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La mujer: una de las prioridades del Papa Francisco en su magisterio

 

Al concluir los trabajos de la Asamblea Plenaria, el Papa habló improvisando con los miembros de la CAL; y les recomendó tres criterios hermenéuticos

 

 

11 marzo 2018, 16:09 | Patricia Ynestroza -Ciudad del Vaticano


 

 

“La mujer como pilar en la edificación de la Iglesia y construcción de la sociedad latinoamericana”.  El Papa ha escogido este tema para la asamblea plenaria de la Pontificia Comisión porque es una de sus grandes prioridades.

Cuatro días de Asamblea Plenaria, donde como dijo Guzmán Carriquirry, los cardenales y obispos miembros fueron acompañados por quince personalidades femeninas de América Latina para discutir el papel de la mujer en la Iglesia y en la sociedad, el secretario de la Pontificia Comisión para América Latina, CAL, dijo que hubo un intercambio marcado una gran cordialidad, gran seriedad y responsabilidad de parte de todos los participantes.

El Papa Francisco dio a los miembros de la CAL tres criterios hermenéuticos que él considera fundamentales para afrontar el tema de la atención pastoral a las mujeres.

En primer lugar, se refirió a la Génesis, a los relatos del libro que habla de la Creación.  La génesis llena de mitos, dijo el Pontífice, pero mitos considerados como fuentes de conocimiento. Y entre ellos el Santo Padre se detuvo en destacar el estupor del varón cuando se encuentra con la mujer, carne de su carne, pero diversa. De aquí parte una reflexión más profunda sobre la mujer.

Después destacó el criterio hermenéutico del mestizaje.  Está claro que, en América Latina, los pueblos están conformados por un mestizaje aún no acabado, desigual, porque aún no ha incorporado todas las distintas razas. La mujer latina es hija de ese mestizaje, muchas veces generado por la violencia. Pero el Papa nos dio ese criterio para seguir profundizando sobre la realidad de la mujer latina en América Latina.

El tercer criterio, es el hecho que la Iglesia es mujer, no se dice el Iglesia, sino La Iglesia. Al concluir su discurso, completamente improvisado, el Papa pidió a los presentes rezar todos juntos un Ave María dedicado a la Virgen de Guadalupe nuestra Virgencita mestiza.