expectativas y el corazón en lo importante: la misión. 

Y así Jesús nos enseña que la conversión, la transformación del corazón y la reforma de la Iglesia siempre es y será en clave misionera, pues supone dejar de ver y velar por los propios intereses para mirar y velar por los intereses del Padre. La conversión de nuestros pecados, de nuestros egoísmos no es ni será nunca un fin en sí misma, sino que apunta principalmente a crecer en fidelidad y disponibilidad para abrazar la misión. Y esto de modo que, a la hora de la verdad, especialmente en los momentos difíciles de nuestros hermanos, estemos bien dispuestos y disponibles para acompañar y recibir a todos y a cada uno, y no nos vayamos convirtiendo en exquisitos expulsivos o por cuestiones de estrechez de miradas[2] o, lo que sería peor, por estar discutiendo y pensando entre nosotros quién será el más importante. Cuando nos olvidamos de la misión, cuando perdemos de vista el rostro concreto de nuestros hermanos, nuestra vida se clausura en la búsqueda de los propios intereses y seguridades. Así comienza a crecer el resentimiento, la tristeza y la desazón. Poco a poco queda menos espacio para los demás, para la comunidad eclesial, para los pobres, para escuchar la voz del Señor. Así se pierde la alegría, y se termina secando el corazón (cf. Exhort. Ap. Evangelii Gaudium, 2). 

«No será así entre vosotros —nos dice el Señor—, […] el que quiera ser primero, sea esclavo de todos» (Mc 10,43-44). Es la bienaventuranza y el magníficat que cada día estamos invitados a entonar. Es la invitación que el Señor nos hace para no olvidarnos que la autoridad en la Iglesia crece en esa capacidad de dignificar, de ungir al otro, para sanar sus heridas y su esperanza tantas veces dañada. Es recordar que estamos aquí porque hemos sido enviados a «evangelizar a los pobres, a proclamar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista; a poner en libertad a los oprimidos; a proclamar el año de gracia del Señor» (Lc 4,18-19). 

Queridos hermanos Cardenales y neo-Cardenales: Mientras vamos de camino a Jerusalén, el Señor se nos adelanta para recordarnos una y otra vez que la única autoridad creíble es la que nace de ponerse a los pies de los otros para servir a Cristo. Es la que surge de no olvidarse que Jesús, antes de inclinar su cabeza en la cruz, no tuvo miedo ni reparo de inclinarse ante sus discípulos y lavarles los pies. Esa es la mayor condecoración que podemos obtener, la mayor promoción que se nos puede otorgar: servir a Cristo en el pueblo fiel de Dios, en el hambriento, en el olvidado, en el encarcelado, en el enfermo, en el tóxico-dependiente, en el abandonado, en personas concretas con sus historias y esperanzas, con sus ilusiones y desilusiones, sus dolores y heridas. Solo así, la autoridad del pastor tendrá sabor a Evangelio, y no será como «un metal que resuena o un címbalo que aturde» (1 Co 13,1). Ninguno de nosotros debe sentirse “superior” a nadie. Ningunos de nosotros debe mirar a los demás por sobre el hombro, desde arriba. Únicamente nos es lícito mirar a una persona desde arriba hacia abajo, cuando la ayudamos a levantarse. 

Quisiera recordar con vosotros parte del testamento espiritual de san Juan XXIII que adelantándose en el camino pudo decir: «Nacido pobre, pero de honrada y humilde familia, estoy particularmente contento de morir pobre, habiendo distribuido según las diversas exigencias de mi vida sencilla y modesta, al servicio de los pobres y de la santa Iglesia que me ha alimentado, cuanto he tenido entre las manos —poca cosa por otra parte— durante los años de mi sacerdocio y de mi episcopado. Aparentes opulencias ocultaron con frecuencia espinas escondidas de dolorosa pobreza y me impidieron dar siempre con largueza lo que hubiera deseado. Doy gracias a Dios por esta gracia de la pobreza de la que hice voto en mi juventud, como sacerdote del Sagrado Corazón, pobreza de espíritu y pobreza real; que me ayudó a no pedir nunca nada, ni puestos, ni dinero, ni favores, nunca, ni para mí ni para mis parientes o amigos» (29 junio 1954). 

_________________________ 

[1] El verbo proago es el mismo con el que Cristo resucitado anuncia a sus discípulos que los “precederá” en Galilea (cf. Mc 16,7).

[2] Cf. Jorge Mario Bergoglio, Ejercicios Espirituales a los obispos españoles, 2006.

 

© Librería Editorial Vaticano

 

 

 

28/06/2018-16:30
Rosa Die Alcolea

Consistorio Ordinario: El Papa Francisco crea 14 nuevos cardenales

(ZENIT – 28 junio 2018).- El Papa Francisco, Sucesor de Pedro, ha creado 14 nuevos cardenales en la Basílica de San Pedro, a las 16 horas, este jueves, 28 de junio de 2018, víspera de la solemnidad de los santos Pedro y Pablo.

Los cardenales de la Iglesia Católica son ahora 226. De ellos, 125 tienen menos de 80 años, son “papables” y ya no serán una mayoría de europeos (72 son extraeuropeos).

 

5º Consistorio de Francisco

El Consistorio celebrado hoy, 28 de junio de 2018, es el quinto consistorio de creación de cardenales que celebra el Papa Francisco. Anteriormente, el Pontífice argentino celebró otros consistorios en: febrero de 2014, febrero de 2015, noviembre de 2016, y junio de 2017.

Juan Pablo II celebró 9 consistorios de creación de cardenales (de 1979 a 2003), y Benedicto XVI presidió 5 consistorios (de 2006 a 2012).

 

14 neo cardenales

Francisco ha celebrado un Consistorio Ordinario Publico para la creación de 14 nuevos cardenales:

  • Su Beatitud Louis Raphaël I Sako – Patriarca de Babilonia de los Caldeos.
  • Mons. Luis Francisco Ladaria Ferrer, S.I. – Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
  • Mons. Angelo De Donatis – Vicario general de Roma.
  • Mons. Giovanni Angelo Becciu – Sustituto para Asuntos Generales de la Secretaría de Estado y Delegado Especial de la Soberana Orden Militar de Malta.
  • Mons. Konrad Krajewski – Limosnero Apostólico.
  • Mons. Joseph Coutts – Arzobispo de Karachi.
  • Mons. António Augusto dos Santos Marto – Obispo de Leiria-Fátima.
  • Mons. Pedro Ricardo Jimeno Barreto, S.I. – Arzobispo de Huancayo.
  • Mons. Désiré Tsarahazana – Arzobispo de Toamasina.
  • Mons. Giuseppe Petrocchi – Arzobispo de L’Aquila.
  • Mons. Thomas Aquinas Manyo Maeda – Arzobispo de Osaka.
  • Mons. Sergio Obeso Rivera – Arzobispo emérito de Xalapa.
  • Mons. Toribio Ticona Porco – Prelado emérito de Corocoro.
  • R.P. Aquilino Bocos Merino, C.M.F. – Claretiano.

 

Rito

El Consistorio para la creación de los nuevos cardenales ha comenzado con el saludo litúrgico, oración, lectura del Evangelio.

A continuación, el primero de los nuevos cardenales, Louis Raphaël I Sako, se ha dirigido al Santo Padre en nombre de todos y le ha dirigido unas palabras.

Después el Pontífice Francisco ha pronunciado una homilía, dirigida fundamentalmente a los nuevos cardenales.

Acto seguido, el Papa ha leído la fórmula de creación (en latín) y ha proclamado solemnemente los nombres de los nuevos Cardenales y su Título o Diaconía.

Luego, los nuevos cardenales han profesado la fe, y han jurado ante el Santo Padre sus nuevos títulos. Para ello, cada uno de los 14 neo cardenales se ha aproximado al Papa y se ha arrodillado ante él para recibir el birrete cardenalicio, el anillo cardenalicio y la asignación de un Título o Diaconía.

 

Birrete

Así, Francisco ha colocado el birrete sobre la cabeza del nuevo Cardenal, y ha dicho, entre otras cosas: “(Esto es) rojo como signo de la dignidad del oficio de cardenal, y significa que estás preparado para actuar con fortaleza, hasta el punto de derramar tu sangre por el crecimiento de la fe cristiana, por la paz y armonía entre el pueblo de Dios, por la libertad y la extensión de la Santa Iglesia Católica Romana”.

 

Anillo

El Papa ha entregado a los nuevos cardenales el anillo cardenalicio, como “signo de esa dignidad, de solicitud pastoral y de más sólida unión con la Sede del Apóstol San Pedro”.

Del mismo modo, Francisco ha asignado a cada Cardenal una iglesia de Roma (“Título” o “Diaconía”), como signo de su “participación en el cuidado pastoral del Papa por la ciudad”.

 

Beso de la paz

Por último, el Pontífice ha entregado a cada uno la Bula de Creación de Cardenales, asignado el Título o Diaconía e intercambiado el “beso de la paz” con los nuevos miembros del Colegio Cardenalicio.

Al ser consagrados por el Papa, los nuevos 14 cardenales han intercambiado el mismo signo entre ellos, y con todos los cardenales, presentes en la ceremonia.

El rito ha concluido con la oración de los fieles y el rezo del Padrenuestro. Al finalizar, el Papa y los nuevos cardenales han salido de la Basílica Vaticana en procesión.

 

 

 

28/06/2018-13:54
Rosa Die Alcolea

Chile: El Papa acepta las renuncias de los obispos de Rancagua y Talca

(ZENIT — 28 junio 2018).- El Santo Padre Francisco ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis de Rancagua (Chile), presentada por Mons. Alejandro Goi? Karmeli?.

Por ello, el Papa ha designado Administrador Apostólico sede vacante et ad nutum Sanctae Sedis de la diócesis de Rancagua (Chile) a Mons. Luis Fernando Ramos Pérez, obispo auxiliar de Santiago de Chile (Chile).

Esta información se ha hecho pública esta mañana, 28 de junio de 2018, en un comunicado de prensa de la Santa Sede.

 

Diócesis de Talca

Del mismo modo, Francisco ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis de Talca (Chile), que presentó Mons. Horacio del Carmen Valenzuela Abarca.

El Papa ha designado Administrador Apostólico sede vacante et ad nutum Sanctae Sedis de la diócesis de Talca (Chile) a Mons. Galo Fernández Villaseca, obispo auxiliar de Santiago de Chile (Chile).

Con estos dos nombramientos —señala la Conferencia Episcopal chilena— de las 27 jurisdicciones eclesiásticas, seis de ellas están a cargo de administradores apostólicos sede vacante: Valparaíso, Rancagua, Talca, Valdivia, Osorno y Puerto Montt.

 

Administradores apostólicos

Un administrador apostólico es un obispo o un presbítero nombrado por el Papa para administrar una diócesis que se encuentra en situación de sede vacante, o sea sin su obispo o arzobispo residencial, detalla la Conferencia Episcopal de Chile.

En estos dos casos particulares, se trata de nombramientos para sedes vacantes "a voluntad de la Santa Sede" (ad nutum Sanctae Sedis) y hasta que el Papa provea un nuevo obispo para el gobierno pastoral de las jurisdicciones.

El administrador apostólico goza de derechos y obligaciones semejantes a las del obispo residencial, con algunas excepciones que determina el Código de Derecho Canónico, y forman parte de la Conferencia Episcopal.

Los dos obispos auxiliares de Santiago mantienen sus mismos cargos, además de las nuevas responsabilidades que le han sido confiadas.

 

 

28/06/2018-17:59
Redacción

Consistorio: Asignación de Diaconías y Títulos a los nuevos cardenales

(ZENIT – 28 junio 2018).- El Papa Francisco ha asignado 5 Diaconías y 8 Títulos a los nuevos cardenales en el Consistorio Ordinario Público de Creación de cardenales, celebrado esta tarde, 28 de junio de 2018.

Publicamos a continuación la lista de los Títulos o Diaconías asignados por el Santo Padre Francisco a cada uno de los nuevos cardenales en el momento de su creación en el Consistorio Ordinario Público de esta tarde:

CARDENAL TÍTULO / DIACONÍA
Card. Louis Raphaël I SAKO ——– ——–
Card. Luis Francisco LADARIA FERRER, S.I. Diaconía Sant’Ignazio di Loyola a Campo Marzio
Card. Angelo DE DONATIS Título San Marco
Card. Giovanni Angelo BECCIU Diaconía San Lino
Card. Konrad KRAJEWSKI Diaconía Santa Maria Immacolata all’Esquilino
Card. Joseph COUTTS Diaconía San Bonaventura da Bagnoregio
Card. António Augusto DOS SANTOS MARTO Título Santa Maria Sopra Minerva
Card. Pedro Ricardo BARRETO JIMENO, S.I. Título Santi Pietro e Paolo a Via Ostiense
Card. Désiré TSARAHAZANA Título San Gregorio Barbarigo alle Tre Fontane
Card. Giuseppe PETROCCHI Título San Giovanni Battista dei Fiorentini
Card. Thomas Aquino Manyo MAEDA Título Santa Pudenziana
Card. Sergio OBESO RIVERA Título San Leone I
Card. Toribio TICONA PORCO Título Santi Gioacchino ed Anna al Tuscolano
Card. Aquilino BOCOS MERINO, C.M.F. Diaconía Santa Lucia del Gonfalone

El Colegio cardenalicio se divide en tres órdenes: el episcopal al que pertenecen los Cardenales a quienes el Romano Pontífice asigna como título una Iglesia suburbicaria, así como los Patriarcas orientales adscritos al Colegio cardenalicio-, el presbiteral y el diaconal.

A cada Cardenal del orden presbiteral y diaconal el Romano Pontífice asigna un título o diaconía de la Urbe.

Los Patriarcas orientales que forman parte del Colegio de los Cardenales tienen como título su sede patriarcal.

El Cardenal Decano ostenta como título la diócesis de Ostia, a la vez que la otra iglesia de la que ya era titular.

Respetando la prioridad de orden y de promoción, mediante opción hecha en Consistorio y aprobada por el Sumo Pontífice, los Cardenales del orden presbiteral pueden acceder a otro título y los del orden diaconal a otra diaconía, y, después de un decenio completo en el orden diaconal, pueden también acceder al orden presbiteral.

El Cardenal del orden diaconal que accede por opción al orden presbiteral precede a los demás Cardenales presbíteros elevados al Cardenalato después de él.

 

 

 

28/06/2018-18:13
Redacción

Encuentro del Papa con el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla

(ZENIT — 28 junio 2018).- Esta mañana, a las 10 horas, el Santo Padre Francisco ha recibido en audiencia a la delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, venida a Roma, según la tradición, con motivo de la solemnidad de los santos apóstoles Pedro y Pablo.

Publicamos a continuación el discurso que el Santo Padre Francisco ha dirigido a los miembros de la delegación en el curso de la audiencia.

***

 

Discurso del Papa Francisco

Eminencia, queridos hermanos en Cristo:

En este día de víspera de la fiesta de los santos apóstoles Pedro y Pablo, me llena de alegría encontrarme con vosotros que habéis venido a Roma para representar a Su Santidad el Patriarca Ecuménico Bartolomé y al Santo Sínodo y para darle mi más cordial bienvenida. Su presencia durante las fiestas en honor al patrón de la iglesia principal de Roma es un signo de nuestra creciente comunión que une la Iglesia Católica y el Patriarcado Ecuménico.

Recordar a los apóstoles, sus enseñanzas y su testimonio significa recordar las raíces comunes sobre las que se edifican nuestras iglesias hermanas, pero también tomar conciencia de la misión común al servicio del Evangelio, para generar una nueva humanidad, encaminada hacia Dios.

En muchas sociedades que tradicionalmente se decían cristianas, junto con ejemplos luminosos de fidelidad al Señor Jesucristo, se asiste a una ofuscación gradual de la fe cristiana, que ya no afecta a las decisiones de los individuos ni en las decisiones públicas. El desprecio por la dignidad de la persona humana, la idolatría del dinero, la propagación de la violencia, el absolutismo de la ciencia y la tecnología, la explotación imprudente de los recursos naturales son solamente algunos de los graves signos de una trágica realidad, a que no podemos resignarnos. Comparto plenamente lo que el Patriarca Ecuménico, Su Santidad Bartolomé, afirmó en su discurso durante su reciente visita a Roma para participar en la Conferencia internacional sobre "Nuevas políticas y estilos de vida en la era digital": "Rechazamos la cínica frase "No hay alternativa" [...]. Es inaceptable que las formas alternativas de desarrollo y la fuerza de la solidaridad social y la justicia sean ignoradas y calumniadas. Nuestras iglesias pueden crear nuevas posibilidades de transformación para nuestro mundo. De hecho, la Iglesia misma es un evento de transformación, intercambio, amor y apertura. [...] En nuestras iglesias experimentamos la bendita certeza de que el futuro no pertenece al "haber" sino al "ser", no a la "pleonexia", sino a la "compartición", no al individualismo y al egoísmo, sino a la comunión y a la solidaridad: no pertenece a la división sino al amor".

Para mi es un consuelo constatar que esta convergencia de puntos de vista con mi amado hermano Bartolomé se traduce en un trabajo común concreto. También durante estos últimos meses, el Patriarcado Ecuménico y la Iglesia Católica han colaborado en iniciativas concernientes a cuestiones muy importantes, como la lucha contra las formas modernas de esclavitud, la defensa de la creación, la búsqueda de la paz. En este sentido, estoy sinceramente agradecido a Su Santidad Bartolomé por haber aceptado inmediatamente mi invitación a encontrarnos el próximo 7 de julio en Bari, junto con los jefes de las Iglesias y Comunidades cristianas de Oriente Medio, para rezar y reflexionar sobre la trágica situación que aflige a tantos hermanos y hermanas de esa región.

Es mi esperanza que se multipliquen las oportunidades en las cuales, nosotros, católicos y ortodoxos, a todos los niveles, podamos trabajar juntos, rezar juntos, anunciar juntos el Evangelio de Jesucristo que hemos recibido de la predicación apostólica, para experimentar cada vez más en este camino común la unidad que, por la gracia de Dios, ya nos une.

Eminencia, queridos hermanos, gracias de nuevo por vuestra presencia. A través de la intercesión de los santos Pedro y Pablo y de san Andrés, hermano de San Pedro, el Señor Todopoderoso nos conceda ser heraldos fieles del Evangelio. Y, mientras invoco su bendición sobre todos nosotros, os pido, por favor, que recéis por mí.

Gracias.

© Librería Editorial Vaticano

 

 

28/06/2018-18:27
Antonio Rivero

Significado del título y vestimenta de cardenal, por P. Antonio Rivero

(ZENIT – 28 junio 2018).- Las vestiduras pertenecen a los elementos materiales de la liturgia. Tienen también su profundo significado. Vestir una determinada ropa significa asumir la personalidad correspondiente, asumir una identidad, puesta de manifiesto en esas vestiduras; por ejemplo, la bata del médico, el uniforme militar, la sotana del sacerdote, etc. Estas vestiduras no indican un poder sobre nadie; sino un servicio a los demás.

 

Dignidad de cardenal

Expliquemos el significado de la vestimenta del cardenal, dado que el papa Francisco creará nuevos cardenales dentro de unos días en el Consistorio.

La dignidad de cardenales el más alto título honorífico que puede conceder el Papa a un eclesiástico. Quienes lo reciben se convierten en miembros del Colegio cardenalicio y son “creados” en una ceremonia especial llamada “Consistorio“.

La principal misión del Colegio de cardenales es elegir al Sumo Pontífice en caso de fallecimiento o renuncia del anterior. En circunstancias habituales, el deber fundamental del Colegio cardenalicio es aconsejar al papaen distintas materias que sean importantes. Muchos cardenales gobiernan diócesis o archidiócesis importantes, presiden los organismos de la Curia Romana y participan activamente en la administración de la Santa Sede.

Dado que en sus orígenes los cardenales eran clérigos al servicio de la diócesis de Roma, es costumbre que a cada cardenal designado por el papa se le asigne un titulus, que puede ser: bien un obispado sufragáneo (llamado “suburbicario”, etimológicamente “inferior en la ciudad”), o un título presbiterial o la diaconía de un templo de la arquidiócesis de Roma.

 

Color rojo

El término “cardenal” deriva del latín cardo o bisagra, lo cual sugiere el papel de fulcro (punto de apoyo, gozne) que desempeñan: ellos son las “bisagras” alrededor de las cuales gira todo el edificio de la Iglesia, en torno a su máximo dirigente: el papa.

El color rojo simboliza la sangre derramada por Cristo, y por lo mismo, los cardenales tienen que estar dispuestos, si es necesario, a morir por Cristo defendiendo la fe católica.

El birrete o solideo que llevan en la cabeza es también rojo, y representa la entrega al Santo Padre. El rojo púrpura era el color de los trajes de los patricios romanos, cuyo uso después fue reservado al emperador.

 

Consagración episcopal

Según el canon 351.1 del Código de Derecho Canónico de 1983 actualmente en vigor, los promovidos al cardenalato deben ser varones libremente elegidos por el Sumo Pontífice, que hayan recibido el orden del presbiterado y que se hayan distinguido notablemente en doctrina, costumbres, piedad y prudencia en la gestión de sus asuntos.

Este canon sin embargo añade que «Los que aún no sean obispos, deben recibir la consagración episcopal». Compete al Papa, no obstante, eximir de esta consagración al candidato a cardenal cuando existan razones de peso.

 

 

 

28/06/2018-12:11
Rosa Die Alcolea

El Vaticano y San Marino firman un acuerdo para la enseñanza de la religión

(ZENIT — 28 junio 2018).- La Santa Sede y la República de San Marino han firmado un acuerdo para la enseñanza de la religión católica en escuelas públicas, este martes, 26 de junio de 2018, en Palazzo Begni, sede de la Secretaría de Estado para las Relaciones y Políticas Exteriores de la República de San Marino.

El Acuerdo, que consta de un preámbulo y 4 artículos, redefine el Estatuto de la enseñanza de la religión católica dentro del sistema educativo público, "asegurando a los estudiantes de la misma los elementos culturales necesarios para el conocimiento de la religión, para el crecimiento de la persona y para comprender la realidad y la historia del país y de la cultura europea", informó la Santa Sede en un comunicado de prensa.

El Acuerdo entrará en vigor una vez que se hayan cumplido las formalidades requeridas por los ordenamientos institucionales de las dos Partes.

 

Acto solemne

Mons. Emil Paul Tscherrig, arzobispo titular de Voli y nuncio apostólico, firmó este convenio en representación de la Santa Sede, y Nicola Renzi, Secretario de Estado de Asuntos Exteriores, por parte de la República de San Marino.

En el acto solemne participaron, por parte eclesiástica: Mons. Elio Ciccione, Vicario general de la diócesis de San Marino-Montefeltro, el reverendo Gabriele Mangiarotti, director diocesano de Pastoral Escolástica y Mons. Giuseppe Laterza, consejero de la Nunciatura.

Por parte estatal, estuvieron presentes Silvia Berti, directora del Ceremonial Diplomático, y Maria Alessandra Albertini, embajadora ante la Santa Sede.

 

San Marino

San Marino es la república más antigua del mundo —señala BBC Mundo—, es el quinto estado más pequeño del mundo, y también, aseguran, la única donde se eligen dos jefes de Estado —llamados "capitanes regentes"— que comparten el cargo más alto del país y sus responsabilidades.

Es un enclave? rodeado de territorio italiano, entre Emilia-Romaña y las Marcas. Contiene al Monte Titano, de 739 metros, y se encuentra a 10 kilómetros del mar Adriático, aunque el país no tiene salida al mar.

El estado y su ciudad-capital deben su nombre a Marinus el Dálmata, también llamado Marinus "El Constructor" que de acuerdo a la leyenda fue su fundador en el año 301. Varios años después fue consagrado por la Iglesia Católica como San Marino diácono y su festividad del 21 de noviembre es de fiesta nacional en San Marino, se documenta en `EcuRed'.

 

 

28/06/2018-18:05
Rosa Die Alcolea

Montenegro: Apertura de una sede estable de la nunciatura apostólica

(ZENIT — 28 junio 2018).- La Santa Sede espera la próxima apertura de una sede estable de la nunciatura apostólica en Montenegro, así lo ha anunciado Mons. Pietro Parolin, Cardenal Secretario de Estado del Vaticano.

"Me ha complacido saber que Montenegro, en su pluralidad étnica y religiosa, está actualizando su legislación con el objetivo de promover aún más la libertad religiosa, indivisible de cualquier otra libertad", ha declarado.

La Unión Europea —ha expresado Mons. Parolin— no es solo un sistema económico y jurídico, sino que, ante todo, es un proyecto de paz y una comunidad de principios y valores.

Así, el Secretario de Estado del Vaticano ha deseado que Montenegro pueda "dar su aportación propia, como modelo social capaz de salvaguardar la identidad religiosa y cultural de sus ciudadanos, de promoción de la convivencia interétnica e interreligiosa, de la reconciliación entre religiones y de paz, y de apoyo al respeto del medio ambiente, la 'casa común' y las leyes de la naturaleza".

Publicamos a continuación la declaración que el Cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, hizo pública ayer después de su encuentro con el Primer Ministro de Montenegro, durante la visita a Montenegro y Serbia, en curso del 27 de junio al 2 de julio de 2018.

***

 

Declaración del Cardenal Secretario de Estado

Antes que nada, quisiera agradecer sinceramente al Presidente del Gobierno la invitación para visitar Montenegro. La amabilidad y la calidez de su bienvenida son una confirmación de la amistad y la colaboración entre este país y la Santa Sede, una colaboración concreta que se está llevando a cabo en muchos ámbitos.

Los lazos históricos y el diálogo más intenso desarrollado en los últimos años se consolidaron todavía más con la firma de un Acuerdo, hace siete años, que permite, en cumplimiento de las características específicas de la Iglesia y el Estado, afrontar cuestiones de interés común. Es firme la esperanza de que, además, el siguiente paso concordado, es decir, la apertura de una sede estable de la nunciatura apostólica en Montenegro, pueda dar un nuevo y fuerte impulso a las relaciones bilaterales y hacer que continúe el camino compartido por el bien de ambas Partes, de la armonía, de la unidad y de la solidaridad.

Agradezco a las autoridades estatales el respeto que muestran hacia la comunidad católica en Montenegro, que, si bien de pequeña dimensión numérica, ha dado y tiene la intención de seguir dando su contribución al servicio de toda la sociedad. En particular, está comprometida en mantener un diálogo fraterno con la ortodoxia, así como a tener relaciones cordiales con los pertenecientes al Islam y a otros grupos religiosos en el país.

Me ha complacido saber que Montenegro, en su pluralidad étnica y religiosa, está actualizando su legislación con el objetivo de promover aún más la libertad religiosa, indivisible de cualquier otra libertad.

Durante mi visita están previstos importantes encuentros. Tendré el honor de encontrarme dentro de poco con el Presidente de la República, a quien ya desde ahora envío mi respetuoso saludo, y sucesivamente con otras autoridades del Estado y representantes de instituciones civiles. Los encuentros con las comunidades diocesanas de Bar y Kotor serán particularmente significativos.

El Presidente del Gobierno me ha informado de los progresos de Montenegro hacia su plena incorporación a la Unión Europea. En este sentido, la Santa Sede no puede por menos que alegrarse de la integración en la familia europea de pueblos del Continente que son históricamente parte de él. El compromiso reafirmado en numerosas ocasiones de la Unión Europea con los Balcanes Occidentales es un signo positivo y se espera que en la Cumbre en programa en estas fechas se refuerce aún más. La Unión Europea no es solo un sistema económico y jurídico, sino que, ante todo, es un proyecto de paz y una comunidad de principios y valores. Entrando a formar parte — como espero sinceramente — Montenegro también podrá dar su aportación propia, como modelo social capaz de salvaguardar la identidad religiosa y cultural de sus ciudadanos, de promoción de la convivencia interétnica e interreligiosa, de la reconciliación entre religiones y de paz, y de apoyo al respeto del medio ambiente, la "casa común" y las leyes de la naturaleza.

© Librería Editorial Vaticano

 

 

28/06/2018-11:30
Richard Maher

Mons. Ivan Jurkovič: "Todo ser humano tiene derecho a una educación"

(ZENIT — 28 junio 2018).- Mons. Ivan Jurkovič, Observador Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas y otras Organizaciones en Ginebra, dirigió comentarios a la asamblea sobre la necesidad de la educación y la parte esencial que la formación educativa tiene para lograr un desarrollo humano integral.

El representante de la Santa Sede intervino el pasado 19 de junio de 2018 en Ginebra, en la 38a sesión del Consejo de Derechos Humanos sobre el derecho a una educación.

Además, el prelado subrayó que la Santa Sede "apoya los esfuerzos de aquellos países que luchan para asegurar que su gente puede disfrutar este derecho" a la educación y que "la Iglesia Católica continuamente se esfuerza a contribuir en este esfuerzo".

 

La educación es clave

Mons. Jurkovič recordó a la asamblea que la educación debe estar orientada a la formación de cada individuo, para que puedan estar preparados "a compartir en sus obligaciones sociales cuando se conviertan en adultos". La educación es "un derecho inalienable", pero también requiere esta obligación una vez que se completa.

Por lo tanto, esta educación no solo debe ser técnica, sino que también debe tener como raíz "la formación de la persona humana en la búsqueda de su fin último", indicó el Observador Permanente. Una educación sin este objetivo corre el riesgo de no preparar a las personas para trabajar por el bien común.

 

Respetar diferencias culturales

En este punto en su discurso, el prelado advirtió a la asamblea que este "objetivo tan importante no se puede lograr mediante una 'colonización ideológica', que transmite ideas erróneas sobre la naturaleza de la sociedad y la persona humana".

Este principio indica —dijo Mons. Jurkovič— que la educación integral nunca debe "chocar con la sabiduría de pueblos y religiones" particulares por que siempre se lleve acabo "dentro de un contexto cultural y exige la participación constante y activa de las personas desde dentro de su propia cultura".

La educación en "un mundo globalizado... debe practicar la gramática del diálogo que forma encuentro y apreciación de las diversidades culturales y religiosas". Esta es la única manera de preservar la dignidad humana y asegurar que los niños "pueden convertirse en agentes de paz".

 

Una obra colaborativa

Terminando su discurso, Mons. Jurkovič postuló que aunque la comunidad internacional y gobiernos particulares tienen la obligación de facilitar este derecho inalienable, "el deber de educar a los niños descansa primariamente con los padres". Por eso, es indispensable que "las familias tienen la posibilidad de elijir las escuelas que reflejan mejor sus valores fundamentales". Con esta fundación, las personas pueden, al mismo tiempo, enraizarse en su cultura particular y, simultáneamente, ser formados como "seres humanos integrales".

 

 

28/06/2018-17:40
Isabel Orellana Vilches

San Pedro y San Pablo, 29 de junio

«Columnas de la Iglesia. Heraldos de la Nueva Evangelización, el testimonio de estos dos grandes apóstoles continúa mostrando al mundo el poder de la gracia de Dios que nos transforma y convierte faro de luz para nuestros semejantes»

No hay figuras más destacadas que estos apóstoles para ilustrar la fecha del día en un santoral. Los Santos Padres los han considerado dos columnas sobre las que descansa la Iglesia. Continúan interpelando al hombre de hoy, alumbrando a quien se propone unirse con la Santísima Trinidad.

Un océano de amor vería el Maestro en los ojos del humilde pescador de Betsaida para erigir sobre él la Iglesia. Tras la rudeza de sus manos y rostro curtidos en el mar apreciaría un tierno corazón refulgiendo en su mirada. Impetuoso, impulsivo, imprevisible e incluso contestatario cuando atendía a la escueta razón, y se le paralizaba el pulso al sospechar la pérdida de su Maestro por ignorar todavía el trasfondo mesiánico albergado en sus palabras, el apóstol era una piedra preciosa a la espera de ser tallada, un hombre de raza, pura pasión... Se ha tendido a subrayar la debilidad que Pedro mostró tras el prendimiento de Cristo, relegando a un segundo plano la globalidad de sus edificantes gestos que sostuvieron la Iglesia hasta derramar su sangre. Fue pronto en el seguimiento; se anticipó a la petición de lo que se considera legítimo, como es la familia. En ello se asemejaba al resto de los apóstoles, ciertamente, pero Cristo se fijó en él de forma especial. Al conocerle, le saludó por su nombre: «Tú eres Simón...»y le dio otro apelativo, el de Cefas. Todo un símbolo, una señal; le proporcionó nueva identidad y ésta incluía el cambio sustantivo para su vida. El llamamiento personal continúa teniendo este signo para nosotros; exige una transformación, como devela el evangelio que le sucedió a Pedro.

Él se aventuró a responder al Maestro en nombre de los apóstoles desde lo más hondo del corazón, de forma inspirada, rotunda. Había resonado en su interior la voz divina y lo reconoció como Mesías: una auténtica y explícita profesión de fe. Es obvio que no podemos confesar a Dios si no lo entrañamos. Por ese acto, Cristo lo denominó «bienaventurado», edificando sobre él su Iglesia al instante. Es verdad que vaciló y se dejó llevar por sus temores desoyendo la advertencia del Maestro, sin tomar conciencia de la fatalidad en la que incurriría; por eso no puso coto a tiempo a su flaqueza, sucumbió y lo negó. Pero de la radicalidad de su posterior respuesta, que vino envuelta en amargas lágrimas, se extraen incontables lecciones, teniendo como trasfondo la misericordia y el perdón divino. Toda debilidad, sea del orden que sea, es susceptible de modificación, porque contamos con la gracia para renacer día tras día.

Pedro protagonizó uno de los instantes más tiernos del evangelio, cuando Cristo le preguntó tres veces si le amaba. Con ese consuelo en su corazón aglutinó a los apóstoles, anunció la Palabra, sufrió cárcel, conmovió a las gentes sorprendidas de que un galileo hablase con tanta fuerza, afrontó las dificultades surgidas en las comunidades, hizo milagros...; en suma, amó hasta la saciedad. Estaba al frente de todos, junto a María, cuando recibieron el Espíritu Santo. Apresado durante la persecución de Nerón el año 64, a punto de ser ajusticiado en la cruz, sintiéndose indigno de morir como Cristo, pidió que le crucificaran boca abajo.

A su vez, Pablo, el más grande misionero que ha existido sobre la faz de la tierra, es un ejemplo vivo de lo que significa el compromiso personal en el seguimiento de Cristo testificando la Palabra con independencia del humano sentir, del «temor» y del «temblor» que se pueda experimentar. No fue miembro de la primera comunidad, pero su admirable impronta apostólica nada tiene que envidiar a la de los Doce. Judío, originario de Tarso, nació entre los años 5-10 d.C. Formado bajo la tutela del prestigioso Gamaliel en Jerusalén, al conocer la existencia de los seguidores de Cristo, considerados como una secta, se propuso luchar contra ella descargando toda su fuerza.

Si su trayectoria anterior a la conversión fue la de un celoso defensor del ideal en el que creía, ese que le indujo a actuar fieramente, después de haber quedado cegado por la luz del Altísimo camino de Damasco, no le faltaron arrestos para anunciar el evangelio; en su pecho albergaba un volcán de pasión. Este infatigable apóstol de los gentiles, precursor de la Nueva Evangelización, nos enseña a difundir la Palabra a los alejados de la fe y no solo a los creyentes; hacerlo a tiempo y a destiempo en los paraninfos universitarios o en los suburbios, en ámbitos donde mora la increencia y en los que ya anida la fe. Nos insta a enriquecer los nuevos areópagos que las presentes
circunstancias ofrecen. Él hubiera aprovechado convenientemente los actuales mass media: prensa, radio, televisión, Internet, redes sociales... Estos recursos puestos al alcance de un apóstol de su talla habrían dado la vuelta al mundo impregnados del amor de Dios.

Dio testimonio de su arrebatadora entrega a Cristo sin ocultar cuántas penalidades atravesó por Él: cárceles, azotes, naufragios, peligros constantes, hambre, sed, frío, falta de abrigo y de descanso, agresiones a manos de salteadores, etc. A todo ello hemos de estar dispuestos si de verdad queremos seguir a Cristo. Pablo pudo ponerse como ejemplo, con tanta modestia y libertad en el amor, porque ya no vivía en sí mismo; era Cristo quien estaba en él, de quien provenía su fuerza y su gloria; Él le confortaba. Viajó incansablemente, venció la resistencia de ciudades dominadas por la idolatría y de los que quisieron doblegarle, superó reticencias de sus propios hermanos, y convirtió a indecibles con su vida, palabra, milagros y prodigios. Ansiaba tanto llegar a la meta, que luchaba para que después de haberla predicado, no fueran otros los que la conquistaran quedándose rezagado en el camino. Libró perfectamente su combate, corrió hasta el fin, firme en la fe. Todo lo consideró basura con tal de ganar a Cristo, gastándose y desgastándose por Él. Constituye un ejemplo incuestionable para nuestra vida. Coronó la suya entregándola bajo el golpe de espada que le asestaron en la Vía del Mar hacia el año 67.