El Sínodo entra este sábado en su último día de asamblea. Hoy
viernes, en el aula, el cardenal Peter Erdó presentó el
borrador del documento final, explicando el espíritu sinodal
sin entrar en el texto. Por su parte el cardenal Baldiserri recordó
que las propuestas en las tres etapas del
sínodo utilizadas para llegar a esta relación fueron 1355. Los
padres sinodales han debatido también sobre el tema
'conciencia y ley moral', basándose en el texto repartido a
los cardenales. Entretanto el director de la Oficina de Prensa
de la Santa Sede, padre Federico Lombardi, no entró en los
detalles por haber sido un tema sobre un borrador que no es
público.
En cambio, ayer por la tarde, el papa Francisco
anunció la creación de un nuevo dicasterio que va a
agrupar dos pontificios Consejos, el de los laicos y el de la
familia, vinculándolo también a la Pontificia Academia de la
Vida.
Sobre cómo procede el Sínodo de los obispos sobre la
familia, que inició el 4 de octubre en el Vaticano,
ilustraron hoy en la sala de prensa de la Santa Sede, el
cardenal Peter Turkson presidente de la Pontificio Consejo
Justicia y Paz; el cardenal Gérald Lacroix, arzobispo de
Québec; y el monseñor salesiano Lucas Van Looy, obispo de la
diócesis belga de Gent.
Entre los temas quedó muy claro que el Sínodo está
recorriendo un camino en conjunto y que quiere que las
familias sean misioneras.
El cardenal Turkson refiriéndose al camino
de sinodalidad indicó que es un camino en conjunto. Y recordó
cuando en Asís el papa Benedicto XVI habló de 'ir todos juntos
en busca de la verdad'. Y aseguró que todos los testimonios,
desde los padres sinodales a los auditores, con lo que ha
dicho el Santo Padre, y el contacto con la realidad de nuestra
sociedad han sido muy valiosos. Experiencias que se plasmarán
en un texto, sobre el cual el Papa hablará para que la Iglesia
tenga el valor de elaborar una pastoral.
Consideró que será un sínodo emblemático de la Iglesia,
porque el matrimonio es un sacramento, precedido por el
bautismo que a su vez es un sacramento de discípulado”. Se
quiere, añadió que “el matrimonio sea de discípulos que hacen
camino con el Señor", porque "no bastan las fuerzas
naturales”. Y se “necesita las gracias del Señor y si
descuidamos ésto la imposibilidad se muestra”.
El purpurado quiso precisar también que el documento final
"no será un documento aguado" para obtener consenso, porque
“en el Sínodo intentamos apreciar el punto de vista de los
demás aunque no sea el mio. Mi hermano obispo se puede
encontrar en esa situación. No busco soluciones solo para mí,
sino también para los obispos de todos los continentes”.
Respondiendo a los periodistas, indicó que sobre la familia
nunca se termina de escuchar. Así recordó que “mis padres
tuvieron diez hijos, sin embargo mis hermanos tienen 4 o 5
hijos”, las cosas no son las mismas. La Iglesia no acaba nunca
de actualizarse en su acompañamiento.
De este modo, no considera que haya bloques sino puntos de
vista diversos. En África “las etapas para un matrimonio no
son las mismas que en Europa”. O sea, el Sínodo ha sido una
“experiencia muy enriquecedora”.
El cardenal canadiense Lacroix consideró
que “el documento final de mañana es importante”, así como “la
experiencia sinodal”.
“Nuestro trabajo --precisó el purpurado canadiense-- no es
un texto legislativo”, sino una experiencia que era
necesario transmitir al Santo Padre.
“Dios te ama como eres pero no se conforma” indicó como
idea, y propuso como clave para entender este Sínodo, el de
los peregrinos de Emaús. Otra preocupación de los padres
sinodales fue “cómo poder expresar la alegría delante de estas
familias heridas”, y recordó que “no existen familias
perfectas”.
Indicó que en las consultas antes del Sínodo también han
participado familias heridas, como la voz de los casados y
divorciados.
Mons. Lucas Van Looy obispo de la diócesis
belga de Gent, señaló su preocupación --antes de partir hacia
Roma para el Sínodo-- por las familias de migrantes que llegan
desde Oriente Medio, cómo viven la familia en estas grandes
campos de refugiados, y cómo todos esos temas fueron parte del
Sínodo.
También indicó que en estas tres semanas de escucha “hemos
entendido mejor la palabra misericordia, difícil para este
mundo actual”. Semanas en las que se ha entendido que es
necesario integrar y acompañar a las personas, así como el
concepto de sinodalidad, “concepto que es más que una
palabra” y bromeó diciendo que está pensando cómo hará para
traducir en flamenco la palabra "sinodalidad". Por todo ello
consideró que “el Sínodo está dando a las familias una tarea
de evangelización”. Entre los temas tratados está también los
jóvenes en familia que ven a Dios muy lejano y cómo seguirlos
en el matrimonio.
Señaló además como “una gran riqueza” la gran diversidad
presente en el Sínodo, “reflejada en el color de las caras de
los obispos”.
"La palabra que me queda --concluyó el obispo-- es la
palabra 'ternura', lo he dicho en el aula es la que la Iglesia
tiene hacia todas las situaciones, no solamente hacia las
familias heridas". Y esta ternura "podría ser el inicio de una
nueva época para la Iglesia".