Servicio diario - 03 de diciembre de 2017


 

Ángelus: Riqueza en las pequeñas cosas de cada día
Anne Kurian

Myanmar y Bangladesh: Rostros probados por la vida, pero nobles y sonrientes
Anne Kurian

Bangladesh: Radio Vaticano anuncia la liberación del P. Walter William Rozario
Anita Bourdin

Bangladesh: "Santo Padre, los jóvenes te amamos"
Anne Kurian

Galardones 'Alter Christus': Reconocimiento a la entrega sacerdotal
Redacción

San Juan Calabria, 4 de diciembre
Isabel Orellana Vilches


 

 

03/12/2017-14:59
Anne Kurian

Ángelus: Riqueza en las pequeñas cosas de cada día

(ZENIT — 3 dic. 2017).- Durante el tiempo de Adviento, el Papa Francisco ha exhortado a "estar siempre vigilantes y esperar al Señor": "Se trata, ha explicado en el Ángelus del 3 de Diciembre de 2017, de tener una mirada de comprensión para reconocer también las miserias y las pobrezas de los individuos y la sociedad, como la riqueza oculta en las pequeñas cosas de cada día, exactamente ahí donde el Señor nos ha puesto"

Presidiendo la oración mariana en la Plaza San Pedro, ante 15.000 personas, el primer domingo del tiempo de Adviento, el papa ha invitado a no dejarse "llevar por la distracción o por la superficialidad" sino a volverse hacia los demás, a "combatir la indiferencia y la crueldad".

Ha animado también a rechazar las tentaciones "de infidelidad a la llamada del Señor: él nos indica el buen camino, el camino de la fe y del amor, pero nosotros buscamos nuestra felicidad fuera".

 

Palabras del Papa antes del Ángelus

¡Queridos hermanos y hermanas, buenos días!

Hoy comenzamos el camino del Adviento, que culminará en Navidad. El Adviento es el tiempo que se nos da para acoger al Señor que viene a nuestro encuentro, para verificar nuestro deseo de Dios, para mirar hacia adelante y prepararnos para el retorno de Cristo. Volverá a nosotros en la fiesta de Navidad, cuando hagamos memoria de su venida histórica en la humildad de la condición humana: pero él vienen a nosotros cada vez que estamos dispuestos a recibirlo, y vendrá nuevamente al final de los tiempos para "juzgar a los vivos y a los muertos". Por eso debemos estar siempre vigilantes y esperar al Señor con la esperanza de encontrarlo. La liturgia de hoy nos introduce en este sugestivo tema de vigilancia y espera.

En el Evangelio (cf. Mc 13,33-37) Jesús nos exhorta a hacer atención y a velar, para estar preparados para acogerlo en el momento de su regreso. Él nos dice: "Ten cuidado, permanece despierto: porque no sabes cuándo será el momento [...]; si llega de improviso no os encuentre dormidos" (vv.33-3).

La persona que presta atención es aquella que, en medio del ruido del mundo, no se deja llevar por la distracción o la superficialidad, sino que vive de manera plena y consciente, con una preocupación dirigida sobre todo a los demás. Con esta actitud, nos damos cuenta de las lágrimas y las necesidades del prójimo y también podemos comprender las capacidades y cualidades humanas y espirituales. La persona atenta se dirige enseguida al mundo, tratando de combatir la indiferencia y la crueldad presentes en él, y regocijándose en los tesoros de la belleza que existen y deben ser protegidos.

Se trata de tener una mirada de comprensión para reconocer también las miserias y las pobrezas de los individuos y la sociedad, lo mismo que la riqueza oculta en las pequeñas cosas de cada día, exactamente donde el Señor nos ha puesto.

La persona vigilante es la que acoge la invitación a vigilar, es decir, no dejarse abrumar por el sueño del desaliento, la falta de esperanza, la decepción; y al mismo tiempo rebrote la solicitud de las muchas vanidades con las que el mundo se desborda y detrás de las cuales, a veces, se sacrifica el tiempo y la serenidad personal y familiar. Esta es la dolorosa experiencia del pueblo de Israel según lo relatado por el profeta Isaías: Dios parecía haber dejado vagar a su pueblo lejos de sus caminos (63,17), pero era un efecto de la infidelidad del mismo pueblo (ver 64,4b). Nosotros también, a menudo, nos encontramos en esta situación de infidelidad a la llamada del Señor: nos señala el camino correcto, el camino de la fe y el amor, pero buscamos nuestra felicidad en otra parte.

Estar atentos y vigilantes son las presuposiciones para no continuar "vagando lejos de los caminos del Señor", perdidos en nuestros pecados y en nuestras infidelidades. Estar atentos y vigilantes son las condiciones para permitir que Dios irrumpa en nuestra existencia, para darle significado y valor por su presencia llena de bondad y ternura. Que la Santísima Virgen, modelo en la espera de Dios y el ícono de la vigilancia, nos conduzca al encuentro de su hijo Jesús, reviviendo nuestro amor por él.

© Traducción de Zenit, Raquel Anillo

 

 

03/12/2017-12:28
Anne Kurian

Myanmar y Bangladesh: Rostros probados por la vida, pero nobles y sonrientes

(ZENIT — 3 dic. 2017).- Al día siguiente de su regreso del viaje apostólico a Myanmar y a Bangladesh, el Papa Francisco ha evocado "tantos rostros probados por la vida pero nobles y sonrientes". Durante el Ángelus del 3 de diciembre de 2017, aseguró: "Los llevo a todos en el corazón y en oración".

Después de la oración mariana en la Plaza de San Pedro, el Papa ha expresado su agradecimiento por este viaje "que me ha permitido encontrarme con esta gente, especialmente a las comunidades católicas, y ser edificado por su testimonio".

Aquí está nuestra traducción de las palabras pronunciadas por el Papa después del Ángelus.

 

Palabras del Papa después del Ángelus

Queridos hermanos y hermanas:

Esa noche he regresado del viaje apostólico a Myanmar y Bangladesh. Agradezco a todos aquellos que me han acompañado en la oración, y los invito a que se unan a mí en acción de gracias al Señor, quien me ha permitido conocer a estas personas, especialmente a las comunidades católicas, y ser edificado por su testimonio. El recuerdo de tantos rostros probados por la vida, pero nobles y sonrientes, está impreso en mí. Los llevo a todos en el corazón y en la oración.

En mi oración, también recuerdo en particular a la gente de Honduras, para que puedan pasar el momento de dificultad pacíficamente.

Dirijo mis saludos a vosotros, romanos y peregrinos, aquí presentes. Saludo en particular a los fieles de Bratislava (Eslovaquia) y Ludwigshafen en Alemania.

Saludo al grupo de Pregaziol (Treviso) y a los jóvenes confirmados de Mestrino (Padua); así como a la comunidad rumana que vive en Italia y hoy celebra el Día Nacional de Rumania.

A todos os deseo un buen domingo y un buen camino de Adviento. Por favor, no os olvideis de rezar por mí. Buen apetito y adiós!

© Traducción de Zenit, Raquel Anillo

 

 

03/12/2017-18:16
Anita Bourdin

Bangladesh: Radio Vaticano anuncia la liberación del P. Walter William Rozario

Radio Vaticano anuncia que el padre Walter William Rozario, de 41 años, vicario de la parroquia Maria Virgo Potens en Borni, Bangladesh, secuestrado el lunes pasado 27 de noviembre de 2017, escapó, se puso en contacto con su familia y fue encontrado con vida en Sylhet City el viernes, 1 de diciembre de 2017.

Xavier Sartre, de Radio Vaticano en francés, en contacto con la parroquia, indica que la policía habló con el hermano mayor del sacerdote y con el asistente de éste, agrega la misma fuente.

Fue secuestrado el lunes 27 de noviembre, el día de la partida del Papa a Myanmar y Bangladesh.

El padre Walter William Rozario contactó a su hermano menor, Amol Rozario, desde una parada de autobús en Shyamoli, en el barrio Surma de Sylhet, informa Radio Vaticano. Los agentes de policía de Natore y Sylhet fueron a recoger al padre Walter en la parada del autobús el viernes por la tarde.

Estaba organizando el viaje de unos 300 católicos a Dhaka para ver al Papa y participar en la Misa, dijo a Radio Vaticano el obispo de la Diócesis de Rajshahi, el Mons. Gerver Rosario. Su desaparición se lo impidió.

El sacerdote había ido en una motocicleta al Centro Cristiano `Bonpara' para supervisar una publicación sobre dos de los nuevos sacerdotes ordenados por el Papa que son de la región, y desapareció en el camino a casa.

El miércoles 30 de noviembre, la familia anunció una demanda de rescate de 300.000 takas (más de 3.000 euros) por teléfono, según Radio Vaticano.

© Traducción de Rosa Die Alcolea

 

 

03/12/2017-16:43
Anne Kurian

Bangladesh: "Santo Padre, los jóvenes te amamos"

(ZENIT — 3 dic. 2017).- "¡Eres el embajador de la armonía y la paz! ... Santo Padre, los jóvenes te amamos ... Tú nos inspiras y eres nuestro modelo de vida. Este es el entusiasta testimonio de la joven Upasana Ruth Gomes, durante el encuentro del Papa Francisco con 7000 jóvenes de Bangladesh, el 2 de diciembre de 2017, en Dhaka.

El último día de su visita al país, el Papa fue al Colegio Notre Dame, donde fue recibido por danzas tradicionales y jóvenes desbordantes de entusiasmo, bajo una gran carpa. Hablando en nombre de todos, Upasana Ruth Gomes elogió sus "iniciativas valientes", sus "palabras audaces", su "defensa de la justicia, de los pobres y los marginados".

También se refirió al desánimo de los jóvenes de cara a las "injusticias del mundo, (al) no respeto a la creación, (a) la división en las familias, al maltrato y a los peligros a los cuales son expuestas las mujeres y los niños" y suplicó por la causa de las mujeres.

Aquí está nuestra traducción de este testimonio.

 

Testimonio de Upasana Ruth Gomes

Buenas tardes a todos

Hoy mi corazón está lleno, o más bien rebosa de alegría por la presencia de nuestro amado Papa Francisco. Santo Padre, ¡una cordial bienvenida! ¡Eres el embajador de la armonía y la paz! Ha hecho un espacio en su corazón para todas las personas de diferentes tiempos y culturas que viven en este país, especialmente nosotros, los jóvenes. Santo Padre, los jóvenes te amamos. Estamos profundamente conmovidos por tu presencia. Usted nos inspira y usted es nuestro modelo de vida. Tú eres el rostro vivo de Jesucristo en el mundo de hoy. Sus iniciativas valientes, sus palabras atrevidas, su posición por la justicia, por los pobres y los marginados nos han provocado una
profunda reflexión. Su llamado por la paz y la solidaridad, su estilo de vida simple, vuestra preocupación por los inmigrantes, vuestro amor privilegiado y vuestra comprensión de las jóvenes generaciones son verdaderamente muy apreciadas.

Y comprendemos profundamente, vuestra llamada a asumir riesgos, a amar la vida y a enfrentar los desafíos para encontrar las posibles soluciones. Siempre nos recuerdas nuestra identidad cristiana: somos los hijos favoritos de Dios y Jesús nunca se cansa de amarnos.

Santo Padre, ¡entiendes nuestra fatiga! Nos emocionamos fácilmente, pero al mismo tiempo nos encontramos confusos, deprimidos, frustrados, no sabemos qué dirección tomar y, a veces, nos perdemos. A menudo somos tan frágiles y emocionalmente vulnerables que nuestra vida no parece tener sentido. Al ver las injusticias del mundo, la falta de respeto de la creación, la división en las familias, el maltrato y los peligros a los cuales son expuestas las mujeres y los niños, nos sentimos muy desanimados e impotentes. Como mujeres jóvenes, queremos la protección de los derechos humanos; que a cada mujer le sea reconocida su dignidad y avance en la sociedad, así como una mayor participación en la vida de la Iglesia. Sin embargo, tenemos la certeza, en lo profundo de nuestro corazón, que un día sobrepasaremos estos desafíos.

Santo Padre, gracias por tu visita. ¡Todos rezamos por ti! Que Dios Padre, fuente de Amor, te bendiga y te conceda salud y larga vida.

Traducción de ZENIT, Raquel Anillo

 

 

03/12/2017-15:14
Redacción

Galardones 'Alter Christus': Reconocimiento a la entrega sacerdotal

(ZENIT — 3 dic. 2017).- El Regnum Christi entrega la IV edición de los galardones Alter Christus para reconocer y poner en valor la entrega y contribución de los sacerdotes a las personas y a la sociedad. Será el lunes 4 de diciembre, a las 19 horas en la Universidad Francisco de Vitoria

Los galardonados en esta edición son D. Nicolás González, anterior capellán de las carmelitas de la Encarnación en Ávila; Mossén Bruno Bérchez, delegado de Juventud de la diócesis de Barcelona; D. Francisco Garrigós, delegado de Familia y Vida de la diócesis de Toledo; y D. Gonzalo Ruipérez, actual párroco de san Juan de Dios, en la UVA (Unidad Vecinal de Absorción) de Vallecas.

Este año se pone el foco en la contribución espiritual y material de la Iglesia en uno de los barrios de mayor marginalidad de España -la UVA de Vallecas-, a los sacerdotes que abren iniciativas pastorales para los jóvenes y familias, y la dedicación de un capellán, durante casi 50 años, a las monjas de clausura.

El anterior capellán del Monasterio de la Encarnación en Avila, el responsable de juventud en la diócesis de Barcelona, el de pastoral familiar en Toledo y el párroco de san Juan de Dios, en la UVA de Vallecas, recibirán los galardones Alter Christus que otorga este apostolado del Regnum Christi y que están dedicados a reconocer y poner en valor el trabajo de los sacerdotes. La entrega de la IV edición de estos galardones tendrá lugar en la sala de grados de la Universidad Francisco de Vitoria, este lunes 4 de diciembre, a las 19 horas.

 

Nicolás González González

Trató con Santa Maravillas de Jesús, y ha sido 47 años capellán de las carmelitas de Ávila

De entre las muchas responsabilidades que ha asumido, los galardones quieren destacar sus 47 años de servicio como capellán de las carmelitas en el monasterio de la Encarnación, llegando a conocer y tratar directamente a santa Maravillas de Jesús. Junto a esto, siempre se ha caracterizado por su constante servicio y apoyo tanto a los sacerdotes que acudían de peregrinación a la Encarnación como a los sacerdotes de la diócesis. Don Nicolás ha aunado a lo largo de su ministerio pastoral una inmensa dedicación al clero y a la vida consagrada desde un lugar privilegiado

Además, a lo largo de su vida ha asumido misiones importantes; entre ellas, la de Jefe de Operaciones de la Comisión Católica Española de Migración, Canónigo Doctoral y Deán, Vicario Judicial y Coordinador General de la Visita del Papa a Ávila 1982.

 

Bruno Bérchez Cagigal

“El sacerdote no juega el partido: ¡entrena jugadores! Eres el hombre de los sacramentos, el hombre que toca a Cristo”

“No podemos transmitir una buena noticia si no lo hemos experimentado antes, aquí radica la importancia del encuentro con Cristo”, explica Mossèn Bruno Bérchez, delegado de juventud de la archidiócesis de Barcelona. Su llegada a este ministerio en 2011 supuso toda una revolución pues ha facilitado y promovido muchas propuestas para jóvenes como el Café Youcat, la Semana Solidaria, el curso Alpha o Life Teen. Para él, “el sacerdote no juega el partido: ¡entrena jugadores!”, y eso es una forma de animar a que los laicos entiendan las responsabilidades que tienen en la vida de la Iglesia. Para Mn. Bérchez, “el cura es bueno representando a Cristo ante el joven y al joven ante Cristo en oración… Ven cómo celebras, ven que eres el hombre de los sacramentos, el hombre que toca a Cristo”

 

Gonzalo Ruipérez Aranda

En la UVA de Vallecas, tuve hambre y me diste de comer; en la cárcel, y me visitaste…

Desde septiembre de 2014 es el párroco de San Juan de Dios, en la UVA de Vallecas, uno de los barrios más marginales de Madrid con un buen porcentaje de fieles que han pasado por la cárcel. Se ordenó sacerdote con 27 años. Es licenciado en Ciencias Religiosas, Filología Trilingüe y Teología Moral, y su pasión por evangelizar le ha llevado a desempeñar diferentes funciones en la Santa Sede, en la diócesis de Zaragoza, en la cárcel de Meco…

Si algo le llena el corazón es la personalidad de San Juan de Dios, quien es para él todo un modelo. En su actual parroquia, lo primero que hizo fue colocar un sagrario, pues ni siquiera había. Ahora se imparten catequesis, los chicos del barrio comienzan a llevar una vida alejada de las drogas y la delincuencia, e incluso reparte al año más de 150 toneladas de comidas, pañales y enseres de primera necesidad que él consigue gracias a sus amigos y conocidos.

 

Miguel Francisco Garrigós Domínguez

“Que los llamados al matrimonio vivan el deseo de santidad”

Miguel Garrigós es el delegado diocesano de pastoral familiar en la archidiócesis de Toledo. Fue ordenado en 1998, y después de varios años de dedicación en varias parroquias, en 2011 fue nombrado Delegado de Familia y Vida. Él lo tiene claro: la prioridad pastoral del arzobispado de Toledo es la familia, y a ella están dedicando todos los recursos. “Nuestro anhelo debe ser que los llamados al matrimonio vivan el deseo de santidad”. Desde la delegación se impulsan diversas iniciativas pioneras en el trabajo pastoral con la familia como “Taller de Nazaret”, “Family Chef”, o el grupo de mujeres separadas “Santa Teresa”, entre otros. En uno de ellos, ‘Yo en ti’, se aborda el tema de los cursillos prematrimoniales partiendo del anuncio del kerigma: “Hay que analizar qué hacer para que la Iglesia siga presente en su vocación a la santidad”. Con el proyecto “Family Rock” se da una continuidad a los matrimonios durante cinco años, “para que sientan que no están solos”.

Oficina de Comunicación y Prensa en España

 

 

03/12/2017-08:30
Isabel Orellana Vilches

San Juan Calabria, 4 de diciembre

«Fundador de los Pobres Siervos y de las Pobres Siervas de la Divina Providencia. Calificado por Pío XII campeón de evangélica caridad al saber que había muerto ofreciendo su vida por él cuando se hallaba enfermo de gravedad»

«La Providencia existe, Dios es Padre y piensa en nosotros, siempre que nosotros pensemos en él y le correspondamos buscando en primer lugar el Santo Reino de Dios y su justicia». Fue la honda convicción de Juan que había experimentado claramente la Providencia en su vida y en ella sustentó el carisma de sus fundaciones. Era el séptimo hijo de una humilde y cristiana familia que rayaba en la pobreza y que le acogió gozosa en su seno cuando nació en Verona, Italia, el 8 de octubre de 1873. Su padre era zapatero y su madre se ganaba la vida como empleada doméstica. La muerte de aquél cuando Juan era un adolescente truncó su primera andadura académica ya que tuvo que ponerse a trabajar para ayudar a sostener el hogar, aunque le despedían de los trabajos por incompetente. Esta situación afectó a su rendimiento escolar.

El padre Scarpini, rector de San Lorenzo, constató que el muchacho mostraba unos rasgos de virtud que le hacían apto para iniciar los estudios eclesiásticos, y no escatimó ningún esfuerzo para que pudiera ingresar en el seminario. La situación económica familiar solo le permitía estudiar como alumno externo, y así permaneció tres años hasta que tuvo que cumplir el servicio militar. Tenía madera de santo y en el cuartel tuvieron ocasión de constatarlo. Cuando salió de allí, muchos, instados por él, habían abierto sus brazos a Dios.

Algunas de las circunstancias que concurrieron en su vida, especialmente la experiencia de precariedad en la que había discurrido su corta existencia, y el gesto generoso y atento del padre Scarpini, unido a sus entrañas de misericordia, se trenzaron en fecundo anillo una gélida noche de 1897 cuando, tras realizar la visita a los enfermos, halló un niño fugitivo que yacía en el umbral de su casa aterido de frío. Tenía 6 años y todo indicaba que había sido adiestrado para mendigar y posiblemente secuestrado en la región de Liguria. Por eso, aunque hizo las gestiones legales oportunas, aconsejado por Scarpini, nadie se preocupó de buscar al pequeño.

La pobreza, la soledad, la enfermedad, el abandono..., serían para siempre dramáticas realidades que jamás dejarían al santo impasible. Por el contrario, a ellas dedicó todo su quehacer buscando siempre el modo de paliarlas implicando a seminaristas, sacerdotes y laicos. Por de pronto, aquella inolvidable noche en la que descubrió la naturaleza de su verdadera vocación, cobijó al pequeño en su propia casa sin que su madre mostrara reparo alguno por ello. Y a los pocos meses ya había puesto en marcha la «Pía Unión para la asistencia de los enfermos pobres».

Desde 1901, año en el que fue ordenado sacerdote, junto a la labor pastoral que realizó en la parroquia de San Esteban y en la rectoría de San Benito del Monte, los enfermos, los ancianos, los pobres y cualquier persona necesitada, recibieron de él gestos de caridad ofrecida a manos llenas. Las fundaciones se iban multiplicando mientras la Providencia seguía acompañándole en su incansable labor. Recogía a los niños abandonados; mientras trataba de hallar un centro de acogida digno para ellos, sin lograrlo. En 1906 su madre se ocupaba de atenderlos con tanta intensidad que enfermó gravemente. Juan acudió al conde Francesco Perez. El aristócrata le miró fijamente convencido de que él era la persona idónea para cuidar a los pequeños. Pero con su madre enferma no veía cómo podía llevar a cabo su labor. Suplicó a Dios. Si era su voluntad que se ocupase de los niños, el signo sería la curación de su madre al menos durante un año. Ella sanó repentinamente.

En noviembre de 1907 puso en marcha el Instituto «Casa Buoni Fanciulli», y a esta obra siguió la fundación de la «Congregación de los Pobres Siervos de la Divina Providencia», formada con un grupo de personas que secundaron su acción apostólica compartiendo su vocación, y la rama femenina «Pobres Siervas de la Divina Providencia». Creó la «Cittadella della caritá», la «Familia de los Hermanos Externos» para los laicos, y fue impulsor de casas de acogida y hospitales.

Pensando en los «Parias» en 1934 extendió la fundación a Vijayavada (India). Además, promovió las vocaciones y el diálogo interreligioso dejando abierta una fecunda vía ecuménica con protestantes, ortodoxos y hebreos, fue un extraordinario confesor, y no dudó en exponer su vida salvando la de personas en peligro, como la de una doctora hebrea amenazada de muerte en la persecución nazi a la que rescató manteniéndola oculta entre las religiosas fundadas por él. Algunos de los agraciados por tan bondadoso corazón, como hizo esta mujer, enviaron cartas a Roma a la postulación pidiendo que fuese elevado a los altares.

Juan se ofreció a sí mismo por la santificación de la Iglesia y la unidad de los cristianos, y alentó a todos a la vivencia del rigor evangélico. Junto con su proverbial caridad, asentada en su oración, pervivió la gratuidad en todo lo que hizo. De hecho, quería que sus hijos realizaran su misión en «donde nada hay, humanamente, para recibir». Solo les pedía «humildad, escondimiento total, abandonada por entero y totalmente en la divina Providencia; no pedir nada, rezar mucho; que nadie pague; prohibido todo tipo de publicidad; no conferencias, no reuniones de beneficencia, no agradecimientos públicos, porque Dios no necesita estas cosas y Él se ocupa de esta Obra que es totalmente suya. Nosotros busquemos almas, solamente almas».

Enfermo de gravedad y sabedor de que Pío XII se hallaba agonizante, puso su vida a los pies del Padre por él. Dios le escuchó. Murió el 4 de diciembre de 1954 mientras el pontífice salía adelante y le sobrevivía cuatro años más. Al conocer el postrer gesto de caridad que había tenido, Pío XII lo calificó como «campeón de evangélica caridad». Por su parte, el cardenal Schuster ordenó cincelar este epitafio sobre la tumba de Juan que sintetiza su grandeza y el impacto de su admirable virtud y quehacer apostólico: «Resplandeció como un faro luminoso en la Iglesia de Dios». Juan Pablo II lo beatificó el 17 de abril de 1988, y él mismo lo canonizó el 18 de abril de 1999.