Los efectos de la mundialización de internet también han
supuesto un re-pensamiento del esquema tradicional de la
comunicación. El esquema tradicional de comunicación asociado
a los roles definidos de «emisor», «receptor» y «mensaje» ha
quedado desfasado visto que hoy por hoy cualquier usuario
puede ser no sólo quien comunica o recibe la comunicación sino
incluso el contenido de la comunicación misma.
Se parte de esta constatación visto que, en cuanto
usuarios, las personas consagradas (sacerdotes, religiosos,
seminaristas y análogos) están sujetos a esa misma dinámica.
El tema aquí planteado oscila entre dos puntos
aparentemente antitéticos: lo pastoral y lo privado. En este
texto buscamos mantener la particularidad de ambos en vistas a
conocer, por un lado, quiénes son o pueden ser los sujetos de
una eventual acción pastoral; y, por otro, ciertas
especificidades de la dimensión privada de un perfil personal
en alguna de las redes sociales. En un tercer momento pasamos
una integración de los pastoral y lo privado visto que, en
definitiva, es el mismo y único sujeto el que habita,
ha habitado o habitará las redes sociales.
I. Pastoral
1. Usuarios de internet
Para inicios de 2015 los usuarios de internet en general
ascienden a poco más de 3 mil millones. Considerando que la
población del mundo está en torno a unos 7 mil millones de
personas tenemos que hay poco más del 50% de habitantes del
planeta que no tienen acceso a internet. Esto ayuda también a
redimensionar el valor actual de la acción pastoral en la
world wide web.
Los estudios más recientes muestran un uso diversificado de
internet: los adolescentes entre 13 y 17 años usan más
Facebook, Instagram y Snapchat mientras que si se les estudia
por sexo las chicas consumen más redes sociales (en orden
Instagram, Snapchat y Pinterest) mientras que los chicos
consumen más video juegos.
Un estudio de 2014
muestra que, entre los adultos, las cinco redes sociales más
usadas son Facebook, Pinterest, LinkedIn, Instagram y Twitter.
La tendencia general es que cada vez más las puertas de acceso
a redes sociales son los dispositivos móviles.
Es significativo que, de hecho, dos redes sociales que
funcionan como aplicaciones sólo por dispositivo móvil se
encuentren entre las más usadas a nivel planetario: WhatsApp
tiene más de 700 millones de usuarios (dato hasta el primer
semestre de 2015) e Instagram 300 millones (datos hasta enero
de 2015).
En términos temáticos, son cinco los tópicos más
recurrentes en las redes sociales: 1) música y películas; 2)
comunidades afines; 3) deportes; 4) política; y 5) religión.
Si limitamos nuestra mirada al sector confesional católico
tenemos también resultados interesantes: en enero de 2012 la
población católica de Facebook era del 5%.
Estudios realizados en Estados Unidos mostraban que más del
50% de los católicos americanos que usan redes sociales no
conocen una presencia significativa de la Iglesia en internet.
Sin embargo, los cristianos suelen ser personas que comparten
su fe en las redes sociales.
Todos estos datos ofrecen coordenadas para perfilar una
adecuada acción apostólica: facilitan un sano realismo,
permiten redimensionar necesidades más o menos generales según
las tendencias y ofrecen una oportunidad para examinarse a sí
mismo en torno a estos datos.
II. Privado
2. Orientaciones de uso
Indistintamente de su especificidad, todas las redes
sociales tienen como punto de partida el requerimiento del
registro por parte de la persona que quiere beneficiarse del
servicio que esa red social ofrece. Es lo que tiene a llamarse
«perfil».
El término «redes sociales» es un concepto bastante
genérico que engloba realidades bien diversas. En síntesis
define toda aquella plataforma digital que posibilita la
interacción entre sus usuarios facilitando la creación y
desarrollo de relaciones en torno a intereses comunes. En lo
particular, cada red social tiene una característica
específica que la diferencia del resto y es su «clave de
éxito».
2.1 Conocer
Cualquier orientación de uso pasa por conocer esa
característica concreta de la red social que se quiere usar
para así aprovecharla de acuerdo a aquello para lo que fue
creada. Por tanto, la primera orientación es identificar la
propia «necesidad» (o las necesidades de terceros) y
contrastarla con la surtida oferta de posibilidades para
satisfacerla.
2.2 Aprovechar
Ejemplos: LinkedIn es una red social que gira en torno a
las relaciones de trabajo profesional, ya entre individuos del
mismo sector, ya entre individuos y empresas donde las
personas trabajan, quieren trabajar o les pueden contratar;
Twitter es una plataforma de microblog con tantas
posibilidades de uso como el ingenio pueda crear en 140
caracteres; Instagram es una aplicación cuyo desarrollo gira
en torno al compartir imágenes atemáticamente; Pinterest va en
esa misma dirección, aunque permite una posibilidad de
organización en torno a temas y con mayor flexibilidad en
cuanto al peso y tamaño de los archivos de imagen que se
cargan. Un error bastante frecuente en personas consagradas es
registrar perfiles en muchas redes sociales dándoles el mismo
tipo de uso a todas.
2.3 Aprovechamiento por parte de una persona
consagrada: posibilidades y riesgos
La relación de las personas consagradas con la web suele
decir relación con dos campos: el discernimiento personal
y el voto de obediencia. En torno a estos dos faros
individuamos algunas orientaciones de uso más específicas que
pueden ser de utilidad tanto para el que gobierna como para el
que a la obediencia está sujeto.
- Examinar las propias motivaciones de fondo:
quien somete a la autoridad competente el permiso, consejo o
aprobación para registrar un perfil personal en una red
social debe antes haber sopesado la conveniencia de ello.
Esto suele pasar por un examen en torno a sí mismo con una
pregunta inicial de base: «¿qué me mueve a habitar la web?».
La responsabilidad última de un buen o mal uso de una red
social es de la persona que lo gestiona. Pero hay elementos
que pueden indicar a la misma persona, o a quien secunda la
autorización de sacarlo o mantenerlo, si a esa persona
en concreto le es de ayuda o no en ese momento
particular. Es comprensible que este ejercicio se haga
especialmente en las primeras etapas de formación o en los
primeros estadios de contacto de la personas consagrada con
el mundo de las redes sociales en que la novedad puede
derivar en un mal uso.
- La seriedad de una propuesta de uso: es
comprensible que un eventual proyecto de registro ofrezca
más garantías de madurez cuando es presentado con la
seriedad y profesionalidad requerida. En este sentido, puede
ayudar tanto a quien pide un permiso como a quien lo da el
conocer: a) el tipo de proyecto (en qué red social,
especificidad del tipo de uso que se dará, a qué necesidad
responde, si ya existen o no otros proyectos análogos,
etc.), b) el tiempo que se destinará a ello, c) la
proyección que se le piensa dar, d) consideraciones en torno
a la eventual incorporación de recursos humanos y/o
económicos, e) la frecuencia de un eventual reporte en torno
a los logros o dificultades obtenidos y acerca de los puntos
precedentes que sirven como marco general de evaluación.
- Sobre el proyecto en sí mismo. Aquí hay
dos líneas: la pública (que en cierta forma estamos
relacionando con el ámbito pastoral) y la privada que parece
enfocarse más a un uso de carácter más bien limitado.
- Pública: para este ámbito valen las
especificaciones arriba mencionadas, si bien se deben
agregar dos puntos más: la consideración acerca del
auditorio al que el eventual proyecto está dirigido y el
modo como se dará a conocer tal proyecto (marketing y
publicidad).
- Privada: en no pocos caso el uso que
se quiere hacer de los medios digitales actuales no es
directamente pastoral (entendido como puesta on line
de un proyecto apostólico con miras a lo masivo) sino más
bien para mantener las relaciones con familiares, amigos y
nuevos conocidos. Sobre este punto es sobre el que nos
detenemos ahora para individuar las posibilidades y
riesgos.
Posibilidades.- El estudio Churchbook.
La presenza dei consacrati nei social network («Churchbook,
la presencia de los consagrados en las redes sociales»)
muestra que, en Italia el 20% del total de sacerdotes y
religiosos (as) así como un 59,7% de los seminaristas tienen
un perfil. Curiosamente, considerando sólo religiosos y
religiosas, los varones son mucho más activos que las mujeres.
En su mayoría, el uso que se da a Facebook es del tipo que
aquí se está tratando: privado.
Entre las posibilidades que podemos enumerar en este ámbito se
encuentran:
- El fortalecimiento de relaciones interpersonales
(especialmente con familiares y amigos) materializado en
formas de cercanía como las felicitaciones de cumpleaños,
palabras de aliento ante eventuales éxitos que de otro modo
conoceríamos con más dificultad debido a que son cada vez
más escasas las notificaciones por medios tradicionales como
la carta o las llamadas telefónicas, etc.;
- La facilidad para entrar en comunicación ágil con las
personas que conocemos;
- La naturalidad con que una cierta forma de
evangelización o sensibilización hacia lo católico se puede
dar gracias al testimonio de lo publicado;
- La posibilidad de transmitir una visión más positiva de
la Iglesia a partir de lo que uno mismo publica como
experiencia en torno a ella;
- Creación y desarrollo de grupos de interés,
actualización, discusión o relación con otras personas
consagradas de la misma familia religiosa, por ubicación
geográfica o por comunión eclesial;
- Descanso y ocio que son dimensiones humanas dentro de
las cuales el consumo moderado de estos recursos pueden
armonizarse.
Riesgos.- Durante no poco tiempo la
aproximación que permeó la visión de muchos sectores de la
Iglesia respecto a internet fue la que tendía a identificarlo
como aliado del pecado. En otros sectores tal vez menos
«radicalizados» al menos aleteaba la sospecha. ¿Qué valoración
moral puede hacerse de internet? Éticamente hablando internet
es neutro en vista de que la bondad o maldad depende más bien
de quienes lo usan y no de él en sí mismo. Es verdad que hay
muchas cosas buenas pero no es menos cierto que es posible
encontrar o actuar contrarios a la virtud en ese ambiente.
Sin afán exhaustivo, los riesgos
más frecuentes de las personas consagradas en la web son:
- El aislamiento de la propia comunidad física
(«escapismo») en pro de relaciones en ámbito digital;
- La inautenticidad: creación de una personalidad digital
alternativa que si bien funciona en torno al mismo nombre no
se corresponde siempre con el temperamento y carácter real
de quien está detrás de ella;
- La pérdida del sentido de la clausura religiosa (para el
caso de religiosos y monjas);
- El anti-testimonio que consiste en la no correspondencia
entre lo que la persona es y publica (piénsese en las fotos
donde queda entre dicho lo que se sabe que la persona debe
vivir y lo compartido que lo pone en duda);
- La incapacidad de silencio interior y exterior; y
- lanzarse a usarlos sin una finalidad concreta y sin
marcarse tiempos específicos de uso que en no pocas
ocasiones terminan en naufragios.
III. Integración
3. Redes sociales en la propia vida: una materia de
auto-examen
En realidad uso «privado» de redes sociales y uso
«pastoral» convergen siempre en el caso de las personas
consagradas a Dios. Considerando que su vida es apostolado
esto supone que tanto en un ámbito restringido como en un
plano más amplio de comunicación son siempre agentes de
pastoral, si bien los modos y tiempos pueden variar.
En este «contexto integrador» las redes sociales se
presentan como materia de evaluación pero no sólo para quienes
ya las usan o las quieren usar sino incluso para aquellos que,
visto su potencial, no se interrogan acerca de ellas.
Entre quienes ya las usan, la materia de auto-examen puede
ir en la siguiente dirección:
- ¿Uso las redes sociales como corresponde a un apóstol de
Jesucristo?
- ¿El tiempo invertido
en ellas va en detrimento de mi vida comunitaria y de mis
relaciones interpersonales con las personas que me rodean?
- ¿Cada vez que uso la web tengo claro para qué entro, qué
busco, en dónde lo pienso encontrar y cuánto tiempo voy a
invertir en ello?
- ¿Cómo afronto el eventual encuentro con material que no
esperaba toparme, por ejemplo de cariz sexual?
- ¿Me siento mirado y acompañado con Cristo al momento de
usar las redes sociales o, en otras palabras, me actúo en la
presencia de Dios antes, durante y después de usar las redes
sociales?
- ¿Me intereso por los problemas y necesidades de las
personas con quienes entro en relación en las redes sociales
o he terminado percibiéndolos como meros dadores de «me
gusta» o alimentadores del propio ego digital?
- ¿Hay repercusiones negativas en los resultados
académicos o apostólicos que digan relación con el uso de
redes sociales?
- ¿Lo que comparto en las redes sociales se corresponde
con mi condición de persona consagrada? En este sentido,
¿soy un aliciente para la fe y credibilidad de otros en la
Iglesia?
- ¿Tengo presente que por mi condición de persona
consagrada también el propio perfil digital tiene una
dimensión pública, aunque el grupo de relación con el que se
interacciona sea muyrestringido?
- ¿Conozco y aplico las medidas de seguridad y privacidad
que las mismas redes sociales ofrecen?
4. Indicadores de abuso
En abril de 2012 se publicó el «Bergen Facebook Addiction
Scale» en Psycholigical Reports. En ese estudio su
autora, la psicóloga Cecilie Schou Andreassen, de la
Universidad de Bergen, en Noruega, muestra que dada la
naturaleza social de Facebook,
que evita el «cara a cara», se puede llegar a la adicción,
especialmente en cuatro grupos vulnerables: 1) usuarios
jóvenes, 2) usuarios ansiosos, 3) usuarios inseguros y 4)
mujeres. El estudio también evidencia que las personas
organizadas y/o ambiciosas no suelen caer en esta ciber-dependecia.
Las preguntas del test para medir el grado de
dependencia personal, según el «Bergen Facebook Addiction
Scale», son las siguientes:
1. ¿Paso mucho tiempo pensando en Facebook y en conectarme
para usarlo?
2. ¿Siento la necesidad de usar Facebook y, además, por
mucho tiempo?
3. ¿Usas Facebook intentando olvidarte de tus problemas?
4. ¿Has intentado reducir el uso de Facebook sin lograrlo?
5. ¿Te agitas o inquietas si te prohíben usar Facebook?
6. ¿El uso de Facebook ha tenido repercusiones negativas en
tus estudios o trabajo?
La escala de valoración para cada pregunta es:
1. Muy rara vez
2. Raramente
3. Algunas veces
4. Mucho
5. Muchísimo
Si 4 de las 6 preguntas tiene un “mucho” o un “muchísimo”
se puede comenzar a hablar de adicción. El «Bergen Facebook
Addiction Scale» fue realizado en 2011 con 423 estudiantes
(227 mujeres y 196 hombres).
Aunque la ciber-dependencia no ha sido clasificada todavía
como una enfermedad, según el doctor Elias Aboujaoude,
profesor asistente en el departamento de psiquiatría de la
Universidad de Stanford, «Lo que podemos decir con certeza es
que para una parte significativa de la población hay algunas
banderas rojas que indican un problema real». Esos problemas
implican consecuencias familiares, matrimoniales, laborales y
de salud.
Conclusión: propuesta para potenciar o mejorar el
uso
En el ámbito de la vida consagrada el aprovechamiento de
las redes sociales digitales pasa por las motivaciones de
fondo que inspiran su uso más que por los conocimientos
técnicos para valerse mejor de ellas (que también tiene su
importancia). Es a partir de 2009 que el magisterio de la
Iglesia se ocupa más en concreto de estas realidades. Los
mensajes para las jornadas mundiales de las comunicaciones
sociales ofrecen un programa que, aplicado a las personas
consagradas, supone todo un itinerario a recorrer en miras a
potenciar mejor el uso de las tecnologías de la información y
de la comunicación.
En el mensaje del año 2009
el Papa habla de las nuevas tecnologías como ámbitos de
relación para hacer el bien (además de ofrecer una
profundización antropológica en torno al concepto de amistad).
En el mensaje de 2010
precisa que son un ámbito de acción pastoral también para los
sacerdotes. En el mensaje del 2011
se hace un énfasis en el valor de la autenticidad para, en el
mensaje de 2012,
subrayar la importancia del silencio como condición esencial
previa de cualquier tipo de comunicación. En 2013
Benedicto hablará de las redes sociales como espacios de
evangelización. Finalmente, en 2014,
el mensaje de Francisco estriba en lo específicamente
cristiano de la comunicación: el encuentro. Todas las
relaciones posibles en el ambiente digital deben conducir a
una forma más perfecta de relación como lo es el encuentro.
Una lectura atenta y meditativa de estos cinco mensajes es la
propuesta base de donde se podrán extraer muchas más
aplicaciones de uso.
En referencia a las redes sociales en particular, y a
internet en general, en este texto utilizamos
indistintamente expresiones como «usar», «habitar»,
«instrumentos», «consumo», etc. La Iglesia habla hoy en día
de internet como un ambiente a habitar y no más como
herramientas o instrumentos a utilizar. Para clarificar
mejor este punto se puede leer «Y la Iglesia se preguntó qué
es internet», en
http://www.zenit.org/es/articles/y-la-iglesia-se-pregunto-que-es-internet.
Dos orientaciones bastante particulares pueden ser,
por ejemplo: la facilidad dispersiva de determinado sujeto
que puede llevarle a una pérdida de tiempo o limitaciones
especiales en el campo de la castidad que pueden conducirle
a caídas internas o externas en ese campo.
Acerca del término «privado» debe alejarse cada vez
más el considerarlo en ámbito digital como antónimo de
«público». Hoy por hoy la dimensión pública de toda
comunicación personal es un hecho: basta con que una de las
personas de las que estén en relación con nosotros dé un «me
gusta», «retuit» o «compartir» para que una publicación
originalmente restringida a un grupo de relación limitado
alcance una visibilidad mucho mayor a la originalmente
buscada por parte de quien colocó determinado contenido en
su propio perfil de red social.
Fue de Benedicto XVI aquella idea iluminadora acerca
de la comunicación cristiana en la web: «Comunicar el
Evangelio a través de los nuevos medios significa no sólo
poner contenidos abiertamente religiosos en las plataformas
de los diversos medios, sino también dar testimonio
coherente en el propio perfil digital y en el modo de
comunicar preferencias, opciones y juicios que sean
profundamente concordes con el Evangelio, incluso cuando no
se hable explícitamente de él. Asimismo, tampoco se puede
anunciar un mensaje en el mundo digital sin el testimonio
coherente de quien lo anuncia» (Mensaje para la Jornada
Mundial de las Comunicaciones Sociales 2011).
Ciertamente en el ámbito del ocio debe tomarse en
cuenta que, para el caso de las personas consagradas, éste
también tiene una dimensión comunitaria.
Hay cinco tipos de patologías en ámbito digital: 1)
la adicción a los digital (redes sociales, aplicaciones,
experiencia de necesitar permanentemente conectado), 2) la
adicción al trabajo en ámbito digital, 3) la adicción al
consumo de información en la web, 4) la adicción a la
pornografía y 5) las ludopatías.
Este punto debe llevar a examinar la calidad de las
relaciones en la propia comunidad. Muchas veces una ciber-dependencia
es la manifestación de deficientes relaciones humanas o se
convierte en una salida a una comunidad que no ha sabido
acoger a la persona.
Aunque el estudio está circunscrito a Facebook,
mutatis mutandi se puede aplicar análogamente a otras
redes sociales.
El título del mensaje
fue: «Nuevas tecnologías, nuevas relaciones. Promover una
cultura de respeto, de diálogo, de amistad».
El título del mensaje
fue: «El sacerdote y la pastoral en el mundo digital: los
nuevos medios al servicio de la Palabra».
El título fue: «Verdad, anuncio y autenticidad de
vida en la era digital».
El mensaje se intituló:
«Silencio y palabra: caminos de evangelización».
Bajo el nombre: «Redes Sociales: portales de verdad y
de fe; nuevos espacios para la evangelización».
«La comunicación al servicio de una
auténtica cultura del encuentro» fue el nombre que recibió
el mensaje de 2014.