"En los pobres vemos el rostro de Cristo que se hizo pobre por
nosotros", es el Tweet de Francisco el 22 del 10 de 2015.
Entiendo que es esto lo que molesta tanto de Francisco. Habla de
los pobres, quiere una Iglesia pobre para los pobres
y con su reforma toca; pone en peligro la "doctrina" de los
intereses económicos.
Mi abuela Isabel repetía:
"Por la plata baila el mono." Detrás de todas las campañas
calumniosas de desacreditación está la defensa férrea de la propia
comodidad, la idolatría del dios dinero a quien sirven tantos
adentro y afuera. Pero, “no se puede servir a Dios y al
dinero”, dice Jesús.
Mientras la corrupción crece como
un cáncer, por la infección de codicia de dinero y de poder,
Francisco -de buena salud física y espiritual a Dios gracias-,
continúa invitándonos a experimentar la alegría del Evangelio por el
camino de la pobreza. Quiere una Iglesia de puertas abiertas y en
salida. Nos invita a salir para ir al otro; salir del
encerramiento en la autoreferencialidad, de la comodidad,
de los intereses personales o de parte, para tocar las llagas de
Jesús en el hermano que sufre y experimentar en este
encuentro con el otro la alegría del Evangelio de Jesús de Nazaret.