Tribunas

Andorra y la geopolítica vaticana

José Francisco Serrano Oceja

El diario “La Vanguardia” publicó el domingo pasado una amplia información, firmada por Josep Playà y Pau Echauz, referida a la visita del secretario de Relaciones con los Estados de la Santa Sede, monseñor Paul Gallagher, a Andorra. Un texto que es un ejemplo de cómo se trabaja bien la orientación de una noticia por parte de la fuente o de sus protagonistas.

El hecho al que se refería es muy sencillo: el responsable vaticano de las relaciones con los Estados ha visitado el Principado de Andorra con motivo de la invitación del obispo del lugar, el co-príncipe monseñor Joan Enric Vives, para bendecir una nueva imagen de la Virgen de Maritxell.

Si en los inicios del pontificado del Papa Francisco –recordemos la imagen de monseñor Vives saludando al Papa entre los jefes de Estado- se podría pensar que el hecho de que un obispo sea jefe de Estado no parecía encajar en los tiempos de Francisco, ahora las tornas se han mudado. Tal y como afirma la noticia, las varias declaraciones del representante vaticano a favor del estatus quo “son un espaldarazo a la gestión discreta y prudente del arzobispo de Urgell, Joan Enric Vives”.

No hay que olvidar que Andorra, en el plano internacional, en los organismos internacionales, ha apoyado las propuestas de la Santa Sede. Y que es un país en el que en su texto constitucional, y en su desarrollo legislativo, no se contemplan cuestiones como el aborto o el matrimonio de parejas del mismo sexo, tal y como se hace en otras legislaciones.

Pero la información añade un aspecto más de esta visita, y de esta cuestión, que se puede formular en forma de pregunta. ¿Mantener el estatus de copríncipe de Andorra en la persona de obispo-arzobispo de la Seo de Urgell supone un premio de consolación por no haber sido elegido arzobispo de Barcelona? Fijémonos en lo que dice el texto de la noticia: “En distintos ambientes eclesiásticos se da por seguro que en el Vaticano se considera que Vives tiene el perfil adecuado para gestionar un momento especialmente difícil para Andorra y por esa razón fue descartado para suceder a Martínez Sistach”. Fin de la cita.

El otro aspecto de la visita fue la polémica protagonizada por monseñor Gallagher en torno a si el ministro de Asuntos Exteriores de España, García-Margallo, le entregó un escrito del Gobierno sobre el denominado proceso independentista catalán en la visita que recientemente le hizo en Roma. Eran las vísperas del viaje del representante pontificio a Andorra. Polémica puesta en evidencia por el periodista catalán Jordi Llisterri, director del portal oficioso de información eclesial de Cataluña.  El ministro español dijo en la embajada de España en Roma que le había entregado una carta explicando que Cataluña no debe, ni puede, ser independiente. Y monseñor Gallagher, ya en Andorra, señaló que el ministro no le había entregado nada. Bueno, un libro de regalo. Su libro.

 

José Francisco Serrano Oceja