Servicio diario - 13 de marzo de 2018


 

5 años de pontificado: Francisco, símbolo de una "renovación radical"
Rosa Die Alcolea

Tráiler de la película 'Papa Francisco. Un hombre de palabra'
Redacción

Paraguay: Un milagro atribuido a la intercesión de Maria Felicia de Jesús Sacramentado
Marina Droujinina

El Arzobispo de Washington presenta un plan para implementar `Amoris Laetitia'
Enrique Soros

Padre Antonio Rivero: "¿Qué es la hora de Dios?"
Antonio Rivero

Beato Giacomo Cusmano, 14 de marzo
Isabel Orellana Vilches


 

 

13/03/2018-18:19
Rosa Die Alcolea

5 años de pontificado: Francisco, símbolo de una "renovación radical"

(ZENIT – 13 de marzo 2018).- “Hermanos y hermanas, buenas tardes”: Con estas palabras se dirigió Francisco al comenzar su pontificado a los miles de fieles que abarrotaban la plaza de San Pedro, en el Vaticano.

Hoy, 13 de marzo de 2018, se cumplen cinco años desde que los cardenales reunidos en cónclave en la Capilla Sixtina, eligieron al cardenal Jorge Mario Bergoglio, jesuita y arzobispo de Buenos Aires, como sucesor de Pedro. (Ver vídeo de Vatican Media)

De la chimenea de la Capilla Sixtina salió humo blanco a las 19:05 horas. Las campanas de la basílica de San Pedro seguían repicando al vuelo, anunciando la gran alegría. ¡Habemus Papam!

El Cónclave comenzó el 12 de marzo, con la participación de 115 cardenales. Francisco fue elegido al menos con el voto de 77 de los 105 cardenales.

Al tener el resultado de la votación, el cardenal Giovanni Battista Re interrogó al Card. Bergoglio, en nombre de todo el colegio de los electores: “¿Aceptas tu elección canónica para sumo pontífice?”. Una vez recibido el consentimiento, le preguntó: “¿Con qué nombre quieres ser llamado?”.

El nuevo pontífice de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana tomó un nombre “imprevisto e inesperado”, símbolo de una “renovación radical”, un nombre que “recuerda al Santo de Asís y su radicalidad en la imitación de Cristo”, apunta el periódico L´Osservatore Romano en su editorial “La fuerza de un nombre”, publicado el 13 de marzo de 2018, con ocasión de la efeméride.

Nombre que evoca la figura de San Francisco por tres razones: la atención y la cercanía con los pobres –recomendada al nuevo pontífice por “un gran amigo” (el Cardenal brasileño Cláudio Hummes que estaba a su lado en la Capilla Sixtina)–, la predicación de la paz y la protección de la creación, escribe el diario del Vaticano.

Tres componentes del mensaje cristiano que caracterizan los días del primer Papa americano, el primero que es no europeo durante casi trece siglos y el primer jesuita.

Periferias “reales y metafóricas”

El diario del Vaticano subraya cómo Francisco indicó “la necesidad de que la Iglesia surja en las periferias reales y metafóricas del mundo para anunciar el Evangelio”, líneas con tinte misionero que Francisco ya dibujó antes del Cónclave, siendo Arzobispo de Buenos Aires, y que en unos pocos meses se desarrollaron en el largo documento programático Evangelii gaudium.

“Alegría, sí, a pesar de las persecuciones y el martirio de muchos cristianos, a pesar del desequilibrio que crece entre el norte y el sur del mundo, a pesar de la guerra mundial `en capítulos´ tantas veces denunciada, a pesar de la devastación del planeta, en detrimento de los pobres, descrita en Laudato Si’, una encíclica recibida con interés y esperanza también por muchas personas que parecen no reconocerse en la Iglesia”, señala L´Osservatore Romano.

“Cómo, más allá de los límites visibles de la Iglesia, viene la palabra simple y apasionada de un cristiano que, llevando un gran peso, pide todos los días que recemos por él”, concluye el editorial dedicado a Francisco, 5 años después de su elección como Pontífice.

Ver vídeo

 

 

13/03/2018-19:06
Redacción

Tráiler de la película 'Papa Francisco. Un hombre de palabra'

(ZENIT — 13 marzo 2018).- La película 'Papa Francisco, Un Hombre de Palabra', escrita y dirigida por el tres veces premiado por los Oscars, Wim Wenders, trata de seguir una jornada personal del Papa Francisco, en vez de hacer un documentario biográfico sobre él.

El tráiler de la película se ha estrenado este martes, 13 de marzo de 2018, en 'Vatican News', portal de información online del Vaticano, coincidiendo con el 5° aniversario de la elección de Francisco como Sucesor de Pedro.
El proyecto partió de la idea del Prefecto de la Secretaria para la Comunicación, Mons. Dario Viganó, para hacer una película con el Papa Francisco y no sobre el Papa Francisco, señala la Santa Sede en un comunicado.

 

Cara a cara

Una particular co-producción con el Vaticano, la idea del Papa y su mensaje son la parte central de esta película, que presenta su trabajo de reforma y las respuestas a las preguntas globales sobre la muerte, justicia, inmigración, ecología, desigualdad de riqueza, materialismo y el papel de la familia.

La película está hecha con una cámara directa que visualiza y narra momentos de una audiencia cara a cara con el Papa, creando un diálogo entre él y, literalmente con el mundo.

Respondiendo preguntas de personas de todos los ámbitos de la vida, el Papa Francisco responde a granjeros y trabajadores, refugiados, niños y ancianos, presos y aquellos que viven en favelas y campamentos de migrantes. Todas estas voces y caras son una muestra representativa de la humanidad que se une a una conversación con el Papa Francisco.

 

A los presos y a los refugiados

Si bien esta "sinfonía de preguntas" es la columna vertebral de la película, también muestra al Papa en sus muchos viajes alrededor del mundo, con imágenes de él hablando en las Naciones Unidas, dirigiéndose al Congreso de los Estados Unidos, de luto con los reunidos en `Ground Zero' y en Yad Vashem, el Centro Mundial de la Memoria del Holocausto en Jerusalén. Habla a los presos en las correccionales y a los refugiados en los campamentos del Mediterráneo. Lo vemos viajar a Tierra Santa (Palestina e Israel), así como a África, América del Sur y Asia.

A lo largo de la película, el Papa Francisco comparte su visión de la Iglesia y su profunda preocupación por los pobres, su participación en asuntos ambientales y justicia social, y su llamado a la paz en áreas de conflicto y entre las religiones del mundo.

 

Una persona que vive lo que predica

También hay una presencia de San Francisco en la película, que se conecta con su tocayo, el Papa, a través de relatos de momentos legendarios en la propia vida del Santo como reformador y ecologista.

En una era de profunda desconfianza hacia los políticos y las personas en el poder, cuando las mentiras, la corrupción y los hechos alternativos están a la orden del día, el `Papa Francisco, Un hombre de Palabra' nos muestra a una persona que vive lo que predica y se ha ganado la confianza de personas de todas las tradiciones y culturas de fe de todo el mundo.

`Papa Francisco. Un hombre de palabra' es producida por el Sr. Wenders con Samanta Gandolfi Branca, Alessandro Lo Monaco (El ejército más pequeño del mundo), Andrea ámbito Gambetta y David Rosier (La sal de la tierra). La película es una producción de Celestes Images, Vatican Media, Solares Fondazione delle Arti, PTS Art's Factory, Neue Road Movies, Fondazione Solares Suisse y Decia Films.

 

 

13/03/2018-19:24
Marina Droujinina

Paraguay: Un milagro atribuido a la intercesión de Maria Felicia de Jésus Sacramentado

(ZENIT — 13 marzo 2018).- La Iglesia reconoce el milagro atribuido a la intercesión de una monja paraguaya, la venerable María Felicia de Jesús Sacramento (en el siglo: María Felicia Guggiari Echeverría), carmelita (1925-1959).

El 6 de marzo de 2018, el Papa Francisco autorizó a la Congregación para las Causas de los Santos a publicar el decreto relativo a este milagro, allanando el camino para su beatificación.

Nacida en Villarica (Paraguay) el 12 de enero de 1925, es apodada "Chiquitunda" en su familia, que significa "útil, simple, modesta". A la edad de 16 años, fue muy activa en Acción Católica, donde conoció a su director espiritual, el padre Julio César Duarte Ortella en febrero de 1941.

En el movimiento, se enamora de un joven estudiante de medicina, Ángel Sauá Llanes. Maria Felicia ora mucho y se pregunta si Dios quiere que se case. La respuesta viene del propio Ángel Sauá: confía a María Felicia su deseo secreto de convertirse en sacerdote.

Los padres de los jóvenes están convencidos de que están comprometidos, mientras que Ángel Sauá se prepara para ser sacerdote y Maria Felicia piensa en la vida religiosa. En 1955, poco después de que Ángel Sauá fuera aceptado en el seminario, la niña ingresó en Carmelo. Como monja, escribe alrededor de 48 cartas al padre Ángel.

Murió tras sufrir la hepatitis el 28 de abril de 1959.

 

Milagro

Del 19 de abril de 2005 al 27 de abril de 2007, en la diócesis de Asunción (capital de Paraguay), se llevó a cabo el juicio de un milagro atribuido a su intercesión. Esto es curativo, en Ycuamandyju (una ciudad a 146 km de la capital), un recién nacido, Ángel Ramón, que mostró signos de asfixia.

Después de una invocación a Sor Maria Felicia, el corazón del recién nacido comenzó a latir nuevamente. El 1 de junio de 2017, el consejo médico de la Congregación para las Causas de los Santos declaró la inexplicabilidad de este caso desde el punto de vista científico.

 

 

13/03/2018-17:02
Enrique Soros

El Arzobispo de Washington presenta un plan para implementar `Amoris Laetitia'

(ZENIT — 13 marzo 2018).- En noviembre pasado, los Obispos de Estados Unidos (USCCB), reunidos en Asamblea General en la ciudad de Baltimore, decidieron trabajar en un plan pastoral para implementar en las diócesis del país la exhortación apostólica postsinodal Amoris Laetitia, La Alegría del Amor, Sobre el Amor en la Familia, del Papa Francisco, promulgada el 19 de marzo de 2016.

En este momento la Comisión de Laicos, Matrimonio, Vida Familiar y Juventud de USCCB se encuentra trabajando en dicho plan, cuyo objetivo es acentuar el valor de la familia para la Iglesia y la sociedad, y ofrecer herramientas de ayuda para el fortalecimiento de los vínculos matrimoniales y familiares.

Por su parte, el Cardenal Donald Wuerl, arzobispo de Washington, acaba de publicar un documento en ese sentido, para los fieles de la arquidiócesis, siendo este el primer plan diocesano para la implementación de Amoris Laetitia que se ofrece en el país.

El mismo, que ha tenido una repercusión positiva entre teólogos y agentes de pastoral familiar, lleva por título: 'Compartiendo la Alegría del Amor en el Matrimonio y la Familia, Un Plan Pastoral para implementar Amoris Laetitia`.

El Cardenal Wuerl divide el documento en cuatro temáticas centrales. La primera es la riqueza del amor en el matrimonio y la familia; la segunda es la importancia de la integración entre la doctrina de la Iglesia y las realidades concretas en que se encuentra cada individuo y cada familia; la tercera se refiere a diversos caminos de acompañamiento a las personas; y la cuarta ofrece diversos recursos para matrimonios y familias.

 

1°: La importancia del amor, el matrimonio y la fe en la familia

Sobre la importancia de la familia para la Iglesia, expresa el Cardenal Wuerl: "Reflexionando sobre la implementación de Amoris Laetitia en la Arquidiócesis de Washington, comenzamos con la riqueza de la enseñanza perenne de la Iglesia sobre el amor, el matrimonio, la fe en la familia y la misericordia.

Aquí debemos detenernos en la importante enseñanza de la exhortación entendiendo a la familia como el lugar de la revelación de Dios, vivida en forma práctica".

 

2°: Integración pastoral de la doctrina de la Iglesia con la vida real en las familias

Sobre la integración de la enseñanza de la Iglesia y su implementación pastoral, afirma el Cardenal Wuerl: "En segundo lugar debemos recordar que nuestra tarea no estará completa si nos limitamos a expresar declaraciones de fe. El objetivo es la salvación de las almas. Se trata de una cuestión mucho más compleja que simplemente repetir la doctrina de la Iglesia. Por esta razón es esencial el percatarse de que nuestra enseñanza es recibida por individuos de acuerdo a su situación, experiencia y vida personal. Lo que se recibe, depende de las capacidades del receptor, parafraseando a Aristóteles y a Santo Tomás de Aquino. Este constituye nuestro punto de partida en el ministerio pastoral".

El documento continúa: "El Papa Francisco tiene la habilidad de integrar la doctrina de la Iglesia con la experiencia vivida de dicha doctrina. Ambos son aspectos de la vida eclesial y la pastoral. La interacción entre la proclamación de la doctrina y lo que aprehendemos de su experiencia vital conformaron una de las acciones eclesiales destacadas en ambos sínodos recientes.

Existe un consenso de que la comprensión correcta del trabajo tanto del sínodo del 2014, como del de 2015 y su fruto, Amoris Laetitia, depende del reconocimiento de esta dinámica interactiva entre doctrina, experiencias con la doctrina y las vivencias que parten de la doctrina, teniendo en cuenta cómo se la entiende y la capacidad del receptor. Este reconocimiento constituye quizás el mayor desafío de Amoris Laetitia. Es un llamado a la conversión del corazón".

 

3°: Acompañamiento

"Un tercer aspecto de este plan pastoral incluye el esfuerzo por delinear algunos caminos de acompañamiento, con un énfasis especial en la familia como vehículo de revelación del plan de Dios", afirma el Cardenal Wuerl.

Dedica esta sección a "acompañar a las personas donde estas se encuentren", comenzando por los "distraídos" de una cultura popular que no favorece los vínculos personales, siguiendo por los "anónimos", perdidos en una maraña de información y soledad, por la juventud, los jóvenes adultos, las parejas comprometidas, por los matrimonios jóvenes, las familias jóvenes, parejas de mayor edad y adultos, y familias que viven en circunstancias especiales. El Cardenal Wuerl subraya aquí la importancia de la vida parroquial para sostener a las familias en la situación en que se encuentren.

 

4°: Recursos

El documento ofrece enlaces que llevan a innumerables recursos para fortalecer los vínculos matrimoniales y familiares, generados por USCCB, por la Arquidiócesis de Washington, y por diversos movimientos eclesiales.

Al cierre del escrito, el Cardenal Wuerl reflexiona: "Amoris Laetitia es un llamado al acompañamiento fraterno, ayudando a todos a experimentar el amor y la misericordia de Cristo. Ni la exhortación, ni este plan pastoral presentan una lista de respuestas a cada cuestión. Más bien, ambos constituyen un llamado a un enfoque pastoral en relación a muchas personas, casadas, solteras y divorciadas, que luchan haciendo frente a dificultades en la vida, la doctrina de la Iglesia y su deseo de reconciliar estas realidades".

El documento cierra con un agradecimiento a Dios por la guía que ofrece a través de la Iglesia, "y particularmente de nuestro Santo Padre, el Papa Francisco".

A través de este enlace se puede acceder a la exhortación apostólica Amoris Laetitia.

A través de este enlace se accede al Plan Pastoral de implementación de Amoris Laetitia en la Arquidiócesis de Washington.

 

 

13/03/2018-16:41
Antonio Rivero

Padre Antonio Rivero: "¿Qué es la hora de Dios?"

 

V DOMINGO DE CUARESMA

Ciclo B

Textos: Jr 31, 31-34; Hb 5, 7-9; Jn 12, 20-33

Antonio Rivero, legionario de Cristo, Doctor en Teología Espiritual, profesor en el Noviciado de la Legión de Cristo en Monterrey (México) y asistente del Centro Sacerdotal Logos en México y Centroamérica, para la formación de sacerdotes diocesanos

Idea principal: Ya va llegando la Hora de Jesús.

Síntesis del mensaje: En tres domingos sucesivos la liturgia nos presenta unos símbolos para entender mejor el misterio de la Pascua del Señor, la Hora de Jesús: el templo que Él reedificará en tres días (domingo 3), la serpiente levantada que cura a quien la mira con fe (domingo 4) y hoy el grano de trigo. Misterio pascual que implica muerte y resurrección.

 

Puntos de la idea principal:

En primer lugar, hace más de 2.000 años le llegó la Hora a Dios: "Ha llegado la hora...me siento agitado. ¿Le pido al Padre que pare el reloj del Plan de salvación?" (evangelio). Gritó, lloró (segunda lectura). Pero el Padre no movió el dedo, no paró el reloj, no adelantó las manecillas. Simplemente, dejó que se cumpliera la Hora. Y el Hijo fue detenido, procesado, condenado, ejecutado. Así se cumplió la Hora de la salvación del género humano. No es la hora del calendario civil. Es la Hora en lengua bíblica, es decir, el designio de Dios, el plan de Dios, en una palabra, la voluntad de Dios. Y Jesús afrontó esa Hora con decisión, con valentía, con obediencia, con amor, pero sin ahorrar dolor y sufrimiento en el cuerpo, en el alma, en el espíritu.

En segundo lugar, muchos de nuestros hermanos están atravesando en este momento la Hora amarga: sufrimientos personales, familiares, sociales, políticos, económicos, nacionales, internacionales, planetarios. Hora permitida por Dios, pero muchas veces querida por hombres sin escrúpulos y sin el santo temor. Ya apuntó el Papa Francisco algunas de esas espinas en su exhortación "Evangelii gaudium": economía de la exclusión, idolatría del dinero, dinero que gobierna en vez de servir, inequidad que genera violencia, persecución de cristianos, indiferencia relativista, familias destruidas y frágiles en sus vínculos. Otras cruces duras que son el pan nuestro de cada día. ¿Qué le digo yo a una viuda de corazón enlutado, al padre de cinco hijos condenado a muerte de cáncer, a la muchachita a quien el muy galán dejó al pie del altar vestida y alborotada, a la familia con hijo drogadicto o en la cárcel, al...? No bastan consejitos analgésicos y euforizantes. Mis hermanos y yo, querríamos que esa Hora pasase ya. Pero, ¿lo querrá Dios? Nuestro Padre Dios en respuesta a este deseo envía a su Hijo al sufrimiento; llegó el Hijo y cargó con la cruz sin rechistar, pues era la Hora del Padre para salvarnos. El cristiano aprendió así el sentido que el Hijo dio al sufrimiento: purificador de los pecados propios, redentor de las almas, colaboradores con Él en la salvación de los hombres. Por tanto, la Hora del sufrimiento es, en efecto, la hora de la verdad, de esas grandes verdades.

Finalmente, también a nosotros tarde o temprano nos llega la Hora. Cada quien piense cuál es su Hora, si está bien la manecilla del propio reloj que marcará la Hora de Dios, qué color tiene el reloj que marcará esa Hora de Dios. Cada quién piense si algún Vesubio ha explotado o está a punto de explotar en su vida o en la vida de su familia, lanzando al cielo rocas como aeróstatos de fuego, como aquel Vesubio del 24 de agosto del año 79 d.C. en Nápoles, cuyos aeróstatos caían a plomo sobre los campos como bombas de napalm, y donde la torrentera de lava entró invasora por las calles, plazas y casas de Satabiae —las termas placenteras-, Pompeia —las salas de fiesta- y Herculanum —el comercio-; y donde "trenes" de nubes cargadas de cenizas descargaron sobre esas tres ciudades, las sepultaron bajo seis metros de pavesas y por 1.600 años desaparecieron de la memoria de los hombres. Sí, la Hora de Dios es terrible, incomprensible, pero necesaria y debe cumplirse. El sufrimiento y la muerte son un trámite para la resurrección, la eternidad y la gloria. Por tanto, la Hora de Dios es la Hora del Padre lleno de ternura y misericordia que busca la oveja perdida y salva a la pecadora arrepentida.

Para reflexionar: ¿Cómo reacciono ante la Hora de Dios en mi vida: con amor y obediencia como Jesús; o con rebeldía y disgusto? ¿Dejo a Dios Padre que marque la Hora en mi vida o le impongo la hora que yo quiero?

Para rezar: Señor, que se cumpla en mí tu Hora, cuando tú quieras, donde tú quieras, como tú quieras y el tiempo que tú quieras. Quiero parecerme a tu Hijo Jesús y a tantos de tus amigos, los santos y santas. Amén.

 

 

13/03/2018-07:31
Isabel Orellana Vilches

Beato Giacomo Cusmano, 14 de marzo

«Este fundador e impulsor de diveras obras apostólicas, padre de los pobres y médico de profesión, nunca quiso la caridad del oro, del dinero, sino el oro de la caridad para llegar al corazón de los pecadores y conducirlos a Cristo»

125 años de su muerte se cumplieron en 2013. Y en este largo siglo transcurrido desde su deceso, la largueza evangélica que caracterizó su vida no ha hecho más que crecer. Nació el 15 de marzo del año 1834 en Palermo, Italia. Pertenecía a una acomodada familia. Fue el penúltimo de cinco hermanos. A los 3 años perdieron a su madre víctima de una epidemia de cólera. Una de las hermanas, Vincenzina, que era entonces una adolescente, contando con ayuda familiar se ocupó de los pequeños a quienes instruyó en las verdades de la fe. Giacomo, en particular, se sintió especialmente llamado a paliar el sufrimiento de los pobres; en ellos, y a pesar de su corta edad, veía a Cristo. Tuvo claro que la mejor vía para darles consuelo y asistencia era ser misionero. Este deseo, que acarició a lo largo de su infancia y adolescencia, reportaría incontables bendiciones. Su proverbial generosidad era tal, que tuvieron que poner a buen recaudo la llave de la despensa familiar porque repartía las viandas entre los indigentes. Y otro tanto hacía con prendas personales de abrigo, y su calzado.

Cursó estudios en el colegio Máximo, regido por los padres jesuitas y después se matriculó en la facultad de medicina. A los 21 años era un flamante médico dispuesto a sanar las lesiones físicas de los enfermos. Pudo haber gozado de privilegios, pero eligió a los menesterosos, y así lo hizo notar a su confesor. Éste le hizo pasar por la prueba, difícil para Giacomo en ese momento, de rasurarse la cuidada barba, cortarse el cabello y vestir toscamente, como lo hacían entonces muchos sacerdotes, lo cual suponía quedar a merced de las chanzas de sus contemporáneos. Pero él lo aceptó. Entendió que si iba a ocuparse de los indigentes, tenía que ponerse a su nivel.

Estudió teología y se dedicó a impartir catequesis. Su tarea, al ser guiada por el genuino espíritu evangélico, tuvo un sesgo de generosidad admirable. Los pobres encontraron en él a un profesional de la medicina que curaba sus heridas aunque no tuviesen medios para costear el tratamiento. Sin embargo, para una persona tan entregada como él, el ejercicio de la profesión se quedaba corto. Tenía el anhelo de llevar a todos a Cristo: «Sentí en mi alma el deseo de consagrarme a los pobres, para hacer propias sus miserias, para sacarlos de los terribles sufrimientos y acercarlos a Dios». No quería «la caridad del oro», del dinero, sino «el oro de la caridad». Con éste si podía llegar a las almas de los pecadores.

En su corazón resonaban las noticias que había oído en el convento de los padres jesuitas acerca de las grandes y sencillas gestas de los misioneros que evangelizaban América del Sur. Menos aún olvidaba su intento fracasado de haber partido a misiones en 1850 sin haber comunicado nada a su familia, y cómo su hermano Pedro, que conoció sus intenciones, impidió que se embarcara cuando estaba a punto de emprender el viaje. Había llegado el momento de dar ese paso que se le pedía, y confió a Vincenzina su deseo de consagrarse como fraile capuchino. Monseñor Turano, al que sometió su parecer, le animó a ser sacerdote. Fue ordenado en 1860. Su parroquia, los «Santos Cuarenta Mártires» de Palermo, rápidamente fue conocida por la excelsa labor caritativa que llevó a cabo como médico y como presbítero. Mientras, realizaba mortificaciones y penitencias. Tenía arte para recabar la ayuda de los pudientes y no le faltó su apoyo.

Un día de 1865, almorzando en casa de un amigo, reparó en el recipiente que el anfitrión colocó en el centro de la mesa, y en el que cada uno de los comensales depositaba una porción de comida que se destinaría después para dar de comer a los pobres. Con esa idea, en 1867 creó la Asociación del Bocado del Pobre. Lo hizo contra viento y marea, porque no todos estaban de acuerdo con el proyecto. La integraron sacerdotes y laicos de ambos sexos que colaboraban con él, y contó con la bendición de Pío IX. En 1870, Cusmano puso bajo el amparo de San José su obra. «Los que no pertenecen a nadie, son nuestros», repetía a los suyos.

El rápido crecimiento de esta asociación, la masiva afluencia de necesitados, junto a otras muchas dificultades que fueron apareciendo de forma incesante, le afectó espiritualmente. Su confianza se tambaleó en cierto sentido, al punto de pensar que en manos de otra Orden todo iría mejor. Orgullo y sentimiento de incapacidad es todo lo que tuvo ante sus ojos, con un sutil disfraz: considerar su indignidad para cumplir la voluntad divina. En suma, pensaba que el impedimento para que todo fuese bien era él mismo, y creyó que era mejor buscar la soledad, relegando su responsabilidad. Pero una noche de 1878, la Virgen, en un sueño le conformó y le animó a continuar su obra, haciéndole ver que todo lo que necesitaba era a su Hijo, el Niño Jesús que Ella portaba en sus brazos. Y Giacomo siguió adelante, contrito y gozoso, sin volver a dudar de que haciendo lo que se traía entre manos cumplía los designios de Dios.

Para poder ayudar a los indigentes convenientemente, en 1880 fundó las Siervas y los Siervos de los Pobres. Fue el impulsor de hospitales, casas destinadas a ancianos que vivían en el más completo abandono y no tenían medios para sobrevivir, y a huérfanos. Advirtió a los suyos: «No hagáis diferencias entre el Cristo sacramento y el Cristo en el pobre». León XIII, con el que mantuvo una audiencia privada, ensalzó su labor. Murió el 14 de marzo de 1888 de una pleuresía. Juan Pablo II lo beatificó el 30 de octubre de 1983.