Tribunas

Un milagro pendiente en Navidad

José Francisco Serrano Oceja

 

Hay unos ángeles en el Madrid de los Austrias que deambulan por las calles sembrado misericordia. Son las Hermanitas del Cordero.

 

Se las puede ver, de dos en dos, pidiendo comida para los pobres de la zona con quienes comparten su sustento. Nada tienen y todo lo dan. Viven de ocupas en una buhardilla del palacio episcopal desde tiempos del cardenal Rouco y no parece que hayan encontrado aún posada. Siguen allí.

Su liturgia de corte bizantina y católica, en la capilla del obispo, trasera de la Parroquia de san Andrés, es un trocito de cielo en medio de vinos, tapas y cocido madrileño.

En estas navidades han felicitado a sus amigos con un folleto casero que resume algunas de las experiencias de las Comunidades de Hermanitas y Hermanitos esparcidas por el mundo. Son narraciones de los milagros del corazón, de la vida, del amor de Dios, que no alcanzan la categoría de titulares de prensa. El auténtico progreso humano en la historia.

En lo referido a Madrid, el milagro que anuncian está por hacer. Tienen fe y por eso creen que se va a producir. Quizá en esta Navidad…

“Esta pequeña fraternidad de Madrid –escriben- se ha puesto en camino pues, por nuestra experiencia sabemos, que un pequeño monasterio en esta ciudad será un don de Dios para nosotras, para la Iglesia en Madrid y para el mundo”.

Y añaden: “Nos apoyamos en vosotros para encontrar un solar dentro de Madrid (en el centro o cerca del centro). Ante todo os pedimos vuestra oración: es lo más importante, por que “nada es imposible para Dios”. Las hermanitas hemos confiado toda nuestra búsqueda del terreno del pequeño monasterio de Madrid a la Virgen María y a San José que nos han acompañado de manera muy concreta durante este tiempo”.

Un milagro más de quienes ofrecen la eucaristía a cada una de las personas que se han encontrado, el alimento más apropiado para remedir la pobreza. Estaremos atentos al milagro.

 

José Francisco Serrano Oceja