Roma
28 de octubre del 2012

Termina el Sínodo con una propuesta clara: hay que recuperar la fe de los creyentes para poder llevar el Evangelio a los que no lo son

Los padres sinodales han estado reunidos durante tres semanas en estee encuentro del que destacan “la necesidad de reavivar la fe que corre el riesgo de oscurecerse en los contextos culturales actuales, también frente al debilitamiento de la fe en muchos bautizados”. No han faltado las autocríticas en unas sesiones de duro trabajo.


 

Hoy, domingo 28 de octubre, concluye el Sínodo de los Obispos que, bjo el título de "La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana", había convocado Benedicto XVI. Han sido tres semanas de intenso trabajo, según explican fuentes próximas a Religión Confidencial. La Iglesia tenía la oportunidad de hacer un balance real de su situación para afrontar el reto de llevar el mensaje de Cristo a unos corazones en los que anida el secularismo y el relativismo.

Para lograr este objetivo se han encontrado muchas vías.La primera es la más evidente: "Para evangelizar hay que estar, ante todo, evangelizados y lanza un llamada - empezando por ella misma - a la conversión". Y es que los padres sinodales reconocen que se ha descuidado la fe dentro de la propia Iglsia.

La globalización tiene parte de culpa, así lo señalaba el cardenal arzobispo de Madird Antonio María Rouco Varela en una de sus dos brillantes intervenciones. Y los padres sinodales advertían del riesgo de caer en la tentación de "encontrar nuevas estrategias como si el Evangelio hubiera que difundirlo como un producto de mercado, sino de redescubrir los modos con los que las personas se acercan a Jesús".

Pide la Iglesia algo más sencillo: volver a la familia como "lugar natural de evangelización" y, dada la extensión del secularismo, "mirar al diálogo de distintas maneras: con la cultura, que necesita una nueva alianza entre fe y razón; con la educación; con la ciencia que cuando no encierra al hombre en el materialismo se convierte en una aliada de la humanización de la vida; con el arte; con el mundo de la economía y el trabajo; con los enfermos y los que sufren; con la política, a la cual se pide un compromiso desinteresado y transparente del bien común; con las otras religiones".