Editorial \ Reflexiones en frontera

Sobre los vacíos de la vida, habló Francisco en el Ángelus del 10 de diciembre

RV | 11/12/2017 | REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz


 

 

Como el profeta habla de “rellenar los valles”, Francisco explicó que los valles representan todos los vacíos de nuestro comportamiento delante de Dios, todos nuestros pecados de omisión. Dijo También que un vacío en nuestra vida puede ser el hecho que no rezamos o rezamos poco. Para recordar que “el Adviento es entonces el momento favorable para rezar con más intensidad, para reservar a la vida espiritual el puesto importante que le corresponde”.

Se refirió también al vacío “la falta de caridad hacia el prójimo, sobre todo, hacia las personas más necesitadas de ayuda no sólo material, sino también espiritual. Estamos llamados a estar más atentos a las necesidades de los otros, más cercanos”. El Papa dijo que “como Juan Bautista, en este modo podemos abrir caminos de esperanza en el desierto de los corazones áridos de tantas personas”.

Frente a la exhortación de Isaías: “Que se aplanen todas las montañas”, el Papa dijo: “Los montes y las colinas que deben ser aplanadas son el orgullo, la soberbia, la prepotencia. Donde hay orgullo, donde hay prepotencia, donde hay soberbia no puede entrar el Señor porque aquel corazón está lleno de orgullo, de prepotencia, de soberbia. Por esto, debemos bajar este orgullo”.

“Debemos asumir actitudes de mansedumbre y de humildad, sin gritar, escuchar, hablar con mansedumbre y así preparar la venida de nuestro Salvador, que es manso y humilde de corazón (cfr. Mt 11,29)”.

 

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