Servicio diario - 14 de marzo de 2018


 

Audiencia General, 14 marzo 2018 — Texto completo
Redacción

Audiencia: 'Padre nuestro', la mejor preparación para recibir a Jesús
Rosa Die Alcolea

Jóvenes: "Cristo ha prometido permanecer siempre con nosotros"
Rosa Die Alcolea

Taiwán: Diálogo humano "en nuestro camino de búsqueda de lo absoluto"
Rosa Die Alcolea

Cristianos de Oriente Medio: "Dejaos guiar por el Espíritu Santo"
Rosa Die Alcolea

Comunicación: Concluye el Encuentro del Consejo Episcopal Latinoamericano
Redacción

Muerte del astrofísico Stephen Hawking, miembro de la Academia de las Ciencias
Marina Droujinina

Mons. Felipe Arizmendi: Cinco años con Francisco
Felipe Arizmendi Esquivel

San Clemente María Hofbauer, 15 de marzo
Isabel Orellana Vilches


 

 

14/03/2018-12:19
Redacción

Audiencia General, 14 marzo 2018 — Texto completo

(ZENIT — 14 marzo 2018).- "¿Qué mejor oración que la enseñada por Jesús puede disponemos a la Comunión sacramental con él?" ha propuesto el Papa Francisco.

Dedicada a la fracción del Pan y a la oración del 'Padre Nuestro', Francisco ha ofrecido esta mañana, a las 9:50 horas, la 12a catequesis del ciclo sobre la Eucaristía, en la Audiencia General, celebrada en la plaza de San Pedro del Vaticano.

El Papa ha recordado que en la Última Cena, después de que Jesús tomó el pan y el cáliz de vino, y dio gracias a Dios, sabemos que "partió el pan": Esto es lo que conocemos como la "Liturgia eucarística de la misa".

Partir el pan es "el gesto revelador que hizo que los discípulos lo reconocieran después de su resurrección". Así —subraya el Santo Padre— los discípulos de Emaús, hablando del encuentro con el Resucitado, relatan "cómo lo reconocieron al partir el pan".

Padre

“¡Cuántas veces hay gente que dice ‘Padre Nuestro’, pero no sabe lo que dice!”, ha expresado Francisco. Porque sí, es el Padre, pero ¿tú sientes que cuándo dices `Padre´, Él es el Padre, tu Padre, el Padre de la humanidad, el Padre de Jesucristo? ¿Tú tienes una relación con este Padre?”, ha preguntado a los participantes en la Audiencia.

Al rezar el “Padre Nuestro”, imploramos “el perdón de nuestras ofensas”, ha recordado el Obispo de Roma. “Es una gracia, con nuestras fuerzas no podemos: perdonar es una gracia del Espíritu Santo”.

Por lo tanto, mientras abre nuestros corazones a Dios, el “Padre Nuestro” también nos dispone al amor fraterno. También pedimos “el pan de cada día” –ha observado el Santo Padre– , en el que vemos una referencia específica al Pan eucarístico, que “necesitamos para vivir como hijos de Dios”.

RD

Sigue el texto completo de la catequesis del Santo Padre, en la Audiencia General celebrada el 14 de marzo de 2018.

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Catequesis del Papa Francisco

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Continuamos la catequesis sobre la santa misa. En la Última Cena, después de que Jesús tomó el pan y el cáliz de vino, y dio gracias a Dios, sabemos que “partió el pan”. A esta acción corresponde, en la Liturgia eucarística de la misa, la fracción del Pan, precedida por la oración que el Señor nos ha enseñado, o sea, el “Padre nuestro”.

Y así comienzan los ritos de Comunión, prolongando la alabanza y la súplica de la Plegaria Eucarística con el rezo comunitario del “Padre Nuestro”. Esta no es una de las tantas oraciones cristianas, sino que es  la oración de los hijos de Dios: es la gran oración que nos ha enseñado Jesús. De hecho, dado el día de nuestro bautismo, el “Padre Nuestro” hace que resuenen en nosotros los mismos sentimientos que hubo en Cristo Jesús. Cuando rezamos el “Padre nuestro” rezamos como rezaba Jesús. Es la oración que hacía Jesús y nos la enseñó a nosotros; cuando los discípulos le dijeron: “Maestro, enséñanos a rezar como rezas tú”. Y Jesús rezaba así. Es muy bello rezar como Jesús. Formados en su divina enseñanza, nos atrevemos a recurrir a Dios llamándolo “Padre”, porque hemos renacido como hijos suyos a través del agua y del Espíritu Santo (véase Ef. 1: 5). Nadie, en verdad, podría llamarlo familiarmente “Abbá” –Padre- sin haber sido generado por Dios, sin la inspiración del Espíritu, como enseña San Pablo (ver Rom 8:15). Tenemos que pensar: ninguno puede llamarlo “Padre” sin la inspiración del Espíritu. ¡Cuántas veces hay gente que dice “Padre nuestro”, pero no sabe lo que dice!. Porque sí, es el Padre, pero ¿tú sientes que cuándo dices “Padre”, Él es el Padre, tu Padre, el Padre de la humanidad, el Padre de Jesucristo? ¿Tú tienes una relación con este Padre? Cuando rezamos el “Padre nuestro” nos unimos con el Padre que nos ama, pero es el Espíritu quien nos da esta unión, este sentimiento de ser hijos de Dios.

¿Qué mejor oración que la enseñada por Jesús puede disponernos a la Comunión sacramental con él? El “Padre Nuestro” se reza, además de en la misa, por la mañana y por la noche en laudes y vísperas; de esta manera, la actitud filial hacia Dios y de  fraternidad con el prójimo contribuyen a dar una forma cristiana a nuestros días.

En la Oración del Señor –en el “Padre nuestro”– pedimos “el pan de cada día”, en el que vemos una referencia específica al Pan eucarístico, que necesitamos para vivir como hijos de Dios. Imploramos también “el perdón de nuestras ofensas”, y para que seamos dignos de recibir el perdón nos comprometemos a perdonar a quienes nos han ofendido. Y esto no es fácil. Perdonar a las personas que nos han ofendido no es fácil; es una gracia que debemos pedir: “Señor, enséñame a perdonar como tú me has perdonado”. Es una gracia, con nuestras fuerzas no podemos: perdonar es una gracia del Espíritu Santo. Por lo tanto, mientras abre nuestros corazones a Dios, el “Padre Nuestro” también nos dispone al amor fraterno. Finalmente, pedimos nuevamente a Dios que nos “libre del mal” que nos separa de él y nos divide de nuestros hermanos. Entendemos bien que estas son peticiones muy adecuadas para prepararnos para la Sagrada Comunión (ver Instrucción General del Misal Romano, 81).

De hecho, lo que pedimos en el “Padre Nuestro” se prolonga con la oración del sacerdote que, en nombre de todos, suplica: “Líbranos, Señor, de todos los males, concede la paz en nuestros días”. Y después recibe una especie de sello en el rito de la paz: En primer lugar, se invoca de Cristo que el don de su paz (cf. Jn 14,27) –tan diferente de la paz del mundo– haga que la Iglesia crezca en la unidad y la paz según su voluntad; luego, con el gesto concreto intercambiado entre nosotros, expresamos “la comunión eclesial y la mutua caridad, antes de la comunión sacramental.” (IGMR, 82). En el rito romano, el intercambio del signo de la paz, colocado desde la antigüedad antes de la comunión, se ordena a la comunión eucarística. De acuerdo con la advertencia de San Pablo, no se puede compartir el mismo pan que nos hace un solo cuerpo en Cristo, sin reconocerse pacificados por el amor fraterno (cf. 1 Cor 10,16-17; 11,29). La paz de Cristo no puede echar raíces en un corazón incapaz de vivir la fraternidad y de recomponerla después de haberla herido. La paz la da el Señor: Él nos da la gracia de perdonar a los que nos han ofendido.

El gesto de la paz es seguido por la fracción del Pan, que desde los tiempos apostólicos dio su nombre a toda la celebración de la Eucaristía (cf. IGMR, 83; Catecismo de la Iglesia Católica, 1329). Hecho por Jesús durante la Última Cena, partir el pan es el gesto revelador que hizo que los discípulos lo reconocieran después de su resurrección. Recordemos a los discípulos de Emaús, quienes, hablando del encuentro con el Resucitado, relatan “cómo lo reconocieron al partir el pan” (cf. Lc 24,30-31,35).

La fracción del Pan eucarístico va acompañada de la invocación del “Cordero de Dios”, figura con la que Juan Bautista indicó en Jesús “al que quita el pecado del mundo” (Jn 1, 29). La imagen bíblica del cordero habla de redención (véase Ex 12: 1-14, Is 53: 7, 1 Pt. 1:19, Ap 7:14). En el pan eucarístico, partido por la vida del mundo, la asamblea orante reconoce al verdadero Cordero de Dios, que es Cristo Redentor, y le ruega: “Ten piedad de nosotros … danos la paz”.

“Ten piedad de nosotros”, “danos  la paz” son invocaciones que, desde la oración del “Padre Nuestro” a la fracción del pan, nos ayudan a prepararnos para participar en el banquete eucarístico, fuente de comunión con Dios y con los hermanos.

No olvidemos la gran oración: la que nos ha enseñado Jesús y que es la oración con que Él rezaba al Padre. Y esta oración nos prepara a la Comunión.

© Librería Editorial Vaticano

 

 

14/03/2018-11:03
Rosa Die Alcolea

Audiencia: 'Padre nuestro', la mejor preparación para recibir a Jesús

(ZENIT – 14 marzo 2018).- “El ‘Padre nuestro’ es la oración por excelencia de los hijos de Dios”, ha indicado el Papa Francisco: “Es la mejor manera de prepararnos para recibir a Jesús en la Comunión”.

El Santo Padre ha celebrado la Audiencia General en la plaza de San Pedro, bajo un espléndido sol romano, al día siguiente de su 5º aniversario de pontificado, 14 de marzo de 2018.

En la plaza miles de peregrinos lo han recibido, provenientes de diferentes países de América, Europa, África y Asia.

El Papa ha pronunciado, un resumen de la catequesis en español, como es habitual cada miércoles. Hoy ha hablado del rito de la Comunión en la Misa, y en concreto, de la oración del “Padre nuestro”.

Francisco ha destacado que con esta oración al Señor, le pedimos el “pan nuestro de cada día”, con una referencia particular al “Pan eucarístico que necesitamos para vivir como hijos de Dios”, e imploramos a Dios que “perdone nuestras ofensas, y nos comprometemos al mismo tiempo a perdonar a los que nos han ofendido”.

“Así, abriéndonos al perdón de Dios nos disponemos a vivir el amor fraterno” –ha señalado el Papa–. “Y por último le pedimos que nos libre del mal, que nos separa de Él y nos aleja de nuestros hermanos”.

 

Fracción del pan

Con el rito de la paz se expresa la unión y el amor mutuo antes de acercarnos al Sacramento, ha aclarado el Santo Padre.

La fracción del pan, que tiene lugar después del rezo del “Padre nuestro”, es “el gesto que Jesús realizó en la Última Cena y que permitió a los discípulos reconocerlo después de la Resurrección, como en Emaús”, ha explicado Su Santidad.

La fracción del Pan está acompañada por la invocación del “Cordero de Dios”, que es la imagen bíblica usada por Juan el Bautista para identificar a Jesús como “Aquél que quita el pecado del mundo”.

 

Mayor “entrega y generosidad”

Francisco ha dirigido un saludo en particular al grupo de la Fundación “Líderes Globales para el Fomento de los Gobiernos Locales”, y en general a los peregrinos de lengua española provenientes de España y América Latina.

El Pontífice ha invitado a pedir a María, en este camino cuaresmal, “que no deje de mirarnos con amor para que, con la ayuda del Espíritu Santo, haga fecundos nuestros propósitos de una mayor entrega y generosidad en nuestra vida cristiana”.

 

 

14/03/2018-12:51
Rosa Die Alcolea

Jóvenes: "Cristo ha prometido permanecer siempre con nosotros"

(ZENIT — 14 marzo 2018).- "Queridos amigos, Cristo ha prometido permanecer siempre con nosotros y de muchas maneras manifiesta su presencia".

Son las palabras que el Papa Francisco ha dirigido a los jóvenes, los ancianos, los enfermos y los recién casados, esta mañana, 14 de marzo de 2018, en la Audiencia General, celebrada en la plaza de San Pedro.

"A cada uno la tarea responsable y valiente de anunciar y atestiguar su amor que nos sostiene en cada ocasión de la vida", ha continuado el Santo Padre.

Así, les ha exhortado: "No os canséis de confiar en Cristo y de difundir su Evangelio en todas partes".

 

 

14/03/2018-16:10
Rosa Die Alcolea

Taiwán: Diálogo humano "en nuestro camino de búsqueda de lo absoluto"

(ZENIT — 14 marzo 2018).- El Papa Francisco ha expresado su gratitud por el trabajo que el Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso realiza con la delegación taoísta del Templo de Bao'an de Taipei, en Taiwan.

El Santo Padre los ha recibido en audiencia esta mañana a las 8:45 horas, antes de la Audiencia General en la Plaza de San Pedro, señala la Santa Sede en un comunicado de prensa.

 

"Diálogo humano"

El Pontífice les ha agradecido su visita a Roma, y sus palabras y les ha dicho que este trabajo conjunto con ellos es un diálogo "no solo de ideas, es un diálogo humano, de persona a persona, que ayuda a todos a crecer, a crecer como personas, en nuestro camino de búsqueda de lo absoluto, de Dios".

Asimismo, Francisco ha declarado que aprecia mucho la invitación a visitar Taiwan, recibida por parte de la delegación taoísta. Al término del encuentro, el Papa les ha bendecido y les ha pedido que recen por él (en inglés).

 

 

14/03/2018-13:11
Rosa Die Alcolea

Cristianos de Oriente Medio: "Dejaos guiar por el Espíritu Santo"

(ZENIT — 14 marzo 2018).- El Papa Francisco ha dado una cordial bienvenida a los peregrinos de lengua árabe, en particular a los de Oriente Medio, a la Audiencia General de este miércoles, 14 de marzo de 2018, celebrada en la plaza de San Pedro.

"Dejaos guiar por el Espíritu Santo —les ha dicho— para lograr una conversión verdadera, para ser purificados del pecado y para servir a Cristo presente en los hermanos, según las capacidades y los roles propios de cada uno".

En este tiempo de penitencia, el Señor nos muestra el camino de la esperanza a seguir: ha anunciado Francisco, quien cumplió ayer, 13 de marzo de 2018, 5 años como Sucesor de Pedro.

 

 

14/03/2018-18:38
Redacción

Comunicación: Concluye el Encuentro del Consejo Episcopal Latinoamericano

(14 marzo 2018).- El lunes, 12 de marzo de 2018, concluyó satisfactoriamente el Encuentro de Comunicación que organiza el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), en el que participaron 40 profesionales.

Obispos presidentes, secretarios ejecutivos y algunos delegados/as de comunicación de 17 de las 22 Conferencias Episcopales de Latinoamérica y El Caribe se reunieron en Bogotá en un encuentro marcado por la comunión, el deseo de intensificar el trabajo, y el compromiso de sembrar esperanza por medio de la comunicación al servicio de la Iglesia y la sociedad.

México, Guatemala, El salvador, Honduras, Costa Rica, Panamá, Colombia, Ecuador, Argentina, Brasil, Bolivia, República Dominicana, Paraguay, Uruguay, Chile, Puerto Rico y Venezuela fueron los países que participaron en el Encuentro convocado por el Departamento de Comunicación y Prensa del CELAM. Siendo en total 40, los asistentes.

La reunión que se realizó en Bogotá, Colombia, del 5 al 9 de marzo, tuvo como fin: Exponer y compartir desde el ver, el trabajo y las realidades de cada país, para desde el actuar, construir líneas comunes de pastoral de la comunicación y prensa a nivel de Latinoamérica y El Caribe.

 

Brasil

En la parte inicial, tal como era el fin, fueron presentados informes de trabajo de cada país, en regiones desde la realidad de cada nación, para ubicar los temas, desafíos, métodos y estrategias para la comunicación social.
Brasil como país grande en el cono sur de América, presentó al final el trabajo que realiza el Departamento de Comunicación, atendiendo las distintas estructuras de la Iglesia y comunicandolo en el marco del conjunto de la Nación.
Cesar Da Costa, es un sociólogo uruguayo que ofreció desde estadísticas y datos de investigación el escenario de "La religión vivida en América Latina, en una sociedad en Proceso de secularización". Expuso datos numéricos de quienes profesan distintos credos religiosos, los hechos o periodos históricos que han impactado socialmente en América Latina y sus efectos, para dejar mostrar la evolución y tendencia de cambio en cifras y pensamiento hacia un creciente secularismo de las sociedades en la región.

La Eucaristía con el rezo de vísperas del primer día, la presidió Monseñor Heriberto Bodeant, Presidente del Departamento de Comunicación y Prensa del CELAM.

 

Segundo día

El segundo día, estuvo marcado por la profundización en la mirada de la realidad Latinoamericana por medio de la Ponencia: "Análisis de la realidad Latinoamericana desde la perspectiva de la comunicación", que estuvo a cargo del Obispo Guatemalteco Álvaro Ramazzini de la Diócesis de Huehuetenango, especial comunicador, propulsor de la unificación de los medios de comunicación católica en Guatemala, como responsable de la Conferencia Episcopal durante varios años.

La realidad de la comunicación, los esfuerzos y las tendencias, así como los drásticos cambios en la política, la economía y la cultura de los países en los últimos años, son las realidades lacerantes que golpean duramente a tantos habitantes en el continente.

Estas y otras, fueron expuestas en profundidad por este obispo de vasta experiencia y compromiso con la justicia, la dignidad humana, y los pobres, que como Lázaro yacen en cada esquina de Latinoamérica.

 

Códigos del mundo moderno

Carlos Luna, laico dominico de nacionalidad española, tuvo a su cargo la propuesta de actualización en el gran mundo globalizado analizando y ofreciendo estrategias de acción desde el marketing religioso. Conocer el mundo moderno con sus códigos y lenguajes es necesario para un buen ejercicio comunicativo en el mundo de hoy.

Al final del día Monseñor Eusebio Ramos, Obispo de Puerto Rico y miembro del Departamento de Comunicación y Prensa del CELAM, impartió la ponencia de "La espiritualidad del Comunicador desde el compromiso de Jesús".
Extrayendo la fuerza espiritual que desde Jesús y el Evangelio ha recibido en herencia la Iglesia por siglos, monseñor Eusebio dejó clara la importancia de ser amigos y testigos de Jesús y portadores del Evangelio en la propia vida como elemento esencial para realizar la comunicación en mundos complejos en los nuevos aereópagos.

 

Plan Global del CELAM

Monseñor Juan Espinoza, Secretario General del CELAM, se hizo presente como signo de cercanía, exponiendo los énfasis del Plan Global del CELAM para este cuatrienio, el caminar de América Latina y el aporte en los documentos de las cinco conferencias y el compromiso de ser una Iglesia pobre para los pobres. Es decir que hace opción por ellos desde Jesús y como Jesús.

Monseñor Darci Nicioli, Arzobispo de Diamantina, Brasil y miembro del Departamento de Comunicación y Prensa presidió la Eucaristía de cierre de la jornada del día.

El tercer día del Encuentro abrió con la ponencia del Arzobispo de San José- Costa Rica, Monseñor Rafael Quirós, quien expuso sobre las comunicaciones de la iglesia, la creación de la Jornada Mundial de las Comunicaciones profundizando sobre el último mensaje: "Noticias Falsas y periodismo de paz".

Una de las partes medulares fue el trabajo por regiones del documento base de "Propuestas de líneas pastorales en Comunicación para América Latina y El Caribe". Este fue un punto fuerte de interés para todos los países. El documento tendrá un trabajo posterior con la respectiva consolidación para convertirse en documento de la pastoral de la Comunicación y Prensa Latinoamericana.

 

Comunicación tecnológica

El señor Ary Ramos, originario de Santa Marta-Colombia, residente en Roma Italia, Profesor de la Pontificia Universidad Gregoriana y Corresponsal de la Comunicación del Papa, presentó el libro 'Comunidad de aprendizaje on line, como medio de capacitación de agentes sociales y pastorales'.

Este documento es producto de una profunda investigación de temáticas globales en el escenario mundial de comunicación tecnológica, desde las experiencias de formación telemática realizada en Guatemala y Bolivia entre los años 2009 y 2010, muestra la potencialidad, los limites y los alcances de los sistemas virtuales y el compromiso que estos sistemas deben tener para superar la realidad "real" de periferias y exclusiones.

Si el desarrollo de tecnologías virtualiza la realidad, tal como está, seguirían en aumento los info-pobres relegados a la periferia sin acceso a la información y sin acceso a los sistemas actuales de comunicación. Mientras los info-ricos, términos que vienen acuñándose desde hace tiempo, seguirían con acceso pleno no solo a la información, sino a los sistemas de tecnologías que permiten los nuevos modos de comunicación.

 

JMJ Panamá

El libro es una herramienta importante para entender diversas realidades necesarias de ser comprendidas en el ejercicio de las comunicaciones actuales y para la comprensión del mundo moderno. El libro fue publicado por el Departamento de Comunicación y Prensa del CELAM.

El DECOS de Panamá presentó la propuesta de comunicación para la Jornada Mundial de la Juventud que tendrá su sede en ese país que recibirá al Papa Francisco quien se encontrará con los jóvenes del mundo en esa nación sede.

El encuentro cerró con una Eucaristía de acción de gracias en la Capilla del CELAM, presidida por Monseñor Rafael Quirós, Arzobispo de San José de Costa Rica y un concierto musical de jovencitos y jovencitas de diversos barrios de Bogotá, que conformaron una banda musical, fundada por un sacerdote salesiano, quienes interpretaron música sudamericana en el patio frontal del CELAM ubicado en Usaquén.

 

 

14/03/2018-18:58
Marina Droujinina

Muerte del astrofísico Stephen Hawking, miembro de la Academia de las Ciencias

(ZENIT – 14 marzo 2018).- Los medios del Vaticano anuncian la muerte del astrofísico británico Stephen W. Hawking el miércoles 14 de marzo de 2018, a la edad de 76 años en Cambridge.

Autor de una teoría científica de que la creación del universo “no requiere la intervención de un ser sobrenatural o un dios”, Hawking fue elegido miembro de la Academia Pontificia de las Ciencias el 9 de enero de 1986.

Fue galardonado con la medalla Pío XI, otorgada por la Academia por sus estudios en “Agujeros negros” el 19 de abril de 1975.

El famoso científico se encontró con el Papa Francisco el 28 de noviembre de 2016, durante la sesión plenaria de la Academia.

Durante su vida, también se encontró con otros tres papas: Pablo VI, 9 de abril de 1975, Juan Pablo II el 3 de octubre de 1981 y Benedicto XVI el 31 de octubre de 2008.

“Recuerden mirar las estrellas y no sus pies. Por difícil que sea la vida, siempre hay algo que uno puede hacer y en lo que uno puede tener éxito”, dijo el astrofísico que luchó durante varias décadas con la esclerosis lateral amiotrófica, diagnosticada a la edad de 21 años, recuerdan en ‘Vatican News’ en español.

 

 

14/03/2018-10:34
Felipe Arizmendi Esquivel

Mons. Felipe Arizmendi: Cinco años con Francisco

+ Felipe Arizmendi Esquivel
Obispo Emérito de SCLC

 

VER

Este 13 de marzo se cumplen cinco años de que fue elegido el Papa Francisco como Sucesor de Pedro, Vicario de Jesucristo. Con esta ocasión, no faltan comentarios en favor y en contra. Algunos, que se consideran especialistas en asuntos vaticanos, aventuran todo tipo de opiniones, con criterios muy a ras de tierra, interpretando lo que el Papa hace o deja de hacer, como si conocieran todas las implicaciones que hay que tomar en cuenta cuando él debe tomar decisiones. Yo ratifico mi convicción de fe en el sentido de que es el Espíritu Santo guía a su Iglesia, y la designación de este Papa es una manifestación de que él actúa, a través de las mediaciones eclesiales.

Cuando fue elegido, yo estaba en Guadalupe Pashilhá, una comunidad tseltal en las montañas de la selva chiapaneca, en un encuentro anual de formación con diáconos permanentes de la diócesis. Al empezar el Cónclave, yo suponía que no me enteraría de su desarrollo, por estar tan lejos y aislado; pero mi sorpresa fue que en varias casas están conectados al satélite y las noticias llegan de inmediato. Cuando me dijeron que había sido elegido el cardenal Bergoglio, expresé mi desconcierto, pues nunca pensé que fuera candidato para este ministerio. Pasando los primeros días, los meses y los años, me confirmo en mi fe de que es Dios quien decide estas elecciones. Considero a este Papa como una bendición para estos tiempos. Es lo que necesitábamos, para darle un nuevo aire a la Iglesia.

Son explicables las reacciones contrarias a su estilo y a sus exigencias evangélicas. Su sencillez contrasta con la forma de vida principesca de muchos eclesiásticos. Su apertura pastoral, marcada por la misericordia, contrasta con la rigidez de quienes sólo cuidan la ortodoxia, la ley del sábado, sin tener en cuenta a las personas en sus necesidades concretas. Su lucha por reformar no sólo la Curia Romana, sino toda la Iglesia, contrasta con quienes nos encapsulamos en nuestras propias seguridades, económicas y culturales. Su exigencia de dar prioridad a los pobres, contrasta con quienes defienden y sostienen este sistema social y económico que enriquece a unos a costa de otros, y no admiten que se les desestabilice. Su dinamismo misionero es molesto para quienes nos contentamos con una pastoral conservadora y autoreferencial. Su intolerancia con la pederastia clerical debe tener siempre como base la verdad, la justicia y la misericordia, tanto con las víctimas como con los pervertidores. Si no se tienen suficientes elementos de juicio, no se puede condenar a alguien quizá siendo inocente. Cuando el juicio es completo y justo, se procede.

 

PENSAR

Traigo a colación sólo algunas de sus palabras, que quieren marcar el rumbo de la Iglesia:

"La misericordia es el don más precioso de Dios. La misericordia es el corazón de Dios. Nada es más dulce que su misericordia. Dejémonos acariciar por Dios. ¡Es tan bueno el Señor! Y perdona todo. Por ello debe ser también el corazón de todos los que se reconocen miembros de la única gran familia de sus hijos. Hagamos la revolución de la ternura. La misericordia es la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia. Todo en su acción pastoral debería estar revestido por la ternura.

Una Iglesia con las puertas cerradas se traiciona a sí misma y a su misión, y en vez de ser puente, se convierte en barrera. La Iglesia no es una aduana. Es la casa paterna, donde hay lugar para cada uno. La Iglesia es la portera de la casa del Señor, no es la dueña. Una Iglesia inhospitalaria mortifica el Evangelio y aridece el mundo. ¡Nada de puertas blindadas en la Iglesia, nada! ¡Todo abierto!

La alegría del Evangelio llena la vida de quienes se encuentran con Jesús. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría. Quienes se dejan salvar por Jesús son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Fijemos la mirada en Jesús. A veces se habla más de la Iglesia que de Jesucristo, más del Papa que de la Palabra de Dios. ¡Jesús es el Señor!

¡Quiero que la Iglesia salga a la calle! ¡Quiero que nos defendamos de todo lo que sea mundanidad, de lo que sea instalación, de lo que sea comodidad, de lo que sea clericalismo, de lo que sea estar encerrados en nosotros mismos. Las parroquias, los colegios, las instituciones, ¡son para salir! Si no salen, se convierten en una ONG, y la Iglesia no puede ser una ONG.

¡Cuánto daño nos hace la vida cómoda, el bienestar! El aburguesamiento del corazón nos paraliza. Algunas personas prefieren no informarse y viven su bienestar y su comodidad indiferentes al grito de dolor de la humanidad que sufre. Nadie puede exigirnos que releguemos la religión a la intimidad secreta de las personas, sin influencia alguna en la vida social y nacional. Una auténtica fe siempre implica un profundo deseo de cambiar el mundo.

La uniformidad no es católica, no es cristiana. La unidad católica es diversa, pero es una. La unidad no es uniformidad. Hay que construir puentes, en vez de levantar muros.

El corazón de Dios tiene un sitio preferencial para los pobres, tanto que hasta Él mismo se hizo pobre. La pobreza está en el centro del Evangelio. ¡Cómo quisiera una Iglesia pobre y para los pobres! Hoy y siempre, los pobres son los destinatarios privilegiados del Evangelio. Para la Iglesia, la opción por los pobres es una categoría teológica antes que cultural, sociológica, política o filosófica. Estamos llamados a descubrir a Cristo en los pobres. Sin la opción preferencial por los más pobres, el anuncio del Evangelio corre el riesgo de ser incomprendido. Es necesario que todos nos dejemos evangelizar por los pobres. Nadie puede sentirse exceptuado de la preocupación por los pobres y por la justicia social.

La hermana y madre tierra clama por el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella. Hace falta una conversión ecológica. Vivir la vocación de ser protectores de la obra de Dios es parte esencial de una existencia virtuosa; no consiste en algo opcional ni en un aspecto secundario de la experiencia cristiana. La espiritualidad cristiana propone un crecimiento con sobriedad y una capacidad de gozar con poco. Es un retorno a la simplicidad.

Renuevo la exhortación a no perder la esperanza en la capacidad del hombre de superar el mal, con la gracia de Dios, y a no caer en la resignación y en la indiferencia".

 

ACTUAR

Estemos abiertos a lo que el Espíritu nos dice por medio del Papa Francisco, para que nuestra Iglesia sea más fiel a Jesús.

 

 

14/03/2018-19:01
Isabel Orellana Vilches

San Clemente María Hofbauer, 15 de marzo

«Este gran redentorista, apóstol de Viena, poseía la fe de la que habla el Evangelio y así llegó a predicar en templos vacíos dirigiéndose a los bancos. Y cientos de miles recibían de sus manos los sacramentos. Por su fe fue perseguido y desterrado»

Se llamaba Hansl (Juan), era el noveno de doce hermanos y nació el día 26 de diciembre de 1751 en Tasswitz, Moravia. Al morir su padre cuando él tenía 7 años, su madre, dando muestras de gran entereza, le puso delante del cruficijo advirtiéndole: «Mira, hijo, en adelante éste será tu padre. Guárdate de afligirle con un pecado». El sueño del niño fue el sacerdocio. Pero ese instante exacto previsto por Dios no llegó hasta que superó la treintena. Antes, siempre hubo alguna contingencia que lo impidió. Su adolescencia estuvo compartida con dos acciones: ayudar a misa al bondadoso párroco, y trabajar como panadero. Por su corta edad no pudo seguir los pasos de su hermano mayor para convertirse en miembro de la caballería húngara y librar la batalla contra los turcos. Su lucha estaría en otros campos.

Como su vocación sacerdotal se había afianzado por completo en su corazón, y le acompañaba la gracia divina, la falta de recursos económicos no le impidió cumplir su anhelo. El vicario parroquial, ya con cierta edad, generosamente le enseñó latín. Cuando falleció, el sacerdote que le sucedió en la misión no pudo prestarle ayuda, y Clemente optó por ganarse la vida amasando pan para los Padres Blancos de Kloster Bruck; así continuó su aprendizaje. En este oficio, que desempeñó en varios lugares, tuvo ocasión de ser testigo de primera mano del drama de los desahuciados por la guerra y la carestía sufrida por los productos básicos para vivir; constató que mucha gente no tenía ni un trozo de pan que llevarse a la boca.

En su interior crecía el ansia de entregarse a Dios manteniéndole presente por encima de todo a través de la oración. Por eso, cuando viajó a Tívoli en 1771 eligió ser ermitaño en el santuario de Nuestra Señora de Quintiliolo. Con el permiso del obispo tomó el hábito y el nombre de Clemente en honor al prelado de Ancira, añadiendo el de María por su devoción a la Madre de Dios. No duró mucho tiempo en el lugar porque se percató de que esa vida no era para él y tuvo la intuición de que sería otra. Volvió con los Padres Blancos retomando su oficio de panadero.

Pudo seguir estudiando, pero nuevas dificultades de sesgo político pusieron freno a tan ansiada ordenación sacerdotal. Así que, otra vez se convirtió en ermitaño en Muehlfraun. En ese impasse, que duró dos años, su espíritu se curtió en la oración, severas penitencias y mortificaciones. Su madre le reclamó. De modo que regresó a Viena y a la panadería, la única profesión que dominaba. La Providencia puso en su camino a dos benefactoras que posibilitaron sus estudios en la universidad. A partir de entonces ni siquiera el veto impuesto por el gobierno a los que cursaban la carrera eclesiástica le impidió seguir alentando sus sueños. Thaddeus Huebl, un entrañable amigo que compartía su ideal, se trasladó junto a él a Roma con el único objetivo de dirimir en qué Orden tenían que ingresar. Y algo tan simple como el tañido de una campana, la primera que escuchaban y que procedía del templo de los redentoristas, les instó a dirigir sus pasos hacia él. Fue el reclamo utilizado por la divina Providencia eligiendo esta simple fórmula para llevarlos a la congregación en la que se desenvolvería su vida religiosa. El 19 de marzo de 1785 Thaddeus y Clemente, que tenía ya 34 años, profesaron. San Alfonso María de Ligorio vio que tenían madera de sacerdotes, y fueron ordenados diez días más tarde en la catedral de Alatrí.

Pasados unos meses, la misión de ambos fue Europa. Así lo determinó el superior general, padre de Paola. La situación de la Iglesia era comprometida a causa de la insidiosa opresión política. Sin embargo, Clemente difundió el evangelio con admirable celo. Fue expulsado repetidamente de distintas ciudades, pero nada le venció. Suiza y Polonia supieron de su ardor apostólico. Impulsó el albergue del Niño Jesús para los pequeños que recogía en las calles; se dedicó a pedir limosna para que no les faltase nada, e incluso volvió a amasar el pan para ellos. Era incansable, como todos los santos. Sin desfallecer, ni dejarse llevar por el desánimo, si los templos estaban vacíos, no dudaba en predicar dirigiéndose a los desnudos bancos. ¡Tan admirable era su fe! Le animaba este sentimiento: «Nos abandonamos al querer de Dios... Que Él sea glorificado». Junto a los religiosos que le acompañaban, realizó una portentosa labor.

En 1787 administró los sacramentos a unas 100.000 personas, y esto no es más que una simple muestra de su inmensa fecundidad. Cuando la guerra estalló en Varsovia, todos se enfrentaron valientemente a la muerte. Se salvaron milagrosamente de las tres bombas que cayeron sobre el templo sin destruirlo. Pero la violencia arreció, y el padre Thaddeus murió a causa de las torturas y golpes que le infligieron tras haber sido atropellado por un carruaje. Venía de atender a un enfermo ficticio que le había mandado llamar. Su muerte asestó un duro golpe a Clemente. El escarnio les perseguía teniendo como escenario hasta los teatros. A ello se añadía el veto a la predicación. Al final el padre Hofbauer se quedó solo y lo expulsaron, pero no abandonó Viena. Seguía aferrado al cumplimiento de la voluntad divina: «Todo lo que a nosotros nos parece contrario, nos conduce donde Dios quiere».

Durante trece años tuvo la misión de capellán del hospital y de las ursulinas. En la parroquia italiana abierta en la ciudad predicaba de tal modo que la gente se conmovía, sin tener dotes de oratoria dignas de mención. Su corazón ardientemente enamorado de Dios se filtraba a través de cualquiera de sus gestos y de sus palabras. Era difícil no claudicar ante este poderoso torrente de amor al que acompañaban todas las bendiciones del cielo. Y de hecho, muchos estudiantes e intelectuales se convirtieron ingresando en la Orden. Pío VII logró frenar nuevo decreto de expulsión y el santo pudo fundar en Viena, donde murió el 15 de marzo de 1821. Fue beatificado el 29 de enero de 1888 por León XIII, y canonizado el 20 de mayo de 1909 por Pío X. En 1914 este pontífice le concedió el título de apóstol y patrón de Viena.