Servicio diario - 18 de marzo de 2017


 

El Vaticano confirma el viaje apostólico del Papa a Egipto
Redacción

Francisco expresa su admiración por el fallecido cardenal polaco Miloslav Vlk
Sergio Mora

Colombia: el Santo Padre nombra nuevo obispo de Tumaco
Redacción

Perú en emergencia inundaciones. Cardenal pide oraciones al Señor de los Milagros
Redacción

Texto completo del papa Francisco a los participantes en el curso de la Penitenciaría Apostólica
Redacción


 

18 marzo 2017
Reducción

El Vaticano confirma el viaje apostólico del Papa a Egipto

El 28 al 29 de abril próximos, en la Ciudad de El Cairo

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 18 Mar. 2017).- El papa Francisco realizará un viaje apostólico a Egipto el viernes 28 y sábado 29 de abril, aceptando la invitación de las autoridades civiles y religiosas del país, católicas, ortodoxas y musulmanas. El programa a este país fundamental en los equilibrios de la región, prevé la ciudad de El Cairo, pero aún no se conocen los detalles del mismo.

Lo confirmó este sábado la Oficina de prensa de la Santa Sede con el siguiente comunicado:

“Acogiendo la invitación del presidente de la República, de los obispos de la Iglesia católica, de su santidad papa Tawadros II, y del gran imán de la mesquita de Al Azhar, Cheikh Ahmed Mohamed el-Tayyib, su santidad el papa Francisco realizará un viaje apostólico a la República Árabe del Egipto, del 28 al 29 de abril de 2017, visitando la ciudad de El Cairo. El programa del viaje será publicado próximamente”.

 

18/03/2017-15:16
Sergio Mora

Francisco expresa su admiración por el fallecido cardenal polaco Miloslav Vlk

(ZENIT- Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco envió este sábado un telegrama de pésame por el fallecimiento del arzobispo emérito de Praga y cardenal Miloslav Vlk.
“Recuerdo con admiración su tenaz fidelidad a Cristo no obstante las privaciones y
persecuciones contra la Iglesia”, señaló el Santo Padre, refiriéndose a las persecuciones que el comunismo infligió en Checoslovaquia.
El cardenal que era considerado como un posible candidato para suceder a Juan Pablo II, durante el régimen comunista no pudo realizar estudios teológicos. Así entre 1952 y 1953 trabajó en la fábrica de automóviles en ?eské Bud?jovice y entre 1953 y 1955 hizo el servicio militar en Karlovy Vary.
A pesar de la situación política pudo estudiar para ser archivero en la Facultad de Artes de la Universidad Carolina de Praga, se licenció en 1960 y trabajó en diversos archivos de Bohemia Meridional.
En 1964 dejó su trabajo para estudiar en la Facultad de Teología de Santos Cirilo y Metodio de Litom??ice (1964–1968). El 23 de junio de 1968, en medio de la “Primavera de Praga”, fue ordenado sacerdote a la edad de 36 años.
Telegrama del papa Francisco
“He sabido de la muerte del señor cardenal Miloslav Vlk, arzobispo emérito de Praga, sucedida al final de una dolorosa enfermedad por él soportada con fe y confianza en el Señor.
“Elevo férvidas oraciones a Dios para que conceda el reposo eterno a este celante y generoso pastor y me uno espiritualmente a los fieles de esta comunidad diocesana, donde él ejerció con diligencia el ministerio episcopal”.
Recuerdo con admiración su tenaz fidelidad a Cristo no obstante las privaciones y persecuciones contra la Iglesia, como su fecunda y múltiple actividad apostólica, animada por el deseo de testimoniar a todos la alegría del Evangelio, promoviendo una auténtica renovación eclesial fiel, siempre dócil a las inspiraciones del Espíritu Santo”.
Al expresar mis sentido pésame a los familiares del difunto purpurado, al clero y a todos los fieles de esta querida diócesis, de corazón imparto la confortante bendición apostólica, como signo de fe y de esperanza cristiana en el Señor resucitado”.
Por su parte la Radio Vaticano informó que con la muerte del cardenal Vlk, el número de cardenales del Colegio Cardenalicio desciende a 244, de los cuales 117 electores y 107 no electores.

 

18/03/2017-08:43
Redacción

Colombia: el Santo Padre nombra nuevo obispo de Tumaco

(ZENIT- Ciudad del Vaticano, 18 Mar. 2017).- El Papa Francisco nombró como obispo de Tumaco al padre Orlando Olave Villanoba, hasta el momento Vicario de Pastoral y Párroco de la Catedral “La Inmaculada” en la diócesis de Barrancabermeja. Lo informó este sábado la Oficina de prensa de la Santa Sede.
Tras la renuncia de monseñor Gustavo Girón Higuita el 25 de julio de 2015, la diócesis fue regentada por monseñor Julio Enrique Prado Bolaños, obispo de Pasto, indica la web de los obispos colombianos.
El padre Orlando Olave Villanoba nació en Barrancabermeja el 28 de enero de 1969. Fue ordenado Sacerdote el 5 de diciembre de 1998 en la Catedral de Barrancabermeja. Tiene estudios de Filosofía y Teología, y especialización den pastoral juvenil en la Universidad Pontificia Salesiana en Roma. Ordenado en 1998, fue encardinado en la diócesis de Barrancabermeja.
Tuvo diversos encargos parroquiales, fue capellán del colegio “Madre de la Esperanza” y del colegio “Sagrado Corazón de Jesús” y del Seminario “San Pedro Claver” en Barrancabermeja.
Desde el 2009, ejerció como párroco della Cattedrale “La Inmaculada” y desde el 2013 fue nombrado Vicario diocesano para la Pastoral.
*Datos Tumaco:
Población: 335,320
% Católicos: 74%
Sacerdotes diocesanos: 19
Sacerdotes religiosos: 12
Católicos por sacerdote: 8,049
Parroquias 17

 

18/03/2017-08:47
Redacción

Perú en emergencia inundaciones. Cardenal pide oraciones al Señor de los Milagros

(ZENIT – Roma).- El Cardenal Juan Luis Cipriani Thorne, Arzobispo de Lima y Primado del Perú, ante los desastres naturales que está viviendo el país en las últimas semanas, ha pedido oraciones al Señor de los Milagros para “que interceda por todos los peruanos para que los proteja y bendiga en estos momentos tan adversos”.
Las lluvias torrenciales, avalanchas y desbordes de ríos han provocado 62 muertos y más de 62 mil damnificados en 24 regiones de Perú, informó ayer el Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci). El fenómeno llamado “El Niño costero”, se debe al sobrecalentamiento de las aguas del océano Pacífico en el norte de Perú.
El cardenal primado ha dispuesto que en todas las parroquias de la Arquidiócesis de Lima se rece una oración al final de todas las misas desde el jueves 16 de marzo hasta el inicio de la Semana Santa.
Asimismo, exhorta a todas las personas de buena voluntad a unirse a esta cadena de oración por las familias damnificadas por las lluvias e inundaciones en todo el territorio peruano.
Oración al Señor de los Milagros por nuestro Perú
Dios, Padre Omnipotente, Señor del cielo y de la tierra,
te pedimos que disminuyan las fuertes lluvias que azotan nuestra geografía
y están causando graves daños a las familias,
destruyendo sus viviendas,
sembrando destrucción en los campos de cultivo
y generando dolor a miles de nuestros compatriotas.
Con humilde fe acudimos a ti, Señor de los Milagros,
para implorar tu protección y tu bendición
en estos momentos de adversidad.
Madre mía, consuela al pueblo peruano,
para que unidos y solidarios afrontemos estos difíciles momentos.
Así sea.

 

18/03/2017-09:48
Redacción

Texto completo del papa Francisco a los participantes en el curso de la Penitenciaría Apostólica

(ZENIT- Ciudad del Vaticano, 17 Mar. 2017).- El Santo Padre Francisco ha recibido este viernes en audiencia en el Aula Pablo VI, a los participantes en el XXVIII curso anual sobre el Fuero interno organizado por la Penitenciaría Apostólica. Publicamos a continuación el discurso que el Papa ha dirigido a los presentes en la audiencia: “Queridos hermanos,
Me alegra encontrarles en esta primera audiencia después del Jubileo de la Misericordia con motivo del curso anual sobre el Fuero Interno. Dirijo un cordial saludo al cardenal Penitenciario Mayor, y agradezco sus amables palabras. Saludo al Regente, a los prelados, a los funcionarios y al personal de la Penitenciaría, a los Colegios de los penitenciarios ordinarios y extraordinarios de las basílicas papales en Urbe, y a todos los que participan en este curso.
Les confieso en realidad, que éste de la Penitenciaría, es el tipo de Tribunal que
realmente me gusta. Porque es un “tribunal de la misericordia”, al que uno se dirige para obtener esa medicina indispensable para nuestra alma, que es la Misericordia divina.
Vuestro curso sobre el fuero interno, que contribuye a la formación de buenos confesores, es absolutamente útil y yo diría incluso necesario en nuestros días. Por supuesto, no se hacen buenos confesores siguiendo un curso, no: la del confesionario es una “larga escuela “, que dura toda la vida. Pero, ¿quién es el “buen confesor”? ¿ Cómo se convierte uno en buen confesor?
Quisiera indicar a este propósito, tres aspectos.
1. El “buen confesor” es, ante todo, un verdadero amigo de Jesús, el Buen Pastor. Sin esta amistad, será muy difícil que madure esa paternidad, tan necesaria en el ministerio de la Reconciliación. Ser amigos de Jesús significa, sobre todo, cultivar la oración. Que sea una oración personal con el Señor, pidiendo sin cesar el don de la caridad pastoral; que sea una oración específica para el ejercicio de la tarea de confesores y por los fieles hermanos y hermanas que se acercan a nosotros en busca de la misericordia de Dios.
Un ministerio de la Reconciliación “envuelto en oración” será un reflejo creíble de la misericordia de Dios y evitará esas asperezas e incomprensiones que, a veces se podrían generar también en el encuentro sacramental. Un confesor que reza sabe muy bien que él mismo es el primer pecador y el primer perdonado. No se puede perdonar en el Sacramento sin ser consciente de haber sido perdonado antes.
Por lo tanto, la oración es la primera garantía para evitar cualquier actitud de dureza, que juzga inútilmente al pecador y no al pecado. En la oración es necesario implorar el don de un corazón herido, capaz de entender las heridas de los otros y de curarlas con el aceite de la misericordia, aquel que el Buen Samaritano derramó sobre las heridas de aquel desgraciado, de quien nadie tuvo piedad (cf. Lc 10,34).
En la oración debemos pedir el precioso don de la humildad, para que quede siempre claro que el perdón es un don gratuito y sobrenatural de Dios, del que nosotros somos simples, aunque necesarios, administradores por la misma voluntad de Jesús; y Él se complacerá ciertamente si hacemos un uso extensivo de su misericordia.
En la oración, además, invoquemos siempre al Espíritu Santo, que es Espíritu de discernimiento y compasión. El Espíritu nos permite identificarnos con el sufrimiento de nuestros hermanos y hermanas que se acercan al confesionario y acompañarlos con discernimiento prudente y maduro y con verdadera compasión en sus sufrimientos, causados por la pobreza del pecado.
2. El buen confesor es, en segundo lugar,un hombre del Espíritu, un hombre del discernimiento. ¡Cuánto hace daño hace a la Iglesia la falta de discernimiento! ¡Cuánto daño causa en las almas un actuar que no hunda sus raíces en la escucha humilde del Espíritu Santo y de la voluntad de Dios!
El confesor no hace su propia voluntad y no enseña su propia doctrina. Está llamado a
hacer siempre y sólo la voluntad de Dios, en plena comunión con la Iglesia, de la que es ministro, es decir servidor.
El discernimiento permite distinguir siempre, para no confundirse, y para no meter nunca “todo en el mismo saco”. El discernimiento educa la mirada y el corazón, y hace posible la delicadeza de ánimo tan necesaria frente al que nos abre el sagrario de su propia conciencia para recibir luz, paz y misericordia.
El discernimiento también es necesario porque, quien se acerca al confesionario, puede venir de las situaciones más disparatadas; podría tener también trastornos espirituales cuya naturaleza debe ser sometida a un cuidadoso discernimiento, teniendo en cuenta todas las circunstancias existenciales, eclesiales, naturales y sobrenaturales.
Cuando el confesor se dé cuenta de la presencia de verdaderos trastornos espirituales –que también pueden ser en gran parte psicológicos, y esto debe apurarse mediante una sana colaboración con las ciencias humanas–, no dudará en referirse a aquellos que, en la diócesis están encargados de este delicado y necesario ministerio, a saber los exorcistas. Pero éstos tienen que elegirse con sumo cuidado y mucha prudencia.
Por último, el confesionario es también un verdadero y propio lugar de evangelización. No hay, efectivamente, evangelización más auténtica que el encuentro con el Dios de la misericordia, con el Dios que es Misericordia. Encontrar la misericordia significa encontrar el verdadero rostro de Dios, así como el Señor Jesús nos lo ha revelado.
El confesionario es, pues, lugar de evangelización y, por lo tanto, de formación. En el breve diálogo que teje con el penitente, aunque sea breve, el confesor está llamada a discernir lo que es más útil y lo que es incluso necesario para el camino espiritual de ese hermano o hermana. A veces será necesario volver a anunciar las verdades más elementales de la fe, el núcleo incandescente, el kerygma, sin el cual la misma experiencia del amor de Dios y de su misericordia permanecería como muda; a veces se tratará de indicar los fundamentos de la vida moral, siempre en relación con la verdad, el bien y la voluntad del Señor. Se trata de una obra de discernimiento rápido e inteligente, que puede hacer muy bien a los fieles.
El confesor, efectivamente, está llamado a ir todos los días a las “periferias del mal y del pecado”, –¡es una fea periferia¡– y su obra es una verdadera prioridad pastoral. Confesar es prioridad pastoral. Por favor, nada de carteles con: “Se confiesa solamente los lunes y miércoles de tal a tal hora”. Se confiesa cada vez que te lo piden. Y si tu estás ahí (en el confesionario) rezando, estás con el confesionario abierto, que es el corazón de Dios abierto.
Queridos hermanos, les bendigo y les deseo que sean buenos confesores: inmersos en la relación con Cristo, capaces de discernimiento en el Espíritu Santo y dispuestos a aprovechar la oportunidad para evangelizar. Rezad siempre por los hermanos y hermanas que se acercan al sacramento del perdón. Y, por favor, recen también por mí.
Y no quisiera acabar sin algo de lo que me he acordado cuando hablaba el cardenal prefecto. El ha hablado de las llaves y de la Virgen, y me ha gustado, y diré una cosa...dos cosas. A mí, cuando era joven, me hizo mucho bien leer el libro de san Alfonso María de Ligorio sobre la Virgen:Las glorias de María. Al final de cada capítulo hay siempre un milagro de la Virgen a través del cual entraba en medio de la vida y arreglaba las cosas.
Y lo segundo: me han contado que en el Sur de Italia hay una leyenda, una tradición sobre la Virgen: la Virgen de las mandarinas. Es una tierra donde hay tantas mandarinas ¿verdad? Y dicen que sea la patrona de los ladrones (risas). Dicen que los ladrones van a rezar allí.
Y la leyenda –así cuentan- es que cuando los ladrones que rezan a la Virgen de las mandarinas se mueren, forman una fila delante de Pedro, que tiene las llaves y abre y deja pasar a uno, después abre y deja pasar a otro. Y la Virgen cuando ve a uno de éstos, le hace una señal para que se esconda; y después cuando han pasado todos, Pedro cierra y se hace de noche y la Virgen desde la ventana lo llama y lo hace entrar por la ventana.
Es un relato popular, pero es muy bonito: perdonar con la Madre al lado. Porque esta mujer, este hombre que viene al confesionario, tiene una Madre en el cielo que le abrirá la puerta y lo ayudará en el momento de entrar en el cielo. Siempre la Virgen, porque la Virgen nos ayuda también a nosotros en el ejercicio de la misericordia. Doy las gracias al cardenal por estos dos signos: las llaves y la Virgen. Muchas gracias.
Les invito –es la hora– a rezar el ángelus juntos: “Angelus Domini...” (Bendición) ¡No digan que los ladrones van al cielo! ¡No lo digan!” (risas)