Servicio diario - 18 de octubre de 2017


Audiencia general: "La muerte nos indica que el amor y el bien permanecen"
Rosa Die Alcolea

Audiencia general 18 de octubre de 2017 — Texto completo
Redacción

Somalia: El Papa reza por las víctimas y por la conversión de los violentos
Rosa Die Alcolea

Oriente Medio y Siria: El Papa saluda a los visitantes de habla árabe
Rosa Die Alcolea

Jóvenes: Solidaridad y ternura con el ejemplo de San Lucas
Rosa Die Alcolea

Religiones por la paz: "La paz es un don divino y un logro humano"
Rosa Die Alcolea

Mons. Auza llama a "salvaguardar la naturaleza pacífica" del espacio exterior
Rosa Die Alcolea

San Pablo de la Cruz, 19 de octubre
Isabel Orellana Vilches

P. Antonio Rivero L.C.: "Al César el tributo y a Dios el culto, no al revés"
Antonio Rivero


 

 

18/10/2017-09:34
Rosa Die Alcolea

Audiencia general: "La muerte nos indica que el amor y el bien permanecen"

(ZENIT — 18 Oct. 2017).- "La muerte nos indica que solamente el bien y el amor que sembramos mientras vivimos permanecen ", ha dicho el Papa.

En la audiencia general celebrada esta mañana, 18 de octubre de 2017, en la plaza de San Pedro ante miles de peregrinos, el Papa ha reflexionado sobre el "contraste que existe entre la esperanza cristiana y la realidad de la muerte", en la que ha sido la 38a catequesis sobre la esperanza cristiana.

El Papa ha expresado que "La muerte es un misterio", manifiesta la fugacidad de la vida, nos enseña que nuestro orgullo, ira y odio, son sólo vanidad; que no amamos lo suficiente, que no buscamos lo esencial. "Pero —ha continuado el Papa— también nos indica que solamente el bien y el amor que sembramos mientras vivimos permanecen".

Así, el Papa ha afirmado que nuestra civilización moderna "trata de suprimir y disimular la muerte", hasta el punto de que cuando llega nadie está preparado, ni tiene tampoco los medios para darle un sentido.

Como hemos escuchado en la lectura del evangelio —ha indicado el Papa— "Jesús es el único capaz de iluminar el misterio de la muerte". Con su actuar nos enseña que sentir dolor ante la pérdida de un ser querido "no es contrario a la esperanza", ha explicado Francisco.

"Su oración al Padre, Origen de la vida, nos revela que la muerte no forma parte de su designio amoroso, y que Jesús mismo, con su obediencia total al Padre, restaura el proyecto original de Dios y nos otorga vida en abundancia", ha señalado el Papa.

El Papa ha explicado que también en el Evangelio, se muestra cómo Jesús pide que "no se tenga miedo ante ella, sino que se confíe en su palabra y se mantenga viva la llama de la fe", y ha advertido que "A la evidencia de la muerte, Jesús opone la luz de su potencia, que también extiende sobre cada uno de nosotros, pequeños e indefensos frente al enigma de la muerte, y Jesús nos asegura: «Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá»".

Al terminar su catequesis en español, el Papa ha mandado un saludo a los peregrinos de esta lengua, en particular a los provenientes de España y Latinoamérica, y les ha dicho: "El Señor Jesús, única esperanza de la humanidad, nos conceda la gracia de mantener encendida la llama de la fe, y en el momento de nuestra muerte nos tome de la mano y nos diga: «¡Levántate!». Que Santa María, Madre de Dios, interceda por todos nosotros, ahora y en la hora de nuestra muerte. Así sea".

 

 

18/10/2017-10:59
Redacción

Audiencia general 18 de octubre de 2017 —  Texto completo

(ZENIT — 18 Oct. 2017).- "Esta es nuestra esperanza frente a la muerte. Para el que cree, es una puerta que se abre de par en par; para aquellos que dudan, es un rayo de luz que se filtra desde una puerta que no se ha cerrado del todo. Pero para todos nosotros, será una gracia cuando esta luz, del encuentro con Jesús, nos ilumine", ha dicho el Papa.

Sobre la esperanza y la muerte ha tratado la 38a catequesis que ha ofrecido el papa Francisco sobre la esperanza cristiana en la audiencia general, celebrada esta mañana, 18 de octubre de 2017, en la plaza de San Pedro, ante miles de peregrinos procedentes de Italia y de otros países.

El Papa ha afirmado que "La muerte pone así nuestra vida al desnudo". Ha explicado que "Nos muestra que nuestros actos de orgullo, de ira y odio eran vanidad: vanidad pura. Nos damos cuenta con resquemor de que no hemos amado lo suficiente y no hemos buscado lo esencial. Y, por el contrario, vemos cuánto realmente bueno hemos sembrado: los afectos por los que nos hemos sacrificado y que ahora nos sujetan la mano".

A continuación se puede leer el texto completo de la catequesis del Papa.

 

Catequesis del papa Francisco

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Hoy, me gustaría confrontar la esperanza cristiana con la realidad de la muerte, una realidad que nuestra civilización moderna tiende cada vez más a suprimir. Así que, cuando llega la muerte de los que nos rodean o de nosotros mismos, no estamos preparados, no tenemos un "alfabeto" adecuado para esbozar palabras con sentido sobre su misterio que, de todas formas, sigue estando allí. Sin embargo, los primeros signos de la civilización humana han pasado precisamente a través de este enigma.

Podríamos decir que el hombre nació con el culto de los muertos.

Otras civilizaciones, antes de la nuestra, tuvieron el coraje de mirarla a la cara. Era un evento que los viejos contaban a las nuevas generaciones, como una realidad inevitable que obligaba al hombre a vivir por algo absoluto. Dice el Salmo 90: "Enséñanos a contar nuestros días para que entre la sabiduría en nuestros corazones" (v. 12). ¡Contar nuestros días vuelve al corazón sabio! Palabras que nos llevan a un realismo saludable, ahuyentando el delirio de la omnipotencia. ¿Qué somos? Somos "casi nada", dice otro salmo (cf. 88: 48); nuestros días huyen veloces: aunque viviéramos cien años, al final todo nos habría parecido un soplo. Muchas veces he escuchado a los ancianos decir: "La vida se me ha pasado como en un soplo...".

La muerte pone así nuestra vida al desnudo. Nos muestra que nuestros actos de orgullo, de ira y odio eran vanidad: vanidad pura. Nos damos cuenta con resquemor de que no hemos amado lo suficiente y no hemos buscado lo esencial. Y, por el contrario, vemos cuánto realmente bueno hemos sembrado: los afectos por los que nos hemos sacrificado y que ahora nos sujetan la mano.

Jesús iluminó el misterio de nuestra muerte. Con su comportamiento, nos autoriza a sentir tristeza cuando una persona querida se va. Él se turbó "profundamente" ante la tumba de Lázaro, y "se echó a llorar" (Juan 11:35). En esta actitud, sentimos a Jesús muy cerca, como un hermano nuestro. Lloró por su amigo Lázaro.

Entonces Jesús reza al Padre, fuente de vida, y manda a Lázaro que salga del sepulcro... Y así sucede. La esperanza cristiana se nutre de esta actitud que Jesús asume contra la muerte humana: aunque esté presente en la creación es, sin embargo, un corte que desfigura el diseño de amor de Dios y el Salvador quiere curarnos.

En otros lugares, los Evangelios hablan de un padre que tenía una hija muy enferma y se dirige a Jesús con fe para que la salve (cf. Mc 5,21-24.35-43). Y no hay figura más conmovedora que un padre o una madre con un hijo enfermo. E inmediatamente Jesús se encamina con ese hombre, que se llamaba Jairo. En un momento dado llega alguien de la casa de Jairo y le dice que la niña se ha muerto y ya no hay necesidad de molestar al Maestro. Pero Jesús dice a Jairo: "No temas, solamente ten fe" (Mc 5:36). Jesús sabe que aquel hombre está tentado de reaccionar con rabia y desesperación porque la niña está muerta y le pide que guarde la pequeña llama encendida en su corazón: la fe. "No temas, solamente ten fe". "¡No tengas miedo, sigue teniendo encendida esa llama!" Y luego, llegados a casa, despertará de la muerte a la niña y la devolverá viva a sus seres queridos.

Jesús nos pone en este "risco" de fe. A Marta, que llora por la muerte de su hermano Lázaro, opone la luz de un dogma: "Yo soy la resurrección y la vida; El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí no morirá jamás. ¿Crees esto? "(Jn 11: 25-26). Es lo que Jesús repite a cada uno de nosotros, cada vez que la muerte viene a rasgar el tejido de la vida y de los afectos. Toda nuestra existencia se juega aquí, entre el lado de la fe y el precipicio del miedo. Jesús dice: "Yo no soy la muerte, soy la resurrección y la vida, ¿crees esto? ¿Crees esto?" Nosotros, que estamos hoy en la plaza, ¿creemos esto?

Todos somos pequeños e indefensos frente al misterio de la muerte. Sin embargo, ¡qué gracia si en ese momento guardamos la llama de la fe en nuestros corazones! Jesús nos llevará de la mano, como tomó de la mano a la hija de Jairo, y nos repetirá de nuevo, "Talita kum", "Niña, levántate!" (Mc 5,41). Nos lo dirá, a cada uno de nosotros: "¡Levántate, resurge!" Yo ahora os invito a cerrar los ojos y a pensar en ese momento: el de nuestra muerte. Cada uno de nosotros piense en su propia muerte, e imagine ese momento que vendrá cuando Jesús nos tome de la mano y diga: "Ven, ven conmigo, levántate". Allí terminará la esperanza y será la realidad, la realidad de la vida. Pensadlo bien: Jesús mismo vendrá donde cada uno de nosotros y nos tomará de su mano, con su ternura, su dulzura, su amor. Y que cada uno repita en su corazón la palabra de Jesús: "¡Levántate, ven, levántate, ven! ¡Levántate, resurge!".

Esta es nuestra esperanza frente a la muerte. Para el que cree, es una puerta que se abre de par en par; para aquellos que dudan, es un rayo de luz que se filtra desde una puerta que no se ha cerrado del todo. Pero para todos nosotros, será una gracia cuando esta luz, del encuentro con Jesús, nos ilumine.

 

Llamamiento

Quiero expresar mi dolor por la masacre ocurrida hace unos días en Mogadiscio, Somalia, que ha causado más de 300 muertos, incluidos algunos niños. Este acto terrorista merece el deploro más firme también porque se ensaña contra una población ya duramente probada. Rezo por los muertos y por los heridos, por sus familiares y por toda la población de Somalia. Imploro la conversión de los violentos y aliento a todos los que, con enormes dificultades, trabajan por la paz en esa tierra martirizada.

 

Saludos en las diversas lenguas

Saludos en francés

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua francesa, especialmente a los jóvenes de los colegios y escuelas secundarias de Francia, así como a los peregrinos de Suiza. Cuando nuestras vidas experimentan pruebas y tristezas, recordemos que Jesús nos dijo: "Yo soy la resurrección y la vida". Rezo para que vuestra peregrinación a Roma os ayude a mantener viva en vuestro corazón la llama de la fe y la esperanza. Dios os bendiga.

Saludos en inglés

Saludo a los peregrinos de lengua inglesa presentes en audiencia de hoy, especialmente los procedentes de Inglaterra, Escocia, Malta, Países Bajos, Noruega, Suecia, Rusia, Indonesia, Malasia, Sri Lanka, China, Ghana, Lesotho, Filipinas y Estados Unidos. ¡Que Jesucristo fortalezca en la fe a vosotros y a vuestras familias y os haga testigos de esperanza en este mundo, especialmente entre aquellos que viven en el dolor. Dios os bendiga a todos.

Saludos en alemán

Una cordial bienvenida a los peregrinos de habla alemana. Saludo en particular a los "Schützen", a las asociaciones de la región de Cloppenburg y a los muchos jóvenes, especialmente a los estudiantes de la Liebfrauenschule de Bonn. Os deseo una buena permanencia en Roma y os bendigo a todos de corazón.

Saludos en español

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los provenientes de España y Latinoamérica. El Señor, única esperanza de la humanidad, nos conceda la gracia de mantener encendida la llama de la fe, y en el momento de nuestra muerte nos tome de la mano y nos diga: «¡Levántate!». Que Santa María, Madre de Dios, interceda por todos nosotros, ahora y en la hora de nuestra muerte. Así sea.

Saludos en portugués

Dirijo un cordial saludo a los peregrinos de lengua portuguesa, especialmente a los varios grupos de Brasil, y en particular a los fieles de la archidiócesis de Natal con su pastor y a los de la arquidiócesis de Londrina, invitando a todos a permanecer fieles a Cristo Jesús como los protomártires de Brasil. El Espíritu Santo os ilumine para que podáis llevar la bendición de Dios a todos los hombres. La Virgen Madre os vigile y proteja.

Saludos en árabe

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua árabe, especialmente a los de Siria y Medio Oriente. Se derrumba ante la partida de un ser querido el engaño de negar o ignorar la muerte y nos enfrentamos a dos opciones: continuar engañándonos a nosotros mismos, o admitir humildemente nuestra pequeñez y creer que Dios nos creó para la vida. Solo la luz de Jesús puede transformar las tinieblas de la tumba en victoria; la amargura de la separación en la dulzura del encuentro; y la derrota de la cruz en el alba de la resurrección. Sólo la fe puede cambiar la vida terrenal de un final absurdo a un comienzo glorioso para la vida eterna. ¡El Señor os bendiga y os proteja siempre del maligno!

Saludos en polaco

Saludo cordialmente a los peregrinos polacos. Hoy, recordando a San Lucas Evangelista, celebráis en Polonia, al santo patrón de los agentes sanitarios. Recordad en la oración a todos los que cuidan a las personas enfermas con dedicación y espíritu de sacrificio. Que en el servicio que desempeñan, nunca les falten las fuerzas, los buenos resultados y la alegría. Dios los sostenga y recompense el bien y la esperanza que infunden en los corazones de los enfermos. Bendigo a los aquí presentes, y a vuestros seres queridos.

Saludos en neerlandés

Con afecto saludo a los fieles de habla neerlandesa, especialmente a los peregrinos de la diócesis de Rotterdam. Cristo ha vencido la muerte. Él es nuestra resurrección y nuestra vida. Sed testigos de este mensaje de esperanza ante vuestros hermanos y hermanas. El Señor os bendiga y también a vuestros seres queridos.

Saludos en italiano

¡Una cordial bienvenida a los peregrinos italianos!

Me complace recibir a los fieles de la diócesis de Conversano-Monopoli, con el obispo Monseñor Giuseppe Favale, llegados aquí para el aniversario del Año mariano diocesano; a los confirmados de la diócesis de Faenza-Modigliana, con el obispo Monseñor Mario Toso; a las capitulares de las Hijas de Santa María de Leuca y a las religiosas participantes en la reunión promovida por la USMI.

Queridos hermanos y hermanas, vuestra peregrinación a Roma avive la comunión con el Sucesor de Pedro y la Iglesia Universal y os haga testigos de Cristo en vuestras Iglesias locales.

Saludo a los peregrinos de la Fundación "Senior Italia", con motivo de la fiesta de los abuelos; a los participantes en la peregrinación promovida por la Milicia de la Inmaculada; a los miembros de la Asociación "Bimbo tu" de Bolonia; a la Unión Italiana de Ciegos y Personas con Hipovisión y a los fieles de las diversas parroquias y asociaciones.

Finalmente, me gustaría extender mi saludo a los jóvenes, los enfermos y los recién casados. Hoy, es la fiesta de San Lucas, evangelista y médico. Queridos jóvenes, que su testimonio de vida os impulse a opciones valientes de solidaridad y ternura. Queridos enfermos, que en su enseñanza podáis encontrar en Jesús el remedio para vuestros sufrimientos; y vosotros queridos recién casados, pedid su intercesión para que en vuestra nueva familia nunca falte la atención a los que sufren.

© Librería del Vaticano

 

 

18/10/2017-09:14
Rosa Die Alcolea

Somalia: El Papa reza por las víctimas y por la conversión de los violentos

(ZENIT — 18 Oct. 2017).- "Rezo por los difuntos y por los heridos, por sus familias y por todo el pueblo de Somalia. Suplico la conversión de los violentos y animo a cuantos, con enormes dificultades, trabajan por la paz en aquella tierra atormentada", ha dicho el Papa.

El Santo Padre ha recordado a las víctimas del ataque en Somalia, ocurrido el 14 de octubre de 2017 en Mogadiscio, capital de Somalia, en el que murieron unas de 350 personas, incluidos niños, a causa de la explosión de dos bombas en el núcleo urbano.

El Papa ha querido expresar su "pesar por la masacre", ha dicho al término de la Audiencia general celebrada esta mañana, 18 de octubre de 2017, en la plaza de san Pedro, en el Vaticano.

"Este acto terrorista merece la más firme reprobación, sobre todo porque golpea que está ya muy probada", ha afirmado el papa Francisco, y ha manifestado su oración por ellos y por sus familias.

 

 

18/10/2017-11:22
Rosa Die Alcolea

Oriente Medio y Siria: El Papa saluda a los visitantes de habla árabe

(ZENIT — 18 Oct. 2017).- "Solo la luz de Jesús puede transformar las tinieblas de la tumba en victoria; la amargura de la separación en la dulzura del encuentro; y la derrota de la cruz en el alba de la resurrección", ha dicho el Papa.

Estas son las palabras que ha dirigido el papa Francisco a las personas de lengua árabe esta mañana, 18 de octubre de 2017, en la audiencia general.

El Papa, como tiene por costumbre, ha saludado a los visitantes de lengua árabe, especialmente a los de Siria y Medio Oriente.

Francisco ha expresado que "se derrumba ante la partida de un ser querido, el engaño de negar o ignorar la muerte, y nos enfrentamos a dos opciones: continuar engañándonos a nosotros mismos, o admitir humildemente nuestra pequeñez y creer que Dios nos creó para la vida".

El Papa ha afirmado que sólo la fe "puede cambiar la vida terrenal de un final absurdo a un comienzo glorioso" para la vida eterna. "¡El Señor os bendiga y os proteja siempre del maligno!", ha dirigido a los parlantes de lengua árabe.

 

 

18/10/2017-11:35
Rosa Die Alcolea

Jóvenes: Solidaridad y ternura con el ejemplo de San Lucas

(ZENIT — 18 Oct. 2017).- Que el testimonio de vida de San Lucas "os impulse a opciones valientes de solidaridad y ternura", ha dicho el Papa a los jóvenes.

Como cada miércoles, el Papa ha dirigido un mensaje a los jóvenes, los enfermos y los recién casados en la audiencia general.

Hoy, 18 de octubre, en la fiesta de San Lucas, evangelista y médico, el Papa ha invitado a los jóvenes a "que su testimonio de vida os impulse a opciones valientes de solidaridad y ternura".

Asimismo, les ha deseado a las personas enfermas que con su enseñanza, puedan encontrar en Jesús el remedio para sus sufrimientos, y a los nuevos matrimonios los ha invitado a que pidan al santo su intercesión "para que en vuestra nueva familia nunca falte la atención a los que sufren", ha dicho.

 

 

18/10/2017-18:09
Rosa Die Alcolea

Religiones por la paz: "La paz es un don divino y un logro humano"

(ZENIT — 18 Oct. 2017).- "La paz es, al mismo tiempo, un don divino y un logro humano. Por eso, los creyentes de todas las religiones están llamados a invocarla e interceder por ella", ha dicho el papa Francisco.

Esta mañana, 18 de octubre, a las 9 horas en la sala adyacente al Aula Pablo VI el Santo Padre Francisco ha recibido en audiencia a los delegados de la "World Conference of Religions for Peace", comunidades religiosas del mundo cooperan de manera efectiva por la paz.

"Las religiones cuentan con recursos para favorecer juntas el progreso de una alianza moral que promueva el respeto de la dignidad de la persona humana y el cuidado de la creación", ha declarado Francisco.

A continuación, pueden leer el discurso que el Papa ha dirigido a los delegados de "World Conference of Religions for Peace".

 

Discurso del Santo Padre

Queridos amigos:

Os doy mi cordial bienvenida y os agradezco vuestra visita. Doy las gracias al cardenal Tauran por su presentación.

La paz es también una tarea urgente en el mundo de hoy donde tantas poblaciones están laceradas por las guerras y la violencia. La paz es, al mismo tiempo, un don divino y un logro humano. Por eso, los creyentes de todas las religiones están llamados a invocarla e interceder por ella; y todos los hombres de buena voluntad, especialmente los que tienen cargos de responsabilidad, están llamados a trabajar por ella, con el corazón, con la mente y con las manos, sí, porque la paz se construye de manera "artesanal". En este trabajo, la paz y la justicia se construyen juntas.

En la construcción de la paz, las religiones, con sus recursos espirituales y morales, tienen un papel especial e irreemplazable. No pueden tener una actitud neutral, y, todavía menos, ambiguo, con respecto a la paz.

El que comete violencia o la justifica en nombre de la religión, ofende gravemente a Dios, que es paz y fuente de la paz, y ha dejado en el ser humano un reflejo de su sabiduría, su potencia y su belleza.

Expreso mi aprecio y gratitud por la obra de 'Religions for peace'; brindáis un servicio precioso tanto a la religión como a la paz, porque las religiones están destinadas por su naturaleza a promover la paz a través de la justicia, la fraternidad, el desarme y el cuidado de la creación.

Entre las religiones hace falta también un esfuerzo común de colaboración para promover la ecología integral. La Biblia nos ayuda en esto, remitiéndonos a los ojos del Creador, que "vio todo lo que había hecho, y he aquí que era muy bueno" (Génesis 1:31). Las religiones cuentan con recursos para favorecer juntas el progreso de una alianza moral que promueva el respeto de la dignidad de la persona humana y el cuidado de la creación.

Gracias a Dios, tenemos muchos buenos ejemplos en diversas partes del mundo sobre la fuerza de la cooperación interreligiosa para oponerse a los conflictos violentos, para promover el desarrollo sostenible, para proteger la tierra.

¡Continuemos por este camino! Confiemos en la ayuda del Todopoderoso y en la buena voluntad de los creyentes y de muchas otras personas.

Dios os bendiga y haga fecundo vuestro esfuerzo en pro de la paz.

 

 

18/10/2017-18:22
Rosa Die Alcolea

Mons. Auza llama a "salvaguardar la naturaleza pacífica" del espacio exterior

(ZENIT — 18 Oct. 2017).- , Mons. Auza ha hecho un llamamiento a la comunidad internacional a "salvaguardar la naturaleza pacífica" del espacio exterior, previniendo que este se convierta en un área para la militarización y el armamentismo.

Intervención ofrecida por el Arzobispo Mons. Bernardito Auza, Observador permanente de la Santa Sede en las Naciones Unidas, el 17 de octubre de 2017 durante el debate de la 1a Comisión sobre el punto 97 del programa, dedicado a la "Prevención de una carrera de armamentos en el espacio ultraterrestre".

En su discurso, Mons. Auza llamó a la comunidad internacional a "salvaguardar la naturaleza pacífica" del espacio exterior, previniendo que este se convierta en un área para la militarización y el armamentismo, y señala que este año se cumple el 50 aniversario del Tratado sobre el espacio ultraterrestre, cuyo objetivo es "evitar que los conflictos en la Tierra se extiendan al espacio ultraterrestre".

El diplomático de la Santa Sede destacó el importante papel que ha tenido el desarrollo pacífico de las tecnologías espaciales para la humanidad, señalando que "los satélites son importantes no solo para la vida cotidiana de las personas en todo el mundo, sino que también se utilizan para monitorear el medio ambiente y las operaciones humanitarias" y recopilar evidencia de posible genocidio y otras atrocidades masivas.

El arzobispo ha advertido de que "Debido a que el mundo depende cada vez más de las tecnologías espaciales, se vuelve cada vez más vulnerable a los ataques contra la tecnología espacial; una guerra en el espacio podría ser más devastadora para las civilizaciones que un conflicto armado en el terreno".

 

 

18/10/2017-07:28
Isabel Orellana Vilches

San Pablo de la Cruz, 19 de octubre

«Fundador de los pasionistas. El más grande místico italiano del siglo XVIII. Consagró su vida a promover la memoria de la Pasión de Cristo; lo prometió a la Virgen Salus Populi Romani en la basílica romana de Santa María la Mayor»

Paolo Francesco Danei Massari nació en Ovada, Italia, el 3 de enero de 1694. Era hijo de un comerciante. De dieciséis hermanos nacidos en la familia, solo sobrevivieron seis. Las penurias económicas marcaron su infancia.

Viéndose obligado a trabajar y cambiar con frecuencia de domicilio, apenas pudo estudiar. Pero sus padres compensaron esta dificultad legándole un patrimonio inigualable para conocer y experimentar la verdadera sabiduría que procede de Dios. Luchino, su padre, le leía vidas de santos y le marcaba la senda que le convenía seguir, manteniéndole al abrigo de malas compañías. Su madre, Anna María, suscitó en él un amor inmenso por el Crucificado, enseñándole a acudir a Él ante cualquier contrariedad de la vida, que ya en su infancia determinó entregarle.

En un sermón se produjo lo que denominó su «conversión». Fue en 1713. Después de escuchar el pasaje evangélico: «Si no os convertís, todos pereceréis» (Lc 13,5), «sintió un impulso irresistible de darse a una vida santa y perfecta», hizo confesión general, y tomó la vía penitencial alentado por la oración y lectura de las biografías de los santos que conocía. Junto a jóvenes afines, promovió una asociación de asistencia al prójimo; su palabra y ejemplo propició la consagración religiosa de algunos. Quiso ser mártir de la fe, y durante un año luchó en la cruzada contra los turcos impulsada por Clemente Xl.

Viendo que no era su camino, regresó junto a sus padres y llevó vida de intensa oración y penitencia. En ese periodo se le presentó un futuro halagüeño a nivel empresarial y personal, con un ventajoso matrimonio, aunque nada de ello logró seducirle.

En 1720, en sueños, vio el hábito distintivo de la Orden que debía fundar, y a renglón seguido María le confirmaba que ésta debería tener como carisma el amor a la Pasión. De ahí brotó su hondo sentimiento: «Ser y hacer memoria del Crucificado y de los crucificados». Con permiso del obispo de Alejandría, que le impuso el hábito, se recluyó en un inhóspito y húmedo trastero de la sacristía de la iglesia de San Carlos, de Castellazzo. Ayunando, sin apenas descanso, compuso las reglas e inició la redacción de un «Diario espiritual» que tuvo que escribir por obediencia. Este era su afán: «No deseo saber otra cosa ni quiero gustar consuelo alguno; solo deseo estar crucificado con Jesús».

Viviendo en soledad, emprendió su acción apostólica en zonas circundantes. Los destinatarios eran los niños a los que catequizaba. Difundió las Misiones Populares en el entorno con grandes frutos. Entre las primeras vocaciones hubo abandonos de los que pensaron que no podrían sobrellevar el rigor de la regla. Pero él siguió predicando, crucifijo en mano, con los brazos extendidos. Colocaba al lado una cruz de grandes proporciones y se dirigía al Crucificado. En su táctica apostólica, ensamblada con la fe, no había lugar para falsos pudores humanos. Cuando observaba que los corazones no se encendían ante el relato de los sufrimientos del Redentor, él mismo se infligía azotes ante el auditorio. A veces, aparecía con una corona de espinas en la cabeza. Había escrito: «el camino más corto para llegar a la santidad es el perderse enteramente en el abismo del sufrimiento del Salvador». Todo lo que tenía de inflexible a la hora de invitar a los pecadores a la conversión radical, se trocaba en comprensión y paciencia cuando los recibía en confesión; los animaba y confortaba haciéndoles ver la viabilidad de la perfección. Era claro en sus apreciaciones: «Si queréis, llevad un collar de perlas cuando salgáis, pero recordad que Jesús ha llevado una cuerda y una cadena al cuello».

En 1721 llegó a Roma soñando en la aprobación pontificia de la regla, pero fue tratado despóticamente por la guardia. Luego, ante la Virgen Salus Populi Romani, en la basílica de Santa María la Mayor, prometió «dedicarse a promover en los fieles la devoción a la Pasión de Cristo y empeñarse en reunir compañeros para hacer esto mismo». Su hermano carnal, Juan Bautista, se unió a él en Castellazzo; le acompañó en las misiones y fue su confesor hasta su muerte. En una ocasión hubo entre ellos un malentendido, y el santo le retiró la palabra. Tres días más tarde se postró de rodillas ante él y le pidió perdón. Después de intentos infructuosos para fundar, ambos se trasladaron a Roma; trabajaron en el hospital de San Gallicano. Fueron ordenados sacerdotes en 1727 por Benedicto XIII, quien les autorizó a fundar. Se instalaron en Monte Argentario y allí florecieron las vocaciones dando lugar al primer convento que se abrió en 1737.

Suavizada la regla por una comisión cardenalicia, Benedicto XIV la reconoció en 1741. En su carisma se hallaba la predilección por los pobres, aunque la idea rectora era infundir en todos el amor a Cristo crucificado ya que con él quedaría erradicada toda injusticia promovida por el pecado. «Cuando cometáis una falta, humillaos delante de Dios con profundo arrepentimiento, y luego, con un acto de gran confianza lanzad vuestra culpa al océano de su inmensa bondad». «Los sufrimientos de Jesús deben ser las joyas de nuestro corazón». «Cuando estéis angustiados por temores y dudas, decid a Jesús crucificado: ¡Oh, Jesús, amor de mi corazón, yo creo en ti, espero en ti, te amo sólo a ti!». Como no podía ser menos en alguien que amaba al Crucificado, tenía gran devoción por María que transmitió: «Rogad a María que bañe vuestro corazón con sus lágrimas dolorosas, con el fin de que tengáis un continuo recuerdo de la Pasión de Jesús y de sus penas maternales».

En 1771 fundó las Hermanas Pasionistas. En 1772 vio que se acercaba su muerte, solicitó la bendición del papa y éste le dijo que la Iglesia lo necesitaba. Tres años más tarde, el 18 de octubre de 1775, se apagó su vida. Dejaba atrás más de una decena de casas abiertas, dos centenares de misiones, 80 ejercicios espirituales e incontables conversiones. Había recibido el don de profecía y de milagros. Pío IX lo beatificó el 1 de mayo de 1853, y lo canonizó el 29 de junio de 1867.

 

 

18/10/2017-11:58
Antonio Rivero

P. Antonio Rivero L.C.: "Al César el tributo y a Dios el culto, no al revés"

DOMINGO XXIX DEL TIEMPO ORDINARIO

Ciclo A

Textos: Isaías 45, 1, 4-6; 1 Tes 1, 1-5; Mateo 22, 15-21

P.Antonio Rivero, L.C. Doctor en Teología Espiritual, profesor en el Noviciado de la Legión de Cristo en Monterrey (México) y asistente del Centro Sacerdotal Logos en México y Centroamérica, para la formación de sacerdotes diocesanos.

Idea principal: Al César el tributo y a Dios el culto, que no al revés.

Resumen del mensaje: El evangelio no aparta a los cristianos de la política, sino que quiere que el cristiano participe con especial responsabilidad y testimonio de la
construcción del bien común. Lo difícil para un cristiano es cómo fundamentar en el evangelio este compromiso, es decir, cómo unirlo al compromiso religioso para que no se perpetúe aquella nefasta separación entre fe y praxis, entre el tributo que debemos dar a Dios y el tributo que debemos dar a César. La Palabra de Dios nos ayuda hoy a este problema.

 

Puntos de la idea principal:

En primer lugar, la Palabra de Jesús afirma que el Reino de Dios y el del César no se excluyen, como pensaban los judíos. Ahora bien, Jesús deja bien claro que el poder político y militar son radicalmente relativizados, mientras que el Reino de Dios es absoluto. La pregunta que le hicieron los fariseos y herodianos no era una pregunta, sino un cepo lobero: si Jesús dice que no paguen al César, se juega la cabeza; pero si dice que paguen, se juega el prestigio y, con él, su campaña electoral por el reinado de los cielos. La pregunta era una hipocresía, una tentación. Tentación de idolatría. La moneda del tributo era el denario, que llevaba la inscripción "Tiberius divus et pontifex máximus" (Tiberio, dios y sumo pontífice). Y el segundo mandamiento del decálogo decía: "No esculpirás imagen alguna, nada que se parezca a lo que hay arriba en el cielo..." (Ex 20, 4; Dt 4, 15-20). Por eso Jesús: al César lo suyo, que es la obediencia a la autoridad, y lo suyo a Dios, que es la adoración. Velas, una y sólo a Dios. Nos previene del fanatismo, absolutización y sacralización de la política.

En segundo lugar, ¿cómo se debe comportar entonces un cristiano, un discípulo de Cristo delante del reino del César, es decir, delante del Estado y del orden constituido? ¿Obediencia o libertad? Este es el dilema de siempre. El Nuevo Testamento resuelve este dilema: el discípulo de Cristo queda libre no sólo para resistir al Estado, sino también para obedecerle. El Estado no es un absoluto, un poder divino, como era antes de la venida de Cristo. Cristo modificó el concepto de poder y lo sustituye por el servicio. ¿Lo entienden hoy nuestros césares o gobernantes? El discípulo de Cristo puede aceptar el poder estatal en libertad, sin miedo de caer en Estado-latría, o sea en culto al estado o al emperador. Sólo dará su tributo al César cuando tiene conciencia de que será un compromiso justo para la transformación de la sociedad, cuando tiene conciencia de que su colaboración con las leyes, los votos y los impuestos será constructiva.

Finalmente, ¿cuándo es que un discípulo de Cristo debe decir "no" al poder estatal y resistirle? ¿Cuándo la libertad debe prevalecer sobre la obediencia? También el Nuevo Testamento responde: cuando está en juego la propia fe, es decir, cuando el Estado se desvía de los planos de Dios y se erige de nuevo como absoluto, como era antes de Cristo, y no permite más "dar a Dios lo que es de Dios". No debemos dar nuestro voto a políticos vividores, insolventes, corrompidos y corruptores, golfos con dinero de nuestros impuestos, gobernantes prepotentes, totalitarios antidemócratas, que absolutizan al Estado. No demos nuestro voto a gobernantes que emiten o proponen leyes en contra del bien común, que atacan el matrimonio, a la familia, a la vida, a la libertad de enseñanza, a la propiedad privada, al hombre y a Dios. Esta situación se repite hoy, en algunos regímenes políticos, donde la Iglesia es forzada al silencio y el cristiano no puede —no debe- con toda su lealtad decir un "sí" incondicional a tal Estado. El cristiano se encuentra en un verdadero estado de persecución.

Para reflexionar: ¿Somos conscientes de que "dar a Dios lo que es de Dios" significa devolverle su absoluto poder legislativo, ejecutivo, judicial, que está por encima de todos los parlamentos, gobiernos, partidos y Estados del mundo? ¿Hemos devuelto a Dios el título de propiedad exclusiva de todos los bienes de la creación y nos contentamos con el título que tenemos, el de administradores de esos bienes, ejerciendo su función social: pan, trabajo, dinero, bienes...de Dios para todos? Pensemos en esta frase de san Agustín: "Deo, ait, reddendus est christianus amor, régibus humanus timor"(Lib I contra Epist Parm, c. 7: a Dios hay que darle el amor cristiano, a los reyes el temor humano).

Para rezar: Quiero rezar con Calderón de la Barca: "Al rey, la hacienda y la vida se ha de dar; pero el honor es patrimonio del alma y el alma sólo es de Dios". Señor, ayúdame a darte mi adoración, y al estado, mi respeto, mi oración y mi sumisión en todo aquello que respete tu santa Ley. Pero cuando el estado me pida cosas en contra de tu santa Ley, dame la fuerza para decir "no", aunque eso signifique la proscripción, la defenestración y el martirio.

Amén.