Servicio diario - 12 de diciembre de 2017


 

Virgen de Guadalupe: "De ella queremos aprender a ser Iglesia con rostro mestizo"
Rosa Die Alcolea

Navidad: Celebraciones litúrgicas presididas por el Papa Francisco
Redacción

Bolivia: El presidente Morales irá al Vaticano el 15 diciembre
Anne Kurian

Cinco años para @Pontifex: la evangelización del Papa en Twitter
Anne Kurian

Nigeria: El Papa recibió al embajador Godwin George Umo
Rosa Die Alcolea

Dicasterio para los Laicos, Familia y Vida: Presenta un informativo mensual
Rosa Die Alcolea

Mons. Gallagher: Intervención en la Organización de Seguridad y Cooperación en Europa
Rosa Die Alcolea

Padre Antonio Rivero: "Alegraos, os lo repito, alegraos..."
Antonio Rivero

Beato Juan Marinoni, 13 de diciembre
Isabel Orellana Vilches


 

 

12/12/2017-18:33
Rosa Die Alcolea

Virgen de Guadalupe: "De ella queremos aprender a ser Iglesia con rostro mestizo"

(ZENIT — 12 Dic. 2017).- "La Madre de Dios es figura de la Iglesia y de ella queremos aprender a ser Iglesia con rostro mestizo, con rostro indígena, afroamericano, rostro campesino, rostro cola, ala, cacaxtle", ha dicho el Papa Francisco.

El Santo Padre ha celebrado la Eucaristía en la Basílica Vaticana hoy, 12 de diciembre de 2017, con ocasión de la Fiesta litúrgica de la Beata Virgen María de Guadalupe.

"La Madre de Dios es figura de la Iglesia (Lumen Gentium, 63) y de ella queremos aprender a ser Iglesia con rostro mestizo, con rostro indígena, afroamericano, rostro campesino, rostro cola, ala, cacaxtle. Rostro pobre, de desempleado, de niño y niña, anciano y joven para que nadie se sienta estéril ni infecundo, para que nadie se sienta avergonzado o poca cosa", ha señalado el Papa.

En la homilía, Francisco hace un paralelismo entre Isabel y el indio Juan Diego, dos personajes que se sintieron "poca cosa" a los ojos de la Virgen: "Así podemos vislumbrarlo en el indiecito Juan Diego cuando le dice a María «yo en verdad no valgo nada, soy mecapal, soy cacaxtle, soy cola, soy ala, sometido a hombros y a cargo ajeno, no es mi paradero ni mi paso allá donde te dignas enviarme»".

«¿Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a visitarme?», son las palabras de Isabel, "la mujer marcada por el signo de la esterilidad, la encontramos cantando bajo el signo de la fecundidad y del asombro", señala el Papa Francisco.

El Papa ha subrayado dos aspectos: Isabel, la mujer bajo el signo de la esterilidad y bajo el signo de la fecundidad.

En medio de esta dialéctica de fecundidad—esterilidad, el Santo Padre ha animado a mirar la riqueza y la diversidad cultural de nuestros pueblos de América Latina y el Caribe, "ella es signo de la gran riqueza que somos invitados no sólo a cultivar sino, especialmente en nuestro tiempo, a defender valientemente de todo intento homogeneizador que termina imponiendo —bajo slogans atrayentes— una única manera de pensar, de ser, de sentir, de vivir, que termina haciendo inválido o estéril todo lo heredado de nuestros mayores; que termina haciendo sentir, especialmente a nuestros jóvenes, poca cosa por pertenecer a tal o cual cultura".

RD

Publicamos a continuación la homilía que el Papa ha pronunciado en la Santa Misa:

 

Homilía del Papa Francisco

El Evangelio que acaba de ser proclamado es el prefacio de dos grandes cánticos: el cántico de María conocido como el «Magníficat» y el cántico de Zacarías, el «Benedictus », y me gusta llamarlo «el cántico de Isabel o de la fecundidad». Miles de cristianos a lo largo y ancho de todo el mundo comienzan el día cantando: «Bendito sea el Señor» y terminan la jornada «proclamando su grandeza porque ha mirado con bondad la pequeñez de los suyos». De esta forma, los creyentes de diversos pueblos, día a día, buscan hacer memoria; recordar que de generación en generación la misericordia de Dios se extiende sobre todo el pueblo como lo había prometido a nuestros padres. Y en este contexto de memoria agradecida brota el canto de Isabel en forma de pregunta: «¿Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a visitarme?». A Isabel, la mujer marcada por el signo de la esterilidad, la encontramos cantando bajo el signo de la fecundidad y del asombro.

Quisiera subrayar estos dos aspectos. Isabel, la mujer bajo el signo de la esterilidad y bajo el signo de la fecundidad.

1. Isabel la mujer estéril, con todo lo que esto implicaba para la mentalidad religiosa de su época, que consideraba la esterilidad como un castigo divino fruto del propio pecado o el del esposo. Un signo de vergüenza llevado en la propia carne o por considerarse culpable de un pecado que no cometió o por sentirse poca cosa al no estar a la altura de lo que se esperaba de ella. Imaginemos, por un instante, las miradas de sus familiares, de sus vecinos, de sí misma... esterilidad que cala hondo y termina paralizando toda la vida. Esterilidad que puede tomar muchos nombres y formas cada vez que una persona siente en su carne la vergüenza al verse estigmatizada o sentirse poca cosa.

Así podemos vislumbrarlo en el indiecito Juan Diego cuando le dice a María «yo en verdad no valgo nada, soy mecapal, soy cacaxtle, soy cola, soy ala, sometido a hombros y a cargo ajeno, no es mi paradero ni mi paso allá donde te dignas enviarme». Así también este sentimiento puede estar —como bien nos hacían ver los obispos Latinoamericanos— en nuestras comunidades «indígenas y afroamericanas, que, en muchas ocasiones, no son tratadas con dignidad e igualdad de condiciones; o en muchas mujeres, que son excluidas en razón de su sexo, raza o situación socioeconómica; jóvenes, que reciben una educación de baja calidad y no tienen oportunidades de progresar en sus estudios ni de entrar en el mercado del trabajo para desarrollarse y constituir una familia; muchos pobres, desempleados, migrantes, desplazados, campesinos sin tierra, quienes buscan sobrevivir en la economía informal; niños y niñas sometidos a la prostitución infantil, ligada muchas veces al turismo sexual».

2. Y junto a Isabel, la mujer estéril, contemplamos a Isabel la mujer fecunda-asombrada. Es ella la primera en reconocer y bendecir a María. Es ella la que en la vejez experimentó en su propia vida, en su carne, el cumplimiento de la promesa hecha por Dios. La que no podía tener hijos llevó en su seno al precursor de la salvación. En ella, entendemos que el sueño de Dios no es ni será la esterilidad ni estigmatizar o llenar de vergüenza a sus hijos, sino hacer brotar en ellos y de ellos un canto de bendición. De igual manera lo vemos en Juan Diego. Fue precisamente él, y no otro, quien lleva en su tilma la imagen de la Virgen: la Virgen de piel morena y rostro mestizo, sostenida por un ángel con alas de quetzal, pelícano y guacamayo; la madre capaz de tomar los rasgos de sus hijos para hacerlos sentir parte de su bendición.

Pareciera que una y otra vez Dios se empecina en mostrarnos que la piedra que desecharon los constructores se vuelve piedra angular (cf. Sal 117,22).

Queridos hermanos, en medio de esta dialéctica de fecundidad—esterilidad miremos la riqueza y la diversidad cultural de nuestros pueblos de América Latina y el Caribe, ella es signo de la gran riqueza que somos invitados no sólo a cultivar sino, especialmente en nuestro tiempo, a defender valientemente de todo intento homogeneizador que termina imponiendo —bajo slogans atrayentes— una única manera de pensar, de ser, de sentir, de vivir, que termina haciendo inválido o estéril todo lo heredado de nuestros mayores; que termina haciendo sentir, especialmente a nuestros jóvenes, poca cosa por pertenecer a tal o cual cultura. En definitiva, nuestra fecundidad nos exige defender a nuestros pueblos de una colonización ideológica que cancela lo más rico de ellos, sean indígenas, afroamericanos, mestizos, campesinos, o suburbanos.

La Madre de Dios es figura de la Iglesia (Lumen Gentium, 63) y de ella queremos aprender a ser Iglesia con rostro mestizo, con rostro indígena, afroamericano, rostro campesino, rostro cola, ala, cacaxtle. Rostro pobre, de desempleado, de niño y niña, anciano y joven para que nadie se sienta estéril ni infecundo, para que nadie se sienta avergonzado o poca cosa. Sino, al contrario, para que cada uno al igual que Isabel y Juan Diego pueda sentirse portador de una promesa, de una esperanza y pueda decir desde sus entrañas: «¡Abba!, es decir, ¡Padre!» (Ga 4,6) desde el misterio de esa filiación que, sin cancelar los rasgos de cada uno, nos universaliza constituyéndonos pueblo. Hermanos, en este clima de memoria agradecida por nuestro ser latinoamericanos, cantemos en nuestro corazón el cántico de Isabel, el canto de la fecundidad, y digámoslo junto a nuestros pueblos que no se cansan de repetirlo: Bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

© Librería Editorial Vaticano

 

 

12/12/2017-18:42
Redacción

Navidad: Celebraciones litúrgicas presididas por el Papa Francisco

Domingo 24 de diciembre de 2017

SOLEMNIDAD DE LA NATIVIDAD DEL SEÑOR

Capilla Papal

Basilica Vaticana, 21:30 horas

El Santo Padre Francisco celebrará la Misa del Gallo en la solemnidad de la Natividad
del Señor.
La celebración eucarística estará precedida por el canto de Kalenda.

* * *

Lunes 25 de diciembre de 2017

SOLEMNIDAD DE LA NATIVIDAD DEL SEÑOR

Balcón central de la Basílica Vaticana, 12 horas

El Santo Padre Francisco dirigirá su mensaje de Navidad al mundo e impartirá la bendición Urbi et Orbi.

* * *

Domingo 31 de diciembre de 2017

SOLEMNIDAD DE MARÍA SANTÍSIMA MADRE DE DIOS

Basílica Vaticana, 17 horas

El Papa Francisco celebrará las primeras vísperas de la solemnidad de María Santísima Madre de Dios, a las que seguirá la exposición del Santísimo Sacramento, el canto tradicional del himno Te Deum en el final del año calendario, y la bendición eucarística.

* * *

Lunes 1 de enero de 2018

SOLEMNIDAD DE MARÍA SANTÍSIMA MADRE DE DIOS

Capilla Papal

Basílica Vaticana, 10 horas

El Santo Padre Francisco celebrará la Misa en la solemnidad de María Santísima, Madre de Dios, en la octava de Navidad, cuando se celebra la LI Jornada Mundial de la Paz sobre el tema: "Emigrantes y refugiados: hombres y mujeres en busca de paz".

* * *

Sábado 6 de enero de 2018

SOLEMNIDAD DE LA EPIFANÍA DEL SEÑOR

Capilla Papal

Basílica Vaticana, 10 horas

El Santo Padre Francisco celebrará la Santa Misa en la solemnidad de la Epifanía del Señor.

 

 

12/12/2017-18:59
Anne Kurian

Bolivia: El presidente Morales irá al Vaticano el 15 diciembre

(ZENIT — 12 Dic. 2017).- El Papa Francisco recibirá al presidente de Bolivia Evo Morales en el Vaticano en la mañana del viernes 15 de diciembre de 2017, anunció hace tres días la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

Esta no es la primera visita del presidente boliviano al Vaticano: ya fue recibido por el Papa argentino el 15 de abril de 2016, como parte de un simposio organizado por la Academia Pontificia de Ciencias Sociales con los movimientos sociales. Del mismo modo, se encontraron en el pequeño estado el 28 de octubre de 2014.

El presidente Morales recibió más tarde al Papa Francisco durante su visita apostólica a su país del 8 al 10 de julio de 2015.

El 17 de mayo de 2010, Evo Morales, en el cargo desde 2006, fue recibido por Benedicto XVI, intercambiando con él sobre la "protección del medio ambiente" y la "defensa de los derechos de los más débiles".

 

 

12/12/2017-19:15
Anne Kurian

Cinco años para @Pontifex: la evangelización del Papa en Twitter

(ZENIT — 12 Dic. 2017).- "Gracias a todos los que siguen @Pontifex que hoy cumple cinco años. ¡Que las redes sociales sean lugares ricos en humanidad!" publicó el Papa Francisco hoy, 12 de diciembre de 2017, a mediodía en Twitter.

Cinco años después de la apertura de la cuenta @Pontifex en Twitter, bajo el pontificado de Benedicto XVI del 12 de diciembre de 2012, el Papa Francisco ahora es seguido por 40 millones de personas, en nueve idiomas.

Mons. Angelo Becciu, sustituto de los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado, evoca este instrumento de "evangelización" papal en Radio Vaticana.

El Arzobispo recuerda la inauguración de la cuenta: "El Papa Benedicto se sentía un poco incómodo, dudando en presionar las teclas de la tableta. Pero, al mismo tiempo, lo vi feliz: feliz de poder dialogar con los cibernautas, de ser parte de la nueva ola de comunicadores modernos".

"¿Qué mejor manera de llegar a muchas personas y difundir la palabra de Dios?" Mons. Becciu dijo que si el Papa argentino "no está familiarizado con estas nuevas tecnologías, está interesado. ¡Quiere ver, mantenerse informado, lee este instrumento! ... Lee los tweets que publica y los aprueba con gran entusiasmo".

"Creo", agrega, "que el Papa es consciente de ser el evangelizador, el primer misionero en el mundo. Y para él ... todos los instrumentos que pueden traer su palabra evangelizadora son buenos. Twitter es hoy en día "un instrumento casi indispensable, único: no podemos prescindir de él".

 

 

12/12/2017-11:06
Rosa Die Alcolea

Nigeria: El Papa recibió al embajador Godwin George Umo

(ZENIT — 12 Dic. 2017).- El pasado 9 de diciembre de 2017, el Papa Francisco recibió en audiencia a Godwin George Umo, embajador de Nigeria ante la Santa Sede, con motivo de la presentación de sus cartas credenciales.
Sigue una breve biografía del nuevo embajador.

 

Godwin George Umo
Embajador de Nigeria ante la Santa Sede

Nació el 15 de agosto de 1956. Está casado y tiene hijos. Sabe hablar inglés

Asistió a la Escuela Militar Nigeriana en Zaria (1970-1974). Comenzó su formación como cadete oficial en la Academia de Defensa de Nigeria (NDA) en Kaduna y se graduó en 1977. Joven oficial, se licencia en Ingeniería Electrónica y de Telecomunicaciones en la Universidad Albafemi Awolowo en Ile-Ife. (1978 a 1981).

Ha sido comandante de la 51.a división en Kaduna (1990-1991), Comandante de Campo en funciones (1992-1993) e Instructor en el equipo del Colegio de Comando FFAA en Jaji (1993-1995). También Comandante del Regimiento en Jos (1995-1996), Comandos de la Oficina de Comunicaciones de ECOMOG en Liberia (1996-1998) e Instructor Jefe de la Escuela de Señalización del Ejército de Nigeria en Lagos (1999-2001).

Asimismo, ocupó el cargo de Primer oficial del equipo de coordinación de la Academia de Defensa de Nigeria en Kaduna (2002-2003); Director de formación, con rango de brigadier general, del ejército nigeriano en Abuja (2006-2007); Director de Estándares de Calificación de Combate en la sede de Abuja (2007-2008); Director de Relaciones Cívico-Militares en el Comando de Defensa, Abuja (2008) Comandante del Centro de Formación del Ejército de Nigeria, Kontagor (2008-2009) Jefe del Comité para un sistema integrado de seguridad de las comunicaciones (2009) y Director de Comunicaciones, Cuerpo de Señalización del Ejército de Nigeria, Apapa, Lagos (2009- 2010).

El embajador de Nigeria fue Director del Centro de Simulación de las Fuerzas Armadas, FFAA, en Jaji (2010-2011), trabajó en comisión de servicio para cursos y gestión del gobierno en el Institute of Management Systems en Londres (2011-2014), en comisión de servicio en espera de la convocatoria para un programa de estrategias en la Universidad de Ibadan (2015-2016), actualmente es hotelero y preside la Iglesia Pentecostal Unida de Nigeria.

 

 

12/12/2017-12:28
Rosa Die Alcolea

Dicasterio para los Laicos, Familia y Vida: Presenta un informativo mensual

(ZENIT — 12 Dic. 2017).- El Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida presenta su primer informativo, titulado "Buenas noticias".

El noticiario está disponible en cinco idiomas en el canal de YouTube del Dicasterio. El boletín se publicará online mensualmente, para conocer y dar a conocer las actividades del Dicasterio.

Este primer número es una edición especial que recoge las buenas noticias de los últimos dos meses y los eventos extraordinarios como la visita del Papa Francisco al Dicasterio, los compromisos del prefecto Kevin Farrell, las actividades del secretario P. Alexandre Awi Mello, el nombramiento de los subsecretarios y las misiones de los oficiales.

También se informa sobre las visitas 'ad limina' de los obispos de todo el mundo, las noticias de las asociaciones y movimientos; el punto del trabajo en que se encuentra el próximo Encuentro Mundial de familias en Dublín y de la Jornada Mundial de la Juventud en Panamá.

"Es una pequeña herramienta de comunicación, dice el prefecto en su mensaje de bienvenida. Encontrará bienvenida y simpatía, podrá entrar en círculo virtuoso de intercambio de información y capacitación sobre las buenas prácticas del pueblo de Dios, prestando especial atención a las familias y al complejo tema de la vida, desde la concepción hasta la muerte natural", se explica en la página web del Dicasterio.

 

 

12/12/2017-11:57
Rosa Die Alcolea

Mons. Gallagher: Intervención en la Organización de Seguridad y Cooperación en Europa

(ZENIT — 12 Dic. 2017).- Mons. Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados, señaló que "Para lograr el bien de la paz es necesario ante todo educar para ella, abandonando una cultura del conflicto, que tiende al miedo del otro".

Discurso pronunciado el pasado 7 de diciembre por el Secretario para las Relaciones con los Estados, Mons. Paul R. Gallagher, durante el )0(V Consejo ministerial de la Organización de Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), celebrado en Viena durante los días 7 y 8 diciembre 2017.

Por lo tanto —indicó Mons. Gallagher— "mi Delegación sostiene que la seguridad solo será efectiva y duradera si las iniciativas de control de armamentos y prevención y resolución de conflictos, que son propias de la OSCE, van de la mano con los avances más amplios apropiados en cada una de los tres 'cestos' de la OSCE".

"La seguridad y la cooperación entre los Estados solo pueden mantenerse si no se basan en la capacidad política y estratégica, sino en la justicia, la solidaridad y el respeto de los derechos humanos universales y las libertades fundamentales", señaló el Secretario Gallagher. "Si queremos buscar la paz verdadera, la dignidad inherente de cada persona humana, de la cual derivan sus derechos inalienables, debe seguir siendo nuestro punto de partida".

 

Discurso de Mons. Paul R. Gallagher

Sr. Presidente,

Quisiera empezar por extender a esta 24a reunión del Consejo Ministerial los mejores deseos de Su Santidad el Papa Francisco, quien asegura a toda la familia de la OSCE su cercanía y oraciones.

Además, deseo expresar mi gratitud y la de mi delegación al Presidente en ejercicio, Su Excelencia Sebastian Kurz, Ministro Federal para Europa, Integración y Asuntos Exteriores de la República de Austria, así como a toda Presidencia en ejercicio austríaca de la OSCE en 2017, por sus esfuerzos durante el transcurso de este año y su generosa hospitalidad durante estos días en la ciudad de Viena. Esperemos que el "espíritu diplomático" que toma su nombre de esta Capital guíe nuestras deliberaciones hacia un resultado exitoso.

 

Retos y oportunidades renovadas

El año en curso ha confirmado que los desafíos a la seguridad y la estabilidad que enfrentan los Estados participantes de la OSCE son numerosos, incluidos los conflictos prolongados, "congelados", que datan de décadas, los conflictos más recientes, aunque no menos graves, y los ataques terroristas y otros episodios de la violencia impulsada por VERLT. [1] La Santa Sede está preocupada por lo que considera un endurecimiento de los corazones hacia el "forastero" [2] especialmente hacia los migrantes y refugiados, pero también hacia aquellos que por "raza, sexo, idioma o religión" [3] ser víctimas de discriminación injusta.

También se debe reconocer que hay desafíos dentro de nuestra Organización. Los arduos debates sobre el nombramiento de los cuatro altos funcionarios, combinados con los constantes desafíos para la adopción oportuna del presupuesto anual unificado y los progresos necesarios en la revisión de la Escala de Contribuciones de la OSCE y el marco jurídico de la Organización, dejan claro que no todo es lo que debería ser en el trabajo y la actividad cotidiana de la OSCE.

Sin embargo, incluso si los desafíos son muchos, y las probabilidades parecen contra nosotros, me complace confirmar una vez más que la Santa Sede cree en la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa. La OSCE puede y debe desempeñar un papel decisivo en la provisión de seguridad y estabilidad en su área y más allá, fiel a su naturaleza y misión de acuerdo de seguridad regional. Su extenso acquis de compromisos adoptados por consenso y su "caja de herramientas" en la prevención y resolución de conflictos es insuperable y permite a los 57 Estados participantes analizar, debatir y abordar los desafíos.

 

Confianza y diálogo

La confianza de la Santa Sede en la OSCE se basa en su adhesión y proclamación sin fin de "el Evangelio de la paz" (Efesios 6:15). Esto significa que la Santa Sede siempre está dispuesta a cooperar con todas las autoridades nacionales e internacionales, así como con todas las demás partes y sujetos interesados, para salvaguardar el inmenso bien universal que es la paz. Como afirmó el Papa Pablo VI, " La paz... no se construye solamente mediante la política y el equilibrio de las fuerzas y de los intereses. Se construye con el espíritu, las ideas, las obras de la paz." [4]. De hecho, la construcción y consolidación de la paz es una obligación moral, una responsabilidad urgente que debe ser reforzada por una cultura de confianza basada en el diálogo verdadero.

Como ha señalado el Papa Francisco, lograr la paz requiere algo más fundamental que simplemente eliminar armas: "Para lograr el bien de la paz es necesario ante todo educar para ella, abandonando una cultura del conflicto, que tiende al miedo del otro". [5] Por lo tanto, mi Delegación sostiene que la seguridad solo será efectiva y duradero si las iniciativas de control de armamentos y prevención y resolución de conflictos, que son propias de la OSCE, van de la mano con los avances más amplios apropiados en cada una de los tres "cestos" de la OSCE.

Un elemento fundamental para el avance de la paz es la comprensión mutua, que exige ante todo una evaluación realista de las condiciones actuales de divergencia o conflicto, para confiar su solución a un diálogo paciente y constructivo. Esto exige un sacrificio por parte de los participantes para garantizar el éxito de las mejores opciones. Si el diálogo parece menos glorioso que luchar en el campo de batalla, su resultado -una paz justa y duradera- es mucho más beneficioso para cada una de las partes involucradas, incluidos los miles, incluso los millones, que podrían verse afectados, directa o indirectamente, por cualquier conflicto armado.

El enfoque integral de la seguridad y el diálogo inclusivo, abierto y transparente que caracteriza a la OSCE son vitales para la Santa Sede y siguen siendo uno de los principales motivos de nuestro compromiso continuo con la Conferencia sobre

Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE) y, posteriormente, con la OSCE. La naturaleza política de la Organización y sus reglas de adopción de decisiones han demostrado ser una gran fuerza y han permitido a los 57 Estados participantes llegar a un consenso sobre una gran cantidad de cuestiones que de otro modo simplemente hubiera sido imposible resolver. Sin embargo, para que el enfoque de la seguridad integral se convierta en realidad, la confianza debe ser el principio clave en el progreso de las relaciones entre los Estados, y sin duda entre los Estados participantes de la OSCE. Mi delegación sigue convencida de que, sin una comprensión adecuada de esta realidad, nuestra Organización tendrá grandes dificultades para encontrar las soluciones necesarias y los caminos a seguir, dados nuestros muchos desafíos.

 

La dimensión humana de la seguridad integral

Desde el Acta Final de Helsinki (HFA), los derechos humanos universales y las libertades fundamentales han sido reconocidos como "un factor esencial para la paz, la justicia y el bienestar necesarios para asegurar el desarrollo de relaciones amistosas y la cooperación entre ellos mismos como entre todos los Estados" [6]. La filosofía ética del HFA está justamente preocupada por el elemento humano de la paz y las relaciones internacionales. Esta es la razón por la cual la Santa Sede desea destacar una vez más la centralidad del "tercer ceso", a fin de desarrollar relaciones de amistad y cooperación entre los Estados participantes como entre todos los Estados, reflejando la complementariedad, la interdependencia y el refuerzo mutuo entre los derechos humanos y las libertades fundamentales, por una parte, y la seguridad, por otra.

La seguridad y la cooperación entre los Estados solo pueden mantenerse si no se basan en la capacidad política y estratégica, sino en la justicia, la solidaridad y el respeto de los derechos humanos universales y las libertades fundamentales. Si queremos buscar la paz verdadera, la dignidad inherente de cada persona humana, de la cual derivan sus derechos inalienables, debe seguir siendo nuestro punto de partida. Ciertamente, los derechos humanos y las libertades fundamentales no pueden separarse del deber de cada ciudadano de respetar los derechos de los demás y de cooperar a favor del bien común. Los derechos sin obligaciones correspondientes no son derechos en absoluto.

Mi delegación también desea recordar que todos los signatarios del MAH se han comprometido a reconocer la importancia universal de los derechos humanos y las libertades fundamentales y están obligados a cumplir los compromisos pertinentes, con la asistencia de las estructuras de la OSCE, de conformidad con sus mandatos. A este respecto, la Santa Sede sigue confiando en que la OSCE y sus estructuras concentrarán sus energías, esfuerzos y recursos en cumplir los compromisos que ya se han asumido, muchos de los cuales aún no se han aplicado, teniendo en cuenta que la interpretación unilateral o no consensuada no puede utilizarse de manera tal que conduzca a una modificación, anulación o transformación sustancial de los compromisos existentes de la OSCE. Por otro lado, sería recomendable reconocer que los llamamientos a ampliar los compromisos de la OSCE, sin reconocer el enfoque específico de la OSCE, pueden dar lugar a una dilución de los programas y proyectos de la OSCE, así como a una posible duplicación de actividades de otras organizaciones.

Para concluir, deseo renovar mi gratitud a la Presidencia austríaca por su liderazgo y los esfuerzos realizados durante el año pasado y expreso mis más sinceras esperanzas de éxito a la próxima Presidencia italiana, al tiempo que aseguro la cooperación y el apoyo constantes de la Santa Sede.

Gracias, Sr. Presidente.

 

[1] Violent Extremism and Radicalization that Lead to Terrorism

[2] Cf. PAPA FRANCISCO, Mensaje para la 104a Jornada mundial del emigrante y el refugiado 14 de enero de 2018

[3] Acta Final de Helsinki

[4] Papa Pablo VI, Discurso a la Organización de las Naciones Unidas, 4 de octubre de 1965

[5] Papa Francisco, Discurso ante el Consejo de Europa, 25 de noviembre de 2014

[6] Acta Final de Helsinki

© Librería Editorial Vaticano

 

 

12/12/2017-10:42
Antonio Rivero

Padre Antonio Rivero: "Alegraos, os lo repito, alegraos..."

Comentario litúrgico para el Domingo 3° de Adviento, ciclo B
17 de diciembre 2017
Textos: Is 61, 1-2.10-11; 1 Tes 5, 16-24; Jn 1, 6-8.19-28

Antonio Rivero, L.C. Doctor en Teología Espiritual, profesor en el Noviciado de la Legión de Cristo en Monterrey (México) y asistente del Centro Sacerdotal Logos en México y Centroamérica, para la formación de sacerdotes diocesanos.

Idea principal: ¡Alegraos! La verdadera alegría en la vida es Jesús que con su nacimiento viene a disipar las tinieblas del pecado y envolvemos en su luz maravillosa.

Síntesis del mensaje: a este domingo la Iglesia lo llama "Domingo Gaudéte", es decir, domingo del "Alegraos". Recibe ese nombre por la primera palabra en latín de la antífona de entrada, que dice: Gaudéte in Domino semper: íterum dico, gaudéte ("Estad siempre alegres en el Señor, os lo repito, estad alegres" Flp 4, 4.5). Las tinieblas que cubrían el Antiguo Testamento comenzaron a disiparse con la luz —tenue aún- de los profetas. Luego brilló la antorcha precursora —Juan-. Hasta que finalmente amaneció Cristo, Sol nacido de lo alto para iluminar a los que estaban sentados en las tinieblas de la muerte. La primitiva Iglesia nutrió su piedad en esta idea de Cristo-Luz. Y dicha piedad cristalizó en una fórmula del Concilio de Nicea inserta en el Credo: "Creo en un solo Señor Jesucristo...., Dios de Dios, Luz de Luz". Y con su Luz vino la alegría (segunda lectura, evangelio).

 

Puntos de la idea principal:

En primer lugar, alegrémonos, porque se acerca nuestro Salvador y Libertador. ¿De qué nos salva? (l a lectura). De las cadenas y grilletes a los que tal vez nuestra alma está atada y por eso no es libre para relacionarse en la oración humilde con ese Dios de la Salvación. De los miedos que nos paralizan y no nos dejan descubrir que ese Salvador es Padre y Amigo y Compañero de camino hacia la eternidad. De las tristezas que nos ahogan, que nos impiden sonreír al experimentar la ternura de ese Dios Libertador que viene con los despojos de su victoria en la mano después de una lucha terrible contra el enemigo de nuestra alma. De las falsas expectativas, ilusiones y guiños que nos hace este mundo y nuestros sueños fatuos, que nos pintan el seguimiento de Cristo como un camino de rosas, de éxitos y reconocimientos, cuando en realidad sabemos que debemos seguirle por un sendero de cruz, de esfuerzo, pero con Él a nuestro lado. De todo eso viene a salvarnos: de las falsas ideologías, de esperanzas disfrazadas, de sistemas socio-económicos esclavizantes e inhumanos, de nuestros ridículos e devoradores egoísmos, vanidades y ambiciones. Salvación completa, de cuerpo y alma y espíritu (segunda lectura).

En segundo lugar, alegrémonos porque vuelve a nacer el Sol de justicia que lanza su luz sobre nuestro mundo. ¿A dónde quiere llegar con su luz? A nuestra Iglesia en esta hora aciaga, pero al mismo tiempo entusiasmante y desafiadora, de su historia para que siga guardando con celo y cariño el depósito de la fe sin permitir elixires dulces o brebajes extraños. A nuestro mundo que se ufana de sus conquistas científicas, al margen de Dios e incluso en contra de Dios; y lo único que está pretendiendo es ser luciérnaga para sí mismo. A nuestras familias hoy bombardeadas y cuyos escombros no nos permiten ver la belleza de esta iglesia doméstica. A nuestros jóvenes que se preparan para un matrimonio fiel y feliz, para que tengan la luz y el discernimiento para dar ese paso noble en el proyecto de vida matrimonial según los designios de Dios. A nuestros seminaristas y sacerdotes para que descubren o redescubran la hermosura de la vocación de entrega alegre y gozosa al Señor en el celibato por el Reino de los cielos, y no busquen otras compensaciones mundanas o álibis, que nunca les harán felices por llevar una vida doble y no acorde a su consagración a Dios en santidad de vida. A nuestros ancianos, para que la Luz de Cristo les llene de esperanza y consuelo en esta etapa dorada de su existencia y puedan vislumbrar la eternidad en el ocaso de su vida. A nuestros hermanos más pobres y desfavorecidos, para que esa Luz de Cristo entre en los corazones de todos los que puedan socorrerles material, espiritual, moral y psicológicamente. Y, en fin, la luz de Cristo quiere llegar a todos: niños, artistas, comunicadores, literatos; al igual que el sol manda sus rayos a todos, así Cristo. Sólo quien no abre la ventana quedará en la oscuridad.

Finalmente, alegrémonos porque la Palabra de Dios se encarna y acampará entre nosotros. ¿Qué nos dirá esa Palabra? Dios es Amor y Padre. Bienaventurados los pobres, los mansos, los sufridos, los que tienen hambre y sed de la Voluntad de Dios, los puros, los misericordiosos, los pacificadores, los perseguidos. "Ameos unos a otros como Yo os he amado", repartiendo el pan con el necesitado, enjugando las lágrimas del que llora, consolando al triste, animando al desalentado y perdonando al enemigo.

Para reflexionar: ¿Vivo alegre en mi vida cristiana? ¿Quién es la fuente de mi alegría? ¿He abierto de par en par las puertas de mi existencia a la luz de Cristo o tengo algunas ventanas cerradas donde no ha entrado todavía esta luz de Cristo? ¿Cuáles: afectividad, voluntad, sentimientos, éxitos, fracasos...?

Para rezar: Señor, lléname de tu alegría y de tu luz. Señor, que sea portador a mi alrededor de tu alegría y de tu luz. Que mi alegría sea honda y profunda, fundamentada en Ti.

 

 

12/12/2017-08:17
Isabel Orellana Vilches

Beato Juan Marinoni, 13 de diciembre

«Considerado maestro de los teatinos. Colaborador y compañero del fundador de la Orden, san Cayetano de Thiene, fue un gran apóstol en Nápoles. Pensando en los pobres y desvalidos impulsó una importante red: los Montes de Piedad»

Hoy festividad de santa Lucía, también se celebra la vida del beato Marinoni, en el que pobres y desvalidos tuvieron uno de sus grandes valedores.

Nació en Venecia, Italia, el 25 de diciembre de 1490. Era hijo de una ilustre familia que poseía grandes bienes y que tenía sus raíces en Bergamo. Fue el benjamín de seis hermanos, y lo bautizaron con el nombre de Francisco. Su madre Elisabetta le transmitió su devoción por la Inmaculada. Creció en un hogar donde floreció la fe alumbrada en particular por el influjo de la piedad materna. Tres hermanas, que no contrajeron matrimonio, se dedicaron a las obras de caridad, y sus dos hermanos fueron sacerdotes.

Marinoni se convirtió en un joven atractivo, con innegable elegancia natural, que dejaba traslucir una educación exquisita a la que acompañaban sus finos modales. Cursó derecho en la universidad de Padua, pero desestimó la carrera judicial en la que hubiera llegado lejos, y optó por el sacerdocio. Renunció a su herencia y a sus privilegios, repartiendo parte de su bienes entre los pobres tras dejar otra porción en manos de su familia. Era integrante del clero en la colegiata de San Pantaleón, sacristán de la basílica de San Marcos —misión que ya ostentaba en 1515—, y uno de sus canónigos. Durante un tiempo fue capellán y superior del hospital de Incurables. En esta época combinó esta acción apostólica con la predicación y la enseñanza a los niños.

La fundación de Clérigos Regulares iniciada por san Cayetano de Thiene daba sus primeros pasos, y el beato, que quería consagrar su vida a Cristo como religioso, iba quedando seducido por ese carisma. Así que renunció a su canonjía y se integró en la Orden en 1528. Profesó en mayo de 1530 tomando el nombre de Juan. Le impuso el hábito Gian Pietro Carafa, obispo de Chieti y futuro pontífice Pablo IV, ante la presencia del fundador san Cayetano; a partir de entonces comenzó a colaborar estrechamente con él. De hecho, tres años más tarde, a solicitud del papa Clemente VII, ambos Cayetano y él —porque así lo juzgó el superior general Carafa considerándolo idóneo para acompañar al fundador—, se trasladaron a Nápoles y abrieron la primera casa. La establecieron en santa María de la Misericordia, reemplazada luego por el hospital de Incurables al que siguieron otras residencias, hasta que en 1538 se afincaron definitivamente en San Pablo el Mayor. Ambos se fueron relevando sucesivamente en las labores de gobierno.

Marinoni era un hombre admirado por su sencillez, caridad y humildad. Era un gran penitente. Solía aprovechar el tiempo al máximo; no desperdiciaba ni un segundo. Alegre, ponderado y prudente, ponía de manifiesto que vivía unido a Dios. Fue un gran confesor; tenía sabiduría para la dirección espiritual y la formación de los futuros sacerdotes, por lo que es considerado «maestro de los teatinos». Siempre se le hallaba a merced de quienes acudieran a él, disponible, abierto a la escucha. Bajo su enseñanza, entre otros egregios sacerdotes, se apasionaron por Cristo y aprendieron los matices del carisma fundador: el beato cardenal Paolo Burali, Giacomo Tormo, Salvatore Caracciolo, que fue arzobispo de Conza, y san Andrea Avellino, primer biógrafo suyo; fue quien le asistió en el momento de su muerte. Avellino retrató a su maestro diciendo que: «...siempre fue de naturaleza amable, por lo que era querido, respetado y admirado por los fieles quienes le rendían honores y lo tenían por un santo...». Ciertamente ejerció un liderazgo espiritual entre los religiosos porque otras insignes figuras de la Iglesia se forjaron junto a él, subrayando el imponente carisma que tenía. De hecho, se le considera también maestro de santos.

Era un orador excepcional que conmovía a los fieles con sus encendidas palabras; ponían de manifiesto su amor a Cristo. Promovió la fundación de santuarios, monasterios, orfanatos y hogares para jóvenes. Se caracterizó por su devoción a la Pasión, y su sensibilidad por los necesitados. Para poder atenderlos en 1539, de acuerdo con el fundador, alentó los «Montes de Piedad» que tanto bien hicieron en estos colectivos desfavorecidos, rescatándolos con ellos de oportunistas y desaprensivos usureros; tuvieron tanto éxito que se convirtieron luego en el Banco de Nápoles. En el impulso de esta loable tarea respondieron a la llamada de Marinoni: Aurelio Paparo, Gian Domenico di Lega y Leonardo Palma, que pusieron parte del capital inicial; eran discípulos suyos. También las mujeres que dirigía emprendieron iniciativas de gran calado, como hizo Giovanna Scorziata que quiso ofrecer a las niñas una selecta educación cristiana para lo cual fundó II Tempio. A su vez, las cuatro hermanas Palescandalo, que se habían nutrido de las enseñanzas del beato, fundaron el monasterio de San Andrea delle Dame.

En la ejemplar acción apostólica que llevaba a cabo junto a san Cayetano, combatió movimientos contrarios a la Iglesia. En 1547 tras la muerte del fundador quedó al frente de la comunidad napolitana. Pablo IV le ofreció ocupar la sede de Nápoles como arzobispo y cardenal en varias ocasiones, pero sintiéndose indigno de ese honor declinó aceptar la misión. Hasta el final de sus días estuvo orando por todos y creando nuevas vías de ayuda para los pobres y los ancianos. Fue en ese periodo cuando abrió hospicios para ellos y puso en marcha hospitales. En cinco ocasiones fue prepósito de la casa de San Pablo de Nápoles, y en ella murió el 13 de diciembre de 1562. Había sembrado con su celo apostólico las calles de la ciudad durante veintinueve años. Avellino, que se había convertido en su confesor en la última etapa de su vida, quedó muy afectado por su pérdida. Los restos de Marinoni recibieron sepultura en la cripta de la basílica napolitana de San Pablo el Mayor, y se conservan junto a las reliquias de su fundador, san Cayetano. Su culto fue confirmado por Clemente XIII el 11 de septiembre de 1762.