Servicio diario - 11 de diciembre de 2017


 

Santa Marta: "Dejarse consolar por el Señor en lugar de quejas y rencores"
Rosa Die Alcolea

Viaje a Chile y Perú: Programa oficial del Papa Francisco
Redacción

Jornada del Enfermo: "Ahí tienes a tu hijo...Ahí tienes a tu madre"
Rosa Die Alcolea

Presentación de la versión del 50 Aniversario de la "Misa Rítmica"
Rosa Die Alcolea

Poesía Mística: Carmen González Huguet gana el 37 Premio Fernando Rielo
Redacción

Mama Antula: 'La vida de la mujer que fundó la espiritualidad en la Argentina'
Rosa Die Alcolea

América Latina: Conferencia en el 25 aniversario de la Fundación Populorum Progressio
Redacción

Beato Bartolomé Buonpedoni, 12 de diciembre
Isabel Orellana Vilches


 

 

11/12/2017-19:06
Rosa Die Alcolea

Santa Marta: "Dejarse consolar por el Señor en lugar de quejas y rencores"

(ZENIT — 11 Dic. 2017).- "Dejarse consolar por el Señor en lugar de preferir las quejas y los rencores", ha aconsejado el Papa Francisco.

Esta fue la exhortación del Santo Padre en la Misa matutina celebrada esta mañana, 11 de diciembre de 2017, en la capilla de la Casa de Santa Marta, donde el Papa reflexionó sobre la Primera Lectura tomada del Profeta Isaías (Is 35, 1-10) en la que el Señor promete a su pueblo la consolación.

El Papa Francisco concluyó su homilía afirmando que el mensaje de la Liturgia del día es el de "dejarse consolar por el Señor": "El Señor ha venido a consolarnos", afirmó el Papa. El mismo San Ignacio "nos dice que es bueno contemplar el oficio de consolador de Cristo" ha explicado Francisco, asemejándolo al modo con que algunos amigos consuelan a los demás.

Y, después, "basta pensar en la mañana de la Resurrección en el Evangelio de Lucas —ha continuado el Papa— cuando Jesús se aparece a los apóstoles y era tanta la alegría que no podían creerlo". Muchas veces — indicó el Santo Padre— el consuelo del Señor "nos parece una maravilla".

"Pero no es fácil dejarse consolar; es más fácil consolar a los demás que dejarse consolar. Porque tantas veces nosotros estamos apegados a lo negativo, estamos apegados a la herida del pecado dentro de nosotros y, muchas veces, preferimos permanecer allí, solos, o sea en la cama, como aquel del Evangelio, aislados, allí, y no levantarnos. 'Levántate" es la palabra de Jesús, siempre: 'Levántate'".

"Y no es fácil" —ha señalado Francisco— porque para dejarse consolar por el Señor "debemos despojarnos de nuestros egoísmos, de aquellas cosas que son el propio tesoro, ya sea la amargura, o las quejas, o tantas cosas", ha propuesto el Papa.

"Nos hará bien hoy, a cada uno de nosotros, hacer un examen de conciencia: ¿cómo es mi corazón? ¿Tengo alguna amargura allí? ¿Tengo alguna tristeza? ¿Cómo es mi lenguaje? ¿Es de alabanza a Dios, de belleza, o siempre de quejas? Y pedir al Señor la gracia del coraje, porque en el coraje Él viene a consolarnos. Y decir: Señor, ven a consolarnos", ha exhortado el Pontífice.

 

 

11/12/2017-14:51
Redacción

Viaje a Chile y Perú: Programa oficial del Papa Francisco

CHILE

Lunes 15 enero 2018
ROMA-SANTIAGO

8 horas: Salida en avión de Roma/Fiumicino para Santiago

20:10 horas (00:10 h. en Roma): Llegada al aeropuerto internacional de Santiago. Ceremonia de bienvenida

21 horas (01 h. en Roma): Llegada del Santo Padre a la nunciatura apostólica

 

Martes 16 enero 2018
SANTIAGO

8:20 horas (12:20 h. en Roma): Encuentro con las autoridades, con la sociedad civil y con el Cuerpo Diplomático en el Palacio de la Moneda. Discurso del Santo Padre

9 horas (13 h. en Roma): Visita de cortesía al presidente en el Salón Azul del Palacio de la Moneda

10:30 horas (14:30 h. en Roma): Santa Misa en el Parque O'Higgins. Homilía del Santo Padre

16 horas (20 h. en Roma): Breve visita al Centro Penitenciario Femenino Santiago. Saludo del Santo Padre

17:15 horas (21:15 h. en Roma): Encuentro con los sacerdotes, religiosos y religiosas, consagrados y seminaristas en la Catedral de Santiago. Discurso del Santo Padre

18:15 horas (22:15 h. en Roma): Encuentro con los obispos en la sacristía de la Catedral. Saludo del Santo Padre

19:15 horas (23:15 h. en Roma): Visita privada al Santuario de San Alberto Hurtado, jesuita. Encuentro privado con los sacerdotes de la Compañía de Jesús

 

Miércoles 17 enero 2018
SANTIAGO-TEMUCO-SANTIAGO

8 horas (12 h. en Roma): Salida en avión del aeropuerto de Santiago para Temuco

10:30 horas (14:30 h. en Roma): Santa Misa en el aeropuerto de Maquehue Homilía del Santo Padre

12:45 horas (16:45 h. en Roma): Almuerzo con algunos habitantes de la Araucania en la casa"Madre de la Santa Cruz"

15:30 horas (19:30 h. en Roma): Salida en avión del aeropuerto de Temuco para Santiago

17 horas (21 h. en Roma): Llegada al aeropuerto de Santiago

17:30 horas (21:30 h. en Roma): Encuentro con los jóvenes en el Santuario de Maipu. Discurso del Santo Padre

18:30 horas (22:30 h. en Roma): Traslado en automóvil cerrado a la Pontificia Universidad Católica de Chile

19 horas (23 h. en Roma): Visita a la Pontificia Universidad Católica de Chile. Discurso del Santo Padre

 

Jueves 18 enero 2018
SANTIAGO-IQUIQUE-LIMA

8:05 horas (12:05 h. en Roma): Salida en avión del aeropuerto de Santiago para Iquique

10:35 horas (14:35 h. en Roma): Llegada al aeropuerto internacional de Iquique

11:30 horas (15:30 h. en Roma): Santa Misa en el Campus Lobito. Homilía del Santo Padre

14 horas (18 h. en Roma): Almuerzo con el séquito papal en la "Casa de retiros del Santuario Nuestra Señora de Lourdes" de los Padres Oblatos.

16:45 horas (20:45 h. en Roma): Llegada al aeropuerto de Iquique. Ceremonia de despedida

17:05 horas (21:05 h. en Roma): Salida en avión del aeropuerto de Iquique para Lima PERÚ

 

Jueves 18 enero 2018
SANTIAGO-IQUIQUE-LIMA

17:20 horas (23:20 h. en Roma): Llegada al aeropuerto de Lima. Ceremonia de bienvenida

 

Viernes 19 enero 2018
LIMA-PUERTO MALDONADO-LIMA

8:30 horas (14:30 h. en Roma): Salida en avión de Lima para Puerto Maldonado 10:15 horas (16:15 h. en Roma): Llegada al aeropuerto de Puerto Maldonado

10:30 horas (16:30 h. en Roma): Encuentro con los pueblos de la Amazonia en el Coliseo Regional Madre de Dios. Discurso del Santo Padre

11:30 horas (17:30 h. en Roma): Encuentro con la población en el Instituto Jorge Basadre. Saludo del Santo Padre

12:15 horas (18:15 h. en Roma): Visita al Hogar Principito. Saludo del Santo Padre

13:15 horas (19:15 h. en Roma): Almuerzo con los representantes de los pueblos de la Amazonia en el Centro Pastoral Apaktone

14:35 horas (20:35 h. en Roma): Salida en avión hacia Lima

16:10 horas (22:10 h. en Roma): Llegada al aeropuerto de Lima

16:20 (22:20 h. en Roma) Visita a la capilla de la base aérea

16:45 (22:45 h. en Roma): Encuentro con las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático en el Patio de Honor del Palacio de Gobierno. Discurso del Santo Padre

17:15 horas (23:15 h. en Roma): Visita de cortesía al Presidente en el Salón de los Embajadores del Palacio de Gobierno

17:55 horas (23:55 h. en Roma): Encuentro privado con los miembros de la Compañía de Jesús en la iglesia de San Pedro

 

Sábado 20 enero 2018
LIMA-TRUJILLO-LIMA

7:40 horas (13:40 h. en Roma): Salida en avión para Trujillo

9:10 horas (15:10 h. en Roma): Llegada al aeropuerto de Trujillo

10 horas (14 h. en Roma): Santa Misa en la explanada costera de Huanchaco. Homilía del Santo Padre

12:15 horas (16:15 h. en Roma): Vuelta en papamóvil por el barrio "Buenos Aires" 15 horas (21 h. en Roma): Breve visita a la Catedral

15:30 horas (21:30 h. en Roma): Encuentro con los sacerdotes, religiosos/as, seminaristas de las circunscripciones eclesiásticas del norte de Perú en el Colegio Seminario SS. Carlos y Marcelo. Discurso del Santo Padre

16:45 horas (22:45 h. en Roma): Celebración Mariana — Virgen de la Puerta en la Plaza de Armas. Discurso del Santo Padre

18:15 horas (00:15 h. en Roma): Salida en avión para Lima

19:40 horas (01:40 h. en Roma): Llegada al aeropuerto de Lima

 

Domingo 21 enero 2018
LIMA-ROMA

9:15 horas (15:15 h. en Roma): Oración de la Hora Media con las religiosas de vida contemplativa en el Santuario del Señor de los Milagros. Homilía del Santo Padre

10:30 horas (16:30 h. en Roma): Oración ante las reliquias de los santos peruanos en la catedral de Lima. Oración del Santo Padre

10:50 horas (16:50 h. en Roma): Encuentro con los obispos en el Palacio Arzobispal. Discurso del Santo Padre

12 horas (18 h. en Roma): Ángelus del Santo Padre en la Plaza de Armas

12:30 horas (18:30 h. en Roma): Almuerzo con el séquito papal en la nunciatura apostólica

16:15 horas (22:15 h. en Roma): Santa Misa en la Base Aérea "Las Palmas". Homilía del Santo Padre

18:30 horas (00:30 h. en Roma): Llegada al aeropuerto. Ceremonia de despedida 18:45 horas (00:45 h. en Roma): Salida en avión para Roma/Ciampino

 

Lunes 22 enero 2018
ROMA

14:15 horas: Llegada al aeropuerto de Roma/Ciampino

 

 

11/12/2017-14:04
Rosa Die Alcolea

Jornada del Enfermo: "Ahí tienes a tu hijo...Ahí tienes a tu madre"

(ZENIT — 11 Dic. 2017).- Este año, el tema de la Jornada del Enfermo se inspira en las palabras que Jesús, desde la cruz, dirige a su madre María y a Juan: «Ahí tienes a tu hijo... Ahí tienes a tu madre. Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa» (Jn 19,26-27).

Es el mensaje del Papa Francisco para la XXVI Jornada Mundial del Enfermo que se celebra el próximo 11 de febrero de 2018.

La Iglesia "debe servir siempre a los enfermos y a los que cuidan de ellos con renovado vigor, en fidelidad al mandato del Señor" (cf. Lc 9,2-6; Mt 10,1-8; Mc 6,7-13), siguiendo el ejemplo muy elocuente de su Fundador y Maestro, escribe Francisco en su mensaje.

En primer lugar, "las palabras de Jesús son el origen de la vocación materna de María hacia la humanidad entera. Ella será la madre de los discípulos de su Hijo y cuidará de ellos y de su camino", apunta el Santo Padre: "El dolor indescriptible de la cruz traspasa el alma de María (cf. Lc 2,35), pero no la paraliza. Al contrario, como Madre del Señor comienza para ella un nuevo camino de entrega".

"El discípulo Juan, el discípulo amado, representa a la Iglesia, pueblo mesiánico"—señala el Papa Francisco—. "Él debe reconocer a María como su propia madre. Y al reconocerla, está llamado a acogerla, a contemplar en ella el modelo del discipulado y también la vocación materna que Jesús le ha confiado, con las inquietudes y los planes que conlleva".

Esta vocación materna de la Iglesia hacia los necesitados y los enfermos se ha concretado, señala el Papa, en su historia bimilenaria, en una "rica serie de iniciativas en favor de los enfermos". Esta historia de dedicación no se debe olvidar. "Continúa hoy en todo el mundo", añade.

RD

Publicamos a continuación el mensaje del Santo Padre Francisco para la XXVI Jornada Mundial del Enfermo que se celebra el 11 de febrero de 2018.

 

Mensaje del Santo Padre

Mater Ecclesiae: «Ahí tienes a tu hijo... Ahí tienes a tu madre.
Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa» (Jn 19,26-27)

Queridos hermanos y hermanas:

La Iglesia debe servir siempre a los enfermos y a los que cuidan de ellos con renovado vigor, en fidelidad al mandato del Señor (cf. Lc 9,2-6; Mt 10,1-8; Mc 6,7-13), siguiendo el ejemplo muy elocuente de su Fundador y Maestro.

Este año, el tema de la Jornada del Enfermo se inspira en las palabras que Jesús, desde la cruz, dirige a su madre María y a Juan: «Ahí tienes a tu hijo... Ahí tienes a tu madre. Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa» (Jn 19,26-27).

1. Estas palabras del Señor iluminan profundamente el misterio de la Cruz. Esta no representa una tragedia sin esperanza, sino que es el lugar donde Jesús muestra su gloria y deja sus últimas voluntades de amor, que se convierten en las reglas constitutivas de la comunidad cristiana y de la vida de todo discípulo.

En primer lugar, las palabras de Jesús son el origen de la vocación materna de María hacia la humanidad entera. Ella será la madre de los discípulos de su Hijo y cuidará de ellos y de su camino. Y sabemos que el cuidado materno de un hijo o de una hija incluye todos los aspectos de su educación, tanto los materiales como los espirituales.

El dolor indescriptible de la cruz traspasa el alma de María (cf. Lc 2,35), pero no la paraliza. Al contrario, como Madre del Señor comienza para ella un nuevo camino de entrega.

En la cruz, Jesús se preocupa por la Iglesia y por la humanidad entera, y María está llamada a compartir esa misma preocupación. Los Hechos de los Apóstoles, al describir la gran efusión del Espíritu Santo en Pentecostés, nos muestran que María comenzó su misión en la primera comunidad de la Iglesia. Una tarea que no se acaba nunca.

2. El discípulo Juan, el discípulo amado, representa a la Iglesia, pueblo mesiánico. Él debe reconocer a María como su propia madre. Y al reconocerla, está llamado a acogerla, a contemplar en ella el modelo del discipulado y también la vocación materna que Jesús le ha confiado, con las inquietudes y los planes que conlleva: la Madre que ama y genera a hijos capaces de amar según el mandato de Jesús. Por lo tanto, la vocación materna de María, la vocación de cuidar a sus hijos, se transmite a Juan y a toda la Iglesia. Toda la comunidad de los discípulos está involucrada en la vocación materna de María.

3. Juan, como discípulo que lo compartió todo con Jesús, sabe que el Maestro quiere conducir a todos los hombres al encuentro con el Padre. Nos enseña cómo Jesús encontró a muchas personas enfermas en el espíritu, porque estaban llenas de orgullo (cf. Jn 8,31-39) y enfermas en el cuerpo (cf. Jn 5,6). A todas les dio misericordia y perdón, y a los enfermos también curación física, un signo de la vida abundante del Reino, donde se enjuga cada lágrima. Al igual que María, los discípulos están llamados a cuidar unos de otros, pero no exclusivamente. Saben que el corazón de Jesús está abierto a todos, sin excepción. Hay que proclamar el Evangelio del Reino a todos, y la caridad de los cristianos se ha de dirigir a todos los necesitados, simplemente porque son personas, hijos de Dios.

4. Esta vocación materna de la Iglesia hacia los necesitados y los enfermos se ha concretado, en su historia bimilenaria, en una rica serie de iniciativas en favor de los enfermos. Esta historia de dedicación no se debe olvidar. Continúa hoy en todo el mundo. En los países donde existen sistemas sanitarios públicos y adecuados, el trabajo de las congregaciones católicas, de las diócesis y de sus hospitales, además de proporcionar una atención médica de calidad, trata de poner a la persona humana en el centro del proceso terapéutico y de realizar la investigación científica en el respeto de la vida y de los valores morales cristianos. En los países donde los sistemas sanitarios son inadecuados o inexistentes, la Iglesia trabaja para ofrecer a la gente la mejor atención sanitaria posible, para eliminar la mortalidad infantil y erradicar algunas enfermedades generalizadas. En todas partes trata de cuidar, incluso cuando no puede sanar. La imagen de la Iglesia como un «hospital de campaña», que acoge a todos los heridos por la vida, es una realidad muy concreta, porque en algunas partes del mundo, sólo los hospitales de los misioneros y las diócesis brindan la atención necesaria a la población.

5. La memoria de la larga historia de servicio a los enfermos es motivo de alegría para la comunidad cristiana y especialmente para aquellos que realizan ese servicio en la actualidad. Sin embargo, hace falta mirar al pasado sobre todo para dejarse enriquecer por el mismo. De él debemos aprender: la generosidad hasta el sacrificio total de muchos fundadores de institutos al servicio de los enfermos; la creatividad, impulsada por la caridad, de muchas iniciativas emprendidas a lo largo de los siglos; el compromiso en la investigación científica, para proporcionar a los enfermos una atención innovadora y fiable. Este legado del pasado ayuda a proyectar bien el futuro. Por ejemplo, ayuda a preservar los hospitales católicos del riesgo del «empresarialismo», que en todo el mundo intenta que la atención médica caiga en el ámbito del mercado y termine descartando a los pobres.

La inteligencia organizacional y la caridad requieren más bien que se respete a la persona enferma en su dignidad y se la ponga siempre en el centro del proceso de la curación. Estas deben ser las orientaciones también de los cristianos que trabajan en las estructuras públicas y que, por su servicio, están llamados a dar un buen testimonio del Evangelio.

6. Jesús entregó a la Iglesia su poder de curar «A los que crean, les acompañarán estos signos: [...] impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos» (Me 16,17¬18). En los Hechos de los Apóstoles, leemos la descripción de las curaciones realizadas por Pedro (cf. Hch 3,4-8) y Pablo (cf. Hch 14,8-11). La tarea de la Iglesia, que sabe que debe mirar a los enfermos con la misma mirada llena de ternura y compasión que su Señor, responde a este don de Jesús. La pastoral de la salud sigue siendo, y siempre será, una misión necesaria y esencial que hay que vivir con renovado ímpetu tanto en las comunidades parroquiales como en los centros de atención más excelentes. No podemos olvidar la ternura y la perseverancia con las que muchas familias acompañan a sus hijos, padres y familiares, enfermos crónicos o discapacitados graves. La atención brindada en la familia es un testimonio extraordinario de amor por la persona humana que hay que respaldar con un reconocimiento adecuado y con unas políticas apropiadas. Por lo tanto, médicos y enfermeros, sacerdotes, consagrados y voluntarios, familiares y todos aquellos que se comprometen en el cuidado de los enfermos, participan en esta misión eclesial. Se trata de una responsabilidad compartida que enriquece el valor del servicio diario de cada uno.

7. A María, Madre de la ternura, queremos confiarle todos los enfermos en el cuerpo y en el espíritu, para que los sostenga en la esperanza. Le pedimos también que nos ayude a acoger a nuestros hermanos enfermos. La Iglesia sabe que necesita una gracia especial para estar a la altura de su servicio evangélico de atención a los enfermos. Por lo tanto, la oración a la Madre del Señor nos ve unidos en una súplica insistente, para que cada miembro de la Iglesia viva con amor la vocación al servicio de la vida y de la salud. La Virgen María interceda por esta XXVI Jornada Mundial del Enfermo, ayude a las personas enfermas a vivir su sufrimiento en comunión con el Señor Jesús y apoye a quienes cuidan de ellas. A todos, enfermos, agentes sanitarios y voluntarios, imparto de corazón la Bendición Apostólica.

Vaticano, 26 de noviembre de 2017.
Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo.

Franciscus

© Librería Editorial Vaticano

 

 

11/12/2017-19:51
Rosa Die Alcolea

Presentación de la versión del 50 Aniversario de la "Misa Rítmica"

(ZENIT — 11 Dic. 2017).-Hoy, 11 de diciembre de 2017, se ha presentado en Roma la versión renovada de la "Misa Rítmica", compuesta por Alejandro Mejía Pereda.

El acto de presentación ha estado organizado por la Fundación Ramón Pané y ha tenido lugar en la Sala Marconi, de Radio Vaticano, en Roma.

En el año de 1967, la Iglesia Católica recibía la publicación de la exhortación Apostólica "Musicam Sacram" que se centraba en precisar detalles sobre la reforma litúrgica porpuesta por "Sacrosanctum Concilium", con respecto a la música utilizada en la liturgia.

En ese mismo año, Alejandro Mejía, que en esos años pertenecía a la Congregación de los Hermanos Maristas se encontraba en Roma y comenzó la composición de la "Misa Rítmica" basada en una combinación de melodías con reminiscencias gregorianas y ritmos que bien podrían tener sus raíces en los llamados "espirituales negros". Alejandro Mejía dedicó esta misa a su maestro de liturgia, el P. Idelfonso Tassi, quien entonces era el Maestro de Capilla de la Basílica de San Pablo Extramuros.

Los diversos cantos de la misa fueron componiéndose paulatinamente durante 1967 y 1968 y fue hasta junio y julio de 1969 que se le otorgó el Nihil Obstat y el Imprimatur, con lo que la misa se grabó originalmente en italiano, y después en castellano, primeramente en España y después en México.

 

Vida litúrgica

Durante estos 50 años la "Misa Rítmica" ha ido penetrando en la vida litúrgica de una infinidad de comunidades sobre todo en Iberoamérica y hoy, es muy común comenzar a entonar alguna de sus melodías y que toda la asamblea las cante sin problema, pues son reconocidas por casi todos.

También durante estos años, Alejandro Mejía compuso 3 misas más (la Misa Melódica, la Misa Festiva y la Misa Coral) así como varios motetes y cantos religiosos, entre ellos, "Tú eres Pedro" que se utilizara en la primera visita de San Juan Pablo II a México en 1979.

 

Nueva producción

Es por esta razón que tres exalumnos de Alejandro Mejía decidieron realizar esta nueva producción, tomando en cuenta el espíritu original de la composición, pero dándole un nuevo tratamiento acorde a estos nuevos tiempos, con un espíritu de "aggiornamento" propio del Concilio Vaticano II. Buscando rendir un sencillo homenaje, en este 50 aniversario del inicio de su composición, al autor y a su obra, innovadora en su tiempo, es que bajo la producción de Francisco Aguilera de Alba, y con arreglos musicales de Jorge Pastor Escobar y arreglos vocales de Eduardo Acosta Hinojosa, se presenta esta nueva versión renovada de la "Misa Rítmica" realizada en su totalidad en Estudio 13 en la Ciudad de México. Es importante mencionar que el Mtro. Alejandro Mejía confió en los arriba mencionados para esta nueva versión, por lo cual nos sentimos honrados y con humildad presentamos esta nueva grabación, para su difusión y como material de apoyo para las comunidades eclesiales.

El material discográfico se encuentra disponible en las principales plataformas digitales de distribución de música (iTunes, Spotify, etc.) a partir de hoy, 11 de diciembre y también en el sitio www.alejandromejia.com.mx en donde también pueden adquirirse las partituras completas que incluyen los arreglos de esta nueva producción, instrumentada con teclados, guitarras eléctricas, contrabajo, bajo eléctrico, batería y clarinete, así como la intervención de un coro mixto.

 

 

11/12/2017-19:27
Redacción

Poesía Mística: Carmen González Huguet gana el 37 Premio Fernando Rielo

(ZENIT — 11 Dic. 2017).- La salvadoreña Carmen González Huguet (San Salvador, 1958) gana el 37 Premio Mundial Fernando Rielo de Poesía Mística con el poemario 'El alma herida'.

El acto de entrega del ~II Premio Mundial Fernando Rielo de Poesía Mística se ha celebrado hoy, 11 de diciembre, en Roma, en la Embajada de España ante la Santa Sede. La dotación es de 7.000 euros, la edición de la obra y una medalla conmemorativa.

La ganadora de esta edición es poeta, profesora y miembro de la Academia Salvadoreña de la Lengua, ha publicado numerosos poemarios, además de cuentos y novelas, por los que ha sido premiada con otros galardones.
Además, el español Lucrecio Serrano Pedroche (Cuenca, 1946) ha resultado mención de honor con publicación de la obra por su poemario 'Palabra', destacándose entre el resto de finalistas de esta edición procedentes de Argentina, Colombia, Ecuador, El Salvador, España y R. Dominicana.

Sobre la obra ganadora, el jurado ha concluido que "en los noventa sonetos que componen este libro, la autora introduce, sin concesiones a ningún facilismo retórico, versos auténticos, vibrantes, libres de ambages.

El universo poético se nutre del material extraído de la propia vida: las búsquedas personales, las luchas interiores, la tensión hacia el horizonte que marca la esperanza, todo ello sazonado también de gratitud y de una actitud suplicante que nace de un verdadero fervor: Gracias por la alegría y el quebranto, / por la flor y la tierra en el barbecho, / por el esfuerzo diario y el provecho, / por el gozo, Señor, y por el llanto'.

Los poemas respiran paz y mística alegría, al mismo tiempo que crece la fe y la esperanza en la herida purgante de los momentos de ausencia tan traída y llevada en nuestra mejor literatura: Puebla, pues, esta ausencia que me hiere / Y sé Tú aquel refugio que me aloja, / Y Tú, mi sol, la lluvia que me moja / Y el Amor absoluto que no muere".

Por su parte, Lucrecio Serrano, en el poemario 'Palabra', con versos bien estructurados y rítmicos (heptasilábico combinado con impares y alejandrinos), se concentra en lo esencial sin descuidar la palpitación de las cosas pequeñas y la brevedad de lo cotidiano en la que descubre a Dios: "Tú has estado en mi casa porque huele a Ti. / Sin Ti mi casa va como un barquito / con deriva, con carga arrepentida".

 

Finalistas

Los otros finalistas fueron la también salvadoreña Claudia Lorena Parada Turcios (San Salvador); los españoles Antonio Bocanegra (Cádiz), Fernando Sánchez Mayo (Córdoba) y Miguel Sánchez Robles (Murcia); los colombianos Margarita Galindo Steffens (Barranquilla), Adela Guerrero Collazos (Cali) y Antonio Martín de las Mulas (Medellín); Eliana Cevallos Rojas (Ecuador); Mikenia Vargas (R. Dominicana) y Leandro Calle (Córdoba, Argentina).

El jurado estuvo conformado por Jesús Fernández Hernández (España), presidente de la Fundación Fernando Rielo; José Ma. López Sevillano (España), crítico literario y secretario permanente del Premio; Loretta Frattale (Italia), profesora de Literatura Española en la Universidad Tor Vergata de Roma; Arnaldo Colasanti (Italia), poeta y crítico literario, y por David G. Murray (EEUU), crítico literario y filólogo.

En el acto de premiación, tras el saludo del Embajador de España ante la Santa Sede, Excmo. Sr. D. Gerardo Bugallo Ottone, intervino el Presidente del acto, el Emmo. Sr. Octavio Ruiz Arenas, Secretario del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización. Por su parte, el Presidente de la Fundación Fernando Rielo, P. Jesús Fernández Hernández, en su mensaje recordó las palabras de Fernando Rielo: "La poesía mística comienza donde termina la poesía religiosa. El referente de la poesía mística es un divino trato personalísimo con la Santísima Trinidad y cuanto puede en esta vida concebirse de una vida eterna, familiar, íntima. (...) También expresó que "la poesía mística, lejos de cualquier ideología o manipulación, es potenciante, incluyente y dialogante; por eso, puede abarcar todos los registros y formas de la expresividad literaria. Nada se opone a la libertad creadora del místico."

El acto contó con un concierto de piano a cargo de Raffaella d'Esposito, catedrática de pianoforte del Conservatorio Santa Cecilia de Roma, y con una amplia trayectoria como solista y miembro de varios grupos de cámara. Interpretó un programa compuesto por obras de Bach y Schumann.

El premio, para obras inéditas tanto en español como en inglés, ha sido fallado en foros como la ONU; la UNESCO; el Senado francés y el Campidoglio romano. Cada año cuenta con el apoyo de un amplio Comité de Honor compuesto por académicos de la Lengua, de la Historia y de las Ciencias Morales y Políticas, así como por escritores, poetas, hispanistas y rectores universitarios. En esta ocasión preside dicho comité el Emmo. Sr. Cardenal Marc Ouellet, Prefecto de la Congregación para los Obispos.

El carácter ecuménico del premio ha hecho que lo hayan obtenido poetas de distintas confesiones cristianas, en realidad la mayoría, pero también no cristianas, demostrando la capacidad de la poesía mística para unir a las culturas y a las religiones.

 

Datos biográficos de Carmen González Huguet (San Salvador, 1958)

Nació en San Salvador, capital de la república de El Salvador, el 15 de noviembre de 1958. Es ciudadana salvadoreña y española. Se graduó como maestra en Letras, con especialidad en Educación Media, y licenciada por la Universidad Centroamericana "José Simeón Cañas", UCA.

Entre sus publicaciones están ocho poemarios y algunas obras narrativas en el género del cuento y la novela corta, que le han merecido ya varios galardones y reconocimientos.

Ha sido directora de Publicaciones e Impresos, la editorial cultural del estado salvadoreño, y directora de la revista Cultura, de 1994 a 1996. Formó parte del equipo de investigaciones del Museo Nacional de Antropología "David Joaquín Guzmán" de 1997 a 1999.

Cuenta con más de treinta años de experiencia docente y actualmente es catedrática en la Universidad "José Matías Delgado".

Desde 2012 es miembro de número de la Academia Salvadoreña de la Lengua, y correspondiente de la Real Academia de la Lengua Española.

 

Sonetos del poemario El alma herida

Qué soledad de ti si estás dormido.
Qué silencio en la noche pavoroso.
Yo me asomo al abismo misterioso
donde no hay luz, ni nombre, ni sonido.

Y no te encuentro, Dios. Pero en mi oído
me nombras y me llamas, silencioso,
y en todas tus criaturas, melodioso,
oigo tu canto del amor nacido.

Levántame del fondo del fracaso.
Anda conmigo en medio de la gente
hasta la triste hora del ocaso.

Llévame, río, de tu oscura fuente
a descansar contigo, paso a paso,
dulce, profunda, apasionadamente.

Espérame a la orilla de la tarde,
divino Amor, en esta cita ciega.
La lluvia envuelta en niebla fina llega
y se oculta en la ausencia el sol cobarde.

No me pidas, Amigo, que te aguarde
bajo este cielo que mi cuerpo anega.
¿Diluye acaso el fuego de la entrega
aquel que al centro del incendio arde?

Te espero aquí, Señor, siempre te espero.
Mas cuanto tardas. La emoción cautiva
mi pobre corazón de amor herido.

Los años pasan. De esperar me muero.
Llévame ya, Señor, contigo arriba,
y acógeme en tu cielo prometido.

 

 

11/12/2017-20:07
Rosa Die Alcolea

Mama Antula: 'La vida de la mujer que fundó la espiritualidad en la Argentina'

(ZENIT — 11 Dic. 2017).- El pasado 6 de diciembre se presentó en Roma el libro "Mama Antula — La vida de la mujer que fundó la espiritualidad en la Argentina", de la escritora argentina Ana María Cabrera.

La presentación del libro se llevó a cabo en la Sala de los Papas de la Basílica de Santa María Sopra Minerva. Participaron del panel expositor el Oficial de Protocolo de la Secretaría de Estado y colaborador de la causa de beatificación, Monseñor Guillermo Karcher; la postuladora de la causa, Dra. Silvia Correale; la escritora Ana María Cabrera y el Embajador Argentino ante la Santa Sede, Rogelio Pfirter.

A modo de introducción el Embajador Pfirter destacó la importancia de contar con un espacio para dar a conocer y honrar la maravillosa vida y obra de la beata Mama Antula. Asimismo, el Embajador recordó su ceremonia de beatificación que tuvo lugar el 27 de agosto de 2016 en la ciudad de Santiago del Estero a la cual asistieron autoridades nacionales y vaticanas acompañadas por miles de fieles.

 

"Una mujer que vale oro"

A continuación, Monseñor Karcher valoró la contribución que el libro puede hacer para difundir la figura de Mama Antula, una gran mujer que realizó una obra enorme en Argentina. Además, luego de remarcar el trabajo realizado para escribir la "positio", recordó que el mismo Santo Padre, por entonces Arzobispo de Buenos Aires, se informaba constantemente sobre el avance de esa causa y que él mismo describió a la beata como "una mujer que vale oro".

Mons. Karcher hizo particular hincapié en la fuerza y la excepcionalidad de su figura femenina; una mujer que desafío los perjuicios de su época y contribuyó enormemente a la construcción de la espiritual argentina comprometiéndose a no dejar morir la obra de humanización de los jesuitas. Añadió que, además de construir casas de oraciones y organizar los Ejercicios Espirituales, introdujo en Argentina la veneración de San Cayetano y de "Manuelito". Para finalizar, destacó que su obra fue tan importante que llegó a ser conocida en Europa donde incluso se editó un librito titulado "El Estandarte de la Mujer Fuerte" traducido al francés, al alemán y al italiano.

 

Postuladora de la causa

Por su parte, la Dra. Correale detalló brevemente su trabajo como postuladora de la causa y comentó que descubrir a Mama Antula fue como descubrir un tesoro no sólo de Argentina sino de toda América Latina. Explicó que la causa de la beata fue la primera que llegaba de Suramérica en aquellos años. Al mismo tiempo recordó que los padres fundadores de la Argentina asistieron a los ejercicios espirituales organizados por Madre Antula en la casa de Buenos Aires. Por último, indicó que estudiar la figura de esta Beata nos enseña que nosotros, los argentinos y los latinoamericanos, somos herederos de una grande tradición de valores que deben ser recordados para que su testimonio nos acompañe y asesore en nuestra vida cotidiana. Es lo que necesitamos para recordarnos que hacemos cosas grande y es justamente en eso que nos ayuda este libro, afirmó la Dra. Correale.

 

Perseverancia

Luego tomó la palabra la escritora Ana María Cabrera quien subrayó nuevamente el significado de las enseñanzas de Mama Antula, de su testimonio de mujer valiente y desobediente de su época que salió a caminar para derramar amor, a dar un mensaje de unión.

Asimismo, comentó sus vivencias al escribir este libro, de cómo se dejó guiar por el personaje y de por qué escribe sobre los "silencios de la historia". Finalmente destacó dos aspectos de la esencia de la beata: su perseverancia y su faceta literaria ya que Mama Antula sabía leer y escribir, una rareza por aquellos tiempos.

Al concluir, el Embajador Pfirter citó el mensaje del Santo Padre en ocasión de la ceremonia de beatificación de Mama Antula en el cual dio gracias a Dios por "haber bendecido su tierra con esta mujer valiente, plena de amor a Jesucristo, y que nos señala el camino, el único de salvación" y le pidió a Mama Antula que "los bendiga a todos ustedes y los haga crecer en el amor de Dios y en el amor entre ustedes".

Entre el público presente se encontraban los Embajadores de Brasil, Chile, Bolivia, Costa Rica, Panamá, Honduras, Uruguay, Venezuela; miembros del cuerpo diplomático latinoamericano; religiosas y religiosos argentinos y periodistas.

 

Mama Antula

María Antonia Paz y Figueroa, popularmente conocida como Mama Antula, nació en 1730 en la ciudad de Santiago del Estero, Argentina. Desde muy joven comenzó a trabajar con los jesuitas colaborando en la organización de ejercicios espirituales. Luego de la expulsión de los jesuitas, consagró su vida a peregrinar a pie las provincias rioplatenses en los tiempos coloniales como continuadora de su obra.

En 1795 fundó la Casa de Ejercicios Espirituales en Buenos Aires, la que aún sigue cumpliendo su misión bajo el cuidado de la congregación Hijas del Divino Salvador. Falleció el 7 de marzo de 1799. Sus restos descansan en la iglesia de Nuestra Señora de la Piedad, de la ciudad de Buenos Aires. El 27 de agosto de 2016 fue beatificada por el Papa Francisco.

 

 

11/12/2017-20:24
Redacción

América Latina: Conferencia en el 25 aniversario de la Fundación Populorum Progressio

(ZENIT — 11 Dic. 2017).- Con motivo del 25 aniversario de su institución, la Fundación 'Populorum Progressio' para América Latina, organiza el 12 de diciembre de 2017, en el hotel "II Cantico" de Roma, una conferencia titulada "25 años de servicio por el desarrollo humano integral mirando al futuro".

 

Comunicado del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral de la Santa Sede.

Confiada, desde su nacimiento, por voluntad de san Juan Pablo II el 13 febrero de 1992, al Consejo Pontificio 'Cor Unum', la Fundación es ahora parte de la misión pastoral del nuevo Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.

En la sesión inaugural de la conferencia, después de los saludos introductorios del cardenal Peter K.A. Turkson, prefecto del dicasterio y presidente de la Fundación, el cardenal Lorenzo Baldisseri, Secretario General del Sínodo de los Obispos, presentará algunos elementos del Sínodo dedicado a la Amazonía y los pueblos indígenas, previsto para 2019, escuchando también las reflexiones de los obispos latinoamericanos presentes. Intervendrá también, entre otros, el profesor Guzmán Carriquiry, que presentará las características de la realidad latinoamericana en la actualidad.

El 13 de diciembre, tendrá lugar reunión anual del Consejo de Administración de la Fundación durante la cual los miembros deliberarán sobre la financiación de proyectos en favor de las comunidades indígenas, mestizas, afroamericanas y campesinas de América Latina y el Caribe en el año 2018. La reunión también será una oportunidad para reflexionar sobre las mejores formas de cumplir el mandato de la Fundación. Al día siguiente, está prevista una audiencia con el Santo Padre.

Los miembros del CDA son: Mons. Edmundo Luis Flavio Abastoflor Montero, arzobispo de La Paz (Bolivia), presidente del Consejo de Administración; Mons. Antonio Arregui Yarza, arzobispo emérito de Guayaquil (Ecuador), vicepresidente; el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, arzobispo Emérito de Santo Domingo; Mons. Oscar Urbina Ortega, arzobispo de Villavicencio (Colombia); Monseñor Murilo Sebastiáo Ramos Krieger, arzobispo de Sáo Salvador de Bahía (Brasil); Mons. Javier Augusto Del Río Alba, arzobispo de Arequipa (Perú); Mons. José Luis Azuaje, obispo de Barinas (Venezuela); Mons. Segundo Tejado Muñoz, Subsecretario del dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.

Durante estos 25 años, los proyectos llevados a cabo por la Fundación han sido más de 4.300 por un total de más de 41 millones de dólares de fondos asignados. Los proyectos involucran a las comunidades locales y están dirigidos a diversos sectores, como la agricultura y la ganadería, la artesanía y las microempresas, la infraestructura del agua potable, la formación y las instalaciones escolares , la salud y la construcción. Entre los principales sostenedor de la Fundación 'Populorum Progressio', además de las participaciones individuales, se encuentra en particular la Conferencia Episcopal Italiana.

 

 

11/12/2017-08:27
Isabel Orellana Vilches

Beato Bartolomé Buonpedoni, 12 de diciembre

«Un joven aristócrata que contravino la voluntad de su padre para unirse a Cristo. Conocido como el Job de Toscana por su admirable paciencia ejercitada durante veinte años mientras la lepra consumía su organismo»

Hoy celebra la Iglesia la vida de este beato, y conmemora, entre otros, la festividad de la Virgen de Guadalupe, venerada en todo el mundo y de cuya aparición a san Juan Diego y origen de su advocación se ha dado cuenta en esta sección de ZENIT el pasado día 9 (san-juan-diego-cuauhtlatoatzin-2). Es la patrona de México y ha sido objeto de diversas proclamaciones por parte de pontífices. Así Pío X la nombró patrona de toda la América Latina; Pío XI, de todas las Américas; Pío XII añadió el calificativo de Emperatriz de las Américas, que Juan XXIII siguió engrosando al denominarla bellamente: la misionera celeste del Nuevo Mundo y la Madre de las Américas.

Admirable en su virtud, Bartolomé (o Bartolo) fue un ejemplo de fortaleza y paciencia en medio de la tribulación, edificante en su forma de afrontar la enfermedad. Se desconoce la fecha exacta en la que los condes de Mucchio, Giovanni e Giuntina, tuvieron en sus brazos por vez primera a este heredero, su único hijo. Vino al mundo en el castillo feudal cercano a la ciudad de San Gimignano, Toscana, Italia, en 1227. La criatura se hizo de rogar, ya que los padres esperaron dos décadas sin tener descendencia, hasta que Giuntina, la piadosa madre, se encomendó a san Pedro y un día, a través de un sueño, le aseguró que su ruego había sido escuchado.

El progenitor del beato, como usualmente sucede, albergaba grandes sueños para su futuro: estudios, prestigiosa carrera profesional, etc. Pensó también que con ese hijo, que los colmaba de dicha, estaba asegurada la perduración de su ilustre apellido a través de nuevos vástagos en la familia. Por eso, cuando llegó el momento, y Bartolomé se negó a contraer el matrimonio que le proponía, optando en su lugar por la vida religiosa, el conde Mucchio recibió la noticia más que consternado, y no ocultó su frontal oposición. Seguramente no se le ocurrió pensar que la virtud y piedad que presidía la vida de su amado hijo, conocida en su entorno, iba a desembocar en tal decisión. Pero tuvo ocasión de comprobar la inutilidad de los medios que empleó para disuadirle; Bartolomé no cejó en su empeño.

Poniendo tierra por medio, el joven se trasladó a Pisa y pasó un año conviviendo con la comunidad benedictina de San Vito, donde desempeñó labores de enfermería. Su buen corazón y las virtudes que mostraba le hacían apto para encarnar con su vida el carisma de san Benito, y así lo hicieron notar los monjes. No desestimaba totalmente la oferta de continuar junto a ellos, posibilidad en la que meditaba, cuando en sueños tuvo una locución divina advirtiéndole que la verdadera clave de su santificación radicaría en la aceptación de veinte años de sufrimientos que llegarían a su vida, y no en su abrazo a la vida monástica. Misteriosos designios de la Providencia.

Sabedor de que su hábito serían las penitencias, partió a Volterra y se integró en la Tercera Orden Franciscana. El prelado del lugar juzgó que sería un buen sacerdote y le propuso ordenarlo. Dócil a la sugerencia del obispo, cursó estudios y recibió el sacramento del orden cuando tenía alrededor de 30 años. Fue enviado a Peccioli en calidad de capellán, y luego a Picchena como párroco. Su labor pastoral y celo apostólico junto a su heroica caridad, que tenía como destinatarios a los pobres, enfermos y necesitados en general, atrajo a las gentes. Atento a sus necesidades distribuía entre todos lo que recaudaba en la parroquia. Su gesto de misericordia fue premiado por el Altísimo. Un día acogió a un pobre que iba de viaje cobijándolo bajo su techo. De madrugada una voz le hizo saber que había alojado a Jesucristo, y cuando corrió a buscarlo, había desaparecido. No sería la última vez que recibiría esta gracia.

La noticia de su santidad llegó a su ciudad natal, y conocedor de ella uno de sus compatriotas, Vivaldo (o Ubaldo), también beato de la Tercera Orden franciscana, que había nacido en San Gimignano hacia 1250, no dudó en acudir a su lado. Fue no solo su discípulo sino una especie de ángel protector en las dolorosas tribulaciones que tuvo que afrontar Bartolomé cuando contrajo la lepra hacia sus 50 o 52 años. Dejó entonces la parroquia, y ambos se establecieron en la leprosería de Cellole, situada en los alrededores de su ciudad natal. Un día llegó un leproso al que Bartolomé ayudó a enjuagar los pies en el cuenco del claustro, y al hacerlo se dio cuenta de que no era simplemente un enfermo, momento en el que desapareció. Entonces se percató de que había lavado los pies a Cristo.

Durante veinte años, tal como se le vaticinó en sueños, sufrió con esta enfermedad, acogida con tan admirable paciencia y alegría, conforme al carisma franciscano, que le dieron el nombre de «Job de Toscana». Los leprosos del lazareto recibieron de él, que fue su capellán, y del beato Vivaldo, asistencia y consuelo. Murió con fama de santidad el 12 de diciembre de 1300 a la edad de 73 años. Entonces Vivaldo se hizo ermitaño estableciéndose en Boscotondo de Camporena, cerca de Montaione en la Toscana. Sobrevivió a su maestro veinte años. Bartolomé fue enterrado en la iglesia de San Agustín, de Gimignano. Su culto fue aprobado en 1498. Pío X lo confirmó el 27 de abril de 1910.